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La profesora de inglés

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Mi primera vez fue a poco de cumplir mis 18 años. Hasta ese momento solo había tenido sexo con mi imaginación, con revistas, y mi mano. Solamente en dos ocasiones había podido ver una película de esas prohibidas para menores de 18 años, en las que se veía como penetraban a una mujer más de una verga, como estas entraban por todos sus agujeros, pero no pude masturbarme, porque me daba vergüenza, por lo que grabe en mi mente todas esas escenas y me sirvieron para más de una paja.

Recuerdo que en ese momento de mi vida estaba cortando el pasto y podando los arboles de la señora Cristina, señorita quería que se le dijese. Ella era una señora solterona, de unos 40 años, que vivía a dos cuadra de mi casa. Todos los chicos nos la imaginamos en nuestros sueños, aunque nunca nadie le dijo nada y ella tampoco daba a entender nada.

Ella era profesora de inglés, por lo que más de uno íbamos a su casa, no para aprender ese idioma, que no nos importaba en lo más mínimo, sino para verla y ver si podía ver algo más de lo que nos podíamos imaginar debajo de sus ropas; pero nunca se le vio nada pues siempre andaba de pantalones y remeras, por lo que siempre nos quedábamos con las ganas de verle algo. Sabíamos que tenía una altura cercana al metro sesenta, unas tetas grandes, por lo que se marcaba en sus remera y se podía ver cada vez que se agachaba, y un gran culo, por lo que podíamos imaginarnos al verla agacharse sobre uno de los cuadernos, pero nada más. Tratábamos de ir en grupo a su casa a "aprender" inglés de forma tal que mientras uno le preguntaba los otros mirásemos. Ella seguramente se daba cuenta de lo que nosotros hacíamos pero nunca nos dijo nada ni intento mostrar más de lo que correspondía.

Yo, a fin de ganarme unos pesos cortaba el pasto, arreglaba flores, podaba árboles, llevaba bolsas o hacia mandados. Un día en el que ya llevaba como dos horas en su casa, y ya le había cortado el pasto, le había arreglado las flores y estaba podando uno de sus árboles, me di cuenta que entró al baño por lo que me estire para ver si podía ver algo, pero pisé mal en una rama y me caí; ella al sentir el estrepito de mi caída y escuchar el ruido de esta, salió como una tromba del baño y vino a ver que me había pasado.

Al llegar a mi lado me preguntó que me había pasado y yo le dije que se había quebrado una rama y me había caído, por lo cual y atento a que se veía que mi rodilla estaba muy colorada, me ayudó a levantarme y me llevó hasta uno de los asientos que tenía en el parque; al hacerlo sintió que mi remera estaba mojada y ahí vio que era sangre, por lo cual me llevó hasta el baño y ahí sacándome la remera me lavó el rasguño que me había hecho en la espalda. Después de lavarme y desinfectarme me dijo que la había sacado barata pues era solo un raspón y me preguntó si me dolía algo a lo que yo le dije que un poco la rodilla, ella se agachó para ver como la tenía y al hacerlo vino a mi mente una escena de una película en la cual la mujer se agachaba, como ella lo estaba haciendo pero, no para ver una rodilla, sino para chupar una pija, fue por cerrar los ojos e imaginar esta escena que mi pija, dijo presente y se paró, cosa que no pude evitar ya que ni siquiera me di cuenta. Ella me vio la rodilla y me dijo que no tenía nada pero al levantar su vista para decírmelo vio la carpa que mi verga hacía en los pantalones, por lo cual, señalándola, me dijo ¿y esto?, yo ahí salí de mi ensoñación y abriendo los ojos, viendo lo que ella señalaba, le dije que no había sido por el golpe, a lo que ella me dijo que eso era obvio, que si bien era una solterona no era una niña y sabía que eso que tenía ahí, no era una inflamación por un golpe sino algo que le pasa a un hombre cuando desea a una mujer y parándose me preguntó si ella había sido la causante de que yo estuviese así, al decirle que sí, que estaba soñando con ella y que por eso me había puesto así, ella me dijo que no podía dejarme ir así y ya que ella lo había causado ella lo solucionaría y sin más procedió a bajarme los pantalones y el calzoncillo dejando mi verga al aire, la cual salto como un resorte cuando ella tiro hacia abajo mi ropa. Ella se rio de esto y me la agarro con su mano derecha mientras apoyó su cabeza sobre la mía. Era tal mi calentura que no bien sentí la tibieza de su mano sobre mi pija, esta comenzó a escupir leche, la cual por la posición en la que nos encontrábamos pegó en su brazo.

Al sentir como mi verga palpitaba y echaba sus mocos me preguntó, casi afirmando, si alguna vez lo había hecho y al decirle que no me dijo que se notaba pero que a partir de ese día eso ya tendría una respuesta positiva, y luego se agachó y comenzó a chuparme la pija hasta dejarla limpia, sin que le quedase una sola gota de semen y luego como mi pija volvió a estar parada agarrándome de ella me llevo hasta su habitación donde procedió a sacarse la ropa al tiempo que me indicó que yo hiciese lo mismo. Yo lo hice pero sin perder ocasión de ver como se sacaba ella su ropa y pude comprobar que sus tetas no solo eran grandes, y estaban bien paradas sino que tenía unas aureolas pequeñas, como también pequeños era sus pezones, que su culo no solo era realmente grande sino también lindo, me gustó mucho su culo, y su concha también aunque estaba totalmente llena de pelos.

Al estar ambos desnudos me dijo que me acostase de costado en su cama y luego se acercó a mí y mostrándome su concha se separó los que ella llamó sus labios mayores y me indicó cuales eran los labios menores cual era el clítoris y por donde debería introducir mi pene; luego me indicó como chuparle el clítoris y me pidió que lo hiciese, cosa que no termino de decir que yo ya estaba haciendo. Después de unos minutos me pidió que le metiese la lengua por donde metería mi verga, y al poco tiempo me pidió que me acostase boca arriba para luego acostándose ella sobre mí, de forma tal que mi cara quedase atrapada entre sus piernas y su boca en contacto con mi pija, decirme que hiciese lo que había aprendido hacia unos minutos, algo que no me tuvo que repetir porque inmediatamente comencé a chupar su vagina entera, le chupé el clítoris y sus labios mayores y menores y deje entrar mi lengua en su orificio, mientras ella me chupaba la verga desde la punta hasta los testículos, se la metía toda dentro de la boca y luego la sacaba y dirigía sus labios hasta mis testículos, a los que llenaba de besos. Se ve que le gusto como la chupe porque empezó a jadear y sentándose sobre mi cara, grito y me la mojo totalmente. Luego se dio vuelta y acostándose a mi lado me empezó a lamer la cara y luego me dijo, ahora estamos iguales, ya ambos tuvimos nuestro primer orgasmo ahora viene cuando me la metes, ahora vas a dejar de ser un nene, ahora te vas a convertir en hombre, ahora vas a saber lo que es meter tu pija en una cueva oscura y vas a sentir como las paredes de esta se cierran sobre tu chipote. Yo estaré encima tuyo para moverme más libremente de forma tal que pueda ir manejando la situación, y uniendo sus palabras con la acción agarró mi verga y se fue sentando sobre ella; yo no podía dejar de ver como mi pija iba desapareciendo dentro de ella, hasta que sentí como su culo hizo contacto con mis piernas; luego. Mientras ella se iba levantando, comencé nuevamente a ver mi pija, esta parecía ir creciendo pues estaba saliendo de su cueva, la cual parecía que no quería soltarla pues la presionaba haciéndome sentir su tibieza. Cuando estaba ya casi toda fuera ella se dejó caer y nuevamente mi verga desapareció en sus entrañas. Esta vez no se quedó quieta sino que empezó a mover su culo en círculos haciéndome sentir todos los rincones de su concha, al tiempo que decía “cuanto tiempo hace que no siento una pija llenándome toda” y luego repitió los mismos movimientos, no sé cuántas veces porque yo deje caer mi cabeza sobre la almohada y me centré en disfrutar el momento.

Al tiempo, no sabiendo porqué, gritando le escupí toda la leche que estaba contenida en mis huevos dentro de su concha. Ella se salió de arriba mío y acostándose a mi lado y dándome un beso me preguntó si había disfrutado mi iniciación y al decirle yo que sí, me dijo que se había notado y que gracias a que sabía que estaba desvirgándome, ella, había tenido tres orgasmos.

Luego me hizo prometerle que no le contaría a nadie lo que había pasado entre nosotros. Hecho esto se levantó de la cama y me dio la mano para que yo también lo hiciese; estando ambos de pie me dijo que fuésemos a bañarnos, y agarrándome de la pija me condujo al baño.

Al entrar a la ducha me enjabonó todo, desde la cabeza hasta los pies, por delante y por detrás y luego me pidió que yo hiciese lo mismo con ella, como lo había hecho ella, le enjabone primero la parte de adelante dedicándole más tiempo a sus pechos, a su concha y a sus piernas que a sus brazos, a su cintura y a sus pies, ya que así me lo fue indicando ella; luego la di vuelta y aquí me hizo tomar más tiempo en su cola que en el resto del cuerpo. Sus manos no dejaron de aferrar mi verga durante todo el tiempo en que la enjaboné, por lo que esta estaba otra vez en pie de guerra, por lo cual soltándomela apoyó su cola contra mi pija y me dijo que se la vuelva a meter y agarrándola nuevamente la llevó a su concha, mostrándole el camino hacia su cueva del amor. Una vez que la punta de mi verga tomó contacto con la entrada de su concha, se dobló haciendo presión con su culo sobre mis piernas y yo hice a su vez presión hacia ella entrando toda mi pija en su concha sin ningún problema; ella, al tiempo que hizo girar su culo comenzó a apretarme los huevos y me pidió que yo haga lo mismo con sus pechos, cosa que sin demora hice, esta vez ya estaba más canchero por lo cual le metí y le saque mi pija de su concha, antes que me lo diga, la saque lentamente y la metí rápido, como ella me había indicado y cuando estoy por llenarle nuevamente la concha de leche la sacó y dándose vuelta se la llevó a la boca y me la chupó, recibiendo en ella toda la leche que me quedaba. No dejó escapar ni una gota y luego levantándose y mostrándome como la tenía toda en su boca la tragó. Luego terminamos de báñanos y mientras nos secábamos me preguntó si me gusto lo que hicimos, al decirle que sí, me hace prometer que no se lo contaría a nadie, y luego mientras nos vestimos me hace prometerle que no se lo diría ni siquiera a mi mejor amigo, ya que si ella se enterara que se lo he dicho a alguien no solo lo negaría, y entre creerle a ella y a un pendejo calentón, no solo le creerían a ella y a mí defenestrarían sino que nunca más lo volveríamos a hacer, mientras que se nadie se enterase entonces lo haríamos cuantas veces yo quisiera.

De mas esta decir que hasta que me puse de novio iba a su casa casi todos los días y que después, hasta que me case, la veía dos o tres veces por semana. Y si luego no la volví a ver fue porque me mude a otra ciudad, y al tiempo traje a mis padres a vivir en ella.

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