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Intercambio en una fiesta

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Esta es la historia de cómo mi novia y yo intercambiamos parejas con mi ejor amigo y su novia

Betty y yo nunca fuimos una pareja ejemplar, peleábamos cada tercer día por nada y por todo, chocaban nuestros gustos y nuestro carácter, a ella le gustaba la banda a mi el ska, ella era americanista y yo puma. Sin embargo duramos  poco más de un año y eso se debía a una sola cosa. Fornicábamos como locos, era lo único en lo que nos entendíamos y lo hacíamos muy bien. Para mi era imposible alejar mis manos de su cuerpo y sin importar que tan enojados llegáramos a estar o recién hubiéramos peleado, jamás rechazo mis manoseos o ninguno de mis arrebatos de pasión y por supuesto yo nunca me resistí a su 1.60 de altura impregnado de lujuria.

Esos éramos nosotros, con tan sólo 18 años habíamos cogido de formas que pocas personas podrían presumir en toda una vida. Donde nos agarrara la calentura lo hacíamos, en los pasillos solitarios de la prepa, en los salones, parques, en resumidas palabras donde fuera.

La cúspide de nuestros encuentros carnales sucedió en una fiesta, de esas donde los padres de la casa no estarán el fin de semana y el hijo aprovecha para destrozar la casa con una fiesta brutal. Ya eran pasadas las 4 am y la casa ya casi estaba en total silencio. Sorprendentemente en esa ocasión no hicimos lo que muchas veces fue nuestro modus operandi, beber cada quien por su lado y después de un rato desaparecer en alguna habitación, azotea, patio o baño. Desde que llegamos estuvimos juntos, bebiendo en la cocina moraditos (Un nombre muy estúpido para vodka con jugo de uva) Terminamos bebiendo directamente de un galón de jugo Amy, yo recargado en la estufa y ella recargada en mi dándome la espalda, con mis brazos rodeando su cintura. Hasta parecíamos una pareja que se llevaba bien, como las que ponen en las novelas que leen las quinceañeras, Claro que la imagen se arruinaba cada que alzaba el galón de jugo y vodka para que bebiera  ella o para beber yo.

Parecía que esa noche no iríamos más allá de eso, pese que a ambos el alcohol nos ponía de animo. En ese momento entro mi carnal para romper el dulce momento que teníamos los tres: Betty, Amy y yo. Mi carnal en todo el sentido etimológico que Tintan y Marcelo le dieron a la palabra, era una persona a la cual podía llamar hermano sin problema alguno por que para mi lo fue. Fuimos juntos a la misma secundaria, nunca nos conocimos pese a que los dos estuvimos dos años en la mañana y dos años en la tarde, con muchos amigos en común y sobretodo muchas novias y fajes de por medio.  Eso provoco que en la prepa cuando nos conocimos y supimos todo esto, se produjera una sana competencia por ver quien era mejor que el otro para ligar.

En fin. Entro en la cocina con su novia en turno una chava de nuestra edad, bajita, delgada, blanca de cabello negro sobre los hombros y un escote en "V" que dejaba ver el nacimiento de sus pechos en desarrollo, que apenas llegaban a copa "B" Era en conjunto una  chica atractiva de ojos color avellana claro. Él y yo teníamos gustos iguales.  Al vernos él pregunto -¿Aún hay algo de tomar?- Tome a mi nueva amante Amy, me asegure de que estuviera bien cerrada y se la arroje pasando por  encima de la mesa llena de botellas de todo tipo.  La atrapo a una mano como a un balón de americano para después beber de ella, primero su novia y luego él. Le pedí cigarros y me los arrojo de igual forma que yo le había mandado a Amy. Atrape la cajetilla la abrí y la puse frente a Betty para hacer nuestro ritual al fumar juntos: yo deslizaba un cigarro apenas sobresaliendo el filtro sobre la caja, ella lo tomaba con los labios y con mi otra mano yo le encendía el cigarro, le daba una calada, acercaba sus labios a los míos para después pasarme el humo. Sabíamos que la gente siempre nos veía al hacer este numerito y nos gustaba que lo hicieran. Deje salir el humo del cigarro y lo inhale de nuevo por la nariz como en cascada que corre a la inversa. Sabía que Hugo y su novia (Creo se llamaba Lis) aún nos miraban así que tome a Betty de la nuca y la acerque los escasos centímetros que nos separaban para besarla, ella también sabía que nos miraban, me tomo del cabello de la nuca, nos besamos tal vez a lo largo de dos minutos, frotando nuestros cuerpos lenta y lujuriosamente. Al separarnos para tomar nuestra anterior postura de parejita linda que se quiere, seguían viéndonos. Eso hizo que Betty y yo riéramos un poco, le di un mordisco en el lóbulo derecho.

Pasaron los minutos, con Amy agonizando, los 4 muy entonados seguíamos platicando, riendo. Betty y yo besándonos como si no hubiera nadie presente, pero para nada se nos olvidada que estábamos siendo vistos. En ocasiones cambiábamos papeles y nosotros los veíamos besarse, esos pequeños momentos en los que no había ojos sobre nosotros aprovechábamos para verlos y  hacer otro de nuestros actos bien practicados, uno que hacíamos en toquines en C.U. o al viajar en metro. Ella ponía su mano derecha atrás de su espalda, después la metía por encima de mi cinturón para alcanzar mis testículos o mi miembro y jugar con ellos. Yo por mi parte con la mano derecha tomaba su seno y lo apretaba, sobaba o tiraba de su duro pezón a través de la ropa. Ella tenía unos senos de infarto, su talla en ese entonces era un sorprendente 34 "C" casi "D" mi mano no abarcaba sus senos. En una ocasión Lis nos vio en nuestro juego y en otra Hugo lo hizo. Eso sólo nos prendía más.

En cierto punto mientras Betty y yo nos besábamos Hugo dijo: - ¡Ya paren, No! ¡Pinches calientes!- Betty me dedico una sonrisa a centímetros de mi rostro, de esas llenas de complicidad y los ojos irradiados de felicidad, del tipo que me daba  sólo después de tener sexo. Volví a abrazarla desde atrás y con la cara sobre su hombro le dije a Hugo que estaba en la misma posición que nosotros - ¡No me puedes culpar! Tiene un cuerpo que me obliga a toquetearla- Betty me dio un manotazo en el antebrazo y después reímos juntos, volví a morderle el lóbulo.

Hugo en un ademan que reconocí como uno de tantos que tenía cuando trataba de competir dijo: -Eso no es nada, Lis tiene un hermoso cuerpo y sus nalgas son redonditas y duritas- Esperaba que Lis le reprochara algo o le diera un golpe por el comentario y que después de eso los 4 riéramos, pero ella en su lugar respondió: -Ella tiene unos senos enormes, nada le gana a eso- La forma en que lo dijo, el tono de voz y el hecho que mientras lo decía  no dejaba de verle los pechos a Betty, disparo un alerta en mi cabeza que me decía que esto se pondría interesante.

Parecía que nuestras muestras de pasión y el trabajo propio de mi carnal la habían calentado bastante y yo quería aprovechar eso. Mis manos habían terminado en los bolsillos delanteros de Betty, me apresure a sacarlas, mi corazón se acelero, sentía que todo el cuerpo estaba siendo golpeado desde adentro con un martilló, puse mis manos en los senos de Betty, instintivamente compacto más su trasero a mi miembro endurecido. Viendo a la boca entre abierta de Lis solté lo que podía ser la antesala de un desastre -¿Quieres tocarlos?-  No sabía que pensaría Betty al respecto pero siempre seguía mis juegos perversos así que confiaba en ella. Subí la mirada a la cara de Hugo para ver si aprobaba lo que le proponía a su novia. Él también veía los senos de Betty. Se sorprendió un poco al notar que lo veía, pero enseguida hizo una cara de complicidad y retiro las manos de las caderas de Lis. Como acto reflejo al ser liberada, ella camino al rededor de la mesa sin decir nada hasta quedar a menos de un paso de nosotros.  Tome su mano izquierda y la puse sobre un seno de Betty, las dos dejaron salir un leve suspiro. Hice que presionara el seno sobre el duro pezón, lo repetí varias veces hasta que ella comenzó a hacerlo por su propia cuenta, lo levanto, peso, apretó y tiro de él.

Pude ver como se le enrojecieron las mejillas a Lis, mire a Hugo que estaba encantado con el show, las pequeñas manos de su novia sobre los grandes senos de mi novia. Betty puso su mano en la cadera de Lis y la atrajo un poco más asía ella. -¿Entonces que piensas?- Le dije. Con los ojos como platos y la boca aun entre abierta me miro -Son muy grandes y suaves !Muy suaves!- no deje de verla a los ojos y ella ahora tenía su mano derecha tomando la  mano de Betty. -¡Por eso las tuyas son mejores!- Dijo Hugo al otro lado de la mesa -Son firmes, redondas y duritas- Los tres volteamos a verlo. -¡Pues deberías de comprobarlo baboso!- Canturreo Betty un poco indignada. Había mordido el anzuelo que él había tirado o simplemente ella quería que él la tocará. Yo sólo le sonreí a Hugo para que supiera que no había problema.

Camino al rededor de la mesa y de inmediato sin esperar nada tomo el otro seno de Betty, ella contrajo las nalgas sobre el bulto en mi pantalón. -¡No es justo! ¡Yo también quiero saber cuales son  mejores!-  Les dije a los tres y retire a Betty del frente mío, Lis dio un paso atrás topando con la mesa, mirándome a los ojos y visiblemente sorprendida. Deje a mi novia y mi mejor amigo a que hicieran lo suyo. Me aproxime a Lis y sin pedir permiso o esperar una señal la tome de la cintura, metí mi pierna derecha entre las de ella, pegue mi erección a su cuerpo, mis testículos en su delgada pierna y mi pene contra su vientre, la mire a los ojos y tome su seno izquierdo. De inmediato puso su mano derecha en mi pecho y la apretó mientras iniciaba un ritmo cadencioso al estrujar su firme seno. Cabía perfecto en mi mano, la miraba a los ojos y la oía resoplar con la boca entre abierta, mi mano que tomaba su cintura quedaba fuera de la vista de Hugo y Betty así que la deslice a su culo, llevaba un pantalón sastre negro y pude sentir en todo su esplendor ese firme y redondo trasero, a través de la tela pude notar que llevaba una tanga, le apreté la nalga con fuerza, Dejo salir un leve gemido y movió su pelvis contra mi pierna yo por mi parte me asegure que sintiera la punta de mi pene clavarse en su estomago.

Volteé a ver a Betty y Hugo, ella tenía sus manos sobre las de él guiándolas para que le sobara los pechos en la forma que le gustaba. -¿Quieren ver algo genial?- Les pregunte viendo a los ojos a Lis, Ella sólo asintió con la cabeza y Hugo pregunto -¿De que trata?-  -Ya lo veras- Respondí. Con la cabeza le hice una señal para que se pusiera junto a su novia en la mesa al tiempo que yo camine asía Betty, la bese de nuevo, un beso rápido pero apasionado, podía ver que estaba muy excitada con todo esto. Pase mis manos por su cintura, me acerque a su oído y le susurre -Esto sera divertido- Clavo sus uñas en mis hombros, me incline más a su oído,  ella lo levanto para que le mordiera el lóbulo, en lugar de eso me fui directo al cuello, le di un buen mordisco al tiempo que con las manos le desabrochaba el sostén por encima del suéter de tela negra que llevaba. Lo hice como un profesional, al final de cuentas era ella la que me había enseñado a hacerlo rápido y  en un solo movimiento. Deje de morder su cuello,  su  cara reflejaba el asombro y excitación que sentía, comenzaba a respirar difícilmente, sólo la mire unos segundos a los ojos y  cambió a esa mirada perversa que ella sabía me prendía.

Me puse a espaldas de Betty con mis manos en la parte baja de su suéter viendo las miradas de Lis y Hugo lo levante lentamente junto con el sostén, los hice pasar sobre su cabeza pero deje sus manos dentro del suéter sujetándolas con una mano  atrás de su nuca, con sus codos apuntando al techo de la cocina. Sabía de sobra que esa era una imagen impactante, siempre que la veía desnudarse me causaba el mismo asombro. Era como ver una fusión de una pintura entre Remedios Varo y Botero, una delgada figura estilizada con hombros y brazos delgados, una cintura pequeña, unas caderas bien redondeadas. En contraste con  sus redondos, gordos y grandes senos, con esos duros pezones negros que en comparación al tamaño de los pechos eran pequeños. Pese a lo grandes que eran sus senos no caían mucho al estar al aire libre. Vi que nuestro público estaba sorprendido. Termine de quitarle el suéter y el sostén para que bajara los brazos, tome el pecho derecho, me lleve el pezón a la boca para morderlo mientras Betty tiraba del cabello de mi nuca. -¿Ahora que piensas?-Le pregunte a Hugo. Lo vi tragar saliva aún que el después lo negó. No dijo nada se limito a acercarse y chupar el otro pecho de Betty.

Yo no iba a perder el tiempo viéndolos, aun que en otras situación con gusto lo hubiera hecho, pero yo quería seguir tocando ese culo duro de Lis. La tome por la cintura y me asegure que sintiera toda mi erección, la bese de forma intensa y le mordí el labio inferior, por que la primera vez que la vi pensé que me encantaría morderlo, la tome por las nalgas y la levante haciendo que me rodeara con sus piernas, pude sentir el calor de su sexo contra mi pene y en la punta de mis dedos, mi miembro  comenzaba a doler dentro de mis jeans. La puse sobre la  mesa tirando algunas botellas al piso.  Las manos de ella estaban en mis hombros, en cuanto quedo sentada en la mesa beso y mordió mi cuello, eso siempre me hace estremecer.

Gire mi rostro para que ella pudiera morderme mejor.  Vi a Betty recargada en la estufa con las dos manos a los costados sobre el borde de la estufa, levemente inclinada hacia atrás para dejar que Hugo pudiera chupar mejor sus pechos. Ella me miraba fijamente, él con las dos manos le apretó los senos, ella cerro los ojos y dejo salir un gemido, cuando los abrió  yo me mordía el labio, sonrío, apretó con una mano la cabeza de él contra su seno y volvió a cerrar los ojos. Fue el momento que aproveche para tomar la mano derecha de Lis por la muñeca, que por el ángulo en que estábamos quedaba fuera de la vista de ellos, la dirigí hasta el bulto de mi pantalón y sin dudarlo lo apretó con sus deditos. Con mi mano derecha me hice camino por debajo de su blusa y su brasier, hasta topar con un minúsculo y pezón duro.

Se oyeron voces de borrachos afuera de la cocina he instintivamente los cuatro nos separamos. Betty se volteo para ponerse su suéter, Hugo se acomodo el cabello y se puso a Amy frente a sus piernas, Lis se bajo de un salto de la mesa acomodándose la blusa, yo con la mano izquierda  acomode de lado mi verga, metí la mano a la bolsa del pantalón para sujetarla y que no brincara mi erección a la vista. Camine a la puerta de la cocina, agudice el oído y no escuche nada, mire si Betty ya estaba tapada, se giro terminando de bajar su suéter. Ver sus pezones duros a través del la delgada tela, ¡Era tan erótico! Me leyó la mente y cruzo sus brazos sobre sus pechos, con la mirada un poco molesta me indico que me asomara, lo hice y no había ya nadie en el pasillo, durante unos segundo me quede mirando, esperando que nadie regresara.  Cerré la puerta y le puse seguro. Todos soltamos una risa nerviosa.

Los cuatro comenzamos a temblar, trate de decir algo pero los dientes me castañeteaban. Era el golpe de adrenalina, Betty y yo sabíamos que teníamos que dejar que se pasara solo, nos había pasado en otras ocasiones, Betty, Lis y yo nos acercamos a la mesa y comenzamos a tomar las botellas para echarlas a un bote grande de basura que Hugo al ver lo que hacíamos nos acerco. Cuando la mesa estuvo despejada Betty prendió un cigarro y me lo paso, prendió otro y se lo dio a Hugo. Seguíamos en silencio con el humo de los cigarros subiendo como raíces al aire. Miradas nada más, Hugo mirando a Lis, Betty a ambos, yo a los 3 y después cambiábamos, Lis viéndome, Betty viéndome, Hugo viendo a Betty y aún ni un solo ruido.

Lis me quito el cigarro de la boca, le fumo y dijo: -Necesito tomar algo- Le puso el cigarro en la boca a Betty, mire a mi carnal y los dos asentimos a la vez. El juego aun continuaba. Tomo de la mano a Lis y la llevo al refrigerador al otro lado de la cocina para buscar alcohol. Me aproxime a Betty, la tome del brazo y la hice quedar de espaldas a ellos, le pase las manos por la cintura, mordí su lóbulo y le dije en voz baja -¿Que tan lejos quieres llegar?- le metí la mano por debajo del pantalón para sentir su caliente y mojado coño ¡Estaba empapada!, saco mi mano, se giro para dirigir mis dedos a mi boca, en cuanto los chupe, metió su mano en mi pantalón me apretó las bolas y después el pene, mojando sus dedos en liquido pre seminal que goteaba de él, saco la mano, separo los dedos para ver mejor la hebra del espeso liquido transparente y los chupo, acto seguido respondió: -¡Tan lejos como quieras llegar!-

Nuestros acompañantes regresaron a la mesa y parecía que tenían un plan, Lis vino a mi y me dio un a corona destapada, Hugo hizo lo mismo con Betty, todos les dimos un buen trago a la vez a las cervezas, cuando las botellas tocaron la mesa todo regreso a su marcha, Lis me tomo por el cinturón y me jalo hacia ella, Hugo presiono a Betty contra la estufa de nuevo. Yo quería ver lo que harían, me daba un morbo inmenso. Mi verga se volvía a despertar. Sentí una mordida en el pecho y me recorrió un escalofrío por toda la espalda. Deje de verlos a ellos y me dedique a lo mío, la tome con la mano izquierda del cabello de la nuca y la obligue a levantar el rostro para besarla, a la vez que con la derecha desabotonaba su blusa, cuando ya no quedaban más botones por abrir, eche un vistazo de reojo y vi un lindo y pequeño brasier de encaje blanco con broche al frete. De inmediato lo desabroche, un par de lindos senos con pezones ámbar se asomaron. Deje de besarla para ver mejor sus senos, en ningún momento solté su cabello. -Ábretela- Le ordene. Con ambas manos abrió su blusa y la dejo caer bajo sus hombros. Tenía unos senos preciosos.  Su pecho subía y bajaba rápidamente. Solté su cabello para poner mis pulgares en su coxis y sujetarla, la atraje asía mi para mordisquearle sus pezones color ámbar.

Lis se mantenía casi en las puntas de los pies, sujetándome de los brazos para no caer, dejándome que me recreara en sus pechos. La oía jadear, apretaba los labios o se los mordía para no hacer ruido. Me incorpore y la guíe a la orilla de la mesa, pero esta vez ella dándole la espalda a ellos. Pude ver que Hugo estaba besando a Betty y la agarraba con fuerzas por las nalgas mientras ella lo rodeaba con una de sus piernas.

Le desabroche el pantalón y le baje el cierre, separe la tela, vi una tanga blanca completamente lisa de algodón. Le mordí el cuello y sus manos bajaron a mi cinturón, lo desabrocharon y botaron el botón del pantalón, Metió su mano, agarro mi verga apretandola con fuerza y después de unos segundos la meneo. Le devolví el favor frotando de arriba a abajo sobre la mancha húmeda de su tanga, primero con el pulgar suavemente y después un poco más rápido con el dedo medio. Sentía que apretaba con más fuerza mi miembro y aceleraba el ritmo, mordió de nuevo mi pecho. De repente bajo el ritmo en el que me masturbaba y me pregunto -¿No traes boxers?- Reí -¡No! a veces me gusta sentirme libre- Me cuestiono -¿No tienes pelos?- reí de nuevo. -No, me gusta rasurarsela- Jadeo Betty. -Y a mi a ti- Le respondía a ella, que se estaba sacando el suéter de nuevo mientras que Hugo le bajaba el cierre del  sus jeans. ¡Como me excitaba verlos!

-¡Quiero verlo!- dijo Lis. Captamos la atención de Betty y Hugo, la besé y con los ojos le indique que se pusiera de rodillas, me asegure de que quedáramos paralelos  a la mesa para que  mi novia y mi mejor amigo pudieran ver todo. Tome el cierre y lo baje teatralmente, mi verga salió fuera del pantalón como si fuera un árbol cayendo al ser talado. Lis lo vio por un instante, lo agarro con una mano, lo levanto contra mi estomago, su otra mano bajo mi pantalón y sin darme tiempo a reaccionar inicio a lamerme las bolas. Betty se puso en igual forma que Lis y Hugo saco su pene. Ella me miro, le dije que "No" con un movimiento de cabeza y ella entendió que no quería que se la mamara. Yo no quería besarla y pensar en el pene de mi carnal. Así que ella se de dedico a jalarsela y en un punto comenzó a hacerle una rusa. Eso me incomodo un poco, por que a mi me había costado convencerla de que me hiciera lo mismo anteriormente, pero una de cal por las de arena me lo merecía por no dejar que se la mamara y en cambio yo tenia la verga en la garganta de Lis.

Verla masturbarlo con sus senos me enojaba y excitaba, sujete  la cabeza de Lis y me puse a cogerme su boca más fuerte de lo que ella me lo estaba haciendo,  por un rato mis testículos golpetearon  contra su barbilla  escurriendo saliva en ellos. Pare o terminaría mucho antes de lo que quería, le extendí la mano y la ayude a levantarse, le saque la blusa de los brazos y después el bra. La subí de nuevo a la mesa, la hice acostarse boca arriba, me metí entre sus piernas, sujete uno de sus tobillos y lo levante para desabrochar su el botín. Lo tire bajo la mesa, le saque el otro y lo mande junto a su hermano, me acomode los jeans, subí el cierre. Se veía tan sexy, sus senos subiendo y bajando con su respiración, lleve mis manos a su senos y los apreté, mordí los costados de su coxis y la línea de su tanga sobre su pubis, gemía y tiraba de mi cabello.  Con las dos manos tome la cintura de su pantalón y ella instintivamente levanto la cadera para que y se lo pudiera quitar. Su pequeña tanga estaba más mojada de lo que yo creía, se la quite inmediatamente, hice un ademan de botarla, pero bajo la mesa la enrolle y la metí a mi bolsa izquierda.  Lo primero que vi fue una mata de bello púbico que me recordaba a la cabeza de los trolls que estuvieron de moda años atrás.

Betty llevo a la mesa a Hugo. Se quito el pantalón y su boxer negro de encaje. Acto seguido me lo tiro en la cara, ella y Lis que vieron la escena rieron, abrí la boca y lo sujete con los dientes para gruñir  y sacudirlo como lo haría un perro con cualquier trapo y rieron más fuerte. Betty se subió a la mesa y se acostó boca arriba justo como Lis pero con su cabeza apuntando a mi lado de cocina. Verlas a ambas acostadas, desnudas, una blanca y la otra apiñonada, sus pechos a la misma altura y con tantos contraste,  creí que iba a eyacular en mis pantalones sólo de ver esa imagen. Alargue la mano a la boca de Betty, metí mis dedos medios, los chupo como tantas otra veces, con la otra mano abrí la vagina de Lis y la penetre con los dedos que mi novia había lubricado. Hugo que se había estado desvistiendo hizo algo similar acariciando el coño de Betty.

A los pocos segundos Lis estaba gimiendo y chillando de placer, mucho más de lo que me gustaba, subió los pies  a la orilla de la mesa, no paraba de estremecerse con el ritmo de mi dedos que subían, bajaban, entrando y saliendo. La tome por la nuca y la hice sentarse, gimió y jadeo más fuerte, alguien podría oírla. Aun traía en los dientes el boxer de encaje, saque mis dedos de ella, tome con esa misma mano los boxer, hice que  chupara los dedos y abriera grande la boca. Metí centímetro a centímetro la ropa interior de mi novia  en su boca, sujetándola por la nuca y empujando el encaje hasta que entro por completo. Con mi mano sobre sus labios  para que no escupiera los boxer la volvía a tumbar en la mesa y me baje a comerle la rosada, vagina. Ella tomaba mi muñeca con ambas manos, chupaba su clítoris con rudeza, intercalando chupadas  y mi lengua que recorría toda la entrada de su sexo o escarbaba dentro de ella. Juro por dios que ahora gritaba con más intensidad, podía sentir en mi mano las vibraciones de sus gritos con fuerza, pero el encaje y mi mano hacían un buen trabajo apagándolos, eso duro un poco más hasta que se vino de golpe, me enterró las uñas con ganas en el ante brazo. Poco a poco se fue relajando todo su cuerpo.

Le mordisqueé al rededor de la vagina y con cada mordisco ella tenía un pequeño temblor, quería que me recordara bien, al final de cuentas siempre competía con mi carnal. Quite mi mano de su boca y deje que expulsara con la lengua el boxer. Lo guarde en mi bolsa derecha. Su respiración aun era acelerada. Mire a Betty sujetaba por la cabeza a Hugo y le apretaba la cara con los muslos, Odiaba que me hiciera eso por que no me dejaba lamer a gusto. Seguramente mi carnal le estaría costando trabajo. Había un truquito para que ella dejara de apretar las piernas así y era que le tirara de los pezones mientras le daba la mamada, así que sin pensarlo alargue mi mano hasta llegar a al pezón izquierdo de Betty, lo torcí y jale asía mi. Soltó un gemido, tomo mi muñeca y enterró sus uñas en ella, jalo del cabello a Hugo y separo las piernas. Apreté más fuerte y gimió más.

Cuando ella pujaba y gemía así yo sólo quería cogerla con fuerza, sujetarla y someterla a las envestidas de mi verga. Lis se sentó, metió sus manos bajo mi playera y la levanto. -¡Perdón!- dijo. En mi pecho había dos marcas rojizas de sus mordidas. -¡Puede soportar más!- pujo Betty. Me quite la playera y le mostré en mi hombro una mancha morada al rededor de una bien delineada marca de dientes, que Betty me había hecho una semana atrás. Lis sonrió y me mordió un pezón volviendo a meter la mano en mis jeans para jalarme mi goteante verga.

Con la mirada busque mi mochila, la encontré atrás de mi. Me separe de Lis y fui a ella, regrese con dos Sico le tire uno a Hugo sobre el afeitado pubis de Betty, lo abrió, se lo puso y empujo su miembro en ella. Betty  puso sus manos en la orilla de la mesa sobre su cabeza y lo rodeó con sus piernas. Le pase el condón a Lis, la bese, quería hacerla gritar mi nombre, ella me puso el condón con poca habilidad, termine de acomodarlo yo con una mano  y ella se inclino un poco asía atrás. Yo no quería cogérmela así, me acerque para morderle el labio y tomarla del cabello, la baje de la mesa para ponerla boca abajo en la madera de la mesa. Tenía unas nalgas casi perfectas salvo por un mancha café oscuro en una de ellas, un lunar que me pareció tener la forma de Monterrey. Me asegure de  sujetarla bien del cabello, la hice arquearse cuando me agache para meter mi cara entre sus nalgas y lamer su vagina.

Sin soltar su cabello la deje que se volviera a recostar en la mesa, puse la punta de mi pene contra su vagina y lo moví lentamente de arriba a abajo, ella hacía algo similar subiendo y bajando su trasero, con mi mano libre le sujete una nalga abriéndola para poder ver mejor su rosada vagina. Le hice parar su movimiento, tome mi verga y la empuje con fuerza dentro de ella jalandole el cabello y haciéndola arquearse de nuevo. -¡Oh!- Grito, se la saque por completo y la envestí más fuerte una y otra vez. Sólo más -¡Oh, oh, oh!- Betty me miraba directo a los ojos. -¡Más fuerte!- No sé si se lo dijo a Hugo que estaba entre sus piernas o a mi, pero preferí creer que era a mi. Sin dejar de ver a Betty jale un poco más el cabello de Lis apoye mi codo arriba de su cadera y la penetre más rápido, el sonido de sus nalgas contra mi cuerpo, los gemidos de ambas y el rechinar de la mesa inundaban la cocina.

Perdí la cabeza, la jale para que se parara, la lleve contra la pared, hice que se diera la vuelta para levantarle una pierna. La penetre de nuevo, con fuerza. Me mordió el pecho con más rudeza que antes y con mi mano libre le apreté el cuello ella gemía y yo bramaba.  Me enterraba las uñas en la espalda, todo me daba vueltas, mi verga punzaba queriendo vaciarse y yo apretaba tratando de retener mi eyaculación tanto como fuera posible. Lo solté todo, me deje ir hasta la ultima gota, las rodillas me fallaron y tuve que agarrarme de la pared para que no cayéramos. Me beso entre jadeos y reímos. Volteamos a ver a nuestras parejas y ahí estaban ellos viéndonos recargados en la estufa fumando. No supimos cuanto llevaban viéndonos. Fui por un cigarro y el resto de mi cerveza.

Pocos meses después terminamos Betty y yo, tardamos años en volver a hablarnos y somos buenos amigos actualmente. Hugo y Lis duraron muy poco juntos. Él y yo fuimos compañeros de muchas locuras más. A Lis me la tope en un cine casi un año después y tuvimos un encuentro en los baños del cine, que tal vez me anime a contar más adelante.

(9,25)