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El día que la fantasía se hizo realidad (parte 2 de 2)

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Por la noche, en camino a su casa, recibe una llamada de Laura, quien le pide que pase por un poco de pan y vino, pues tendrán visitas para cenar. Esto, molesta un poco a Mario, quien aún tiene el deseo de concluir el día como empezó, haciendo el amor con su esposa. Pero a pesar de su deseo, el compromiso está hecho. Al llegar a casa, Laura lo recibió con un cariñoso y tierno beso. "Aún falta tiempo para que llegue nuestra visita, te da tiempo de darte una ducha, si gustas", ella le dice. Así lo hace.

Escucha el timbre y al abrir la puerta, se encuentra con Mónica, quien será su invitada a cenar. La cena es algo muy sencillo, fondue y vino, y transcurre con de manera muy amistosa, Mónica conversa un poco acerca de cómo ha cambiado su vida desde que Arturo y ella se separaron, hace poco más de un año. Hasta cierto punto, Mario, no puede esperar el momento en que Mónica se retire a su casa y pueda estar a solas con su esposa, aun cuando también pudiese imaginar una situación en la que ella pudiese quedarse...

Al terminar la cena, continúan tomando vino, lo que relaja bastante a todos los presentes. Ya ligeramente "alegres", Laura le comenta a su esposo: "¿Podrías traer más vino, por favor?" Mario se dirige a la cocina, abre una botella más, al salir de la cocina, no puede creer lo que está viendo, y por poco deja caer la botella recién abierta. Laura y Mónica están ahora en la sala sentadas en un sillón, Laura tiene su mano en la pierna de Mónica, por debajo de su vestido, al mismo tiempo que la besa apasionadamente, mientras que Mónica le acaricia los senos. Mario no sabe qué hacer! Quisiera acercarse y participar, y al mismo tiempo no quisiera interrumpirlas. Esa vista es tremendamente excitante para modificarla. Laura besa con ternura a Mónica, y ella responde fundiéndose en el mismo. Ellas podrían fácilmente olvidar todo lo que ocurre a su alrededor, sólo están concentradas una en la otra. Esta es la escena más llena de erotismo que hubiese imaginado jamás. Laura comienza a besar el cuello de su amiga, al tiempo que su mano se acerca a la entrepierna de ella por debajo de su delgado vestido, se puede observar como mueve suavemente la mano para darle placer. Mario imagina que es por arriba de la ropa interior.

Mario estaba como si estuviese clavado al piso de la salida de la cocina. No podía moverse, era testigo de aquella escena a la, que, si bien había imaginado en el pasado, nunca le habría puesto esas identidades. Observó cómo Laura acariciaba el cabello de Mónica y esta a su vez le correspondía también con enorme ternura y erotismo. Jamás se había sentido tan excitado en su vida. Laura retrocedió al tiempo que ahora era Mónica quien tomaba la iniciativa. Fue cuando finalmente ellas se percataron de que no estaban solas. Voltearon en dirección a la cocina y vieron a un hombre que tenía la boca abierta y expresión de asombro. "Ven", le dijo Laura "Trae las copas y tomemos un poco más e vino". Como si estuviese hipnotizado, Mario tomó las copas de la mesa y se dirigió a la sala, sirvió el vino ellas hicieron una pausa para brindar con él. "Ten paciencia", le comentó Laura, "en un momento más estaremos contigo, mientras tanto siéntate ahí y disfruta el show", complementó Mónica señalando al sillón justo enfrente de ellas.

Laura se encontraba recargada por completo en el sillón, mientras que Mónica estaba parada frente a ella y al tiempo que la besaba, le desabrochaba la blusa y el brasiere para exponer sus lindos senos. Laura tenía unos senos suaves, algo pequeños para las fantasías de Mario, pero preciosos para él en la realidad. Mientras que Mónica se inclinada a recorrerlos con su boca, esta puso su trasero al alcance de Mario, él se levantó y metió las manos debajo del vestido para subirlas por las piernas de la amante de su esposa, llego hasta las nalgas y siguió el contorno de la ropa interior de ella metiendo su mano por la entrepierna, en donde, a través del encaje, podía sentir la humedad de su excitación. Ella volteó y le dijo "Muchacho travieso, ten paciencia...", le quito las manos, y se levantó, acercándose a Laura que se levantó y le desabotono el vestido para después dejarlo caer al suelo.

Cuando ella volteo a ver la expresión de Mario, él pudo notar los pezones marcados a través del brasiere de encaje blanco que el día anterior le habían quitado el sueño. Eran obscuros, más que su piel morena bronceada, como chocolates, que deseaba saborear. Ella le sonrió, y sin aparente explicación, el brasiere cayó al suelo también, desvelando el misterio que rodeaba a los senos de la amiga de su esposa. Se veían deliciosos, y no podía esperar el momento tenerlos en su boca. Extendió la mano para tomarlos, pero ella lo detuvo.... "Ya falta poco", le dijo, mientras volteaba para enfocar su esfuerzo de nuevo a Laura, quien para entonces ya se había retirado toda la ropa excepto la tanga negra semi transparente que dejaba ver el estilizado vello de su pubis. Mónica y Laura, ya desnudas por completo continuaron acariciándose y besándose por lo que pareció una eternidad para Mario, que hervía en el deseo al seguir observando e imaginar lo que seguiría para los tres. Él también se retiró la ropa, su mano, y comenzó a jugar con su pene. Laura se acercó a chupar los senos de Mónica, que levantó la cadera, para acomodarla frente a la de su amiga. Se apretaron una contra la otra y gimieron al sentir el contacto de los labios de sus vaginas entre sí. Mientras se besaban, comenzaron a mover sus caderas, al principio delicadamente mientras se besaban suavemente y después con fuerza, echando los torsos hacia atrás para acercar más sus caderas. Mario no podía imagina una escena más excitante que esa, las expresiones de "Ah!" que salían de sus bocas, el sonido de la humedad de sus vulvas al rozarse, la vista de los senos de ambas rebotando por la fuerza de sus movimientos. Cada vez era más fuerte y Mario podría tener un orgasmo en cualquier momento con solo mirar esa escena que sabía que guardaría para siempre en su mente. Los cuerpos de ellas temblaban, mientras gritaban "¡Si!" "¡Mas!"... "¡Aaaahhhh!" y él observó cómo sus cuerpos se oprimieron con fuerza uno contra el otro, sosteniendo la posición, al tiempo que se escuchaba algo parecido a un lamento salir de sus bocas. Cayeron rendidas en el sillón, y aun cuando sus caderas estaban juntas, él pudo percibir el dulce aroma de del orgasmo de ambas.... Tomó valor y se acercó a ellas, Laura, abrió los ojos y le dijo. "Tu turno...".

Los tres, después de un breve descanso para ellas y un par de copas de vino más, subieron a la habitación, en donde Mario se recostó. Ellas le comenzaron a recorrer el cuerpo con la punta de los dedos, el torso, la cara, las piernas. Él podía sentir como las manos lo recorrían en varios puntos de su cuerpo a la vez. Mónica acercó sus senos a la cara de él, justo a la distancia para que pudiese besarle el pecho, mientas que Laura le besaba el torso, los pezones, bajando hacia el abdomen, la cadera, la parte interior de las pernas. El respiraba agitadamente, y chupaba esos senos de chocolate, eran deliciosos, la areola era grande y estaba completamente dura, chupaba la punta del pezón entre sus labios mientas que tomaba el otro seno con su mano, apretándolo, sintiéndolo. En su entrepierna, Laura ya lo estaba chupando, al tiempo que le acariciaba la parte interna de las piernas, lo que excitaba tremendamente a Mario. Ella toco un punto que provocó que Mario respingara sin control. "Ahhhh!" exclamó, "Qué es eso?" él preguntó. Laura había descubierto un punto nuevo que volvía loco a su esposo, era el espacio que se encuentra entre la base de los testículos y el ano de su esposo... Al rozarlo, el respondía con un estremecimiento de placer, sin control.  Se acomodó, y mientras seguía chupando el pene de Mario, en momentos le acariciaba ese punto, lo que provocaba que él se estremeciera sin control y el pene se endureciera en su boca. Ella sentía el deseo de sentirlo dentro de ella. Mario, besaba frenéticamente los senos de Mónica, quien tenía los ojos cerrados y su mano en su entrepierna, dentro de ella. Laura se levantó y colocó su vagina por encima del pene de Mario, mientras que Mónica colocó la suya por encima de la boca de él.... Ambas comenzaron a moverse hacia adelante y atrás. Mario estaba en el paraíso, la vulva de Mónica era dulce, un poco más que la de su esposa, y estaba sumamente húmeda y la chupaba con fuerza. Laura se movía con fuerza hacia arriba y hacia abajo, él podía sentir como su pene salía de ella por completo y volvía a entrar... De pronto, ella bajo con fuerza y se movió rápidamente, su orgasmo se acercaba, al sentir esto, él se excito muchísimo, y se apretó para no eyacular en el momento. Se apretó contra Mónica, quien también gimió con fuerza, Mario levantó la cadera al tiempo que Laura apretaba la suya para tener su orgasmo. Al ver esto Mónica, incrementó el brío de su movimiento y tuvo su orgasmo, en la boca de Mario, quien lo bebió todo.

La noche tuvo más encuentros que volverían realidad las fantasías de tríos que Mario y su esposa tenía… Después de otro receso, Mónica se colocó en cuatro puntos para chupar la vagina de Laura, que aún estaba hinchada de la excitación de los eventos de ese día… Mario no perdió la oportunidad y se colocó justo atrás de ella paseando su pene por la vagina de Mónica que ya se empezaba mojar nuevamente. Lo paseaba desde de la entrada de su vagina hasta el clítoris. Mónica chupaba con suavidad la vagina de Laura, su lengua se abría paso por los labios de ella y un poco por debajo hacia el ano, pero sin llegar a él… Laura tomaba a Mónica por la cabeza jugando con su cabello. Pero en el momento que Mario empujó con fuerza para penetrar a Mónica, ésta gritó y chupó con fuerza el clítoris de Laura, quien se apretó contra su amiga… quien ahora metía los dedos en la vulva de Laura, primero, uno y luego dos…. Sacando humedad que llenaba el aroma de la esa inolvidable noche.

Mario, estaba agotado, pero no dejaba de empujar, gruñía, y se empujaba con más fuerza al interior de Mónica, quien a su vez bebía frenéticamente los jugos de Laura, quien gemía a medida que su siguiente orgasmo se acercaba…. Mónica metió y sacaba los dedos, buscando algún punto sensible en su amiga, y cuando lo encontró, Laura chilló…. Era algo que nunca había sentido… su cuerpo se sintió frio y luego oleadas de calor que la hacían temblar de manera incontrolable, sentía como su cuerpo se contraía “¡Ahhhhhhh!!!!!” Gritó, al tiempo que de su interior broto un chorro de su humedad que salió de su vagina como el chorro de agua de una fuente…. Mojó la cara de Mónica y llego hasta la espalda de ella, de donde Mario tomó un poco con sus dedos y lo chupó…. El sabor lo excitó muchísimo, beber el orgasmo de su esposa provocado por otra mujer, era delicioso…. Sintió que estaba a punto de terminar él también… Mónica lo sintió también y le dijo, “Espera, aún no…. Termina en tu esposa…” Él se salió, mientras que ella se hacía a un lado, abriendo las piernas de Laura y dejándolas expuestas a Mario, quien la penetró. Laura no pudo más, sintió como si algo estallara en su interior… “Ayyyyyyyy!” gritó ahogadamente…. Mario sintió una nueva oleada de líquido brotar del interior del Laura, y Mónica se acercó para beberlo completo, así como el pene de Mario cuando este salió…

A la mañana siguiente, una sensación de hormigueo, nuevamente despertó a Mario, quien al abrir los ojos observó a Mónica, que le estaba despertando de la misma forma que lo había hecho su esposa el día anterior, al tiempo que Laura le saboreaba la vagina a su amiga. Al darse cuenta de que Mario había despertado, Mónica volteó y le dijo "¿Los puedo invitar a cenar hoy?"...

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