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Mi pasión por los pies de mi tía

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De esto ya hace unos 20 añitos pero aun lo recuerdo como si fuera ayer.

Desde bien pequeño los pies de mi tía, me enloquecían. Ella, una mujer que ahora tendrá unos 60 años. Mujer bien cuidada, de pies grandes, bien cuidados, con uñas grandes y largas y siempre acompañadas de color plateado. Con mucho morbo. Creo que hace un 40 EU.

Aún recuerdo cuando venía a mi casa ya que era la mujer de mi tío, y cenaban con mis padres muchos fines de semanas. Siempre escuchaba el ruido que hacia debajo la mesa cuando se sacaba sus zapatos negros con tacones. Me encantaba ese momento. Al parecer ya se me había despertado el sentido para el gusto de esos pies taan adorables. Me gustaba ir detrás de la mesa, donde se sentaba ella y sentarme al sofá que había detrás. Allí siempre disimuladamente podía adorar sus plantas bellísimas y verlas jugar como se metía y sacaba los zapatos. Lo que hubiera pagado para ese momento poder meter mi nariz en esas plantas. Siempre estaban rojas del sudor y aun con la forma del zapato.

Era mi adicción, verla a ella y ver sus pies. Cuando íbamos a su casa, llevaba muchas veces las típicas sandalias chinas de color blanco. Siempre observándola y intentado ver sus perfectos pies. Creo que me obsesioné.

Años más tarde, cuando vinieron a una comida en verano a nuestra casa, ella se cambió para ponerse más cómoda. Ese día también había otra pareja de amigos de mis padres. Era una mesa larga adaptada para ese día. Iba con unas faldas y también con unas chinas. La comida fue muy bien, recuerdo que se alargó muchísimo pero yo ya harto de sus charlas me acosté al sofá para ese día romper mi obsesión. Ella estaba de frente y me veía y la veía. Sus zapatillas cerradas y aprietas no dejaban que su pie saliera fuera, pero podía ver como no paraba de mover sus dedos dentro de ellas. No me di cuenta hasta que subí la vista hacia ella y vi que me estaba observándome. Ese momento fue un poco raro. No supe como disimular y lo más raro que se me hizo, pensar lo que ella estaría pensando. Todo continuo normal hasta que pasado un rato y mirando esos pies jugueteando sin que se diera cuenta, se sacó una zapatilla dejando libre su pie. El corazón me estalló. Era perfecto. Con sus grandes uñas tan perfectas de color gris. Estuvo con el pie fuera unos instantes y entonces me di cuenta que ella estaba observándome otra vez. Sería una prueba?

Mi adicción a sus pies cada vez se hacía más obsesiva hasta que al verano siguiente, mi tío me ofreció ir un par de semanas a su casa de su pueblo. A pasar las vacaciones. Ellos eran maestros. Y tenía que hacer un trabajo de verano. Era una casa de tres plantas en un pequeño pueblo del sur. En la primera planta vivía una hermana de mi tía, un par de años más joven que ella, y ellos vivian al piso del medio. Al piso superior había una terraza compartida para las dos familias. Aún recuerdo esas vacaciones tan especiales. Por las mañanas hacia el trabajo ayudado por mi tío, y por las tardes él iba a trabajar y hacer sus cosas en el campo y yo me quedaba en casa, o leyendo o saliendo a tomar el sol o incluso descansando. Supongo que todos los astros se alinearon para mi gran ocasión.

Cuando ya estaba a punto de irme hacia mi pueblo, faltaban un par de días más o menos. Recuerdo que terminamos de comer, e irme al sofá que estaba alejado de la cocina para ver un rato la tele. Me quede dormido. Al cabo de un rato, me desperté por ruidos que hacia mi tía, porque estaba limpiando el comedor. Barriendo y sacando el polvo de la mesa pequeñita que había delante el sofá. Fue mi oportunidad perfecta para demostrar mi obsesión hacia sus pies. Mi tío ya había salido, y ella, nunca se iba a imaginar lo que iba a pasar. Recuerdo que me desperté y me quede observándola, medio dormido. Iba con unos pantalones muy corto de color rojo, una camiseta blanca y en los pies llevaba unas chanclas cubiertas pero con el talón al aire. Serían las 4 más o menos. No podía dejar pasar esa oportunidad así que sin pensármelo le dije, "no paras nunca". Ella no me acuerdo que contesto pero estuvimos un rato hablando, y al cabo de unos minutos se sentó para descansar un rato y ver la tv conmigo. Mi corazón estaba corriendo más rápido de lo normal. Yo me incorpore al sofá para dejarle sitio, y ella sin dudarlo se sacó una chancla y se puso la pierna debajo de la otra, de tal manera que yo podía ver su planta del pie saliendo debajo de su muslo. Tenía muchísimo hambre de comerme ese bello pie. Mi verga estaba empezando a crecer. No podía parar de mirarle todo el rato sus dedos, como su uña del dedo grande salía de su dedo. (Vista desde su planta). Ella sin darse cuenta iba mirando la tv y me comentaba todo el rato que 5 minutos y se iba que tenía que ir a casa unos familiares suyos. No podía dejar pasar esa oportunidad cuando dentro de mí salió una voz pequeña que le dije, "anda incorpórate bien que voy a darte un masajito en los pies para que recuperes fuerzas". Ella me miro y me dijo, "no sabes cómo me encantaría, siempre he querido ir algún sitio para que me masajeen los pies". Me quede, la verdad temblando. Estaba acojonado para coger esos pies y masajearlos, aunque era mi obsesión.

Yo me levante y senté delante de él al suelo. Ella mirando la tv, incorporo el pie desnudo hacia mí y el otro que todavía llevaba la chancla. No podía creerlo, estaba tocando ese pie. Era un pie grande, con unas uñas perfectas y muy bien cuidado, intente masajearlo como pude hasta que le saque el otro zapato. Ese olor que enloqueció e hizo que mi verga se pusiera como un palo. Tenía los dos pies encima de mí y no podía creérmelo. No sabía qué hacer con ellos para que ellos, pero ella estaba relajadísima y su cara mostraba gusto y supongo que calentura. Pero mi obsesión iba más allá. Con mi polla bien dura, y sin sacar mirada de sus pies, masajee todos sus dedos. No recuerdo el rato que estaría masajeando los pies pero quería hacer algo que a ella supongo que le molestaría. No me lo pensé y antes de que ella recogiera sus zapatos y se fuera me puse su dedo gordo entero en mi boca. En un primer momento lo saco y me dijo, esto es mejor que no lo hagas. Supongo que se asustó, pero insistí y termine chupando sus dos pies enteros. Estaba a punto de correrme sin más pero supongo que al final ella se estaba incomodando, me dijo, venga va que tengo que irme. Tenía miedo a que se lo dijera a mi tío, o que le habría sentado mal.

Le dije si le había gustado y me dijo que sí, pero le dije que por favor no le dijera nada a mi tío. Ella afirmó el secreto.

Después que ella se hubiera ido a casa de sus familiares, fui a su armario y cogí un par de zapatos, así que fui al lavabo, y me hice, creo que la mejor o al menos la primera mejor paja de mi vida. Evidentemente me corrí dentro de sus zapatos.

Pues no podía ir mejor el día que después de haber eyaculado fui a la terraza de arriba con un libro para tomar un rato el sol y pensar en los sucedido. Pues no me digáis porque no como, pero había su hermana tumbada en una tumbona con un bikini tomando el sol. Ella era una mujer más joven que mi tía. En ese tiempo tendría unos 45 - 50. Casada con dos hijas. Una mujer muy alta, rubia y la verdad que no muy guapa, pero con mucho morbo también. Siempre he dicho que está un poco loca, o más bien es un poco cortita, así que quise aprovecharme de la situación.

Estaba tumbada con unas gafas, un bikini azul, y tenía unos pies también enormes. Ella a diferencia de mi tía, llevaba una pedicura de color rojo intenso. Sus pies no eran tan bien cuidados como los de mi tía pero sí que eran más... morbosos, con unos dedos más gordos y de uñas largas también.

Solo os voy a explicar el final de la historia. Otro día con más tiempo os explico toda la experiencia vivida con la hermana de mi tía. Solo puedo comentaros que ella terminó con los pies llenos de mi semen.

Hasta otro rato.

(8,17)