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Inicio a la prostitución

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Hola de nuevo estoy aquí para compartirles un nuevo relato, no sin antes agradecerles por sus lecturas y comentarios que para mí son muy importantes ya que aparte de desahogarme me alegra saber que se toman el tiempo de leer lo que escribo.

Empezaré por contarles lo que siguió después de esa cita con el médico que sé que fue todo planeado por el cliente del gimnasio y el, desde esa noche mi cabeza no volvió a ser lo que era me sentía como si flotara como si estuviera en un sueño, llegue al gimnasio, me di un buen baño para luego irme a la cama.

Esa noche no pude dormir ni un minuto pensando, recordando, tratando de entender que había pasado esa noche, porque hasta en un hospital o consultorio me tenía que pasar algo así, y en un momento tomé la primera decisión de muchas que tomaría después, decisiones que me llevarían a conocer lo peor que me hubiera imaginado en mi vida.

Pensaba que como ese cliente ya sabía esa parte tan privada de mi vida esa que con nadie más que con aquella doctora y aquel desconocido del chat había compartido, en cualquier momento todos se enterarían, eso me daba mucho miedo no quería ser rechazado ni que todos me siguieran usando por mi falta de carácter o mi debilidad al sexo así que tenía que renunciar, al día siguiente me levanté temprano para arreglar todo como siempre.

En cuanto llegó la dueña lo primero que hice fue hablar con ella, le dije que iba a renunciar al trabajo, de inmediato me cuestionó el porqué diciéndome que si alguien me había hecho algo o porque me quería ir, le dije que no era eso que yo solo quería buscar algo mejor, cosa que de inmediato le molestó y sin decir más me dijo que estaba bien que solo le diera unos días para encontrar a alguien que se quedara en mi lugar.

Sin dejarme decir nada se fue a su oficina, la verdad me sentí mal con ella ya que se había portado bien conmigo pero ya no podía seguir ahí, ese mismo día por la tarde llegó el cliente del gimnasio como siempre, ya que no había nadie me preguntó cómo me había ido con el doctor con una sonrisa burlona en su cara, a lo que de inmediato le respondí con un reclamo preguntándole porque le había contado lo que pasó entre nosotros si habíamos quedado en no decir nada.

A lo que respondió sin remordimiento que yo estaba para ser disfrutado, que esa inocencia mía era algo muy excitante y que a él le gustaba compartir lo bueno con sus amigos, que no me quejara si bien sabía que me había encantado, solo agaché la mirada sabiendo que era verdad lo que él decía, desde ese día todo cambio para mí en el trabajo, la dueña estaba muy seria conmigo mientras yo vivía con el temor de que alguien más supiera mi secreto.

Pasaron algunos días en los que todo fue tensión más estrés para mí, la dueña todo el tiempo me ponía trabajos más pesados o me mandaba a la calle a comprar todo lo que se ocupaba, que eran bolsas muy pesadas todo en microbús siendo que antes me pagaba un taxi para ir a todos esos lugares y llevar lo que me pedía.

Llegó el día de mi descanso que era el domingo, yo nunca lo aprovechaba solo me quedaba en el gimnasio checando que todo estuviera bien o haciendo ejercicio aprovechando que nadie me veía, no es que me preocupara mi físico solo lo hacía por aburrimiento, ese día decidí salir a despejarme un poco desde hacía tiempo quería conocer la ciudad pero no me atrevía ya que tenía miedo de lo que pudiera pasar.

Salí muy temprano por la mañana con dirección a la estación del metro, mi intención era ir al centro histórico pero el día tenía otros planes para mí, ya en el metro todo iba en calma iba muy poca gente aunque todos los asientos estaban ocupados, iban algunas familias con niños todo normal y no es que yo viajara mucho en el metro pero es lo que había oído, en una estación se subieron tres chicos de unos veintidós años aproximadamente.

Pasaron un par de estaciones cuando uno de ellos comenzó una discusión con un hombre de unos sesenta años, el chico le reclamaba porque lo había tocado mientras el señor le explicaba que había sido un accidente pero el chico muy molesto le dio un golpe en la cara que lo hizo caer, de inmediato toda la gente se levantó y se bajaron en la siguiente estación, mientras él se quedó en el piso, subieron pocas personas que lo miraban asombrados.

Pero él no se levantaba, un poco de sangre salía de su boca mientras yo intentaba no mirarlo, yo me sentía muy nervioso con la situación no me gustaban las peleas y menos que agredieran a una persona mayor, cuando intentó levantarse le costaba un poco con el movimiento así que me levanté a ayudarlo, ya de pie me dio las gracias mientras yo le decía por nada con voz nerviosa, aprovechando que estábamos en la siguiente estación me bajé.

No era a donde me tenía que bajar pero me puse muy nervioso así que decidí salir casi corriendo, subí corriendo las escaleras hasta llegar a la calle la cual de inmediato traté de identificar, me quedé parado tratando de calmarme para después decidir a donde ir pero una voz interrumpió el momento un hola me hizo reaccionar, al mirar a mi lado estaba parado aquel hombre que hace unos instantes ayudé a levantarse.

Le respondí el saludo con otro hola mientras el no perdió el tiempo presentándose, para luego hacer yo lo mismo, me dio de nuevo las gracias por haberlo ayudado a lo que respondí que no era nada, me dijo que en agradecimiento me invitaba a desayunar pero le dije que no era necesario, el insistió tanto que me convenció de acompañarlo, fuimos a un restaurante cerca de ahí nada elegante, al entrar me dijo que pidiera lo que quisiera.

Pero pedí algo sencillo, mientras llegaba lo que pedimos comenzó a preguntarme que porque yo no había salido corriendo como toda la gente, lo primero que se me ocurrió fue decirle que porque aún no era la estación a donde yo iba, pero él no me creyó, después me preguntó que porque lo ayudé y yo le respondí que eso era algo normal que otros lo hubieran hecho en mi lugar pero respondió que nadie más se preocupó en ayudarlo.

Sin saber que decir solo contesté que yo lo haría con cualquier persona, el solo se quedó pensando por unos segundos para luego preguntarme a donde iba, le dije que yo quería conocer la ciudad mientras con cara de asombro me decía a no eres de aquí, mientras en mi mente pensaba que había sido un error haberle dicho eso, le respondí que no que hace poco había llegado a trabajar a la ciudad, durante el desayuno me siguió haciendo preguntas.

Como que ¿de dónde soy? ¿Cuántos años tenía? ¿Si era casado? Entre otras cosas, terminando el desayuno le dije que ya me iba que se me hacía tarde pero él me dijo te acompaño si quieres, quien mejor que yo que tengo muchos años de conocer la ciudad para llevarte a conocerla, pero le dije que no era necesario que no quería desviarlo de su camino pero él me respondió que no tenía a donde ir en particular que estaba solo en el mundo.

Me quedé asombrado con su semblante de tristeza así que le dije que estaba bien, salimos para luego ir caminando hasta un parque cerca de ahí, al llegar nos sentamos en una banca para que el descansara, de pronto se me ocurrió preguntarle por el incidente del metro, con la mirada seria me dijo que había sido un accidente que el no quiso hacerlo, le dije que me disculpara si lo incomodaba pero él me dijo que no me preocupara.

Los dos nos quedamos en silencio un instante hasta que sin esperarlo me preguntó, que si a mí me hubiera tocado como al chico del metro que hubiera hecho yo, le dije que si hubiera sido por accidente tal vez nada, pero me desconcertó más cuando me preguntó que si lo hubiera hecho intencionalmente que hubiera hecho, le dije que me hubiera ido, pero siguió desconcertándome más cuando me dijo que haría si me tocara en ese momento.

Sorprendido le contesté que me iría si lo hacía, me estaba poniendo nervioso con la situación pero traté de guardar la calma, pero lo que diría después me hizo perder por completo la calma, me dijo que si el me invitaba a ir a un lugar más privado yo aceptaría le dije que no que yo no era así, mientras mi corazón casi s me salía de la impresión y nervios que sentía en ese momento, le dije que ya me iba pero él me detuvo diciendo escucha lo que te voy a decir.

Si después de oírme si te quieres ir no insisto más, le dije que estaba bien mientras en mi cabeza me repetía que estás haciendo vete de ahí, dijo te pago si me acompañas a mi casa para pasar un rato muy lindo para los dos, mi reacción fue decirle que no que estaba loco pero el solo dijo dos mil te pago dos mil en efectivo si vas conmigo, no dije nada pero en mi mente pasaban mil cosas, me preguntaba cómo era eso que alguien me pagaría por hacer eso que tantas veces hice gratis.

Después vinieron a mi mente recuerdos de lo que pasó con don José, todo lo que tuve que pasar por dinero, después pensé que no me caería mal ese dinero que era casi lo que ganaba en un mes, pero algo me detenía sabía que estaba mal si lo hacía pero a la vez era muy tentador, lo miré a la cara mientras pensaba que podía pasar un momento de placer como me gustaba y ahora ganando dinero.

Puse la vista en otra parte, cerré los ojos, respiré profundo para decirle con todo el valor que pude reunir, es muy poco, él se sorprendió mientras yo esperaba que el me dijera que ya no quería seguir, sin decir más solo dijo tres mil es mucho dinero para eso pero te los doy si vas conmigo, justo eso ganaba en un mes así que ya no lo pensé más y dije está bien, el solo sonrió para después decirme vamos a tomar un taxi para ir a mi casa.

Caminamos hasta una calle a donde de inmediato le hizo la parada a un taxi, sin darme tiempo de arrepentirme me dijo sube para luego subir el, le dio la dirección y en unos diez minutos ya estábamos en la dirección indicada, todo el camino en mi mente escuchaba una voz diciéndome que haces estás loco no vayas pero no quise escuchar, nos bajamos sin perder tiempo el abrió la puerta para luego decirme entra.

Por cierto él era un hombre de unos sesenta años, de 1.60 de estatura, cabello entre canoso, moreno, algo gordo, con un bigote abundante usaba lentes, nada guapo obviamente, la casa era de un piso tenía una sala, baño, comedor y recamara a la cual me llevó sin perder el tiempo, no era muy grande tenía una cama matrimonial, un buro con una lámpara, más un ropero de inmediato se sentó en la cama.

Antes que nada lo primero que hizo fue preguntarme si era virgen, lo cuan contesté negativamente con la cabeza, muy bien vamos a comenzar dijo con voz seria pero lo interrumpí para preguntarle si me podía pagar por adelantado, me dijo que no había ningún problema y sacó un fajo de billetes de su bolsa del pantalón, contó el dinero para luego pagarme, lo guardé en mi bolsa del pantalón para luego escuchar sus órdenes.

Quítate la ropa con voz autoritaria ordenó, comencé por la playera mientras el observaba atentamente, después los zapatos para luego desabrochar mi cinturón seguido del pantalón, que cayó de inmediato al piso, por ultimo como en película de suspenso empecé a bajar mi bóxer hasta dejarlo en el piso, el miraba atento mientras se desabotonaba la camisa nerviosamente, se la quitó dejando ver un pecho lleno de bello.

Para después decirme acércate de inmediato lo hice mientras él con desesperación me jaló con fuerza hacia él, para luego apretar con gran fuerza mis nalgas y bezar mi pecho, con su lengua me recorría el pecho deteniéndose en mis pezones, bajaba con sus manos a mis piernas para apretarlas también, unos minutos después se detuvo para ponerse de pie, desabrocharse el cinturón luego el pantalón, bajándolo junto a su ropa interior.

Dejando ver un pene no tan grande a primera vista, totalmente flácido cubierto por un abundante bello grisáceo, se sentó de nuevo n la cama para luego comenzar a masturbarse con la mano, me sorprendió que no me pidiera sexo oral pero lo dejé seguir, así estuvo un largo rato pero no se veía ningún cambio era como si no sintiera lo que estaba haciendo, sin que él me lo pidiera me puse de rodillas frente a él.

Le ayude a quitarse los zapatos para luego sacarle toda la ropa, acto seguido acerque mi boca a su pene para luego lamerlo, el se sorprendió como si nunca se lo hubieran hecho pero no dijo nada, después sin sacarlo de mi boca me puse de pie para acercar mis nalgas a su alcance dejándolas a su derecha, de inmediato volvió a acariciarlas y apretarlas en un rato empecé a notar como su pene crecía en mi boca mientras con mi mano derecha acariciaba sus testículos.

De pronto sin esperarlo metió un dedo en mi ano lo que me hizo saltar de la sorpresa, de inmediato vino a mi mente lo ocurrido unos días atrás con el doctor ese, seguí con mi labor hasta dejarlo como un hierro firme fue cuando él me detuvo sacando su dedo de mi para luego decirme sube a la cama te quiero en cuatro, así lo hice me puse con las piernas lo más abiertas que pude mientras él se acomodó lo más rápido que pudo tras de mí.

Sin perder tiempo acomodó su pene en mi ano para luego comenzar a empujarlo con mucha fuerza, lo que me dolía un poco pero él no se detenía, poco a poco fue entrando, no era el pene al que yo estaba acostumbrado en tamaño pero aun así me estaba lastimando, cuando por fin pudo meterlo completo empezó a meter y sacar con mucha rapidez lo cual lo hizo terminar en muy poco tiempo llenándome el interior con su leche caliente.

No fue el gran final que yo esperaba, la verdad me decepcionó hacía mucho tiempo no lo hacía con alguien sin sentir nada, él me dijo que me vistiera mientras él llamaba a un taxi para que me llevara a mi casa, la verdad si quería ya estar en el gimnasio para darme un buen baño, en unos minutos el taxi llegó antes de irme él me dijo que ya sabía dónde encontrarlo que cualquier cosa que necesitara lo buscara y que si quería ganar dinero lo buscara que él tenía unos amigos que me pagarían muy bien por lo que hago.

En mi mente me decía eso jamás lo volveré hacer nunca más nos volveremos a ver pero como dicen acá más pronto cae un hablador que un cojo y pronto me tragaría mis palabras, le di las gracias y me fui llegando al gimnasio fui directo a las duchas para de forma desesperada comenzar a masturbarme dejando caer chorros de leche.

De ahí en adelante mi vida fue de error en error hasta hacerme caer a lo más bajo del mundo.

Gracias por leerme y comentarme hasta pronto.

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