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Entre-acto, sirve su significado. 4979. Cómo me ve la ciega

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Esto que escribe este caminante es un largo relato, los personajes que menciono están disfrazados y existen. Al menos hace nueve años y dos meses, algunos de ellos no he conseguido volver a encontrarles, pero si me han dado referencias de su existencia.

Ellas, mis mujeres como indebidamente las llamo, permanecen en mis retinas como si hubiera sido ayer y puedo asegurar que ellas tampoco se han olvidado de mi paso por sus vidas, una de ellas sobre todo, es un amor prohibido, casada con un maltratador que en mi mente estuvo un pensamiento destructor que ella frenó, tiene tres hijas, y muchas veces me torturo por conformarme solo con mirar a través del cristal del escaparate, de la tienda de regalos que abre toda la semana, así la veo, y sin ir más lejos, ayer domingo, de nuevo me hice sangre al verla de lejos, aunque hay veces que acaricio en la distancia, utilizo la pantalla de la cámara para acariciar su rostro.

Este caminante se aleja con la mirada nublada, y sé que dentro de poco volveré, como la última vez que estuvimos cerca, tan cerca que nuestras auras se encontraron, compré parte de una colección que empecé de pequeño, siempre está incompleta, y yo con la frontera del mostrador en medio, estrecho, permite que nuestras auras se encuentren, algunas veces levanta la cabeza y me mira, su mirada dañada me hace daño, y yo la amo en silencio, es consciente, la hago trabajar ya que llevo las referencias confundidas a propósito, y me gano una sonrisa llena de tristeza, y me corrige, y en la puerta me deseó un buen fin de semana, no pude responder debido al nudo que me ahogaba.

Se quedó en la puerta, yo sentía su mirada y me volví, no hicieron falta palabra alguna, y despacio retrocedió hasta que desapareció de mi mirada, y ayer la vi entre dos cajas, en navidad del día 27 nos vimos, ella cogiendo una caja del escápate y yo esperando ese momento, su postura quedó congelada al verme, no quise hacernos más daño y en un momento que ella respondía hacia el interior de la tienda, me mezclé entre la gente, ella pensaría que había sido una jugarreta de su memoria, maldije al destino que escribía de nosotros con letras llenas de tristeza y melancolía.

 

“Extracto de mi diario personal, escrito a mano, donde guardo algunas fotografías robadas, con ellas me torturo y lleno su vacío con el tormento.

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