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Voyeur en estado puro

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No podía creer lo que veían mis ojos.

Soy un voyeur nato. Me encanta encontrar situaciones en las que me caliente otros participantes.

El profe Lucas mamándole las tetas a la profesora Sandra, el maldito le acariciaba los pezones con sus dedos al tiempo que se daba el festín de su vida con los grandes senos de la maestra escondidos en el cuarto de profesores.

Me llamo Carlos y soy uno de sus alumnos, siempre me había gustado la profe, por eso cuando escuché suspiros de placer a una hora inadecuada en su oficina me introduje a la del lado subiéndome a una mesa para espiar por la ventana superior.

Sandra es una belleza de infarto, de unos 37 años, rubia, buenas piernas, senos de lujo y un rostro que invita al deseo, estoy seguro que todo el curso se ha masturbado pensando en ella, además es casada con un ingeniero que la tiene muy bien atendida.

O eso pensaba yo.

Lucas, el profe de gimnasia, le tenía la blusa abierta y el sostén abajo para disfrutar mejor de sus tetas, sin embargo, ella trató de resistirse:

-¡Para Lucas, detente, esto no puede seguir, tú sabes que soy casada!

-Vamos Sandra, yo se que lo deseas, me muero por darte caña, cariño.

-¡Nunca le he sido infiel a mi pareja, además alguien podría venir y pillarnos!

-Nadie vendrá, Sandra, déjate ir, te juro que te haré gozar como nadie.

Pude ver la mano del profe perderse por la falda de ella, seguro le estaría toqueteando el coño de lo lindo, los jadeos de placer de la maestra se intensificaron y no se cortaba un pelo:

-¡Oooohh, Lucas, no sigas, no quiero cometer una locura!

-No, preciosa, yo voy a cometer una locura si no te follo aquí y ahora. Me tienes caliente todos los días.

Dicho esto, el profe la despojó de su prenda íntima y subiendo su falda empezó a lamer el delicado y rasurado coño de Sandra.

Yo ya sabía en que terminaría todo. En cosa de minutos mi amor platónico estaba dispuesta:

-Ay!! , que rico lames mi coñito, sigue así, no pares.

-Primero probaré tus tetas, luego tu coño, pero mi polla también quiere gozarte Sandrita.

-Sabes que no te escapas.

Entonces desenvainó su verga y sin decir nada subió una pierna de Sandra sobre su hombro para poder meter su erección mas profundamente.

El gemido de placer de la profesora resonó en mis oídos:

-¡Ooooohh, así mi amor, la quiero toda, nunca he probado una cosa mas rica, hasta el fondo por favor!

-Que estrecha estas Sandra, parece que tu marido no te atiende bien, pero de eso me ocupo yo ahora. -¡Desde que te vi que quise montarte como Dios manda, cariño!

-Entonces date gusto Lucas, nunca habia estado tan caliente como ahora, me muero de gusto.

-¡Sigue así, me corro, follame que me corrooooo, oooohhhh !

Los gemidos de placer de la maestra llenaron la sala, mientras el profe seguía embistiendo sin sacarla de su coño, cuando pararon las convulsiones del orgasmo, Lucas le sacó el miembro y la puso en la posición de perrito, a cuatro patas sobre la mesa, agarrando su cintura y volviendo a ensartarla:

-¡Así clavamela toda , quiero ser hoy tuya, quiero tu polla Lucas!

-Así se folla cariño, ya sabes lo mucho que me excitas nena.

Pronto Sandra alcanzó su segundo orgasmo a manos del profe y se derrumbó exhausta, Lucas extrajo el miembro de su vagina caliente y húmeda y se sentó con su erecta verga bañada en los jugos de la profe :

-Bien Sandra, ya sabes lo que debes hacer.

La maestra se arrodilló a su lado para mamarle el miembro, era una delicia ver como le devoraba el miembro con su boca, le agradecìa con esos labios carnosos por todos los placeres dispensados.

-¡Aaah, sí, Sandra, así, ya sabia que eras una experta mamadora, chupa sin parar, es toda para ti, apuesto a que nunca se lo has mamado así a tu marido! (Retorciéndose del placer que causaba aquella lengua juguetona)

Gracias a las caricias bucales de la profe, Lucas no tardó en correrse, eran chorros de semen ardiente que Sandra bebía golosamente embriagada por la morbosa situación.

Cuando hubo acabado se echó perezosamente a un lado, había bebido todo el néctar de pasión de aquel compañero de trabajo que la excitaba hasta el punto de dejarse llevar y ser infiel, estaba llena, pletórica y nerviosa.

-Tenemos que repetir esto otro día, Sandra.

-Por mi estaré siempre dispuesta a tí, Lucas, nunca me habían follado tan bien ni siquiera mi marido.

Por mi parte solo me quedó ir corriendo a casa a masturbarme pensando que algún día sea yo el que disfrute de todos esos placeres con mi hermosa profesora Sandra.

Mi escena como voyeur había terminado por hoy, pero seguiré espíando y fantaseando...

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