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Mi amistad con mi vecinita

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Me acerqué un par de días después a la casa de mis vecinos y hallé a Isis sentada leyendo una revista de artistas, nos pusimos a platicar, ella sentía una gran curiosidad por mi cambio de hombre a mujer, le despejé muchas de sus dudas, ella se interesó en mi vida y acabamos haciéndonos amigas, le dije que era muy bonita, que su cara era en verdad muy atractiva para cualquier hombre, que sus piernotas eran mi envidia y esas nalgotas debería ser un placer tenerlas en tu cuerpo, integradas a tí, sexis, femeninas, además era una muchacha con cintura breve y tetas bien paradas y grandes, redondeadas y bellas. Ella tenía algunos problemas de autoestima por su sobrepeso.

Quedamos en salir el siguiente sábado a tomar un café y hablar de cosas de chicas. Así que el día establecido llegó y nos fuimos a las 5 de la tarde al centro de nuestra ciudad a tomar un café, me puse unos jeans entallados y una blusa de tirantes, la peluca de la tía y zapatillas negras sin medias, unos aretes de plástico azules y una diadema delgadita. Me colgué mi bolsa y pasé por Isis. Ella no tardó mucho en salir, nos fuimos caminando al centro, Isis llevaba puesta una hermosa minifalda azul obscura, una blusa blanca con flecos en los senos y adornos de piedritas brillantes blancas, una gorra tipo beisbolista blanca con piedritas también y calzaba unas zapatillas negras de dos tirantitos cada una.

Se veía linda la cabrona, bueno, con esas piernotas cualquiera podría sentirse la tentación andando, los hombres la miraban con codicia y deseo, algunos le dirigían piropos. Ya sentadas en la mesa de un céntrico café cruzamos las piernas, las de ella atraían como un imán las miradas de los hombres y las envidiosas miradas de algunas mujeres. ¡Ya ves, llamas la atención por tu belleza! ¿Oye va a alcanzarnos aquí tu hermana Lora? No, me dijo que iría a otra parte con su BB, creo que a una fiestecita de niños o algo así. Hablámos de muchas cosas y varios temas pero, ella siempre regresaba a sus dudas acerca de mí. Así con varias salidas más nos hicimos amigas, Lora nos acompañó en algunas de ellas.

Una tarde me preguntó que qué era lo que hacía con su tío ¿Por qué lo preguntas? Le dije. Pues porque mi tío es muy caliente y no creo que te perdone a tí solo porque sí. ¿A tí te ha insinuado algo? ¿De tí? No, hablo de tí. Pues, si es un poco mano larga, disimuladamente me toca las piernas como por afecto pero yo se que es porque se excita conmigo. ¿Oye Lora te puedo preguntar algo y no te enojas? Pregunta ¿Qué se siente estar con un hombre? Rico, respondí inmediatamente. Sabes a mi me da pena pero me gustaría que me orientaras un poco, mira, me he masturbado desde los 12 años, me toco y siento rico pero, me da pena que un chico me toque porque mi mamá dice eso es de putas. Para nada, eso es lo normal, tocarte te hace conocerte a tí misma y saber que te gusta. Es que contigo he pensado muchas veces, sé que tu no eres realmente un hombre pero tampoco una mujer ¿Me entiendes? ¡Claro! sigue. Pues, quisiera saber si me podrías tocar un poco para empezar a sentir cosas lindas. Espera ¿Quieres que te acaricie la pepa? Sí, pero por favor no le digas a nadie, mis hermanos siempre me han querido tocar y no me he dejado, a veces he sentido cuando estoy dormida que uno de ellos dos se acerca rastreando a mi cama y me mete mano, yo me muevo rápidamente y hago algun ruido para que se vaya ¿Y no será tu tío? Tal vez, pero creo que son mis hermanos o al menos uno de ellos.

Después, no se porqué pero me meto la mano en mi vagina y me mojo, me acaricio y siento algo muy rico. Por eso te pido que me ayudes, quiero que alguien como tu que te quiero mucho me toque un poco, solo un poco. Mira, no es ningun sacrificio para mí, de hecho la vagina femenina ha sido mi sueño, tener una y cuando he tocado una de mujer me recreo acariciándola para comprender mejor cómo son. Además si me caliento, me excita ¿Me entiendes? Sí ¿Podría ser ahora? ¿Dónde? No sé por que no nos metemos al cine y vamos viendo qué pasa. Así nos metimos a un viejo cine que ya en esos años a finales de los 70s ya estaba en decadencia, había poca gente, buscamos para sentarnos un rincón obscuro y discreto, ya sentadas yo me acerqué a ella y comencé a meterle la mano entre las piernotas esas, que lentamente se fueron abriendo, su pantaleta estaba húmeda, suave y tersa, busqué un lado de esas pantaletas y metí mi mano, con el dedo anular de la mano derecha busqué el clítoris y lo comence a masajear, ella gimió dulcemente, se puso tensa y dura, nos besamos en los labios metiéndop nuestras lenguas lo más adentro posible, levantó un poco las piernas y se dejó dedear a gusto por mí. Así estuvimos como una hora, después ella se recargó en mí y puso su mano izquierda sobre mi pantalón de mezclilla, me sobó mi penecito y logró sacarlo de su apretado sitio, lo acarició a gusto y me lo mamó con deleite, se los eché en la boca. Salimos oliendo a pez de ahí. Tomadas de la mano como dos amiguitas más de las muchas que se ven los sábados por la noche en mi ciudad. Bueno amigos mañana les sigo platicando de mi vida, tal y como la recuerdo, siendo lo más fiel que mi memoria me permite para que sepaís cómo he vivido.

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