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Fantasía cumplida: dos tipos se follaron a mi esposa

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No me atrevía a contarle a mi esposa esa fantasía que me rondaba por la cabeza y con la que me excitaba tremendamente cuando hacíamos el amor, era que yo contemplaba como se la follaban a ella uno o dos tíos muy bien dotados. Sabía que, por relatos que había leído por internet, no era una fantasía exclusivamente mía y que a muchos otros hombres les excitaba la fantasía de ser un cornudo y presenciar a su pareja follando con otros hombres.

Cierto día se lo insinué a Yolanda, que es como se llama mi esposa, no le pedí explícitamente que follara con otro delante mía, lo que hice fue que, justo en el momento en que ella se despertó le conté un falso sueño, le dije que me había despertado en mitad de un sueño en el que ella se lo montaba con dos tíos muy bien dotados a la vez y que eso me había dejado completamente excitado, le conté que, extrañamente, en vez de haber sido para mí una pesadilla había sido una experiencia muy excitante. No le había contado la verdad, no había sido un sueño, había estado fantaseando un buen rato desde que me desperté con aquello que le conté, esa fantasía con la que tanto me excitaba. Ella acercó su mano a mi polla y al encontrármela completamente dura, me dijo: “¡vaya lo que te excita que yo me la monte con otros!, ¿y dices que estaban muy bien dotados?”. Nos pusimos a hacer el amor y esta vez la encontré más caliente y activa que de costumbre, hacía mucho que no lo hacíamos de esa manera, cuando acabamos le pregunté si había estado pensando en lo que yo había soñado mientras lo hacíamos, ella me dijo que no, que ella no se excitaba pensando en ponerme los cuernos, pero por lo que tardó en contestarme supe que no había dicho la verdad. Después de haberle contado aquella mañana mi falso sueño y ver que ella no se lo tomó malamente, sino que bromeó con la dotación de sus amantes oníricos, no se me quitaba la idea de hacer realidad esa fantasía, pero ¿cómo le pediría a mi esposa hacer realidad mi fantasía?, ¿Cómo se lo tomaría ella?

Al siguiente sábado nos quedamos solos en casa con la única compañía de una botella de buen vino, en cuanto la encontré desinhibida por el efecto del alcohol, justo en el momento en que empezó a tocarme la entrepierna, le conté que llevaba tiempo dándole vueltas a lo que “había soñado” y le pregunté si nunca se excitaba fantaseando con que follaba con otro hombre que no fuera yo y que si no deseaba alguna vez hacerlo con otro, ella me dijo que las fantasías eran una cosa y la realidad otra, y que intentar hacerlas realidad era muy peligroso. Antes de hacerle el amor le llené otra copa de vino y una vez se la bebió le bajé el pantalón y las bragas, la tumbé bocabajo con un gran cojín bajo las caderas de forma que su culo y su sexo quedaron bastante elevados, de esa forma la penetré dándole fuerte, mientras me la follaba le insistí en que me excitaría ver como otros tíos se lo hacían, y ella me dijo: “¿seguro que eso no te pondría insoportablemente celoso?”, ¿y si después te sienta mal que me folle otro tío y cambia nuestra relación?. Yo le contesté que no tenía por qué cambiarla, al fin y al cabo sería solo un juego, solo sería sexo y placer, no habría amor, y hay que diferenciar entre el amor y el sexo; ¿y quién buscaría y elegiría al tío con quien follaría?, me preguntó Yolanda; en ese momento supe que ella estaba dispuesta, “lo buscaríamos entre los dos”, le contesté yo. Seguimos haciendo el amor sin mencionar el tema, ella llegó a dos orgasmos antes de que yo me corriera. Justo al acabar encendí el ordenador y puse en Google: “anuncios parejas liberales”, Yolanda me dijo: “pero que prisas tienes, yo todavía no te he dicho que esté dispuesta a hacerlo”; bueno, “¿por qué no buscar ya algún candidato que te guste?, por si acaso”, le contesté. Mi esposa llenó dos copas más de vino y riéndose dijo: “bueno, a ver que encontramos por ahí, pero ya que voy a tener que follar con otro, búscamelo que esté bien en todos los aspectos”. Entré en una página de anuncios para parejas liberales y en un espacio que había para filtrar los anuncios puse la palabra “dotado”, ella riéndose me dijo que tuviese cuidado, no la fuese a dejar hecha polvo. Muchos de los que salían eran profesionales muy bien dotados y que cobraban por sus servicios, esos los rechazamos porque yo no quería profesionales. Seleccionamos a cuatro que podrían valer y con los que Yolanda accedió a que yo contactase, todos ellos se describían más altos y fuertes de lo que soy yo, dos de ellos ponían fotos parciales de su cuerpo en las que se veía que estaban muy bien dotados, los otros dos se describían físicamente y ponían sus medidas, entre ellas las de sus pollas que rondaban los veinte centímetros, bastante más grandes que la mía que es normalita, de unos doce centímetros.

 ¿Vas a responder a los anuncios? me preguntó Yolanda, le contesté que a dos de ellos les escribiría porque no ponían teléfono, pero que a uno de ellos le iba a llamar ya, “pero todavía no te he asegurado que lo vaya a hacer”, me respondió ella. Cogí mi móvil y comencé a marcar el número que ponía en el anuncio de un tal Manuel que se ofrecía a cornudos que quisieran ver como se follaban a sus mujeres y que medía 190 x 80 x 21, imaginé que los veintiuno sería de miembro, pero me salía que su teléfono estaba apagado o fuera de cobertura, marqué el del otro que también ponía su número de teléfono, uno que tenía puesta dos fotos, una de espalda donde se intuía que frecuentaba algún gimnasio y otra de frente donde solo se veía un abdominal bastante plano y una gruesa polla erecta que le llegaba hasta el ombligo y que de seguro tenía los veintidós centímetros que decía en el anuncio; me contestó al segundo tono, entonces puse el altavoz para que Yolanda oyese lo que hablábamos, yo le pregunté si de verdad no era un profesional a lo que me contestó que no, que no buscaba compensación económica, que solo buscaba morbo y placer; le conté lo que yo le había propuesto a mi esposa y él me contestó que estaría encantado de entrar en el juego, pero quería que antes le describiera a mi mujer o que mejor le mandara alguna foto de ella desnuda o semidesnuda aunque no se le viese la cara, yo le dije que la tenía delante pero que ella no quería nunca que le fotografiase desnuda, le aseguré que mi esposa era bastante atractiva y que de seguro le gustaría; yo miraba a Yolanda y le notaba que estaba bastante inquieta y excitada, ella se acercó a mi oído y me dijo que si yo quería le podía hacer una foto solo de su culo, yo lo dije a Antonio, que era como se llamaba nuestro seleccionado, que mi esposa dejaba que le hiciese una foto de su culo, le pregunté que si con eso le bastaba, el me dijo que le era suficiente. Indiqué a Yolanda para que se pusiese agachada sobre el sofá y tomé un primer plano de su culo en pompa con la webcam del ordenador, le dije a ella lo mucho que me estaba excitando hacer esa foto para exhibirla, y que si le podía hacer otra abriéndose las nalgas con las manos enseñando sus orificios, Yolanda no puso inconveniente y apoyando su frente en el cabecero del sofá abrió sus nalgas para mostrando a la cámara sus suculentos agujeritos, le mandé a Antonio las foto al mail que ponía en el anuncio, al momento me dijo que las había recibido y que estaba ansioso por follársela en esa postura, le pregunté si podíamos quedar en ese momento y me dijo que estaba más que disponible, Yolanda me interrumpió y me dijo que en nuestra casa no, le pregunté a Antonio si podíamos hacerlo en la suya pero me dijo que no vivía solo y en su casa no podría, me propuso ir a un hostal bastante discreto, que él lo pagaría; yo le ofrecí pagarlo a medias.

Camino del hostal Yolanda titubeó, me dijo que no estaba segura, yo le dije que al menos debíamos de ir a donde habíamos quedado con Antonio y que allí decidiese. También me dijo que le daría mucho corte hacer algo con otro hombre delante de mí, que no se veía preparada para todo esto. Llegamos a la puerta del hostal y allí estaba esperando Antonio, era unos diez centímetros más alto que yo y bastante atractivo, me estrechó la mano y a Yolanda le fue a dar un beso en la boca, ella se retiró poniéndole la mejilla pero Antonio le cogió de la barbilla y preguntándome a mí sí me importaba le dio un beso en los labios mientras yo le respondía que no me importaba, Yolanda volvió a repetir delante de él que no estaba segura de hacerlo y Antonio me preguntó a mí de si yo lo estaba, le contesté que yo si estaba seguro. Yolanda terminó por decidirse a subir a la habitación del hostal, pero me pidió que yo no subiera de momento hasta que me avisase al móvil, dijo que estaba bastante nerviosa porque nunca antes lo había hecho con otro hombre y el que yo estuviera delante le ponía aún más, yo accedí a esperar un rato abajo hasta que se relajara.

Subieron a la habitación y yo esperé tan solo diez minutos hasta que sonó mi móvil, era Antonio el que me llamaba, me indicó que subiera ya a la habitación 210, subí rápidamente y nada más abrirse la puerta vi a Yolanda de rodillas, desnuda de cintura para arriba con los pantalones a medio bajar dejándole ver casi todo su culo y con los ojos vendados por un pañuelo, estaba metiéndose en la boca una polla imponente. Cerré la puerta y me senté en un sillón que había frente a la cama, la polla de este tío era el doble que la mía y Yolanda se la estaba metiendo como poco hasta la garganta, a mí nunca me la había mamado de esa forma porque decía que le daba arcadas metérsela entera, me levanté y tiré del pañuelo que le tapaba los ojos, ella me miró con ojos picarones mientras se deslizaba la grandiosa polla de Antonio hasta la campanilla, me sorprendió que no se le notase ni la mínima nausea.

Antonio me dijo que si quería tener un recuerdo podía grabarlo todo con mi móvil, cosa que comencé a hacer de inmediato, se puso a decirle a Yolanda que lo estaba haciendo muy bien, que siguiese así tragándosela hasta el fondo y se dirigió a mí diciéndome que era un cornudo muy afortunado, Yolanda me miraba a la cara de vez en cuando mientras se deslizaba la polla de Antonio por su boca y al darse cuenta de lo excitado que me encontraba se ponía a mamársela con más brío.

Antonio me dijo que me quitara la ropa para que mi “putita” pudiese ver lo que me excitaba ver como un macho se la follaba. Me desnudé y me retrepé sobre el sillón toqueteándome la polla erecta mientras Yolanda seguía mamándosela a Antonio, este dijo mirándome a la entrepierna: “ahora sí que tengo claro que aquí soy el macho dominante”, la comparativa era odiosa, Antonio tenía una polla envidiable con la que Yolanda se notaba que estaba disfrutando a lo grande.

Antonio nos dijo que tenía hecha la vasectomía, aunque ya lo sabíamos por el anuncio, y que solo follaba sin condón con su pareja, nos preguntó si nos importaba que la penetrase sin ponérselo, yo asentí y Yolanda dijo que no le importaba. Se la llevó hasta la cama poniéndola en cuclillas con su cara frente a mí, me fijé bien en la polla de Antonio, tenía hecha la circuncisión y su glande desnudo se veía enorme y relucientemente mojado por la saliva de mi esposa, acercó la punta de su miembro hasta el coñito de Yolanda y tras introducirle la punta despacito le metió entero el resto de su pollón de golpe, haciendo que Yolanda soltara un grito. Estuvo durante un rato dándole una caña tremenda, metiendo y sacando casi en su totalidad esos veintidós centímetros en el chochito de mi mujer mientras ella me miraba con la cara extasiada y jadeando, gritó como una loca cuando tuvo su primer orgasmo. Antonio le escupió un poco de saliva al ano y comenzó a meterle un dedo, Yolanda le apartó la mano y le dijo que por ahí no, Antonio me preguntó si yo nunca me la había follado por el culo y yo le contesté que jamás, él respondió: “es una pena que no quiera, me encantaría romper este precioso culito”, “¿te importaría que yo se lo rompiese?, me preguntó, yo le respondí que era ella quien debía decidirlo, entonces Yolanda entre jadeos dijo que no quería que le follasen por el culo, y menos con una polla así.

Yolanda tuvo su segundo orgasmo con Antonio y tras este él la apartó y le dijo que se pusiera de frente. “Ahora si no os importa me voy a correr en esta bonita cara y en esta boquita golosa para que saboree el semen de un macho, así que menéamela y no apartes la cara de mi polla”, , yo me había levantado para ver bien todo lo que Antonio hacía con mi esposa, ella me miraba a los ojos mientras le caía el semen en la cara, tuvo que giñar un ojo porque le cayó un buen goterón en el párpado, Antonio estaba bien cargado, se corrió de forma abundante en la cara y en la boca, Yolanda mientras Antonio se apretaba su pollón escurriendo las últimas gotas en la boca abierta, sin dejar de mirarme a la cara sacó su lengua mostrándome el semen que tenía depositado en ella, e inmediatamente se tragó todo lo que Antonio había depositado en su boca mirándome y relamiéndose mientras que a mí me devoraba la excitación.

Antonio se retiró diciéndome: “Te la dejo para ti ahora que por fin ha probado lo que es que se la folle un macho de verdad”. Yolanda me miró desconcertada ante las palabras que había dicho Antonio. “Anda acércale la pollita para que te la chupe un rato la putita de tu mujer”. Hice lo que me dijo Antonio, acerqué mi polla a la boca de mi esposa y ella me hizo la mejor mamada que me había hecho jamás, esta vez se la tragó entera, y en vez de irse corriendo a escupir el semen como había hecho siempre lo engulló todo.

Antonio nos dijo que si queríamos ir a tomar una copa con él, y al ver que nos quedamos callados y que estábamos un poco serio nos dijo: “perdonad si he dicho cosas que os haya ofendido, era solo un juego y pensé que os excitaría aún más”. Yolanda sonrió y dijo que no le importaba ir a tomar una copa, pero solo una, que ya había bebido bastante ese día.

Salimos del hostal y nos dirigimos a un bar cercano, mientras nos tomábamos la copa sonó mi teléfono, me devolvía la llamada Manuel, el tipo que antes tenía el teléfono apagado. Le conté para que lo había llamado, también le dije que inmediatamente llamé a otro y que acabábamos de salir de un encuentro con él, me dijo que si en otra ocasión queríamos hacerlo con otro diferente que no dudáramos en llamarle, Antonio que se estaba enterando de toda la conversación me hizo señales para que no colgara el teléfono me dijo que esperase un momento lo que yo también pedí a Manuel, nos preguntó dirigiéndose a Yolanda y a mí: ¿te apetecería que otro día te lo hiciésemos entre dos?, y a ti,¿ te gustaría ver como tu mujercita se lo monta con dos sementales?. Yolanda titubeó y me preguntó si yo quería, le contesté que era su decisión, que si a ella le apetecía, por mí conforme. Yolanda dijo que se lo propusiese, que ya puestos no le importaría probar con dos hombres a la vez. Le hice la propuesta tras preguntarle por su físico, si era real lo que ponía en el anuncio, y el se describió confirmándome sus medidas, era también un tipo grande pero no atlético como Antonio y me confirmó que su polla era “normalita y cabezona”, sobre los veintiún centímetros, sobre la propuesta de hacer un trío con Antonio y mi esposa delante mía dijo que le encantaría.

Tras tomar la copa nos despedimos de Antonio quedando para concretar una cita la semana siguiente para que hiciesen el trío.

Estuvimos un rato hablando Yolanda y yo sobre lo que había pasado, Yolanda me confesó que nunca había querido contarme fantasías que había tenido en las que follaba con otros hombres realizando cosas que no se atrevía a hacer en la realidad, como dejar que le follasen por el culo. Me contó que la experiencia de Antonio le había gustado y mucho, que había sido muy excitante que le follase un extraño con un miembro tan grande, que al principio le daba muchísima vergüenza el que yo estuviese contemplándolo todo, pero que poco a poco fue superándola, y más al ver lo que a mí me estaba excitando, me dijo que lo que le costó muchísimo fue disimular las arcadas que le producía de vez en cuando el que le llegase esa polla tan grande hasta la garganta, pero que las aguantó porque no quería parecer una mojigata, quería exhibirse delante de mí poniéndose en el rol de una puta, me dijo que yo era muy generoso, que ella no soportaría verme follando con otra mujer; me dijo que le dejó muy desconcertada la forma en que Antonio de dirigió a mí en algunas ocasiones, y que menos, mal que después nos aclaró que era solo un juego. Yo le comenté que a mí me había producido sentimientos contradictorios, que aun dándome celos el ver delante de mi cara que a ella se la follaba otro tío, que además estaba muchísimo mejor dotado que yo, al mismo tiempo me excitó muchísimo ver como se devoraba ese pollón y la cara de extasiada que se le ponía al tener los orgasmos por la tremenda follada que recibió.

Estuve toda la semana impaciente por ver el siguiente encuentro en el que dos corneadores muy bien dotados se follarían a mi esposa.

El viernes me llamó Manuel, me dijo que había alquilado una casita a las afueras de Sevilla donde tendríamos más intimidad que en la habitación de un hostal, la cual no era un buen sitio para estar cuatro personas, y que en esa casita mi esposa podría jadear y gritar de placer sin temor a que nadie la oyese. Me pareció bien, a mí lo del hostal me incomodaba también, llamé a Antonio dándole la dirección que me había facilitado Manuel y él me pidió si le podía mandar alguna de las fotos o videos que había hecho yo durante el anterior encuentro, me dijo que sólo las quería como recuerdo, que nadie más las vería, no puse reparo y cuando llegué a casa le envié algunas de las fotos en las que no se reconocía la identidad de Yolanda, salvo en una que le hice a la cara llena de semen, en la que era difícil reconocerle porque estaba completamente despeinada y con el maquillaje emborronándole toda la cara.

El sábado a las cinco llegamos puntualmente Yolanda y yo a la dirección que nos dijo Manuel, allí ya estaban los dos esperando y parece que habían congeniado bastante bien, nada más entrar nosotros Manuel le dijo a Antonio: “¿esta es la putita y él el cornudo de su marido?”, imaginamos que era parte del juego, por lo que no nos mostramos ofendidos por la presentación. Entró Yolanda delante de mí y Manuel al pasar ella por la puerta le cogió con fuerza el culo diciendo: “si, tiene un buen culo como me dijiste”, dirigiéndose a Antonio, a nosotros nos ofreció una copa para “que nos fuésemos relajando”.

El salón de la vivienda estaba muy cálido, se notaba que habían tenido encendida la calefacción desde hacía rato, Manuel y Antonio comenzaron a desnudarse y pidieron a mi mujer que hiciese lo mismo. Al bajarse los pantalones Manuel vimos el tremendo pollón que tenía, aunque no sobrepasaba en longitud al de Antonio su grosor era mayor y su glande desproporcionado era aún más ancho que el resto de su miembro, de grueso era al menos como tres o cuatro veces el mío. Yolanda mirándome se relamió los labios con la lengua insinuándome lo que iba a disfrutar con esa enorme polla, se puso de rodillas frente a mí, acercó a Manuel que lo tenía a un lado tirando de su enorme polla y se metió en la boca la punta que se la llenaba toda, lamiéndola mientras dirigía la mirada hacia mí.

Tras terminar de desnudarse Antonio se puso al otro lado y así los dos les ofrecieron sus grandes pollas para que fuese alternando entre ellas. Yolanda gimoteando dijo: “sé que siendo dos alguno querrá metérmela por detrás, os la chupo todo lo que queráis y me folláis por delante, pero no me las metáis por el culo, por favor, que son muy grandes”, Antonio y Manuel se sonrieron.

Ordenaron a Yolanda que se pusiese en cuclillas agachada para que así siguiera mamándosela a Antonio que se había tumbado en la alfombra para que así mientras, con el culo en pompa, Manuel le penetrara el coñito, ella, a pesar de que debía tenerlo ya completamente húmedo de la excitación y de que el sábado anterior ya había sido follada con la grandiosa polla de Antonio soltó un grito desgarrador, Manuel no fue nada delicado, le metió de golpe su pollón con su enorme glande hasta el fondo y se puso a deslizársela para afuera y para dentro, sacándola y metiéndola en su totalidad rápidamente, yo contemplaba como se estaba follando a mi esposa de forma extremadamente violenta, sacaba su miembro totalmente del coño de mi esposa para metérselo entero de un golpe, eso lo hizo varias veces seguidas, mientras ella gritaba y jadeaba con cada embestida de Manuel; mientras Antonio no le paraba de decirle que se metiera su polla hasta la garganta, que se la tragara entera, cosa que era imposible por su tamaño.

Manuel se dirigió a mí diciéndome: “amigo, vamos a dejar a tu mujercita satisfecha para un mes, lo único es que no va a notar tu pollita cuando te la folles, si es que te deja hacerlo, porque le vamos a dejar el coño y el culo más abierto de lo que te puedas imaginar”. Yolanda dejó de chupar la polla de Antonio y mirándome me dijo: “¿vas a dejar que me hagan eso?”, yo estaba confuso, le recordé delante de ellos que según ella me había contado esa era una fantasía que había tenido muchas veces y que le excitaba y dirigiéndome a ellos les dije: “si lo hacéis, si le follais el culo, hacerlo con delicadeza, no seáis brutos”. A Yolanda se le saltaron algunas lágrimas mientras no me retiraba la mirada.

 “Voy a ser bueno”, dijo Manuel dirigiéndose a mí, “antes de meterle mi tranca te voy a enseñar cómo se dilata un culito estrechito como el de la puta de tu mujercita”, colocó a mi esposa en cuclillas mostrándome su culo, le dio un fuerte cachete en una de las nalgas diciéndole: “no cierres las piernas, ábrelas bien y relájate, así te dolerá menos”, cogió con los dedos un poco de crema de un bote y le introdujo uno de ellos por el culo, estuvo un rato deslizando ese dedo de dentro afuera de su ano hasta que se lo sacó para hacerlo introduciéndole dos y luego tres a la vez, estuvo un tiempo deslizando los tres dedos hacia dentro y fuera hasta que los sacó y dijo: “ya estás bien preparada, así que ponte un poco de lado para que el cornudo de tu maridito pueda ver cómo te taladro el culo”. Entonces contemple como un pollón de unos veinte centímetros de largo y enormemente grueso hacía crujir el ano de Yolanda, tardó unos treinta segundos en meterle la punta y que esta sobrepasara su esfínter mientras ella gritaba de dolor, pero una vez metido el enorme glande, hizo perder de mi vista de golpe la totalidad de su miembro introduciéndolo entero en el culo de mi mujer. Ella siguió durante un rato gritando y llorando, hasta que al parecer, dejó de dolerle tanto el mete-saca que le estaba dando. Manuel comenzó a decir: “mira como ya no grita la guarrilla, al final le va a gustar que le taladren el culo”, “ahora le vamos a enseñar al cornudo de tu maridito lo abierto que se ha quedado este agujerito después de esta buena follada”, “venga, mueve más el culo para que vea lo que ya te está gustando y lo puta que eres”, “¿ves cómo se excita el cornudo viendo a un macho de verdad follándote tu hermoso culo?”, Yolanda ya sin lágrimas en los ojos comenzó a mover su culo con bastante brío mientras seguía mirándome a los ojos hasta que Manuel le dijo “para, que vas a hacer que me corra pronto”, sacó la polla del culo de Yolanda y le dijo que se diese la vuelta para enseñarme el agujero que se le había quedado, con el culo frente a mi cara le separó las nalgas para que viese lo completamente rojo y dilatado que se le había quedado, ¡acércaselo a la boca para que te lo limpie el cornudo con la lengua!; acercó su culo a mi cara y le limpié los restos de sangre que le había hecho al romperle el esfínter.

Antonio se volvió a tumbar de espaldas en la alfombra y le dijo a Yolanda que se pusiese ella encima para seguir follándole “el coñito”, esta vez yo tenía a mi esposa de espaldas y podía contemplar como subida sobre Antonio botaba sobre él deslizando dentro de su coño esa monumental polla; antes de que hubiesen pasado dos minutos ella gritaba como loca por el glorioso orgasmo que estaba teniendo. Manuel se acercó por detrás y le dijo que se agachara un poco sin dejar de follar, mientras ella seguía teniendo la polla de Antonio dentro Manuel le volvió a penetrar el culo. Yo estaba contemplando como mi esposa estaba entre dos tíos grandes, fuertes y tremendamente dotados siendo follada a la vez por los dos, se estaba cumpliendo una fantasía con la que yo me había excitado muchas veces mientras le hacía el amor.

Manuel se retiró y se fue al lavabo, Yolanda siguió un rato cabalgando encima de Antonio hasta tener su segundo orgasmo mientras que hizo algo que hasta ahora no había hecho, finalizando los últimos jadeos del orgasmo siguió moviéndose tumbada encima de él comiéndole la boca y diciéndole: “amor, córrete dentro de mí, lléname de tu leche”, “unh, me encanta tenerte dentro, me haces una mujer”. Eso que le dijo me dejó completamente perdido, ¿se había enamorado?, ¿estaba jugando conmigo haciéndome creer eso?, me estaba dejando inseguro, yo quería que sólo hubiese sexo, no quería ni imaginar que pudiese haber algo más entre ella y otro hombre. Antonio se corrió dentro de ella y estuvieron retorciéndose y comiéndose las bocas hasta que volvió a entrar Manuel, momento en que se separaron.

Manuel, que estaba todavía completamente empalmado, dijo que se había lavado la polla para que se la volviera a mamar, Antonio le dijo a mi esposa: “venga, termínale a este la faena y nos vamos”. Yolanda se puso de rodillas frente a Manuel y le hizo una gran mamada hasta que se corrió, parte lo echó en su boca y otra parte se la echó por la cara diciendo: “tengo ganas de volver a ver esta carita llena de semen”, lo cual me dejó algo desconcertado; seguro que Antonio le había enseñado las fotos que le envié.

Ya serían casi las siete de la tarde, en cuanto Yolanda salió del baño limpia y pintada Antonio nos propuso salir a tomar alguna copa, Manuel dijo que él no podía, que tenía que había prometido a su mujer ir de compras con ella; yo me mostré reticente, quizás porque me estaba poniendo algo celoso lo de los besos entre mi esposa y Antonio, pero mi esposa recibió la propuesta con entusiasmo, dijo de pasar antes por casa para cambiarse de ropa y ponerse algo apropiado para ir de copas y quizás bailar. Nos despedimos quedando en encontrarnos con Antonio dos horas más tarde.

Cuando nos montamos en el coche me dijo:”me han violado, me han violado delante de tu cara y tú no has abierto la boca nada más que para aceptar que me hicieran algo que yo no quería, me han follado el culo contra mi voluntad. Y lo que más me ha asombrado, es que siempre que te miraba notaba que tu polla estaba completamente tiesa, has estado todo el tiempo excitado viendo como ese bestia me violaban y se reía de ti diciendo lo cornudo que eres, y veo que es verdad, eres un perfecto cornudo. ¿Sabías que me iba a follar por el culo contra mi voluntad?, si lo sabías, además de un cornudo eres un cerdo. Les enviaste fotos mías sin mi consentimiento, me dijiste que nada de esto tenía por qué cambiar nuestra relación, pero te aseguro que va a cambiar, tú no me volverás a follar antes que otro hombre, sólo lo harás después de que otro lo haya hecho, y como el cornudo que eres, cada vez que yo te diga me traerás un buen semental para que me folle antes que tu, no sé si dejaré que me vuelvan a follar el culo, pero de seguro que tu no lo harás nunca, sólo te quedarás con las sobras. Pero si te digo una cosa, le he cogido gusto a que me follen con pollas grandes de verdad, no como la tuya”.

Al rato de estar en casa Antonio llamó por teléfono y pidió a mi esposo que me pusiera yo. Antonio me preguntó qué tal estábamos, que si seguía en pie lo de ir a tomar alguna copa y a bailar, me dijo que no se imaginaba que Manuel fuese a ser tan bestia y tan borde, que él no me hubiese hecho nada contra mi voluntad, pero que tenía que haber sido mi marido el que le parase los pies a Manuel. Mi esposa habló a Antonio: “hola Antonio, agradezco tu preocupación y tu llamada, me has aclarado muchas cosas que no comprendía, te voy a ser sincera, y quiero que este cornudo que tengo al lado se entere bien; no quiero volver a ver a Manuel, pero si a ti no te importa y te apetece, eso sí, cuando mis orificios se recuperen, me gustaría tener otros encuentros de sexo contigo, pero contigo, sólo contigo, no quiero que este cornudo se excite viendo como me follas”, “Ah, y le he perdido el miedo a que me rompas mi precioso culito”, “nos vemos dentro de un rato”.

Esa noche nos fuimos a una discoteca de las afueras, ninguno conocíamos a nadie, tras tomarnos la primera copa Yolanda le preguntó a Antonio si quería bailar y a mí me dijo que buscase una pareja de baile, que allí había muchas mujeres desesperadas por pillar un hombre; yo me quedé sentado un rato contemplando como Yolanda se ponía a bailar con Antonio de forma muy provocativa frotándole con el culo su entrepierna, al rato Antonio la dejó sola en la pista y vino a acompañarme, “de verdad que está buena y sexi tu mujercita, a más de un tío de aquí lo está volviendo loco con sus movimientos, mira bien”. Al rato mi esposa estaba rodeada de tíos que venían de despedida de solteros, se puso rodeada de todos ellos y mientras le jaleaban ella frotaba su culo con las entrepiernas de algunos de ellos, mientras que a otros les toqueteaba sus paquetes por encima de los pantalones, observé como otros de ellos le toqueteaban los pechos. Antonio comentaba “es todo un espectáculo el que nos está ofreciendo tu mujercita, van a irse todos esos a la cama con una calentura impresionante”.

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