Nuevos relatos publicados: 10

Yo de cacería en la calle, para terminar follado en casa

  • 12
  • 52.237
  • 9,29 (55 Val.)
  • 2

Esa tarde fui de visita a casa de mi tía Claudia,  cada vez que bajo a la ciudad paso unos días en su casa, tengo muchos amigos cerca, los últimos tres años del colegio viví con ella y con mi tío José Eduardo, dos personas maravillosas, me trataban siempre con mucho cariño, siempre estaban pendientes de mí, el esposo de Claudia no podía tener hijos y por mas intentos que hacían ella no quedaba embarazada, por lo que yo se esa relación termino hace algunos años atrás, ya que una mujer le hizo creer a José Eduardo que esperaba un hijo suyo y claro era una decisión que él debía tomar, la otra mujer no quería ser la mala de la película, le dio un ultimátum, debería escoger, pero con las dos no podría estar, claramente la otra sabia de las ansias de el por tener un hijo y este en su loco afán de ser padre abandono a mi tía Claudia.

Había quedado con mis colegas para celebrar el fin de semana el cumpleaños de Javi, veranito, playita, chicas, copas, lo ideal para unos muchachos solteros y sin compromisos algunos. Esa noche la pasamos de bar en bar, de un lugar a otro buscando donde aparcar y reventar la noche, pero ya habían cambiado muchos sitios y las chicas que habían libres estaban un poquito mal de puntuación, como que no apetecía arriesgar las ganas que teníamos de ligar.

Ya sobre las 2 am me fui a casa a descansar y ver si para la siguiente noche cazábamos algo, a ver si valía la pena las 4 horas de viaje en bus, al llegar a casa, se oía la tele prendida y pensé que Claudia aún estaba despierta, la encontré recostada en el sofá, se había quedado dormida, evite encender la luz de la sala para no molestar y dejarla que descanse.

Me fui directamente a mi habitación a dormir. Ya por la mañana me toco la puerta para saber si yo había llegado, ya que dice que se despertó sobre las 4 am y no me había sentido llegar, me pregunto si me apetecía tomar desayuno, luego si la acompañaba de compras al súper, ya que tenía la nevera casi vacía.

Vale, le dije, vamos te acompaño, me duche luego de eso me fui a la cocina, al entrar en la cocina, la vi cerca de la ventana que da al patio donde se pone la ropa al sol, con el resplandor de la luz solar, note que no llevaba sujetador y como se le marcaban la puntilla de los pezones sobresaliendo por dentro del camisón casi transparente, además note que llevaba puesta una tanga color verde, intente no volver a mirar ya que podría notar que la espiaba, pero claro no era mi intención hacer eso. Mire sus redondos pechos marcarse por la suave tela del camisón que tenía puesto, yo creo que ella no sabía que yo estaba ya en su cocina, moví la silla en señal de que ya me encontraba dentro, me miro algo sorprendida, me dijo que la había asustado, ya que no había notado mi presencia, pues mira que bien pensé.

Luego de terminar ella lo que estaba poniendo sobre las cuerdas, se acercó a la vitro, me pregunto que deseaba para el desayuno, como estaba un poco con la resaca, le pedí por favor unos huevos fritos, unas tostadas con un poco de zumo suficiente para mí. Ella mirando hacia la vitro, pude notar aquel camisón moldear ese redondo culo, ver esa silueta de arriba abajo, espalda descubierta, cada vez que giraba y se ponía de lado, ver como rebotaban esos pechos, porque no es por nada pero sí que tiene unos respetables pechos, ya que yo le estaba platicando de la noche anterior y ella por no dejarme hablando con su espalda, se giraba de lado, poder observar esa braguita color verde que incluso pude ver que un lado lo llevaba metido entre sus nalgas, seguro se había levantado y no había tenido reparo en notar ese detalle, que importaría, no creo haya reparado en pensar que yo le miraría el culo.

El resto de la mañana continuo sin más detalles, yo me fui un rato a mi habitación, la que me dejo mi tía para pasar los días que estuviese en la ciudad, ella por lo que me dijo, se daría una ducha y luego iríamos a hacer unas compras, salimos al súper a comprar lo necesario ya que como normalmente está sola en casa y yo no me iba a quedar muchos días, no quería comprar más de la cuenta, bebimos algo y ya que estábamos fuera almorzamos en un restaurante cerca de su casa. Se había puesto una falda blanca, esas que son anchas y se levantan con el viento, no podía dejar de mirarle el culo cada que podía, ahora llevaba una braga más ancha, pude ver que ahora era de color rojo, que bien le sentaba.

Aquella tarde volvimos a casa sobre las 5 pm un poco cansados la verdad, hace un calor asfixiante en esta época del año, yo me fui a dar una ducha y ponerme algo más ligero de ropa, habíamos quedado en ver una peli más tarde, ya que por la noche yo tenía una cena con mis colegas del instituto y a ver si hoy pasaba algo con las chavalitas.

Al entrar en el salón de ver la teve, vi a Claudia tumbada en el sofá, completamente dormida, una pierna ligeramente apoyada sobre el respaldar del sofá y la otra pierna estirada, recta completamente, me quede parado observándola durante un momento, mire sus tetas desparramadas sobre su pecho, creo se había quitado el sujetador, el leggings de color negro, que se habría puesto para estar más cómoda por casa, se le había metido más de la cuenta a su rayita, se la marcaba total, no pude dejar de mirar durante unos momentos la verdad.

Me gire para salir de la habitación y dejar que descansara un rato más, pero su voz me detuvo, pasa sobrino me dijo Claudia te gusta lo que ves? anda no seas tímido y acércate un poco, me quede dormida esperando salieras de darte una ducha, debes de estar fresco ya, estaba muy fría el agua, sabes, me gusta mucho el agua fría, viene bien para estos calores, pero mira que tímido me saliste, crees que no me he dado cuenta de la forma en que me mirabas aquella mañana en la cocina, que no sacabas tu mirada de mis pechos o de mis bragas que llevaba puestas esta tarde, dime que te gusta, mis pechos o mi culo en bragas.

Anda ven párate a mi lado, oh pero mira como tienes ya la verga, esta así por lo que he dicho, o por lo que vez, sabes me he quitado el sujetador y ahora mismo lo estas pisando, anda dámelo sí que a este sujetador le tengo mucho cariño, me lo pongo en ocasiones especiales, me acomoda mucho las tetas y no me las presiona tanto, sabes las tengo muy sensibles y cuando me aprieta mucho algún sujetador, la paso fatal, caliente todo el día.

Pero levántalo y ponlo en mi mano, ah veo que te gusta cómo se marca mi coñito, debes de saber que la braguita que llevo puesta va a juego con el sujetador, si ya me he dado cuenta que te gusta más mi coñito no es así, que, te gustaría mirarlo, te gustaría saber cómo lo tengo, te gustaría saber cuál es la combinación sujetador-braga, pues si tú quieres y estás de acuerdo podría mostrarte, pero vamos cariño, quita esa cara, espera que me saco el leggings sí, me está haciendo un poco de calor y yo aún no me he bañado.

Si anda ayúdame a bajarlo, si eso es, veo que vas por buen camino, ahora, espera que levantare un poco las nalgas para que no tengas que hacer mucho esfuerzo, si, mejor así, despacio, vez ahora el color de mi braguita, te gusta, pero toca para que sientas lo suave de su tela, ah quieres quitarme los pantalones primero, bien, me gusta eso, sigue sacándome los pantalones entonces, listo lo tienes ya dime ahora que te parece lo que vez ahora si quieres tocar mis braguitas, pues adelante, tócame las bragas, siente sus detalles, sus finos dibujos, observa bien sus bordes, espera que abro un poco mis piernas, para que sigas acariciando, eso es, despacio, con calma que nadie va a molestar, si así es, estamos solos tu y yo.

Despacio toca mi coño sobre mis bragas, eso es, frota despacio mi coñito, no, no metas ningún dedo, no lo intentes, aun no cariño, que no hay prisa, frótame despacio el coñito, si así, despacio, sin prisa y sin pausa vale, eso es lo tienes ya, sientes como me voy calentando, vas sintiendo como va poniéndose por encima de mi braga la calentura, ahora sentirás lo mojada que estoy, lo húmeda y excitada que me estas poniendo, no seas ansioso que todo llegara, sigue así y no pares, anda despacio y llegaras lejos dicen.

Eso es sobrino, tócame por encima de la braguita, te gustaría que me la saque verdad, pero no¡¡, aun no, que debes ponerme a cien, sigue despacio en círculos, uy si, que bien lo estás haciendo, eso, frota la palma de tu mano sobre mi coñito, anda ven, acércate a oler, asoma tu nariz, te gusta oler mi coñito, te gusta lo que vez, mira me mojaste la braguita, anda siente mis fluidos, uy espera, espera, no quieres que me lave, no, pues sigue, anda, mete tu lengüita, ay que rico, que lengua juguetona que, uff, uff, madre mía chiquillo, como me estas poniendo el coño joder, si sigue eso lame de arriba abajo, ayyy que puntita que tienes, ahora si bájame las bragas, no quieres que me las quite en serio, te excita que las tenga puestas, ohhh pues vale, que se sigan mojando entonces.

Me permites que baje tu short, pero mira que paquete más bueno tienes aquí entre las piernas, hagamos un trato si, tu sigue frotando mi coñito, que yo me encargo de tu verga si, veamos que puede hacer y que tanto resiste. No dejes de acariciarme el coñito si, uy si estoy súper mojada, mira como sacas los dedos de dentro, que rico, anda deja que me siente, me meteré todo esto a la boca, aunque muera en el intento por no quedar atragantada, espera que era broma, déjame disfrutar poco a poco, centímetro a centímetro, oh mira que huevos cuelgan aquí, me los meteré a la boca también, que golosa que soy pensaras, pero es por el tiempo que llevo sin follar sabes, y el consolador se quedó sin pilas hace dos días.

Corre la cortina que nadie vea que estamos aquí, espera que me coloco a cuatro patas si, ahora métela despacio corazón, espera, espera que me corro la braga, te excita verdad que aun la lleve puesta, pues que siga ahí, uhm que, si, si, la clavaste, si cógeme bien las nalgas, eso me gusta, dale, dale, no pares, tenerla en esa posición y metiéndole toda mi verga hasta sus entrañas era muy fuerte, como gemía, como gritaba, como pedía que le diera de cachetadas en el culo, le sujetaba de los hombros y más se lo metía, más se lo introducía, más la penetraba, es que no dejaba nada fuera, era una devoradora de penes la guarrilla de mi tía.

Nos tiramos al suelo, sobre la alfombra que había y se colocó sobre mi verga, sin decir nada, ya estaba poseída por mi verga, se corrió ligeramente la braga y siguió meneándose sobre mi verga, no dejábamos de sudar como unos cerdos, pero a nadie le importaba, seguíamos gozando, yo de su vagina chorreante de fluidos y ella de mi verga erecta y dura como una piedra, la cambie de posición y nos sentamos sobre una silla de madera que tiene en el salón y la senté de una, ella intento decir algo pero era ya muy tarde, aquella silla quedaría impregnada de tanta lujuria, deseo, pasión, corrida y de todo.

Ella sentada en mi verga y mi boca sobre sus tetas, me ponían mucho sus pezones, rosaditos, pequeños, sin bellos y sin haber sido castigados por nadie, me comí esos pechos de lado a lado, mis manos entre sus nalgas cada vez que la levantaba y la sentaba de golpe sobre mi verga y a la vez sobre sus pechos exprimiéndolos y mi boca devorando tremendas tetas, aun me faltaba un poco para terminar y creo que a ella también, no recuerdo haber sentido tanta humedad en alguna mujer, intente que se ponga a cuatro en la silla pero se le dificulto un poco, bueno la silla tampoco era para hacer malabares, pero resistió bien las sentadas.

La cargue y la lleve al sofá, al lugar donde empezó todo, al lugar donde perdimos los formalismos y nos lanzamos a la lujuria, esta vez le saque las bragas, ya estaban muy mojadas y creo que a ella también le comenzaba a fastidiar, me tire sobre ella y para mi verga no fue difícil encontrar el camino, estaba muy húmeda la entrada y eso lo hizo más cómodo, ya dentro de ella y ambos gimiendo como locos, nuestros cuerpos sudados ya a punto de quedar rendidos por tanto sexo, por tanto desgaste genital y a punto de explotar, decidimos terminar de una vez y poder recobrar la cordura que nos había llevado a esta explosiva manera de follarnos el uno al otro, sin más que dejar que nuestros instintos carnales y lujuriosos se hagan cargo de la situación y liberen esta insatisfacción acumulada por tanto tiempo.

(9,29)