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Camino de casa (Capítulo 3 de 3)

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No había vuelta atrás y sobre todo, era la primera vez que me ocurría una cosa así, así que decidí que era el momento de cumplir todas mis fantasias y de dejarme llevar por el placer sin importarme nada mas. 

Durante toda mi vida, solo había habido una mujer, un solo cuerpo se me había entregado, una sola  boca había mamado mi polla y un solo coño había tocado, perforado, taladrado, penetrado ....  y hoy se me ofrecía lo que tanto había soñado y nunca me había atrevido a buscar. Pero era diferente, no lo había buscado, sino que había venido a mí. 

Decidido a dejar salir mi verdadero yo, tantas veces reprimidos... como ya estabamos en el polígono junto a la Universidad, decidí buscar una calle más tranquila, y encontré una sin salida con un enorme descampado al fondo, y hacia alli dirigí el vehículo. Frené, eché el freno de mano y me deciqué a tocarla. 

Mis manos estaban desatadas y no podía creer lo que un cuerpo tan sensual estuviera a mi disposición, así que le quité la cazadora vaquera y la tiré al asiento de atras, mientras ella buscaba una y otra vez mi polla cada vez que al desvestirla, tenía que dejar de mamarla. No podía esperar siquiera a quitarse la camiseta, y pretendía lanzarse de nuevo a por ella.

- Espera, Zorra, que no vas a pasar hambre esta mañana... no te apures, que tendrás tu leche. Te la daré para que te la bebas toda y no dejes escapar ni una sola gota - le dije mirándola a los ojos directamente, esperando ver la reacción a mis palabras -

- Eso espero, y hazlo pronto, que cuando pruebo el sabor del semen, es cuando verás lo puta que puedo llegar a ser - decía mientras me miraba y pasaba sensualmente un dedo por sus labios

Le bajé la falda y la tiré al asiento de atrás, mientras que no tuve la misma paciencia con sus braguitas de algodón, a las que le metí dos dedos y de cada mano para hacerla jirones y poder arrancarselas sin necesidad de quitarselas. 

- Ummmmmmmm..... me pone muy perra que me rompan la ropa, Cabrón

- Y a mí me pone sentir un coño empapado como he notado el tuyo antes - le dije yo mirando su desnudo coño tras haberle arrancado las bragas.

- Así que te gusta lo mojado que está mi coño, ¿no? - dijo mientras apoyaba su espalda en la puerta y se ponía totalmente de frente a mí, subiendo una pierna sobre el salpicadoro y la otra, pasándola entre los dos asientos delanteros para quedarse totalmente abierta de piernas ofreciendome su coño ante mis ojos.... 

Mientras decia eso, sus dedos jugaban con su clítoris con una mano y los dedos de la otra, no paraban de mover los labios vaginales a un lado y a otro, separándolos lentamente y volviendolos a juntar, mientra de vez en cuando, se llevaba los dedos a la entrada de su coño para introducir la yema de los dedos y llenarlos de la brillante humedad que emanaba de su sexo. 

- A mí también me gusta sentir mi coño mojado mientras me masturbo para un hombretón tan mayorcito como tú - dijo mientras forzaba su voz haciendo que aún pareciera más pueril y más infantil, sin querer darse cuenta del juego peligroso al que estaba jugando, volviendome tan caliente. 

- Pues disfrutemos los dos - dije yo mientras seguía pajeandome lentamente sin quitar mis ojos de ese sonrosadito coño - pero seguro que a una Zorra como tú, le gustará también sentir algo más que suaves caricias de sus dedos sobre su coño.

Mientras ella iba tocándose mirándome descaradamente a los ojos, yo fuí acercándome poco a poco a ella. No recordaba lo incómodo que era tener sexo en el coche, pero al tiempo, lo morboso de verme ahí, donde cada aburrida mañana me veía dirigiendome hacia el trabajo... ahora estaba teniendo sexo con una desconocida. Empecé a lamerle la pierna a la altura de la rodilla, lentamente, besandola mientras ella miraba hacia abajo sin dejar de mantener la mirada fija en mis ojos, y yo sin querer dejar de mirar su coño al que cada vez me acercaba más. El olor suave y sensual de su cuerpo me estaba llegando puesto que invadía todo el coche. Mis manos iban subiendo por un muslo mientra que mi boca iba subiendo por el otro, al tiempo que ella seguía acariciandose lentamente el clítoris. 

- Quítate el sujetador que te vea los pezones 

Ella parecía resistirse a dejar de tocarse, por lo que decidí avanzar de manera mas rápida hasta que por fin, estando delante de su coño, abrí mi boca por completo y noté que mi lengua estallaba contra todo su coño, contra sus labios, contra su clítoris, contra su vulva...  tenía mi boca totalmente abierta y sentí ese primer contacto de un coño joven, un coño diferente al que había estado presente en mi vida desde que era un adolescente. Por fín, tenía otro coño en mi boca... y qué coño.  

No quería mover la lengua, ni la boca, ni los labios.. me encontraba totalmente pegado a él... notando su calor, y notando casi las palpitaciones que su clítoris sentía a cada golpe de latido de su corazón. Retiré suavemente la boca mientras iba cerrando los labios tras de cada centímetro que me retiraba, notando cómo mis labios eran los que iban notando su clítoris, y su vulva, sus labios, su sabor... hasta que por fin, junté los labios y le dí un beso delicado... para sin remisión, sacar la lengua y empezar a lamer sin parar ese clítoris que me estaba llamando...

Lo acorralaba, sin dejarlo escapar... lo aprisionaba contra su propio cuerpo, y lo empujaba hasta que finalmente, cedía y se escapa hacia algún lado sin que mi lengua pudiera mantenerlo firme, para volver a atraparlo de nuevo en su posición inicial, una y otra  vez...  sin parar... notando como la respiración de mi entregada estudiante se iba agitando irremediablemente. De  vez en cuando, miraba hacia sus ojos con los que me encontraba una y otra vez... se notaba que casi más que la comida de coño que le estaba pegando, la excitaba sobremanera ese contacto visual, sentirse observada, sentirme mirada y mirar a la vez, a la persona a la que había decidido entregarse en esa mañana. 

- Comeme así....  y follame con tus dedos - jadeaba sin dejar de pellizcar sus pezones que ahora sí que estaban totalmente duros y pequeños, regalandome una imagen tan diferente a la que estaba acostumbrado a ver. 

Sin esperar un instante, mis dedos se introdujeron en su coño de manera violenta y profunda, al tiempo que mi lengua seguía lamiendo y mis labios devorando su clítoris y sus labios, jugando con ellos.

- Ummmmm....  siiiiii ....  asíiiiiiiiii   ....  massssss ....  mássssss dentro - decía sin dejar de mirarme

Me estaba volviendo literalmente loco y notaba que ella se estaba acercando al orgasmo así que incrementé el ritmo de metida de mis dedos al tiempo que mojé el dedo gordo de mi otra mano y lo empecé a introducir en su culo lentamente....  

- Me corroooooo......  - gritó - sigueeeeeeee....   me corro..... Cabrón......

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