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Puta sorpresa morbosa

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No sé cómo comenzar esto, Siendo esta la primera vez que escribo con la intención de revelar a alguien más mis vivencias sexuales, sobre todo por la naturaleza de éstas un tanto depravadas (o muy, según quien las juzgue), ¿la razón?... un poco de fastidio, aburrimiento y en mayor parte las ganas de contarle a alguien lo que tanto tiempo he mantenido en secreto, desahogo puede llamársele.

Soy Ernesto, un hombre tranquilo, tímido con las mujeres pero con mucha, mucha suerte, buena y mala para no mentir, mexicano de 35 años de edad, 1.70 de estatura, complexión delgada y de tez moreno claro, casado, con un hijo de 4 años, mi esposa Laura de 30 años, morena, 1.60 de estatura, de buen cuerpo, no es delgada pero tampoco tiene kilos de más, siempre ha tenido buen cuerpo y después del embarazo la verdad es que se puso muy buena, en especial sus senos, le crecieron bastante y con el buen tamaño que ya tenían el resultado fue delirante.

Sé que existen miles de relatos deambulando en internet y he leído algunos, tal vez lo que escriba parezca similar lo cual me parece obvio pero dejare al criterio del lector el juzgar la veracidad de mis palabras, sé que es algo extenso pero creo que vale la pena leerlo además de que será la única ocasión que escriba con tal amplitud.

Hace poco nos mudamos a nuestra nueva casa, mi esposa Laura, mi hijo Alejandro y yo, el tiempo que nos vemos es muy poco pues ahora todo nos queda más lejos ya que nuestra nueva casa está ubicada a las afueras de la ciudad, hay que levantarse más temprano para llegar a tiempo a nuestros respectivos trabajos no sin antes dejar a nuestro hijo en el Kinder, desayunar en la calle, trabajar hasta media tarde y para después salir a comer con mi esposa e hijo también en la calle la mayoría de las veces, después de dejar a nuestro pequeño con su abuela, de vuelta al trabajo para finalmente entrada la noche regresar a casa con el tiempo justo para cenar, convivir un poco, preparar nuestras cosas para el día siguiente, bañarnos y dormir; creo que se evidencia la poca actividad sexual que tenemos mi esposa y yo, aunque no sé si esto sea realmente lo que encauso los acontecimientos futuros.

Sobra decir que no usare los nombres reales de quienes se involucran en esta historia (o si) así que no hare más pausas para recordarlo nuevamente.

Nos mudamos a mediados del año 2015 un día miércoles por la mañana, estábamos de vacaciones y ya que no decidimos salir de viaje a ningún lugar aprovechamos el tiempo para la mudanza, fuera de las miradas curiosas de los vecinos fue un día cualquiera, al día siguiente dos vecinas llegaron a darnos la bienvenida Ruth una chica de unos 28 años, con 5 meses de embarazo por lo que luego supe, y Alicia, una mujer ya madura de aproximadamente unos 50 (creo yo), después de saludarlas fue mi esposa la encargada de atenderlas, solo me integre a la plática para despedirme de ellas y enterarme por voz de Alicia que el día sábado por la tarde tendría lugar un convivio con el fin de darnos la bienvenida, sería una reunión corta y pocos asistentes (solo los vecinos más cercanos) nosotros accedimos, ellas se retiraron y la semana transcurrió sin ninguna novedad.

Y así los días hasta entrada la tarde del sábado nos dirigimos a la casa de Lucy, la cual estaba frente a la nuestra cruzando la calle, la puerta estaba abierta y al entrar nos encontramos con que ya se encontraban dentro los demás invitados, después de ofrecer una disculpa por el retraso nos sentamos a la mesa y conocimos al resto de los vecinos cercanos.

Ruth, una chica bonita, de buen cuerpo, embarazada como ya lo dije antes y muy agradable, estaba acompañada por su esposo, un joven igualmente agradable pero no muy interesante realmente, más bien simplón, el esposo de Alicia, un señor supongo que de algunos 60 años, con panza prominente y buen sentido del humor, Una señora de nombre Concepción y su hija Liliana, ambas extremadamente delgadas, morenas y sin nada interesante que ocupe detalle alguno y por último los anfitriones de la casa, Lucy, de aproximadamente unos 33 años, 1.60 de estatura, delgada, trigueña clara con cabello teñido de un café oscuro y mechones más claros (luces, según me dijo mi esposa después) labios carnosos, ojos café claro, lo que más hacia de ella una mujer hermosa eran sus pechos (se darán cuenta que es lo que más me gusta de una mujer) eran de muy buen tamaño, asomaban ligeramente por un escote no muy pronunciado pero a la vez se dibujaban en una ceñida blusa color verde y sus redondeadas nalgas contenidas en un pantalón de mezclilla azul tipo pescador que dejaban ver de igual manera sus piernas bien formadas, la acompañaba su esposo Mauricio, de unos 38 años, 1.80 de estatura aproximadamente, cabellera café claro y piel bronceada por el sol ya que es contratista de construcción y barba descuidada apenas crecida; no hare más largo el relato dando muchos detalles solo diré que comimos, bebimos, conversamos, reímos y en un momento oportuno aproveche para coquetear un poco con Lucy a quien parece haberle agradado la confianza, terminamos el convivio y nos fuimos a nuestra casa al tiempo que los demás y sin nada más interesante que la imagen de Lucy en mi cabeza.

Pasaron los días, volvimos al trabajo, Lucy y yo solo tuvimos algunos encuentro casuales que solo dieron tiempo a un poco de coqueteo por parte de ambos y pronto nuestros días se tornaron rutinarios.

Una mañana al llegar al trabajo me encontré con la noticia de que no teníamos sistema, ya que mi trabajo depende casi por completo de estar tras una computadora mi jefe decidió darme el día libre, así que regrese a casa sin compartir la noticia con mi esposa pues deseaba tener un tiempo para mi además de que existía la posibilidad de encontrarme “casualmente” con Lucy, lo cual lamentablemente no sucedió, ya en casa me acosté sobre la cama y mientras veía una película me quede dormido hasta que me despertó el sonido del móvil, era mi esposa quien llamaba para pedirme que pasara por nuestro hijo al Kinder y comiera con él ya que ella tenía que ir a visitar varios clientes para cobrar algunas facturas vencidas y no le daría tiempo de acompañarnos, debo admitir que acepte con algo de pesar pues en ese momento yo no tenía auto, me levante, apague la tv, pase al baño y justo cuando me disponía a salir pude ver a través de la ventana de la sala el auto de mi esposa llegando a la casa, a pesar de la sorpresa entre rápidamente al cuarto y me escondí en el armario tratando de evitar el explicarle mi presencia en la casa y el por qué no se lo conté, aunque tampoco entendía que hacia ella ahí, supuse que solo olvido algo y paso a recogerlo aunque su trabajo queda muy lejos de casa (da igual);

Tardo un poco en entrar a la casa, escuche que platicaba con alguien (una vecina pensé) cuando por fin entro a la casa llego rápidamente al cuarto y mi sorpresa fue muy grande al ver a través de la rendija de las puertas entre abiertas del closet que detrás de ella entro a nuestra habitación Mauricio (esposo de Lucy) lo cual me genero una gran confusión que se incrementó aún más cuando se acercaron y comenzaron a besarse de forma desesperada al tiempo que las manos evidentemente ansiosas de Mauricio se aventuraron a recorrer el bien proporcionado cuerpo de mi esposa, yo estaba de rodillas dentro del armario completamente inerte, podía sentir el latir de mi corazón como si estuviera a punto de salírseme del pecho y un inexplicable ardor subía desde mis piernas hasta la cabeza, no era capaz de creer o entender lo que estaba sucediendo, estaba en shock… sin separarse se movieron hacia el estrecho espacio entre la cama y el closet (del otro lado está la ventana que da directo a la calle) súbitamente sentí mi confusión convertirse en rabia al ver como de un tirón le desabotono la blusa, misma que cayó al suelo al tiempo que el tipo metía su rostro entre los suaves senos de mi esposa y simultáneamente la sujetaba fuertemente de las nalgas, mi reacción era tan lenta y ellos actuaban tan rápido que mi cabeza no alcanzaba a ordenar mis pensamientos, ella le saco la playera y él le quito el brasier dejando libres su generosos pechos, en ese momento quise salir gritando y descargar mi furia moliendo a golpes al tipo y tal vez también a ella, pero mi cuerpo no respondía, por fin pude despegar la mirada de aquel traicionero espectáculo para concentrarme en mi y tratar de reaccionar, fue entonces que me di cuenta que estaba temblando inconteniblemente de los pies a la cabeza y una sensación extraña recorría mi pecho desde la boca del estómago y subía hormigueando hasta mi garganta, jamás en la vida me sentí más desconcertado…

Ahí estaba yo completamente atónito cuando un sonido ahogado pero algo familiar llamo mi atención nuevamente, Mauricio estaba de pie completamente desnudo, mi esposa reposaba en sus propias rodillas sobre el suelo y con ambas manos sujetaba los muslos de ese miserable mientras se llenaba la boca con su miembro, bufaba cada que se la comía casi por completo y a la vez restregaba sus senos contra las piernas del tipo a tan poca distancia de mi, veía como lo introducía una y otra vez tanto como le era posible, en momentos lo lamia desde la punta hasta la base reiteradamente y podía ver la saliva de mi mujer lubricando el miembro erecto de Mauricio, chupaba sus bolas y se restregaba su verga por toda la cara para después volver a comérsela ansiosa mientras el tipo se retorcía de placer, me propuse salir iracundo y detenerlos a punta de golpes lo cual no pude hacer pues además de que me resultaba imposible despegar mi vista del espectáculo que tenía frente a mí, descubrí mi mano derecha debajo del pantalón en ferviente masaje a mi miembro erecto y más duro que nunca lo cual también fue una sorpresa, al levantarse Laura del piso paso entre sus senos el pene de Mauricio mojado en saliva quien supongo pensó disfrutar de una paja deliciosa que yo tanto he gozado por parte de mi esposa, pero se llevó una decepción pues no fue así y aunque me dio mucho gusto que por lo menos le negara eso debo admitir que sentí mucho morbo al imaginarlo y honestamente me hubiera gustado verlo;

Ella se paró al lado de la cama y el frente a ella quedando de espaldas frente a mí que los observaba desde el interior del closet entre un mar de sensaciones y sentimientos encontrados pero mayormente “excitado”, él se agacho bajándole el pantalón a mi esposa quien se sentó en la cama y levanto un poco ambos pies para que el pudiera quitarle por completo el pantalón y junto a este le quitaba también su ropa interior, acto seguido le abrió las piernas pasando sus brazos entre ellas y por detrás hasta quedar casi sobre sus hombros, mi esposa se recostó en la cama dejando que la lengua de Mauricio le diera placer y como la cabeza y espalda de este imbécil me tapaba la vista no pude hacer más que usar un poco la imaginación, de cualquier forma aquello no duro mucho pues en seguida las manos de mi esposa tomaron por el cabello a Mauricio tirando de él para darle a entender que prosiguiera con otra cosa y así lo hizo, se levantó sin soltarle las piernas, acerco su miembro a la vagina de Laura y le pasaba la cabeza por sus labios vaginales de arriba hacia abajo en varias ocasiones mientras ella se movía deseosa de sentirla dentro, soltó una de sus piernas, se recostó sobre Laura apoyando su brazo libre en la cama, se recorrieron un poco al centro de esta lo suficiente para que Mauricio pudiera apoyar las rodillas y en cuanto lo logro apunto su pene y le enterró la cabeza lentamente haciendo que mi esposa soltara un pronunciado suspiro que después se transformó en un gemido ahogado entre sus labios cuando sin más demora le metió de golpe el resto de su verga, desde donde yo estaba podía ver claramente la panochita de mi mujer siendo penetrada lentamente por aquel falo que entraba y salía cuan largo era cada vez con más velocidad, sus pelotas rebotaban contra las nalgas de mi mujer que se retorcía y jadeaba gustosa algo que no puede hacer libremente cuando tenemos relaciones puesto que mi hijo es de sueño ligero y su habitación esta justo al lado de la nuestra, pero ahora que estaban supuestamente solos no tenía que contenerse, gemía deliciosamente con cada embestida y pedía más casi a gritos, -así, sigue así, aaah métemela toda mi amor, la quiero toda adentro, sigue, sigue, haa que rico me coges, aaah, me encanta- recuerdo perfectamente sus palabras y yo en ese momento solo pensaba que tenía una puta por esposa pero al mismo tiempo me calentaba al extremo escucharla pidiendo más verga como toda una puta en medio de tremenda follada, siguió así por unos minutos y de pronto se detuvo y ella le decía –sigue, no te detengas sigue, cógeme por favor cógeme- se movía frenética mientras suplicaba que la cogiera mas, con voz baja y agitada él le dijo algo que no escuche pero luego fue obvio, se levantó un poco y ella se volteo quedando boca abajo sobre la cama con las piernas entre abiertas y sus hermosas nalgas un poco levantadas, Mauricio se puso detrás dejando las piernas de Laura en medio de las suyas, apoyo sus manos en la cama quedando sobre la espalda de mi esposa y con mucha maestría, en un solo movimiento perforo la panochita húmeda de mi mujer sin meter las manos siquiera retomando rápidamente el ritmo y reanudando con esto los gemidos de mi esposa que ahora eran más desinhibidos, - haaa mi amor que rica verga tienes, me encanta, la quiero toda adentro, cógeme papi así, cógeme, cógeme- (como si no tuviera suficiente, la muy puta)…

Mauricio parecía un animal salvaje devorando una presa, recostado sobre la espalda de mi mujer con ambas manos estrujando sus grandes pechos, besando y lamiendo su cuello y mordiendo sus hombros y orejas, levantando con cada estocada el culito de mi esposa quien no dejaba de gemir, ahí estaba ella tendida en la cama como una indefensa criatura siendo devorada por un animal salvaje que sacudía su cuerpo sin piedad alguna mientras la hacía suya durante un buen rato, pero esta imagen se disolvió inmediatamente cuando Mauricio dijo algo a lo que no le preste atención y no me importo en ese momento pero ella jadeante respondió –adentro mi amor, córrete adentro, quiero sentir tu lechita caliente, sigue así, sigue cogiéndome, haaa échamela adentro, la quiero toda dentro de mí, así, así haaa que rico haaaaaaaa- los dos se retorcían y gemían agitándose pausadamente hasta que poco a poco quedaron inertes, el maldito Mauricio no se conformó con cogerse a mi esposa sino que además se corrió dentro de ella y a mi esposa eso le había encantado –que rica cogida, fue delicioso- (eso me hizo sentir envidia pues yo tuve que correrme en mis pantalones).

Luego de un breve descanso Mauricio se hizo a un lado y al sacar su verga de adentro de mi esposa pude ver un chorro de semen saliendo de su panochita hinchada, húmeda, palpitante, se recostaron en la cama aun jadeantes y después de un par de minutos inmóviles mi esposa dijo –tenemos que irnos, se me hace tarde- se levantaron, se dieron un beso algo tímido mientras por la pierna de mi mujer se escurría un copioso chorro de semen… tomaron sus ropas y salieron de la habitación, escuche después de unos minutos la puerta abrirse y cerrarse rápidamente, Mauricio se había retirado y mi esposa entro a bañarse, después de que se vistió y se fue hice lo propio y salí también de casa con dirección a la guardería de mi hijo.

Ya por la noche en casa nuevamente, le hice el amor a mi esposa pensando en todo momento en la cogida que el vecino le había proporcionado y supongo que ella también y a pesar de saber que mientras cogíamos ella pensaba en la verga del vecino la verdad es que lo gozamos como nunca.

Hasta el día de hoy no le he dicho nada al respecto ni a ella ni a nadie y no sé en qué momento lo hare, ¿Se volvieron a ver después de eso? Es una buena pregunta, tal vez tengan la respuesta cuando les cuente como fue mi venganza.

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