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La Milf

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¡Hola a todos! Este es mi primer relato, así que valoro opiniones y comentarios.

Un día me levanté tranquilamente, ya que estaba en las vacaciones de navidad y sin exámenes. Me llamo Jonathan Soy un chico que mide 1,65 cms, pelo oscuro y largo, ojos verdes, y muy risueño, siempre llevo barba arreglada, y aunque no soy de vestir formal, me gusta llevar unos vaqueros y una buena camisa siempre.

Buenos días- Dijo mi madre desde el salón.

Hola mamá- Respondí.

¿Quieres qué desayunemos churros?- Preguntó.

Vale- Respondí.

Bajamos al local donde los servían, y para mi sorpresa estaba, Paqui, la amiga de mi madre y su hija. A mí su hija me daba igual, pues aunque era muy guapa, prefiero a las maduras. Para que os imaginéis a Paqui, ella es rubia de ojos verdes, de más o menos 1,68 cms, labios carnosos y una nariz respingona, pero pasemos a lo bueno, siempre lleva una camisa de tirantes como mi madre, ese día concretamente blanca, y muy ajustada, para dejar claro que es una tetona, y que hablar de su culo, como si fuese el de una veinteañera, pero a sus 45 años, resumiendo era toda una MILF, no es como esas que solo van en busca de una buena polla , pero si se la encuentra supongo que no dudará en darle una probada, como ahora pasará...

¡Hola!- Dije contento.

Las dos respondieron cordialmente, pero reitero yo solo tenía ojos para Paqui. Como siempre era muy agradable.

Bueno cariñitos, ¿desayunamos?- Dijo Paqui.

Mi madre y yo nos sentamos, obviamente me puse en el lado opuesto para tener una mejor vista de ese par de melones maduros pero siendo discreto.

Bueno cielo, ¿te quedó alguna?

Sí, una- Dije- Pero seguro que la recupero.

Hoy vamos a comer todos juntos- Dijo mi madre.

Después de desayunar, nos fuimos a tomar unas copas, a mi me encanta Paqui con un par de copas, porque empieza a hablar sobre temas más calientes, sobre cómo me iba con mi novia y si manteníamos relaciones. Llegó la hora de comer y la hija de Paqui dijo que había quedado, a mi me gustaba eso, más atención para mi por parte de su madre. Tras terminar de comer mi madre nos llevó a hacer unas compras para luego a la noche, y a la vuelta, dejó a Paqui en su casa, y ella iba muy cargada.

Jonathan, ayuda a Paqui- Dijo mi madre- Yo voy yendo a casa.

Claro- Dijo como pasando pero me moría por ir con ella.

No hace falta cielo, yo puedo- Dijo.

No es molestia mujer- Le dije.

Al final accedió y llevé sus bolsas hasta el ascensor.

Ya subo yo tranquilo, ya hiciste suficiente- Me dijo melosamente.

No pasa nada ya las subo hasta arriba- Haciendo caso omiso a sus palabras

Era un ascensor pequeño, y los dos estábamos muy juntos, yo le miraba un poco las tetas, y creo que ella me vio, pero no quiso decir nada. Cuando entramos en su casa aproveché que ella iba delante para mirarle un poco el culo, yo ya estaba algo empalmado por todas las vistas.

¿Dónde las deja?- Dije.

Donde quieras amorcito- Respondió.

Yo al escuchar eso noté un respingón en la polla.

¿Necesitas algo más?- Pregunté.

Hubo un silencio momentáneo.

¿Podrías ayudarme un momento?- Dijo ella.

Seguí su voz hasta su cuarto, allí la vi con una caja, la ayudé a dejarla en la cama.

¿Qué es?- Pregunté curioso.

Ábrelo- Dijo seria.

El tono me desconcertó al abrirlo, solo había una foto, al cogerla me di cuenta, ¡era Paqui con las tetas al aire!

Yo lo flipé, al mirarla a ella, me dio un calambre en la polla, ¡ella estaba sin camiseta!

¿Crees que se me han caído?- Dijo.

Son perfectas- Respondí.

¿Por qué no las pruebas?- Preguntó.

No respondí, solo me lancé a por ese par de tetas gigantes, sus pezones eran oscuritos y ya estaban muy duros.

Notaba tus miradas- Dijo entre gemidos.

Yo empecé a comérselas, cuando de repente noté su mano en mi ya dura polla, y sin dejar de comérselas me la sacó.

Dios- Dijo- Es enorme cariño.

Le metí las manos en los leggins, estaba chorreando, parecía que la muy puta me deseaba follar ahí mismo. Me tiró sobre la cama, y que maestría no tendría al comer pollas que antes de caer ya me la empezó a chupar, le agarré la cabeza, y ella se dejó llevar. Empezó a chupar cada vez más fuerte.

Paqui me corro- Dije.

Ella no dejó de chupar, empecé a echar chorros en su garganta, 3 grandes chorros de mi caliente semen la inundaron, pero no importaba ella lo tragó todo como si fuese un vaso de leche de verdad. Se quitó los leggins y se puso sobre mi.

Comete el coño de esta guarra- Dijo cachonda.

Empecé con fáciles movimientos, ella empezó a gemir muy fuerte, se agarraba las tetas, tiraba de sus pezones, empujaba mi cabeza, hasta que se giró, se agachó para comerme la polla, yo aún estaba sensible, pero ya estaba bastante duro, quien no lo estaría con semejante guarra. A los pocos minutos su respiración se agitó y yo no tenía problema alguno, sabía que se iba a correr como toda una puta

¡Dios que gustazo!- Gritó.

Yo todavía tenía la lengua algo exhausta por su gran trabajo, pero Paqui estaba muy cachonda, por lo que no paró ahí.

Eres joven- Dijo- Seguro que todavía te queda mucha leche por darme.

Se bajó de mi y empezó a chupar un poco más. De repente dejó de tragarse mi erecto miembro para pasar a mayores.

Cariño sé que no eres virgen, lo que me has contado sobre Nadia me ha tenido cachonda toda la comida, menos mal que nos hemos ido porque te follaba frente a todos- Dijo- Así que ahora vas a follarte a esta madura.

Me levanté por mi cartera, pues siempre llevo un condón para emergencias, pero en eso...

¿Qué haces?- Preguntó.

Ponerme un condón- Afirmé.

No no no- Dijo- Tomo la píldora y te conozco bien así que no hay problemas, ven aquí.

En eso me giré y vi su rosado coñito aún con mezclas de mi saliva y sus flujos, estaba claro, me la iba a follar ahí mismo. Cuando me acerqué, dirigió mi polla para que me pusiera encima de ella, la puso en su agujero y sin pensarlo, se la clavé entera, no se quejó todo lo contrario, echó un gemido de placer, empecé a moverme despacio, pero no tenía por qué ya que como he dicho antes eso parecía un río de flujos vaginales, era por disfrutarlo.

Ve más rápido hombre- Dijo- Que quiero sentir una polla de verdad.

Sus palabras hacían que mi polla no dejase de retener sangre, cada vez más duro empecé a follarla.

¡Sigue, sigue, sigue, más duro, más duro!- Prácticamente gritaba. ¡No pares joder! ¡Dale polla a esta guarra!

Ella misma se quitó y la vi cómo se ponía a 4 patas, y con su mano derecha se abría el chochito para que siguiera dándole todo mi miembro, la penetré sin miramientos mientras ella gemía cada vez más alto, parece que Paqui era multiorgásmica, porque de repente noté todo eso más mojado.

¡Otra vez!- Gritó- ¡Estoy en el paraíso! ¡Sigue follándome!

Pero yo sabía que no iba a aguantar mucho más, por lo que se puso encima para alargar el coito, aunque no sirvió de mucho ya que en poco estaba comiéndole sus enormes tetas y corriéndome en su apretado coño.

¡Joder SÍ!- Gritó.

Se quitó de encima y con mi lefa aún en su coño me besó. Como yo sabía que me tenía que ir a casa la dejé en la cama pero no sin antes echar una foto a mi guarra.

Amorcito- Dijo melosamente- Cada vez que quieras coño ven a verme que lo tendré preparadito para ti...

Con eso salí y me dirigí a casa, esta fue la primera de muchas aventuras muy cachondas con maduras cachondas.

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