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Paseando al perro

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Una amiga tuvo que salir de viaje súbitamente y no se le ocurrió otra cosa que dejarme su perrazo, un pastor alemán precioso que responde al nombre de Roko, con el perro trajo medio remolque de parafernalia, que si camita, que si saco de comida, juguetitos... e instrucciones. Iban a ser tres días, pero parecía que se mudaba para siempre.

En fin, cayendo la tarde, cogí pelotita, bolsas, correa y me dispuse a salir con Roko a dar una vuelta por el rio Guadalmedina.

Roko corría alegre por el río y se jugaba con otros canes por allí, hasta que se acercó a un perrillo mediano y se lo empezó a follar.

Me acerqué apresuradamente y vi que hacía lo mismo el dueño del otro perro.

Le pregunté, oye te molesta que... ()

y me respondió riendo "por mi como si se casan, total, preñado no se va a quedar mi perro ", no pude menos que unirme a su risa, para presentarme a continuación. "Soy Dani" "Yo Kiko " seguidamente me ofreció un cigarro que acepté, al ir a encenderlo se me cayó la correa, momento que aprovechó su perro para llevársela corriendo. Roko se puso a jugar con él y la correa... Resultado: correa hecha jirones.

Kiko se disculpó, improvisó una correa con unas bolsas de plástico y me dijo: "vamos a mi casa que tengo allí una correa".

Ya era de noche, se me había pasado el tiempo volando pero no tenía nada que hacer, así que acepté acompañar a aquel hombre de mi edad (unos 40) a su casa.

Estaba muy cerca, Kiko vivía a un lado del río y yo al otro. Nada más entrar se quitó la camiseta me dio una lata de cerveza y me dijo, siéntate en el sofá, espera un momentín, y reapareció con un pantaloncillo de deporte en vez de las bermudas que llevaba antes. Se puso a buscar en una estantería frente a mi, se ponía de pie, se agachaba y yo, la verdad, no podía dejar de mirar su espalda, con un par de tatuajes muy chulos, y su culazo. Se volvió con la correa que buscaba y me pilló. Le dije que miraba los tatus y me enseñó los que tenía delante. Había uno que desde el ombligo bajaba a meterse en el pantaloncillo. Uff, el de pie y yo sentado nos miramos a los ojos y de repente se escuchó un ladridillo lastimero. Roko estaba de nuevo follándose al perrillo.

"Vaya un perro cañero eh, jejeje, no para ¿les imitamos?"

Le volví a mirar a los ojos y le baje el pantaloncillo como respuesta.

Frente a mi tenía un bonito rabo, no muy largo, pero bastante gordo. Sin más preámbulos lo engullí, y empezó a ganar firmeza y a crecer en mi boca. Kiko lo sacó de mi boca, y me golpeó con la polla la lengua, la boca, las mejillas, y volvió a metérmela, para follarme la boca. Me quitó la camiseta y me pellizcaba los pezones con mucho arte, y una de sus manos empezó a buscar mi culo.

Tío no te vayas a correr en mi boca!! Le dije en un momento que recuperé la lucidez.

Él me sonrió, me puso de pie y aflojó mi cinturón, los pantalones cayeron, los aparté a patadas y me besó, un beso que no esperaba, entre dulce y guarro.

Me dejé llevar mientras nuestras lenguas danzaban como llamas de una hoguera, sus manos me sobaban el culo, entraban y salían de mis calzoncillos... me giré y puse el culo, con calzoncillos y todo sobre su cipote enhiesto. Hizo amago de cogerme de la polla, que empalmada, seguía dentro de mis gayumbos, pero se la aparte y la dirigí a mis tetas mientras seguía dándole culazos sobre la polla.

Me bajé un poco el calzoncillo por detrás, y goloso noté como su rabazo se frotaba en mi culo, especialmente contra mi ano, que estaba siendo lubricado con saliva que acercaba con una mano.

Me separé y agachándome me volví a meter en la boca su pollón, cada vez más duro, brillante y rico. Me paró, "quieto q me corro", y mientras se cogía el rabo apretando, me iba colocando a 4 patas sobre las rodillas en el sofá. Hábilmente se puso un condón y enfiló mi ano con su ariete. Mentiría si dijera que me dolió. El me la mete, sí, pero yo muevo el culo también para metérmela. Levanto una pierna para que me folle más duro, pero noto que está frenando. Giro mi cabeza y busco su beso de nuevo. Acelera, me embiste fuerte, y de repente, para.

Me quedo frío, el me coge de la picha, me da un besito y me lleva a su cama. Me tumba de espaldas, abre mis piernas y me pasa la lengua por el pene, besa el glande y me la chupa. Me gusta pero yo lo que quiero es que me folle! se lo digo entre suspiros y con media sonrisa se levanta y me vuelve a penetrar. El de pie y yo tumbado. Me masturba mientras me folla despacito. Cruzo las piernas tras su culo y le empujo hacia mi. Cara a cara. Kiko está sudando de lo lindo, le vuelvo a besar y sus pollazos aceleran, fuerte contra mi culo. Suspiro y jadeo. Vuelve a salirse de mi, se quita el condón y de nuevo se aprieta el glande con el puño.

Pero ya no hay vuelta atrás, le doy unas chupadas rápidas a mi nuevo amigo mientras me masturbo furiosamente. Me saco de la boca su herramienta y lo pajeo. Córrete en mi pecho, le suplico. Dicho y hecho, dos trallazos de leche van a parar a mi pecho peludo y otro se estampa en mi mejilla, mientras yo me derramo en el suelo.

Nos besamos y sonreímos.

Estoy pensando en adoptar un perro, jeje.

(9,21)