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Insomnio

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Todo empezó un caluroso día de verano, eran ya las dos y media de la noche y no me podía dormir, la preocupación era que al otro día tenía que ir a la facultad. Estaba aburrida y buscando que hacer, en un momento salgo a la vereda y noté que no era la única que estaba en esa situación, por la ventana de la casa del frente estaba mi vecino, con las luces prendidas mirando televisor.

Era tanto el aburrimiento que decidí salir a la vereda, allí fue cuando mi vecino, no sé si de casualidad o a propósito salió a la calle a tirar la yerba del mate. Fingiendo sorpresa me saludó, así que se lo dije apenas cruzamos las primeras palabras. Me invitó a entrar y con mis jóvenes diecinueve años me dejé convencer.

Al entrar a la casa tomamos un té y charlamos, me dijo que siempre me veía y que le parecía bonita, empecé a sonrojarme, por momentos me quería ir y por momentos me atrapaba la curiosidad de hasta donde él podía llegar.

Se acercó a mí y me acomodó el pelo, me sentí un poco intimidada pero era tan guapo que dejé que lo haga, él me estaba midiendo, cuando vio que sonreí siguió por acariciar mi cuello, a esta altura mis pensamientos se estaban transformando en instintos. Cruzamos una mirada cómplice, sin palabras, pero que lo decía todo, empezó a bajar su mano por mi hombro, yo estaba sentaba y él parado e inclinado para poder tocarme. Su mano rozó mi seno izquierdo y pude sentir su cálida respiración en mi tembloroso oído… empecé a respirar cada vez más fuerte, pude ver como su pene se paraba, nunca había deseado tanto tenerlo adentro, parecía grande, se le notaba en el pantalón, moría de ganas de tocarlo pero no me animaba. Él me dio un terrible beso y sacó la boca, y me preguntó si me gustaba, no le contesté y lo empecé a besar, ahí me animé y empecé a tocar su firme abdomen, él toco toda mi cola, no recuerdo haber tenido tanta excitación como en ese momento, me sacó la remera y me empezó a chupar los senos, yo no quería vueltas, quería meterme su polla toda dentro mío, en un acto reflejo me prendí de su bragueta, se la abrí, saqué su polla. Era enorme, apenas la toqué pude sentir como mi vulva se iba mojando, su polla estaba muy dura me la metí casi toda en la boca, con esfuerzo porque no me entraba. Él metió la mano por debajo de mi falda, empezó a tocarme el coño, respiraba muy fuerte mientras yo le pasaba la lengua por el agujerito de su polla y él gemía de placer.

Empezó a masturbarme cada vez más rápido, me sacó entera la falda y la tanguita roja semitransparente bastante mojada por mis flujos, y me acostó arriba de la mesa con las piernas abiertas, me metió su polla y empezó a follarme con desesperación, yo acostada con mi coñito para arriba y dejando caer las piernas en el extremo de la mesa, él parado y con los pantalones bajos fallándome con todas sus fuerzas, yo estaba toda transpirada, empecé a pedirle cada vez más y más fuerte, parecía que él nunca se cansaba, le apreté su duro culo  mientras era tomada por las caderas, por momentos me apretaba tanto que sentía que me iba a lastimar pero en ese momento no me importaba nada, todo era caliente, algo, un fuego comenzó a sentirse en mi mojado y patinoso coñito, creo que venía el mejor orgasmo de mi vida, cuando él se dio cuenta empezó a darme con todo, calor, mis músculos se entumecieron, ya no me acordaba que había un mundo ahí afuera, éramos él y yo… su polla y mi coño, cuando de pronto acabé con todas mis fuerzas, gemí como nunca, no me importaba si me oían, comencé a temblar… me siguió dando por un rato más, ya más relajada le pedí que acabe, él me sugirió de hacerlo en mis tetas pero era tanto el placer que me había dado que le di con el gusto, aunque también así lo era para mí, de que se corra en mi boca, él me dijo de ir a buscar un trapo para escupir y limpiar su lechita ,  lo mire fijamente a los ojos y sin emitir sonido alguno giré la cabeza como diciéndole que no hacía falta, y con los ojos entre cerrados me la tragué toda. Pude notar su satisfacción en su rostro, ahora estábamos relajados, y nos fumamos un cigarrillo en su cocina, nos pasamos el número de teléfono y créanme que conseguí dormirme relajada como nunca, con una sonrisa en mi rostro y un recuerdo que contar, por eso lo hago a través de este medio, y una o dos veces por semana, nos juntamos a follar en su casa, su polla es grandiosa.

Rojocaliente

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