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Vida universitaria

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Hoy me pasó algo muy interesante y les quería contar.

Hace poco vendí mi carro y compre una moto y hace dos días tuve que dejarla en el taller porque tenían que hacerle una reparación y me la entregarán mañana por lo que estuve yendo y viniendo en el transporte público de mi ciudad. Esta mañana cuando me iba a vestir vi un vestido veraniego que hacía un tiempo no me ponía. Es azul marino de tiras, la parte de arriba asemeja un corsé y la parte baja es suelta con tela delgada no muy larga pero en la tarde me iba a encontrar con mi novio por lo que no me puse ni sostén ni short y me deje una tanga de hilo y (lo juro) no note que al caminar se me marcaba la rajita del culo. Una chaqueta de jean y unas zapatillas. David, mi mejor amigo, novio de mi mejor amiga y ex compañero sexual estudia en el mismo lugar que yo y vive casi a una cuadra, por lo que hoy nos encontramos en el paradero del bus para ir juntos.

De camino al transporte y esperándolo podía sentir las miradas de hombres y mujeres sobre mis nalgas y para cuando llegó David ya había superado la pena y me preguntaba qué era lo que tenía hasta que el me explico lo llamativo de mi atuendo pero ya era tarde para cambiarme.

Al subir al bus, David, que estaba delante mío me ofreció la mano para ayudarme a subir y la acepté, pero, claro, al estar delante suyo y un escalón más arriba aprovecho y me apretó el culo sin cuidado de que no lo notara, me di vuelta y lo mire y el sólo sonrió. Seguí mi camino y me senté en la parte trasera, en la que quedaban tres sillas, una en la esquina trasera (última silla de la esquina) una junto a esa y una delante de esas. El camino a la universidad era demorado, casi la última parada entonces nos sentamos en la esquina. David me sonrió antes de sentarse y le devolví el gesto.

Cada vez que el bus se detenía bruscamente él, de algún modo, se acercaba más y más a mí y la verdad no lo detuve. Ambos teníamos nuestras maletas sobre el regazo y en algún momento puso su mano en mi pierna, en la parte que tenía la tela del vestido. Lo ignore. Y el bajó más la mano hacia mi rodilla. Yo hice como que no sentía nada y seguí mirando a la ventana.

-Ambos tenemos pareja.-dije.

-Tú tiraste con la mía y no planeó acostarme con Julián. -me susurró al oído. Me besó la mejilla -Hagamos algo hoy. -su mano siguió su camino.

Cuando llegó a tocar mi piel note que tenía las manos muy suaves y calientes al tacto.

-Voy a salir con Julián. -dije. Trato de quitar la mano de mi pero puse la mía encima para que continuara, al fin y al cabo, soy una zorra y me estaba excitando muchísimo- No por eso te debes detener. -Sonrió un poco y la dejó allí. Un segundo más tarde acercó su maleta a la mía para que cubriera mis piernas de la gente y yo apoyé mi cabeza en su hombro con los ojos cerrados.

Subió la tela de mi vestido y dejó su mano viajar por mis piernas un rato hasta que, al parecer, se armó de valentía para acercarla a mi vagina. Sus continuos movimientos sobre mi piel me tenían mojadisima y al sentirlo se rio un poco. Con cuidado fue pasando su mano por encima de la delgada tela que cubría mi coñito. Tenía unas ganas increíbles de soñar, quería gemir pero me mordí la lengua para que pudiéramos continuar sin que la gente nos mirara. Siguió moviendo su mano sobre mí y con cuidado apartó la tela hacia un lado dejando que sintiera su piel en contacto con la mía. Me acarició y pasó sus dedos con movimientos perfectos hasta que mi clítoris era una piedrita siguió jugando un minuto más y se arriesgó a meter dos dedos y mi vagina con gusto los recibió.

Justo en ese momento, como si el destino fuera, pasábamos por una zona que tiene muchísimos huecos el pavimento así que el bus se sacudida mucho y el aprovecho para acelerar sus movimientos entre mis piernas, suficiente rápido y con la fuerza necesaria. Tenía unas manos perfectas ese hombre.

Metió tres dedos entonces y lo hizo más rápido y las maletas empezaron a soñar sobre mis piernas, abrí los ojos y el hombre junto a nosotros nos miraba intrigado, así que sonreí y mire en otra dirección. David me tomo la cara con la mano y libre y me besó al tiempo que aceleraba aún más, haciendo que nuestras maletas sonaran, puse mis manos encima de ellas e hice cono que buscaba algo dentro de la mía para darle más campo a David. Para el momento en que me mordió el labio inferior yo estaba perdida y los espasmos en mi vientre se hacían más y más fuertes. Aleje mi boca de la suya y la pegue a su oído, mi respiración se volvió entrecortada y sin más, me vine en su mano. El empezó a toser para disimular un poco mis sonidos involuntarios.

-Amo que seamos mejores amigos.-murmure.

-También yo. -me besó la mejilla. Saqué una bolsita de pañuelos que llevaba y se la pase debajo de la maleta, se limpió un poco la mano y me limpió a mí. Por suerte los asientos eran de tela y no se notaba tanto que alguien se había corrido allí. El resto del trayecto fluyó con tranquilidad pero yo me sentía tan pero tan caliente, quería más y las oportunidades no demoraron.

Casi al final del cuarto periodo, un poco después del mediodía un chico que toma una clase conmigo se acercó a mí. Diré lo que me dijo con otras palabras para resumirlo.

-Hola Amy, me han dicho que eres una puta que se la mama a cualquiera, ¿quieres salir a tirar en algún bar? - (todo eso con "palabras decentes") Se quién es, una de mis amigas fue su novia y el tipo tiene buenos antecedentes así que dije, porque no? Ya fui infiel una, porque no dos veces. Si eso pasa cuando tengo ganas de tirar y mi pareja no está cerca, lo siento pero no lo siento.

Accedí a irme pero que sería a un lugar privado, así que fuimos por su camioneta guardamos todo atrás y arrancó a su departamento, donde vive solo. En el camino sentía unas ganas incontrolables de hacer algo, quería coger, quería sexo duro, no quería amor, quería que me dieran sin piedad todo lo que tuvieran dentro. Así que, son pensarlo dos veces me alargue el cinturón de seguridad y me agaché hacia él, le solté el pantalón y deje que su miembro, de buen tamaño, saliera. Al parecer él estaba tan emocionado como yo porque cuando baje sus calzoncillos su pene salió disparado completamente duro.

Me lo comí con ganas, como si me fuera a pagar por la función. Me recogió el cabello con una mano y desacelero un poco. Me agarró la cabeza y me obligó a pegarme su verga, tuve unas pocas arcadas y me agarré de su pierna para no moverme mucho hacia los lados. Lo apreté para que me soltara y lo hizo cuando ya no podía darle más. Recupere el aliento, escupí en el y continué. Tras unos minutos más así me dijo que se vendría y se detuvo en una esquina que estaba vacía, parecían no pasar muchas personas por allí.

Me solté el cinturón, me arrodille y seguí mamando con más ganas, más rápido con mi mano de arriba abajo en esa rica verga hasta que se pudo venir en paz. Por desgracia su semen resultó en mi vestido.

Su departamento consta de dos habitaciones, una sala, dos baños, la cocina, el comedor y un estudio pequeño. Había un pasillo que llevaba de la puerta al comedor. Yo entre primero y, como era obvio, me desnude dejando que viera que no llevaba sostén.

Deje el vestido en el piso y entre directamente a la habitación principal donde había una cama enorme con un televisor gigante delante. Me acosté en la cama y el me siguió. Me dijo lo mucho que quería hacer eso hacía mucho tiempo y la verdad no le di importancia, yo sólo quería coger.

Me senté encima suyo y le quite toda la ropa, cuando estuvo desnudo volví a masturbarlo un poco y cuando sentí que estaba bien me fui a sentar pero me detuvo.

-Espera, tengo condones en esa mesa. -dijo.

-Conmigo no los necesitas, no me gusta el plástico. -respondí y me senté con su pene dentro de mí. Gemí fuerte, porque las ganas que tenía eran inmensas, empecé a moverme, a saltar y a cabalgar a ese hombre, el me agarró las tetas y me las apretaba hasta que me dolían, y en este momento podría jurar que siento su agarre en mis senos de lo fuerte que me las cogió. Tras saltar encima suyo me levanto y me hizo acostar, puso una pierna en su hombro y la otra me la sostuvo abajo y gracias Dios por hacerme flexible. Tiramos de todas formas y posiciones, en todo el departamento, en la cama, en la mesa del comedor, en la mueble de la cocina, el piso de la sala, y en algún momento me llevó al baño. Lo mejor fue el anal.

Al parecer le gusta complacer a sus mujeres por lo que tiene un vibrador, y mientras que el me daba por el culo yo me hice con el vibrador por la vagina. Y es uno de los mejores orgasmos que he tenido. Definitivamente va a los primeros 10.

Cuando iban a dar las 4 nos ducharnos por separado, tras haber tirado en la ducha porque si no, no íbamos a parar. Cuando salí recordé que su semen había manchado mi vestido así que le dije y lo metió a lavar y luego a secar. En ese tiempo yo estaba desnuda, obviamente y nos pasamos el rato hablando de sexo, de que nos gustaba y que no. Y quedamos que no haríamos eso de nuevo.

Finalmente me llevo a mi casa y allí espere a Julián, mi novio, que esperaba coger pero que en este momento está dormido porque yo estoy cansada. Quería escribir esto mientras sigue fresco porque ha sido uno de los mejores días.

Los mejores orgasmos,

Amy Bauman.

(8,85)