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Abuela Rosa

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Hola, me llamo Sergio tengo 23 años y vivo en un municipio de Tlaxcala, siempre me han gustado las mujeres mayores de 50, 60, 70 y hasta de 80 años.

Les contare como conseguí cogerme a una abuela de 88 años. Trabajaba a unos 40 minutos de casa y tenía que tomar una micro para poder llegar a mi trabajo, un martes me subí a la micro y vi que iba una abuelita de unos 80 años la cual me pareció comible así que cuando bajo de la micro la ayude y aproveche para tocar disimuladamente sus pechos y le arrime la verga en sus nalgas me agradeció por ayudarla, le pregunte que donde viva y que hacia viajando sola; me dio que vivía en un pueblo cerca de mi casa y que iba a cobrar un dinero que le debían y que solo vivía con su hija y su nieta pero que siempre sale sola a todos lados, como se me hacía tarde para llegar al trabajo tuve que dejarla.

El próximo martes tome nuevamente la micro para llegar al trabajo y me sorprendí cuando vi a la abuelita sentada así que me senté junto a ella y me reconoció de inmediato, platicamos cosas sin sentido durante el viaje y al llegar a nuestro destino le ayude nuevamente a bajar, esta vez fui más descarado al tocar sus pechos y arrimarle la verga solo me miro pero no dijo nada, caminamos unos 5 minutos y tenía que dejarla por que tenía que ir a trabajar me agradeció nuevamente y me dijo que me invitaba a comer algo el domingo, por supuesto que le dije que sí, acordamos el lugar y la hora y me fui a trabajar.

Llegó el domingo y nos vimos donde habíamos quedado, me invito a desayunar algo en un mercado y me conto que era viuda desde hace 7 años pero que su marido le dejo algunos terrenos y una buena casa, le pregunte cosas de su vida privada y no se molestó en contestar me dijo que solo hubo un hombre en su vida que fue su marido y que antes de que muriera todavía habían cogido por última vez, me dijo no creas que soy fácil pero  si tú quieres podemos ir a un hotel otro día yo estaba tan caliente que le dije que de una vez pero dijo que no podía porque ya era tarde que mejor el martes y me agarro la verga sobre el pantalón y me dejo tocarle las tetas a mi antojo, no me importo que alguien nos viera. 

El martes no pude verla por el trabajo y así pasaron varias semanas y no sabía nada de ella había perdido la esperanza de poder cogérmela; hasta que un sábado la encontré en el mercado y me dijo que ese martes me estuvo esperando por horas, le dije que fuéramos de una vez y dijo que ya no tenía tiempo, así que, solo volvió a agarrarme la verga y se dejó manosear. Quedamos de vernos el miércoles 4 de enero de este nuevo 2017. 

Llegó el día nos vimos cerca de mi casa y como casi todos me conocen decidí llevármela al lugar donde la conocí, llegamos a un hotel y pedí una habitación con dos camas por que les dije que iba con mi abuelita jajá, pero no tuvieron así que entramos a la habitación y me senté en la orilla de la cama y la pare enfrente de mí y empecé a tocarle sus nalgas y a besar sus tetas sobre su ropa, me saque el pantalón y mi pene ya estaba como piedra ella se empezó a quitar la ropa que por cierto llevaba bastante puesta. Volví a sentarme igual que antes y nuevamente le tocaba sus nalgas pero esta vez ya no tenía nada puesto, le besaba sus tetas arrugadas y caídas y empecé a chupar sus pezones que de inmediato se pusieron duros y cambiaron de tamaño ella solo cerraba los ojos y me agarraba de la cabeza, se dejaba manosear a mi antojo.

Se tumbó en la cama con las piernas abiertas pase mis dedos por su vagina peluda y para mi sorpresa estaba toda húmeda, me decía que ya se la metiera que quería sentirla adentro así que me metí entre sus piernas y apunte mi pene a la entrada de su vagina, le metí un poco y empezó a quejarse de dolor le metí otro poco casi hasta la mitad y deje que se acostumbrara al tamaño de mi pene, no porque este grande, si no, porque llevaba tiempo sin sentir un pene dentro de su vieja concha ella solo cerraba sus ojos y se veía que empezar a gustarle, le metí la otra mitad de golpe y le saque un gran gemido.

Empecé a meter y sacar a un buen ritmo mientras acariciaba sus tetas caídas ella solo gemía y decía que sentía muy rico, pasaron 10 minutos así y me abrazo con sus pies como no queriendo que se la sacara así que se la metí hasta lo más profundo que se podía y acelere el mete saca, cuando sentí que me arañaba la espalda y se retorcía de placer con los ojos cerrados; fue cuando sentí un chorro salir de su vieja y peluda vagina, había tenido un orgasmo. Se quedó quieta y me dijo que había sido lo más rico que había sentido en su vida, le saque mi pene y deje que recuperara sus fuerzas pasaron algunos minutos y me empezó a agarrar mi pene que permanecía firme queriendo ser vaciado, se lo llevo a la boca y empezó a darme una mamada increíble, me dijo que quería volver a sentir mi pene dentro, así que, volví a meterle en la misma posición de antes y me dijo que quería que le llenara la panocha de leche, le estaba metiendo cuando me abrazó e hizo que quedara prácticamente acostado sobre ella, le besaba su cuello y tetas ella me decía que ya me viniera porque empezar a dolerle un poco entonces acelere las embestidas y le dije que estaba a punto de correrme, ella solo me agarro de la cintura arañándome nuevamente y me vine dentro de su vieja vagina lo increíble fue que ella tuvo otro orgasmo al mismo tiempo que yo.

Nos recostamos y le agarraba sus tetas y ella agarraba mi pene me dijo que fue increíble que nunca había gozado tanto en su vida.  Nos vestimos y salimos del hotel y me dijo que quería ir otra vez el sábado 14 de enero. Esta vez pienso estrenar su viejo culo, si sucede aquí estaré contándoles lo que paso.

Espero que les haya gustado mi relato, si alguno tiene curiosidad por conocer a la Abuela Rosa, escríbanme a: [email protected] o búsquenme en Facebook como: Sergio Andrade tengo de perfil una lata de coca cola que dice Rosa.

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