Nuevos relatos publicados: 12

Fantasías adolescentes

  • 9
  • 8.883
  • 9,20 (15 Val.)
  • 0

Llegué cansado de un día de trabajo, estrés de por medio por un día de mucho movimiento. Busco algo para cenar, ir a la ducha y partir a mi habitación a mi merecido descanso del día. Cierro mis ojos y consigo dormir casi de inmediato. Transcurren un par de horas en el reloj, llega la media noche y un delicado olor a perfume femenino hace despertarme y abrir mis ojos para mirarte justo ahí, enfrente de la puerta de mi habitación. Luces extremadamente bella con tu pelo suelto, tu vestido rojo escotado y ese perfume tan exquisito que me hipnotiza al instante. Puedo notar como lentamente caminas hacia mi cama, quitando tus zapatos mientras te acercas a mí. Me quedo paralizado al momento sin hacer un solo movimiento, sin siquiera parpadear, solamente observo como poco a poco vas acercándote a mi cama. Comienzas a subirte lentamente en ella mirándome fijamente, tu sensualidad se deja a la vista así como tu mirada inquieta sobre la mía. Comienzas a subir sobre mi cuerpo cubierto por una simple sábana blanca que cubría mi desnudez. Tus dedos llegan a mis labios comenzando a recorrerlos lentamente, haciéndome respirar profundamente. Tu rostro se va acercando al mío, tus labios tocan mi mejilla arrastrándose hasta mi oído, dejándome oír tu respirar y un pequeño susurro diciéndome "hazme tuya esta noche".

Tus manos buscan las mías, guiándome a tu cuerpo por encima de tu vestido, sin decir una sola palabra comienzo a deslizarme por tu figura. Tus ojos se quedan frente a los míos mientras mis manos lentamente suben por el frente de tí. Llego hasta tus senos, te miro mientras los acaricio sutilmente al mismo tiempo que tus manos se enredan en mi pelo. Me acercas a tu boca y me das ese primer beso de la noche, me dejas probar tus labios mientras tu lengua busca invadir la mía. Dejo por un momento tus senos y mis manos bajan por tu cuerpo hasta llegar a tu cadera, te acerco a mí un poco más y te beso apasionadamente. Tu boca comienza a morder mis labios, y mis manos se deslizan por tus piernas buscando un poco más de tí, y logro llegar hasta tu intimidad. Siento como mis dedos comienzan a tocar tu ropa interior, te quedas quieta al sentirme dejándome acariciarte a mi antojo. Tus manos se alejan de mi cabello y se dirigen a tu espalda, escucho como el cierre del mismo se va deslizando hasta dejar caer lentamente tu vestido por tus hombros. Mis manos levantan por cada extremo tu vestido y comienzan a levantarlo para despojarte de él. Me quedo quieto por unos segundos admirando tu desnudez un instante. Mis manos se van en busca de tu espalda y comienzo a recorrerle mientras mis labios van en busca de tus labios. Comienzo a besarte muy lentamente al momento en el que mis manos te acercan un poco más a mí, dejando que comiences a sentir como mi miembro se hace erguido bajo tu sexo. Mis labios dejan tu boca y van vagando por tu mejilla hasta llegar a tu oído. Te dejo sentir mi respiración y tus movimientos sobre mí se inician. Tu cadera se balancea lentamente sobre mí, mientras mi boca baja lentamente por tu cuello, besándole y mordiéndole dulcemente.

Mis manos rodean tu cadera provocando inclinarte un poco hacia atrás, dejando elevado tus senos a la altura de mis labios.

Lentamente me acerco al medio de ellos, recorriéndolos con mis labios porque sé que te encanta ello. Escucho leves quejidos provenientes de tu boca, y continuo acercándome a uno de tus senos, mis labios comenzando a tocar suavemente uno de tus pezones, haciéndolo erguido al tocarle con mis labios apenas. Tu cadera no deja de moverse sobre la mía, y eso más nos excita. Mi boca succiona tu pezón dentro, saboreándole y recorriéndole lentamente con mi lengua, disfrutándolo en cada segundo que me dejas sentirlo mío. Tiro de él y lo suelto, gimes apenas al sentir como lo hago. Subo de forma inmediata hasta tu boca y comienzo nuevamente a besar tus dulces labios. Tus manos van hasta tu ropa interior y comienzan a quitarla al mismo tiempo que mis manos quitan la sabana que cubre mi desnudez.

Tú y yo, frente a frente besándonos apasionadamente mientras nuestros cuerpos se van quedando juntos. Tu sexo se acomoda sobre mi miembro, tus senos en mi pecho se refugian y tu boca se entrega a la mía sin ningún pero alguno. Tu intimidad humedece a la mía y viceversa, nuestra respiración se hace profunda y nuestros cuerpos comienzan a temblar poco a poco. Te gusta y me gusta, sentirnos al desnudo uno al otro. Mordisqueo tus labios y voy permitiendo a tu mano ir por el medio de nuestros cuerpos y tomarme con firmeza, me guías a la entrada de tu sexo. Me sostienes justo ahí, mientras te acomodas encima de mi miembro. Nuestras miradas se hacen fijas, mis dedos se clavan en tu cadera al sentir como vas permitiéndome hundirme en tí. Dejo ahogar tu gemido sobre mi boca al ir adentrándome en tí, guio tu cadera sobre mí haciéndome entrar completamente en tu sexo. Nuestros cuerpo totalmente juntos, nos quedamos un instante inmóviles, mirándonos detenidamente intentando besar nuestros labios. Puedo notar como tu cadera comienza a balancearse sobre la mía, y el placer comienza a invadir nuestros cuerpos. Te guio con mis manos y me dejas hacerlo, me dejas sentirte y te dejo sentirme. Nuestras bocas se devoran con deseo, el ritmo de tu movimiento comienza a incrementar, la respiración mutua se intensifica y los gemidos se hacen presentes. Te dejo ser quien tome el control y le permito a mis manos disfrutar de cada centímetro de tu piel al momento en el que te siento tan entregada a mí.

Mis ojos se cierran y me entrego a ti completamente, al igual que tú conmigo. Siento ese placer incrementar más y más, mi piel se eriza y es hora de tomar el control. Te detienes, te beso apasionadamente mientras comienzo a girarte sobre nuestra cama. Me permites estar sobre ti, sin siquiera salir de ti, mis labios comienzan una vez más a invadir tu piel, tu cuello y tu pecho al mismo tiempo que mi cadera comienza a tener ritmo. Me hundo en ti una y otra vez, tus gemidos sólo provocan que mis movimientos no se detengan, siento tus manos recorrer mi espalda al mismo tiempo que tus piernas me rodean sin dejarme salir de tí. Mi boca recorre tu pecho y vuelve en busca de tus senos, deleitándome de ellos mientras me pides que no me detenga. Aumenta el ritmo de mi cadera sobre ti y puedo sentir tus uñas clavarse en mi espalda al momento en el que tu orgasmo se hace presente. Me mantengo dentro de tí disfrutando de esas deliciosas contracciones que le regalas a mi miembro. Me pides no detenerme y obedezco, continuo el movimiento de mi cadera sobre la tuya. Buscas mi boca y te la entrego, me besas y ahogo parte de tus gemidos. Mis manos recorren tu piel mientras tu sexo es invadido de tu humedad, haciendo que entre profundamente en tí. Tu mejilla se apega a la mía y tus manos arañan mi espalda dejándome sentir que lo disfrutas tanto como yo. Tu boca muerde mi oreja, mi hombro e insisto en mis movimientos para contigo. Siento tu cuerpo estremecer bajo mis movimientos y logro sentir una vez más como comienzas a liberarte una vez más para mí. Me abrazas y te abrazo a mí, moviéndome de manera lenta para tí haciendo que tu orgasmo se extienda. Busco tu boca y te beso dulcemente mientras vas recuperando tu aliento.

Retrocedo y salgo de tí muy lentamente, dejo llevar tu mano entre nuestros cuerpo y tomarme.

Sostienes mi miembro con tu mano con firmeza y comienzas a moverla suavemente mientras nuestras bocas se besan. Dejo sentir entre tu mano parte de la humedad que provocaste sobre mí, dejas caer un poco sobre tu vientre y eso vuelve a excitarte una vez más. De forma inmediata te das la vuelta y me pides ir dentro de tí. Sin decir nada obedezco para tí. Me coloco sobre tu sexo y lo invado con fuerza hasta hundirme completamente en tu carne. Mis manos suben por tu espalda al mismo tiempo en el que mis labios le besan, mis movimientos inician y de inmediato logro escuchar tus gemidos nuevamente. Mis manos se extienden hasta encontrarse con las tuyas, entrelazo nuestras manos apretándolas firmemente mientras tu cadera se eleva un poco, permitiéndome ir profundamente en tí. El sonido de nuestros cuerpos se hace presente, al igual que de nuestros gemidos. Mi movimiento se hace más rápido sin que desee detenerme por un instante, escucho de tus labios pronunciar mi nombre, pidiéndome no parar, y obedezco a tus palabras. Dejo una de tus manos de forma inmediata, llevándola bajo tu cuerpo en busca de tu sexo. Dejo que mis dedos estimulen tu intimidad al mismo tiempo en el que mi cadera no para de moverse, tu humedad resbala hasta mis dedos y masajeo aumentando el ritmo. El placer se eleva en nuestros cuerpos y me pides terminar juntos. Muerdo tu espalda al momento en el que mis dedos y mi cadera se mueven para tí. Continuo un par de minutos más y sin previo aviso, tu orgasmo se hace presente una vez más. Me excito por completo y mis movimientos se hacen frenéticos hacia contigo. Sin más a esperar comienzo a derramarme dentro de tí. Sintiendo como ambos terminamos disfrutando ese momento de placer.

Me recuesto sobre tu espalda, busco tu mejilla y le beso.

Lentamente caigo a lado tuyo, acariciando tu mejilla mientras tus ojos se van cerrando.

Me deleito al mirarte dormida a mi lado, te dejo un beso justo en tu mejilla y cierro mis ojos para dormir junto a ti.

Desafortunadamente llega el amanecer, abro mis ojos y me doy cuenta que no estás ahí conmigo, que todo solamente fue un exquisito y bello sueño junto a tí.

Te quiero mafufa.

(9,20)