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Pagando las deudas de mamá

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Hola mi nombre es Antonio vivo en la ciudad de México tengo 28 años nos soy muy alto mido 1.60 cms tengo algunos kilos de más piel clara cabello negro ojos cafés en fin eso no es lo importante.

Comenzare por decirles que esta historia comenzó hace  años cuando debido a problemas económicos mi madre y yo nos vimos obligados a viajar a la ciudad de México para probar suerte, ella no quería que yo viajara con ella debido a que pensaba que yo estaba mejor en casa y yendo a la escuela pero yo no acepté y me fui con ella.

Llegando a la ciudad un taxista nos recomendó una pensión donde las rentas no eran caras e incluían comidas y los servicios necesarios, así que mi mamá le pidió que nos llevara ahí, en unos minutos ya estábamos en la casa.

Era una casa muy grande y en cuanto tocamos la puerta abrió una mujer como de 50 años algo seria y con una voz algo aguda, mi mamá le preguntó si ahí era donde rentaban habitaciones a lo que respondió que si que pasáramos mientras ella llamaba a don José quiero aclarar que cambiaré algunos nombres debido a que esta historia es real y no quiero que alguien pueda identificarme a mi o a los personajes de mi relato.

Pasamos a una sala muy grande y con decoración antigua en donde casi de inmediato entró el don José eran un hombre de más de 50 años era alto algo robusto cabello entre cano y con un abundante bigote, nos saludo amablemente pero con un tono serio.

Mi mamá le contó nuestra situación a lo cual el dijo comprender y nos ofreció precios muy accesibles además de que le dijo a mi mamá de un lugar donde estaban contratando gente ella le agradeció al tiempo que el nos invitó a pasar a ver la habitación.

Eran muy grande tenía dos camas y baño incluido aunque estaba un poco alejada de las demás, el se despidió y nos dio una hoja con los horarios de el desayuno, comida y cena así como una especie de reglamento.

Acomodamos nuestras cosas y cuando llegó la hora de la cena bajamos a la mesa y ahí fue donde nos presentaron a todos los huéspedes, casi todos eran gente mayor y ninguno se acercaba a mi edad así que me imaginaba cuanto me aburriría ahí.

Terminamos de cenar y nos fuimos a dormir, caí como roca y al día siguiente cuando desperté mi mamá se estaba preparando para irse a ver el empleo del cual le habló don José, bajamos a desayunar y ahí estaban todos ya apurados para ir a trabajar.

Cuando terminamos el desayuno mi mamá se fue y yo me quedé ahí me fui a la habitación a recostarme y ver un poco de televisión, no había cable así que todo lo que se podía ver era aburrido, no tardé mucho en salir a recorrer la casa y cuando entré a la sala estaba don José.

Le di las buenas tardes y cuando me disponía a irme me dijo que me sentara un rato, no había nada mejor que hacer así que acepté, de inmediato me preguntó mi nombre mi edad y cosas así.

Yo contestaba pero no podía dejar de estar nervioso con su mirada fija en mi, después me preguntó si tenía novia a lo cual le respondí que no, a lo que el respondió ok con una sonrisa en su cara.

Yo aproveché y le dije que iría a la habitación, a lo que el respondió está bien pasa, me fui un rato después llegó mi mamá con la noticia de que ya tenía trabajo, era en una fábrica que hasta hoy no se de que era, bajamos a comer a esa hora no había nadie más que don José y la señora que se encargaba de la limpieza y cocina de la casa.

Esa tarde ya no hubo nada fuera de lo común, al otro día empezó a trabajar mi mamá y yo a quedarme solo casi todos los días me iba a la sala a conversar con don José, me contaba algunas cosas de su vida así como que esa casa se la heredó su padre y cuando el tuvo un accidente y no pudo trabajar más.

Por cierto que olvidé mencionar que el era cojo y usaba un bastón, cuando le pregunté que le pasó respondió que no hablaba de eso, se levantó y se fue yo le pedí disculpas por lo inoportuno pero el solo dijo no te preocupes.

La verdad me sentí muy mal por haberlo hecho sentir mal y busqué oportunidades para hablar con el pero parecía evitarme,  así varios días no fue a la sala y parecía no salir de su habitación, un día decidí buscarlo en su habitación, toqué a la puerta el contestó de mala manera y pregunté si podía pasar.

A lo que el respondió que si, cuando entré vi una habitación algo oscura, el estaba acostado en la cama le pregunté si estaba bien y respondió que algo cansado, le volví a ofrecer disculpas a lo que el dijo que no pasaba nada que lo olvidara, yo estaba intrigado mirando en una mesa que tenia cadenas, esposas, entre otras cosas mas pero no quise preguntar nada.

Después de un rato de hablar con el me despedí y antes de salir me pidió que no dijera nada de lo que había en su habitación, me sorprendí un poco pero le dije que no se preocupara y me fui a mi habitación.

Toda la tarde estuve pensando en lo que vi en esa habitación no podía imaginar para que el quería todo eso, al día siguiente me sorprendió verlo de pie como si nada, ese día volvieron las conversaciones todo era normal de pronto y sin esperarlo me ofreció

Pagarme mis estudios escolares a lo cual le respondí que no que no podía aceptar eso a lo que respondió que lo pensara que a el le gustaría mucho ayudarme, cambiamos de tema y en los siguientes días no volvió a mencionarlo.

Pasaron varios días todo iba normal, mi mamá trabajando yo en casa ya acostumbrado a la rutina, una tarde todo cambio esa tarde estaba en la sala en las ya acostumbradas conversaciones de pronto el se sentó a mi lado, nunca lo había hecho así que fue raro, me dijo que tenía algo muy serio que decirme que ya no podía aguantar más.

Le dije que hablara con confianza, a lo que el respondió sin rodeos, que era gay y que yo le gusté desde el primer día que me conoció y que lo que más deseaba era tenerme entre sus brazos, yo sentí como un balde de agua helada en todo mi cuerpo y lo único que atiné a decirle fue que estaba loco que nunca se le ocurriera acercarse a mi otra vez, el respondió que me pagaría mucho dinero pero no dejé que terminara de hablar y me fui  a mi habitación.

Io único que esperaba era que volviera mi mamá y decirle para que nos fuéramos de ahí pero por alguna razón no pude decirle nada, desde ese día lo único que hacía era encerrarme y esperar a que llegara mi mamá para comer, pero una tarde cambió todo estaba acostado cuando tocaron a la puerta, era don José para decirme que llamaron del hospital que mi mamá se había puesto mal y había que ir.

El se ofreció a llevarme, aunque tenía mis dudas acepté llegamos y nos informaron que mi madre tenía neumonía y que todo se agravó porque ella estaba enferma de los pulmones desde pequeña, el hospital era privado y cobraban mucho.

Para empezar había que pagar un deposito para que la siguieran atendiendo don José se ofreció a pagar y yo no me opuse a nada porque era necesario solo le agradecí tratando de olvidar lo pasado, pasaron dos semanas en las cuales mi mamá se recuperó pero la cuenta era muy elevada.

Ya en casa mi mamá habló con don José y le dijo que ella le pagaría todo pero que le tuviera paciencia, a lo que el respondió amablemente que no se preocupara mientras me miraba a mí, días después y ya que mi mamá había perdido el empleo salió a buscar uno nuevo ya que a la deuda se sumaba la renta y algunas medicinas.

Esa misma tarde volvió con la noticia de que ya tenía empleo en una casa como cocinera pero que tenía que quedarse a dormir allá y que solo iba a salir los domingos, para mi fue muy dura la noticia porque no me quería quedar solo y menos sabiendo lo de don José, pero no me quedó de otra que aguantarme.

Al lunes siguiente ella se fue muy temprano y yo me quedé pensando en que iba a hacer ahí solo y más ahora que ya no podía hablar con don José, pasaron unos días en los cuales yo iba solo al comedor, y de ahí a mi habitación una noche como cualquier otra fui a cenar y ahí estaban todos como siempre, empecé a cenar ya casi terminaba cuando me empecé a sentir mal.

 me empezó a dar todo vueltas como si hubiera bebido, me levanté con mucho esfuerzo y sin darme cuenta que don José venia tras de mi seguí caminando a mi habitación pero ya no pude más y me caí a mitad de camino, lo único que recuerdo fue a el que me ayudaba a levantarme y perdí el sentido.

Cuando reaccioné aún aturdido no podía reconocer donde estaba había muy poca luz, pero al darme cuenta que estaba atado de las manos a una cama me asusté mucho y quise gritar pero también estaba amordazado, miraba para todos lados hasta que pude reconocer la habitación, era la de don José esa donde había visto antes todos esos artefactos que ahora comenzaba a comprender para que eran.

Miré fijamente a un lado de la puerta y ahí estaba el, sentado mirándome se levantó para acercarse a mi, me miró a los ojos y me dijo.

Yo quería hacerlo por las buenas pero no quisiste, intenté soltarme pero fue inútil el me dijo tranquilo que te vas a lastimar, me dijo que si el hubiera querido me hubiera hecho lo que el quisiera pero que me quería dar la oportunidad de aceptar lo que el me propuso, de nuevo intenté soltarme mientras que con la cabeza decía que no.

El de nuevo me dijo que me calmara que de todas maneras yo iba a hacer lo que el quisiera pero que quería que yo lo hiciera por mi propia voluntad, me dijo que lo escuchara tranquilo y así lo hice.

Me dijo que si yo hacia lo que él quería le iba a perdonar la deuda a mi madre que lo pensara rápido que no tardara porque ya estaba impaciente, me dijo que me iba a quitar la mordaza pero que si gritaba me iba a ir peor.

Así lo hice le pregunté porque me hacia eso y dijo que el me dio la oportunidad de hacerlo por las buenas pero que no quise, sin dejarme decir nada me dijo que le respondiera pero que si decía que no de todas maneras lo iba hacer pero que la deuda no iba a bajar ni un solo peso.

Con lagrimas en los ojos desvié la mirada y le dije que aceptaba con una voz baja que apenas se escuchó, el me dijo con tono de burla que lo dijera con más fuerza que no había escuchado.

Con mucha impotencia y con un nudo en la garganta lo volví a decir con mas fuerza a lo que el respondió con una risa burlona diciendo que había tomado una buena decisión, encendió una lámpara que estaba en un buro y se quitó una bata que llevaba puesta.

Dejando ver su cuerpo algo obeso me dijo voltéame a ver a lo que no hice caso lo que provocó su enfado diciendo que cuando el me ordenara algo lo tenía que obedecer y me tomó del cabello para girarme la mirada hacia el.

Lo primero que vi fue su pene casi en mi cara la verdad no eh vuelto a ver uno de ese tamaño, era muy grande estaba semierecto yo sentí asco y miedo pero no podía hacer nada, lo tomó con las dos manos y se empezó a masturbar en mi cara.

Yo quería mirar a otro lado pero me daba miedo hacerlo, cada vez empezaba a crecer mas y mas mientras el soltaba gemidos cada vez mas fuertes, de pronto se detuvo y me dijo que casi se corría con esa sonrisa burlona, se sentó en la cama mirándome y yo a el.

Le pregunté sino me iba a soltar a lo que contestó que no que no confiaba en mi, de pronto me empezó a acariciar las piernas mientras me miraba con una mirada que no sé como describir, se volvió a levantar acercándose al buro para sacar una botella con un liquido dejando caer un poco desde mi pecho hasta mi pene.

Después lo frotó con la mano el frio de ese liquido se convirtió en algo caliente que me hacía sentir una sensación muy extraña, me empezó a besar el pecho después lo recorrió con su lengua y se detuvo en mis pezones los empezó a chupar después me dio unos mordiscos que me dolían un poco.

Por un rato estuvo haciendo ese mismo paso cuando se detuvo de inmediato se subió a la cama, me tomó de los tobillos, separó mis piernas metiéndose en medio de ellas, yo presentía lo que iba hacer aunque no estaba seguro ya que yo no sabía muy bien como era todo eso, volvió a besar mi pecho y mi cuello mientras acariciaba mis piernas con ambas manos.

 Yo no sabía que hacer la verdad no sabía ya si llorar si pedirle que no siguiera o si seguir viendo cada detalle que la verdad era una situación muy confusa para mi, cuando se detuvo volvió a tomar la mordaza del buro y me dijo que me volvería a tapar la boca, le pregunté por qué y me dijo que en un momento iba a saber.

Después de ponerla tomó una almohada y me la puso en la cadera elevando mis nalgas un poco, volvió a tomar la botella y se puso bastante en su pene, con la mano separó lo mas que pudo mis piernas hasta lastimarme un poco, acomodó su pene entre mis nalgas separándolas con ese pene que se sentía muy caliente.

Las recorría con el de arriba abajo muy despacio, fue cuando comprendí lo que iba a pasar cien por ciento, le empecé a decir con la cabeza que no mientras intentaba gritar pero más que gritos parecían gemidos, lagrimas empezaron a salir de mis ojos y el solo sonrió.

Sin decir más lo empezó a meter mientras yo empezaba a sentir un dolor que entre más entraba en mi mas fuerte era, siguió empujando mientras yo sentía que un balde de agua fría caía sobre mi y empecé a ver todo negro cuando dio el ultimo empujón sentí que me había partido por dentro.

Me quede sin aire mientras que sentía que las fuerzas se me iban del cuerpo, el se detuvo como esperando que reaccionara mientras besaba mi cuello, cuando reaccioné intenté gritar pero obvio no podía, cuando él se dio cuenta que reaccioné empezó a moverse lento mientras aún sentía ese dolor que me hacia dar gritos ahogados.

Sus movimientos cada vez fueron mas rápidos, su espiración era agitada, sus embestidas hacían que me moviera hacia arriba dándole más espacio para que casi saliera su pene y volviera a entrar, mis piernas lo intentaban apretar con fuerza para que no se pudiera mover pero era inútil.

Mientras el dolor fue pasando quedó un ardor que no era menos incomodo, su cara quedó junto a la mía su bigote se frotaba contra mi mejilla su cuerpo empezó a oprimir el mío, dejándome con poco aire, sus gemidos en mi oído eran muy molestos y sus movimientos se intensificaron hasta que sentí como algo caliente me llenaba por dentro.

Se dejó caer sobre mi ya sin fuerza con su respiración a todo lo que daba y yo tratando de jalar aire.

De pronto se echó a un lado dejándome respirar con libertad, su sudor estaba en mi pecho y en mi cara, el intentaba recuperar el aliento, pasaron varios minutos para que pudiera hablar y lo primero que me dijo fue, mira como me lo dejaste su pene estaba lleno de sangre mía por supuesto yo me asusté, lo único que quería era irme de ahí pero tardó un rato en liberarme.

Antes de eso me dijo que no dijera nada y que desde esa noche lo íbamos hacer hasta que terminara de pagarle que al fin yo no tenía ya nada que perder, me soltó y de inmediato me fui a mi habitación solo recogí mi ropa y me fui corriendo así desnudo.

Desde esa noche por dos meses aproximadamente el entraba todas las noches a mi habitación y me hacia lo que quería las primeras noches no sentí nada pero una noche todo cambio.

Ya les contaré en el próximo espero no se aburran gracias por leerme.

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