Nuevos relatos publicados: 0

Señora de 50 años

  • 5
  • 53.033
  • 8,50 (14 Val.)
  • 4

Hace más o menos medio año por trabajo conocí a una familia, sólo conocí a las mujeres. Eran una abuela de unos 50 años, una hija y 2 nietas, una con unos meses de nacida, mientras que la otra nieta tenía ya 18 años. La abuela y la nieta de 18 años siempre se vestían con un estilo gótico.

Al principio, sólo me llamaba la atención la nieta, pero por diversas razones sólo me mantuve en contacto con la abuela. Nos mensajeábamos sobre música y otros temas banales, pero con el pasar de los meses, me contó un poco más sobre ella, siendo lo más importante el que se había embarazado a los 15 años y la habían obligado a casarse, por lo que solo tuvo a una pareja en todo este tiempo.

Un día, la vi de regreso a casa, ya estaba en el transporte, así que sólo la vi por un par de segundos. Me pareció curioso y se lo dije por mensaje, ella respondió enviándome una foto de su muslo preguntándome cómo se veía. Ella ya me había hablado de forma sugerente anteriormente, pero siempre opté por hacerme el desentendido. Esa noche me contó que yo le interesaba sexualmente desde que me conoció. Mientras hablábamos recordaba que su ropa solía ser mucho más sugerente que la de su nieta, lo que provocó que me excitara y empezara a masturbarme mientras hablábamos.

Durante un par de semanas nos enviamos fotos y le conté varias cosas sobre mi vida sexual. Ella quedó fascinada con todas las idioteces que yo había hecho en estos años y terminamos acordando una cita, concretándose el día de ayer (20 de abril).

Después de esperar unos minutos en el lugar convenido fuimos a un motel que estaba a un par de cuadras. Algo gracioso es que yo ya había estado en ese motel con anterioridad, hace unos 2 años el lugar parecía una casa abandonada, me impresionó tanto que es lo único que recuerdo de aquella experiencia de hace tiempo. Actualmente es, de hecho, bastante bonito. Una vez que entramos en la habitación, hablamos un par de minutos sobre hoteles y otras tonterías, me aburrí, así que la callé con un beso de lengua mientras la manoseaba.

Ella es una mujer con ya varias arrugas, aunque sólo en la cara, de estatura promedio, gordita y con un gran trasero y tiene un complejo por ser vista desnuda debido a algunas operaciones que ha tenido, cosa que no me importo, ya que siempre he preferido a las mujeres que me doblaran la edad. Llevaba una playera, botas y mallones y un bracier con dibujos de flores. Ella me había dicho que no usaba nada cuando usaba mallones, cosa que comprobé cuando metí mi mano en su estrecha vagina.

Nos besamos por un rato mientras poco a poco nos desvestíamos, cuando le quité el bracier sólo me concentré en morder sus pechos mientras una de mis manos seguía en su vagina. Entonces, ella se quitó las botas y se bajó el mallon, le abrí las piernas, hice aún lado el vello púbico y metí mi lengua en su vagina. Después de ver que ya estaba lubricando mucho me bajé los pantalones y la penetré en posición de misionero.

Luego de unos minutos saqué mi pene de su vagina y se la metí en la boca para seguir con un 69 unos segundos después. Volví a penetrarla y entre cada cambio de posiciones le ponía mi pene a la boca.

En cierto momento, ambos quisimos descansar un poco. Ella ya estaba sudando mucho y yo también empezaba a hacerlo. En ese momento recordé que le había pedido que llevara lencería que me había mostrado antes. Ella la sacó de una bolsa y se la puso, era un corset rojo con ligas y una tanga del mismo tipo, me dijo que con la prisa que tuvo al Salir no pudo encontrar las medias, así que sólo se puso unos tacones de color rosa. Mientras lo modelaba para mí, me preguntó si podría servir como prostituta, como he estado con varias, le conté cómo trabajaban mientras me masturbaba con su bracier, ahí vi que era 38B. Mientras me masturbaba y charlábamos de eso, me vino a la mente la imagen de ella amarrada a la cama siendo penetrada brutalmente por alguien y rodeada de otros tipos esperando su turno para llenarla de semen.

Una vez que ambos nos recuperamos un poco, ella se acercó y volvió a meterse mi pene a la boca. Ella rápidamente me pidió que me corriera dentro de su vagina, así que la puse de perrito, moví su tanga un poco y empecé a penetrarla duro y con cada nalgada que le daba ella gemía más y más hasta que me corrí dentro de ella. Nos separamos y acomodé su tanga para que contuviera el semen.

Después de salir del hotel, hablamos un poco sobre cómo sería la siguiente. Ella sabe que soy bisexual y que me gusta vestirme de mujer así que me pidió que para la próxima yo me pusiera esa lencería roja y ella se podría otra de color negro, del mismo modo, le prometí llevar mi vibrador de 30 cm.

(8,50)