¡Estás embarazada!
De repente, el mulato cerró los ojos, sujetó con fuerza las caderas de la mujer, penetró hasta la empuñadura, se quedó quieto y eyaculó. Su verga depositó grandes cantidades de semen espeso que inundaron la concha. Después abrió los ojos, sonrió, sacó su pene chor...