Durante los primeros meses de noviazgo con Patricia todo parecÃa marchar muy bien, excepto por su grupo de amigas que siempre estaban, la acompañaban y hasta parecÃan manejarle sutilmente su vida.
Eso realmente me molestaba mucho, pero bueno aun mantenÃa la esperanza de que en cualquier momento se conseguirÃan un candidato y poco a poco el grupo se disolverÃa, la mayorÃa de las veces trataba de ir solo y encontrarme luego con ella después, pero al llegar a la mesa siempre tenÃa que saludar a todas y aunque me sentaba junto a Patricia no podÃa mantener una conversación intima pues las demás trataban de integrarla a sus comentarios.
Siempre las otras eran las que decidÃan todo, decÃan vamos a la plaza (Todas iban a la plaza) otra decÃa _vamos a tomar algo? (y allà todas iban al bar) y yo las seguÃa como un verdadero boludo alzado para no perder a Patricia que era lógicamente lo que me interesaba.
Hasta que llegó el momento que me podri de todo eso y le comente mi situación a mi novia para que eligiera de una buena vez. Entonces le dije casi jugándome a lo que saliera —O tus amigas o yo!!! Asà directamente por que ya era algo que no me aguantaba más. Después de decÃrselo pensé que habÃa sido muy drástico con ella, pero de inmediato comprendió mi incomodidad y era lógico que después de varios meses de noviazgo nos encamináramos como una pareja, sin comentarios ni opiniones de terceros.
Al siguiente fin de semana la fui a buscar nuevamente en mi coche para ir a bailar y al salir me dijo  —Quédate tranquilo amor! ya hable con las chicas asà que de aquà en más seremos solos tu y yo — y asà fue, a partir de esa noche siempre la pasaba a buscar por su casa y nos Ãbamos a bailar o a cenar inclusive en otros lados donde nadie nos conocÃa.Â
Nuestros encuentros eran principalmente los fines de semana porque durante los demás dÃas ambos trabajábamos a full, Ella en una clÃnica y yo en una fábrica cuyos horarios se hacÃan difÃciles de concordar asà que cuando podÃa o tenia oportunidad me aparecÃa en su trabajo por lo menos para darle un besito y hablar un poco.
Nuestra sexualidad también iba un poco lenta y hasta ese momento solo nos habÃamos besado y tocado nuestras partes Ãntimas mucha pasión pero no tenÃamos un lugar privado para nosotros solos. Se hacÃa difÃcil llevarla a un hotel, tampoco ella lo querÃa porque seguramente después eso tendrÃa comentarios inapropiados de lo que es vivir en un pueblo chico ya  que todo el mundo conocÃa a Patricia.Â
Una tarde que me encontraba de franco comencé a recorrer con el auto buscando un lugar para la ocasión, pero se hacÃa difÃcil porque el pueblo estaba siendo iluminado hasta en los lugares más recónditos asà que volvà al centro un poco desanimado. Al llegar me estacione en la plaza para comprar cigarrillos y en el mismo local me encuentro con un amigo de años. —Hola que haces Juan?- le digo expresando mi sorpresa —Hola Jorgito como te va tanto tiempo- me pregunta dándome la mano para estrechármela muy fuerte a la vez que exclamo —Donde te metes que no te veo como antes?  —Mira! vengo a hacer algunas compras y ya me voy de nuevo para el campo — me dijo un poco apurado. Allà se me ocurrió la idea de contarle mi situación  a lo que enseguida me confirmo — —Siiiiii cómo no? metele nomas!! Ya avisándome ya sé que sos vos. Anda tranquilo y entra por la tranquera derecho al tambo y ahà no te va a molestar nadie —Con la misma le agradecà el favor y nos despedimos con otra apretada de manos.
Bueno —Pense, espero que a Patri le guste asà que pase por la casa y le avise que se estuviera lista que esa noche irÃamos a bailar nuevamente como todos los sábados. Cuando la pase a buscar me sorprendió su belleza, aunque no era de alta gala pero su vestimenta le quedaba perfecta. TenÃa una remera sin mangas, con un gran escote que dejaban ver sus hombros de piel blanca con pequeñas pecas que sobresalÃan por sectores como estrellas en el cielo, su pollera era de jean bastante corta con cierre de adelante y unas sandalias de taco color roja que hacia juego con sus labios y su cartera. Realmente sabÃa que me lucirÃa con esa mujer y en verdad no me equivoque. Las miradas se centraban en su voluminosa delantera y en su abultado culo que habÃa heredado seguramente de familia.
Cuando la orquesta empezó a tocar fuimos uno de los primeros en salir a la pista, al principio podÃamos bailar bien, cómodos, pero una hora después el salón se empezó a llenar de gente, hacÃa mucho calor, además se hacÃa imposible seguir un paso cuando todo el mundo se empujaba y la multitud te llevaba para donde querÃa.
Entonces note la incomodidad de Patricia y le sugerà al oÃdo que nos fuéramos de allà  o por lo menos salir a respirar un poco de aire puro. Ella asintió con su cabeza debido a la música fuerte y de inmediato salimos a la calle, llegamos al auto y subimos. Yo sin decirle nada comencé a dar vueltas por las calles sin rumbo fijo, ella se habÃa ubicado casi enzima mÃo y su mano permanecÃa en mi pierna cerca de mi ingle. Cuando me di cuenta de su movimiento me empezó a provocar una erección tremenda, entonces soltando una de mis manos del volante,  la metà entre sus piernas, la que enseguida acaricio como aceptando mi acción y me respondió con un besito.
A las pocas cuadras pare el auto y nos comenzamos a besar muy apretados y mientras ella metÃa su mano en mi pecho peludo yo buscaba la forma de acariciar sus enormes tetas que ya delataban unos pezones súper hinchados debajo de su remera.
 —Sabes una cosa? — le dije al oÃdo...tengo un lugar para estar solos querés ir?  —Si mi vida a donde me lleves esta bienes contesto con toda dulzura.
Yo parecÃa estar en la misma luna que brillaba como nunca sobre el firmamento, de inmediato arranque para el campo de mi amigo y después de varios minutos llegamos. Entre por la vieja tranquera y como la noche estaba bien clara divise el tambo donde a pocos metros de llegar estacione y prendà la radio. Aquella noche de verano era tan especial como la enorme luna que nos iluminaba. Ambos comenzamos a besarnos y acariciarnos más y más, a ella le encantaba tocar mi pecho peludo y para ello desprendÃa mi camisa de jean, yo mientras tanto buscaba bajo su remera las hermosas tetas que querÃa besar y chupar por primera vez.
Nuestra respiración se hacÃa cada vez más fuerte y al besar su cuello era como un activador de sus deseos más oscuros. Se desprendió el bracear y ambos pechos saltaron a la libertad de mis manos y de mi boca que chupaba y besaba sin cesar sus duros pezones y aureolas rosadas.
Después una de mis manos continuo explorando hacia abajo entrando suavemente bajo sus pollera y acariciando su vulva por encima de su tanga, pero cuando quise correrla hacia un costado sin querer pellizque sus carnes y entonces decidió sacársela para quedar más libre a mis dedos que jugaban a editarla como ya estaba acostumbrada. Tome su bombacha y la colgué en la manija del levantavidrios y mientras ella acariciaba mi mano en señal de excitación yo le provocaba grandes orgasmos que la hacÃan retorcer cono una loba en celo. En ese momento ella también querÃa tenerme y agarrarme la pija asà que me pidió que lo liberara de mi pantalón porque ya estaba por reventar el cierre.  —Sácalo mi amor — me decÃa con una excitación que no podÃa creer, aquello seria inolvidable. Para esto y de inmediato me saque el pantalón y mi slip y mi pija salto hacia arriba como una serpiente encantada a la luz de la luna brillaba babosa  y decir palabras la empezó a lamer muy suavemente, luego la tome de la cabeza para acompañar sus movimientos y mientras ella se entretenÃa con mi verga en sus boca yo trataba de llegar con mi mano hasta su vagina y acariciar su enorme culo.
Asà estuvimos varios minutos hasta que ya no aguantaba más le dije directamente —Aaay por favor Patri!! Déjame acabar aunque sea entre tus nalgas — refiriéndome a apretarla entre sus muslos para poder acabar sobre su piel —Siii mi amor!! — Me dijo inmediatamente dándose vueltas para ponerse de espalda, pero mi sorpresa fue más que grande cuando tomando mi pija en su mano la dirigió directamente hacia su orificio. Mi enorme glande entro perfectamente en su anillo aunque sentÃa la presión de su esfÃnter pero ella gozaba teniéndolo allà para hacerme gozar.
Yo aún no querÃa acabar y mucho menos si era en ese hermoso culo al que tendrÃa que disfrutar más tiempo asà que le dije —Y si vamos afuera mi amor? acá estamos un poco incomodos  —Si mi amor vamos!! — exclamo y enseguida ambos salimos para apoyarnos posteriormente en el capot
En ese momento pija era un fierro caliente que quizás podrÃa atravesar cualquier cosa si me lo proponÃa  a lo que ella entendió enseguida mi urgencia y sacándose la pollera de un tirón, se apoyó sobre el auto abriendo sus piernas, luego tomo con ambas manos su hermoso culo para recibirme totalmente excitada.
La claridad de la noche era especial y nuestros cuerpos sedientos de amor y deseo necesitaban unirse para ser solo uno y sellar definitivamente nuestro amor.
Tomando mi pija la dirigà hacia su ano rosado y carnoso, y poco a poco comencé a penetrarla lubricándola apenas con mi saliva, por momentos yo elegÃa quedarme quieto mientras ella retrocedÃa tratando de ensartarse sola hasta que entro totalmente. Su rostro demostraba dolor pero a la vez gustosa de hacerme feliz  mientras mis manos agarraban fuerte sus tetas y ella acariciaba mi cabeza tirando sus manos sobre su hombro y revolvÃa mis cabellos hasta traerme más hacia su boca que besaba con todo placer. Al principio mis movimientos eran bien lentos pero constantes, su vagina mojaba hasta mis piernas cuando tenÃa sus fuertes orgasmos y cuando querÃa tocarla de nuevo sus chorros calientes llenaban mi mano. Después de varios minutos mi autocontrol fallo y ya no aguante más, mis ganas eran demasiadas para tan tremenda hembra, pero los últimos movimientos fueron más que salvajes, en realidad querÃa mirar nuestra unión pero me ganaban mis ganas de explotar dentro de ella y al final acabe como una vestÃa dentro de su hembra.
Después del acto sentÃa que sus músculos me apretaban pero igualmente lo retire muy suave para no causarle un desgarro, al mirarme mi pija parecÃa haberse salido de control era una cosa enorme y gruesa como nunca la habÃa visto ponerse, debido a su grosor habÃa extraÃdo de todo pero ya no me importaba. Mire a mi alrededor y vi una bebida de las vacas y fui a lavarme un poco. Luego me seque con mi pañuelo y volvà hacia ella que aún estaba echada sobre el auto, le pregunte si estaba bien y me dijo —jamás pensé que esto se podÃa hacer por la cola —como? le respondo  —pense que te gustaba?  —Siii mi amor me re-encanto y me hiciste re feliz TE AMOOOO!!! Acaricie cada centÃmetro de su hermoso culo, para mà era el trofeo más hermoso que habÃa tenido en mi vida y ambos nos unimos en un besos apasionado y puro, luego mire con más detenimiento su culo y aun permanecÃa dilatado y rojo de tanto va y ven, pero lo más importante es que habÃamos estado por fin juntos y me habÃa entregado su hermoso culo sin ningún problema.
Después de esa noche nuestra sita de amor era en ese lugar donde solamente algunas vacas curiosas miraban nuestra unión y nosotros gozábamos cada momento de felicidad como si fuera el último.