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Mis memorias - Cuarto capítulo

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Seguíamos en el hotel con mi prima Sara y Amanda quienes se encontraban en el bar, las ubique pronto, pues se encontraban en la barra tomando par cocteles y fumando. Pedí una cerveza y me dirigí a la piscina, que se encontraba con mucha gente, niños jugueteando, muchachos saltando de los trampolines, una que otra parejita de enamorados disfrutando del sol del mediodía. Maridos con sus ridículas pantalonetas de baño. Y los más jóvenes con sus vestidos ceñidos al cuerpo, que nos dejaban ver algo oculto a la vista. Era día entre semana y no era como época de ver a caballeros solos, tocaría esperar a que la tarde llegara y los que vienen a trabajar en el pueblo ya se encuentren. Anabel salió a acompañarme y asolearse un poco. Mi prima Sara se fue de compras.

La tarde corrió y el fresco brizar de la noche ya se sentía, ya el ambiente estaba cambiando, se empezaron a notar la gente que necesitábamos que llegara. Un muchacho de unos 20 años, entro a la piscina y nosotras enseguida lo notamos, guau estaba muy querido. Un cuerpazo que a leguas se notaba que cuidaba y al pasar por el lado de nosotras nos voltea a mirar y yo con mis ojos delatores me sonrió, él me devuelve la sonrisa con un pique de ojo, yo volteo a mirar así otro lado haciendo la que busco algo, pero que, me corto su mirada, debí de haberme puesto roja por que sentí mis cachetes calientes.

Amanda me hace escama diciéndome:

—Huy primita pero deje algo para esta pobre y necesitada prima,

Risas.

— ¿Cierto que está muy bueno?

—Si prima.

Me contesta. El muchacho sigue caminando y se dirige al bar regresando con una botella de aguardiente.

Yo me levanto y voy al baño, al regresar dos amigos de él le habían llegado y no tardaron mucho en fijarse en Amanda que estaba sola, al llegar con ella me dice:

—Lastima el par de idiotas que tiene de amigos.

— ¿Te dijeron algo?

—hay si un feo piropo, yo no sé porque creen que por ser mujer se tiene que aguantar sus malas insinuaciones.

—hay primita por eso es mejor buscar hombres mayorcitos y no estos cagones come mierda.

El problema era ahora como lograr conocerlo y sacar de taquito a sus amigos.

Al rato de estar uno de los muchachos se quiso levantar del puesto y se iba a dirigir a nuestra mesa pero el muchacho lo detuvo parándose y devolviéndolo a su silla, discutieron algo que después supe que era por mí,

Ya eran las 7 PM y nos cambiamos para entrar al bar y seguir tomándonos unas cervezas. Mi prima Sara no aparecía, la música bailable sonaba, la Billos, los melódicos, fruko y sus tesos, Diomedes Díaz, El Binomio. Música que cuando la escucho ahora me trasporta a estas épocas de fantasía.

Y como era de esperar aquel muchacho se nos acercó y me invito a bailar a la vez otro de sus amiguitos invito a Amanda pero ella no quiso salirle al paso, y eso que el muchacho se lo rogo diciéndole:

—Vamos preciosa baila conmigo.

Pero ni así salió.

Arturo se presentó, yo también, me pregunto por Amanda y le dije que era mi prima y que estaba así por lo groseros de sus amigos, me pido que los disculpara porque eran buenos muchachos. Seguimos bailando un buen rato conociéndonos y llenándonos de licor.

Luego nos sentamos todos en la misma mesa pero con respecto a los muchachos nada cambio. Anabel se levantó para ir al baño y de venida paso por la Barra pidiendo cigarrillos, en la barra habían dos caballeros que al ella poner su cigarrillo en la boca, se acercaron a prendérselo, que a diferencia de los amigos de Arturo fueron muy galantes con ella a quien no dejaron venir con nosotros.

Al rato de estar bailando y platicando el mundo exterior se me olvido y yo estaba embelesada con Arturo, me estaba gustando y yo a él. Al rato sus amigos estaban aburridos y medio bravos porque Anabel estaba con los otros dos caballeros, Arturo si les dijo que cuando aprendieran a tratar mujeres podrían conseguir. Bueno hay discutieron un rato y al fin los dos se marcharon quedando yo ya sola con Arturo.

Paso el tiempo y cuando menos me di cuenta Anabel y los dos caballeros ya no estaban en el bar, como a la hora fue que la volví a ver ya eran las 11 de la noche, venia despeinándose su cabello y me hizo señas que de que se iba y yo pues estaba contenta pero ya mareada por el licor, me despedí de Arturo con la promesa de volver el día siguiente. Al salir del hotel estábamos esperando que llegara algún taxi para abordarlo y irnos a la casa cuando en esas se estaciono un carro y vi por el vidrio que era mi prima Sara, ella le dio un beso en la boca al caballero que venía manejando y se bajó, al vernos se acercó sonriente y nos dijo:

—Hay menos mal todavía están pero es que no me querían dejar venir. Risas.

Nos montamos en el taxi y camino a casa no hice si no pensar en Arturo, fue así que nació un romance que duro casi hasta terminar el bachillerato, la cual fue de besito e idas a cine, tomar en las heladerías del pueblo. Pasaron las festividades decembrinas, llego Enero y yo tenía ganas de ir a Bogotá a estarme unos días, pasar vacaciones, pero mi mama no me quería dejar ir por que iba a venir alguien a visitarnos. Mi tía la de Cali se fue Federico el esposo de Sara como es empleado bancario le toco viajar a trabajar, Sara y Amanda se iban a quedar dos días más, pero solo fue hasta la tarde cuando vinieron con dos caballeros y se fueron para otro pueblo y no volvieron más.

Una tarde que llegue a casa abrí la puerta mire así el costurero y mi madre no estaba entonces me dirigí a los cuarto y el de ella estaba cerrado, escuche de pronto unos gemidos. Que fueron subiendo el volumen y claro enseguida pensé que mi mama estaba tirando con alguien, me quede un ratico escuchando lo que pasaba mi madre tirando no lo podía creer, nunca la había sentido o visto algún desliz con alguien, pero al parecer la estaba pasando muy bien por sus quejidos pidiendo más y más. Me fui para mi cuarto, a esperar a que terminara su polvito, el que salió fue el caballero al baño ni siquiera tuvo la precaución de vestirse y así desnudo paso al baño y metiéndose para ducharse dejando abierta la puerta, mi madre salió al rato llevándole una toalla y metiéndose ella a la ducha, al salir vio que estaba yo en la casa, se me acerco, me saludo sin ningún asomo de vergüenza o de algo así, le pregunte:

— ¿Que quien era ese señor?

—Es alguien que viene a visitarte.

— ¿Cómo así no entiendo quién es?

—Él es la visita que estábamos esperando

— ¿Y a qué viene ese señor?

Pregunte.

—Él viene a prepararte hija, él viene a enseñarte muchas cosas que debemos aprender para tener éxito con los hombres en la cama.

—¿Cómo así y que tengo que aprender de él?

—Muchas cosas hija, muchas cosas.

—Ven te lo presento.

Entramos al cuarto él estaba sentado en la cama, solo tenía sus calzoncillos puestos, dejando ver un bulto enorme entre ellos.

—Don Danilo le presento a Diana.

—Mucho gusto señorita. Es un placer enorme el conocerte pero que hermosas eres igual a la mamá afortunadamente y como ninguna de ustedes, todas tiene su parecido, su belleza, su encanto.

En eso tenía razón todas nos parecemos ninguna ha sacado rasgo paternos. Llego la hora de la cena, luego nos tomamos unos vinos, mi madre solo tenía puesto una bata de seda, dejando ver a través de su trasparencia su desnudes la cual se hacía más visible cuando se le habría, a sus 40 años todavía se conservaba muy bien. Se pusieron a bailar con don Danilo lo que hiso que a este se le parara la verga, él al acomodársela le quedo medio tronco por fuera del calzoncillo, al ver esto mi madre se agacho para quitárselos y dejarlo desnudo. Dejando ver en todo su esplendor su tremendo pene, continuaron bailando y el acomodándose de espalda a ella le quito la bata. Así los dos quedaron desnudos, mi madre le arrimo su trasero a su verga erecta y se lo frotaba, yo seguía mirándolos hay y me acorde de mis hermanas menores se me hiso raro no verlas en casa y pregunte por ellas, mi madre me dijo que estaban donde una de sus amigas, a quien le había pedido el favor de cuidarlas.

Se me acercaron y parándome del asiento me comenzaron a desvestir, yo sentía mi cuerpo caliente, una excitación extraña, atine a agarrarle la verga a don Danilo y masajeándosela no había tenido en mis manos una así de grande. Parecía la de un caballo, le pregunte:

— ¿Usted ha estado con todas mis tías y primas?

—Haja si princesa con todas hasta con tus hermanas, tu abuela, tus tías abuelas y familia.

El entonces me agarro para también bailar un poco con él, su verga me acariciaba mis senos ya que el media 1.80 y yo 1.66, al terminar el disco mi madre se le acerca por detrás y pasa sus brazos por su cuerpo agarra su verga con la mano derecha y con la izquierda mi mentón y lo dirige a la punta de su verga asiéndome abrir la boca para que yo se la chupara, yo con mis manos se la volví a agarrar y se la chupe, su suave textura me encantaron, don Danilo tendría en esa entonces unos 60 a 65 años. Supe que él viene cada seis meses a ver a mi madre, así con todas mis tías y primas y yo nunca lo había visto, y desde esa entonces cada seis meses lo veía hasta que se murió a los 85 años. Cuando visitaba una de las nuevas su último polvo fue con una sobrina de mi abuela a quien él se encargó de desvirgarla no había querido hacerlo con nadie todavía, entonces su mamá aprovecho su visita para su iniciación.

Luego mi madre nos dijo que nos fuéramos para el cuarto, el me alzo y yo coloque mis brazos alrededor de su cuello dejándome besar en el trayecto, me coloco suavemente en la cama. Y me pregunto.

— ¿Quieres que tu mami este con nosotros?

Yo le conteste que sí. No la iba a dejar medio alborotada su mirada me lo confirmaba. Ojos renegros pupilas dilatadas y su respiración acelerada, entramos los tres y nos acomodamos en la cama cada una al lado de él yo quería seguir mamándosela, y me le acerque a hacerlo agarrándosela con la mano se la lambí por todo el tronco llegaba a la punta y me la metía a la boca abriéndola bien para sentirla toda adentro mis labios resbalaban por su tronco humedecido por mi saliva, mientras mi mamá lo besaba en la boca dejándose tocar su cuquita, mi madre bajaba por su pecho lambiéndolo y besándolo al acercarse a su verga metió su cabeza entre los dos, don Danilo abrió sus piernas para que mi madre le chupara las huevas, diciéndome:

—Déjame un poquito yo también quiero mamarle la verga.

Se la acerque y ella se la metió en toda su boca dejando parte de su tronco por fuera yo miraban ese espectáculo nunca me imaginé a mi madre devorando semejante verga y valla que le gustaba hacerlo, sus gemidos así me lo decían. — ¿Te gusta madre?

—Si mi niña me encanta chupar esta verga.

Y volvía y se la metía con ganas, placer, lujuria.

Volví a mamársela un poco y se la cedía a mi madre para que lo hiciera, nuestras salivas la tenían muy humedecida.

—Haber hija quiero ver cómo te montas esa verga.

Enseguida me le monte encima de sus piernas levantada, mi madre agarro su verga y me la coloco en mi entrada, yo solo me deje resbalar por su tronco, sentía que mi cuquita se dilataba con su verga dentro de mí, me empecé a mover en círculos sintiendo su tronco rozar mis paredes vaginales, continúe levantando mi trasero y descargándome con fuerza para que su verga entrara toda en mi, así continúe por largo rato en venidas orgásmicas sin parar. Me recosté contra su pecho e intentaba abrazarlo para sentir su cuerpo, nos besábamos apasionadamente con locura extrema su verga asía estragos dentro de mí, el cansancio me hiso parar y hay mi madre me levanto y recostándome en la cama se montó enseguida y penetrándose su verga continuo follándoselo. Yo apenas tuve fuerzas para arrimarme a su boca y besarlo y decirle:

—Gracias mi señor que rico estuvo hummm.

Ellos dos los sentí que se enloquecían cuando ambos se venían en incontrolables orgasmos que a pesar de que don Danilo se vino mi madre no dejaba de brincar sobre su verga, su semen se deslizaba por los labios vaginales de mi madre, que extenuada término cayendo sobre el pecho de don Danilo. Así duraron unidos sus cuerpos, su verga seguía erecta dentro de mi madre, él le agarro el culo con sus dos manos y la movía para que sintiera su grueso tronco, todos tres estábamos que sudábamos a mares.

Don Danilo se levantó y alzándome me llevo a la ducha para meternos los dos yo entrelace mis piernas por su cintura y su verga fue mi asiento ya en la ducha mi madre se acercó y arrodillándose se metía su verga en la boca terminando de limpiarle su semen. Yo seguía montada en su cintura, mi madre se paro y levantándome la dirigió a mi cuquita clavándome nuevamente, varios orgasmos sentí en ese rato, mientras tanto mi madre nos enjabonaba.

La ducha termino y los tres nos acostamos en la cama, yo me coloque al lado derecho y monte mi pierna sobre él y acariciándole la verga nos dormimos hasta el otro día.

En la mañana mi madre nos despertó con delicioso café. Y entonces ella se arregló y se fue dejándome en compañía de don Danilo. Y ahí comenzó a contarme cosas y anécdotas, me enseño a rasurarle el pene y testículos, algo que me encanto porque a decir verdad me fastidia el pelaje, me encantan bien podaditos y que aprovechaba para darle besitos y lambidas a su pene, me mostro un libro que era el Kama Sutra en donde mostraban las diferentes poses que se hacían, practicamos varias de ellas. Las que más me gustaron eran en donde le practicaba sexo oral yo estaba enamorada de su verga me encanto mamársela. Como a las 4 de la tarde llego mi mama y nosotros ni nos habíamos vestido seguíamos desnudos.

Dos amigas vinieron a interrumpir mis lesiones, entramos a mi cuarto y una de ellas alcanzo a ver a don Danilo porque la puerta se abrió y a mi mamá que se estaba quitando el sostén y colocándose una blusa.

Intrigada me pregunto por el señor que desnudo estaba en el cuarto. Yo le dije que es un amigo de mi mamá. A lo que me contesto:

— ¿Y ahora vamos a tener papá?

Yo le dije que no con cara de no querer. Luego salimos a tomarnos una cerveza y fumarnos un cigarrillo a la tienda de la esquina, pero mi amiga seguía con la interrogación de lo que había visto ya que alcanzo a verle la verga erecta de don Danilo y la cosa salió a cuento y ella pues en su vida había visto un pene en vivo y en directo no se los imaginaba como este, lo que la dejo impactada.

Dos días más estuvo don Danilo en casa y fueron muy agradables con sus lesiones y sus caricias sexuales que disfrutaba a cada rato.

Al otro día ya pude viajar a Bogotá. En donde en compañía de mis hermanas mayores conocería a muchos caballeros dispuestos a pasar muy buenos ratos. Yo estaba encantada con todo lo que me estaba pasando, el poder disfrutar de mi cuerpo y sus hermosas sensaciones placenteras por decirlo de alguna manera me tenían realizada. Así fui tomándole el gusto al sexo y que dé ahí en adelante marcaria mi vida, ¿y ver que una vida sin sexo…? No que Jartera. También conocí a los padres de Arturo pues estuve invitada a su casa, lo que tuve que alternar mi relación con mis hermanas. Para cuando volví a la casa ya había estado acostándome con 8 hombres y eso que solo estuve 10 días. Y la verdad no quería volver, pero tocaba terminar el bachillerato, seguí frecuentando a doña Elvira quien me daba regalos y platica para mis gastos y nos divertíamos teniendo relaciones sexuales, a la vez que me dejaba tener mi zona de trabajo por decirlo en el hotel de ahí saque mis buenos pesos y empecé a subirle a la tarifa ya que veía que les gustaba como yo los atendía.

Un día llego un caballero muy guapo al hotel debía de tener unos 45 años, trigueño, media como 1.80, ojos negros y penetrantes. Muy seguro de sí mismo y muy caballeroso y lo mejor casado lo que lo hizo más accesible, pero no solo a mi me gusto, a Elvira también y cuando un día me vio salir de su cuarto, pues una noche me quede a dormir con él, me llamo y me pregunto por él quien era cliente regular del hotel pero que por su labor nunca había tenido oportunidad de conocerlo, yo enseguida pensé que ya era hora de que lo conociera.

Me di a la tarea de solucionar ese trabajo y busque que entre ambos se diera un encuentro, obviamente tocaba buscar que no fuera en el hotel ya que era mejor que nadie se enterara y busque que saliéramos a otro sitio, fue así que nos fuimos para otro pueblo a Melgar. Pero primero toco preparar el camino. La noche anterior habíamos estado tomando en el bar con Manuel era Viernes y pues con los tragos llegaron las caricias, el baile de acercamiento y todo aquello que cautiva la seducción, hasta cuando el cuerpo comienza a sentir ese deseo inmenso de follar y los instintos vienen al cuerpo prendiendo la llama de la pasión, envolviéndonos en uno solo. Nos dirigimos al cuarto a dejarlos salir y revolcarnos en la cama. Y ahí es donde todo se vale, las palabras se callan y nuestros cuerpos hablan, y en medio del fragor la embestidas de su miembro en mi interior las fantasías afloran como prendiendo un volcán y como yo ya venía vendiéndole la idea, insinuándole que había alguien y viendo que sus miradas lo delataban a él no le era indiferente. Doña Elvira cuenta se daba, porque su andar cambiaba dejándonos ver su hermoso trasero contonearse con mayor sutileza y déjenme decirle Doña Elvira estaba como quería. Su abundante cabellera era su mayor sexapil. Sus piernas largas y sus minifaldas que hacían de su vista algo además de ser sexy, excitante. Me encantaban sus zapatillas altas dejando ver sus hermosos pies, delgados y tersos, me encantaba lamérselos, chupárselos, sabía que a ella le gustaba por sus gemidos placenteros.

Fue así que estando en plena faena le empecé a preguntar si le gustaba, mientras él me follaba. Con un ¡sí! me respondió. Las preguntas se fueron dando en la medida en que me iba respondiendo y a la vez su pene me penetraba con mayor fuerza,

-¿Te gustaría acostarte con ella?

Se quedó mirándome mientras me follaba intensamente y con una señal de interrogación en su cara.

-¿Por qué me preguntas eso?

-Solo contéstame la pregunta.

Le dije.

-¡Claro que me gustaría! es una mujer muy hermosa.

Cuando terminamos el polvo, le conté que ella también le gustaría estar con él pero que para eso tocaría irnos a otro lugar y la cuestión es que tocaba al otro día por que el terminaba el próximo martes el trabajo que estaba realizando en el pueblo, y quedamos de hacerlo.

Entonces me fui para la casa de doña Elvira a contarle que él había aceptado su cita amorosa. Cuando le conté no lo podía creer que yo le hubiera hecho eso, que iba a pensar el de ella, hay parecía una niña toda nerviosa y yo le dije que no se preocupara por eso que él estaba con ganas de estar con ella también, pero que no había podido hacerlo por falta de oportunidad ya que cuando el llegaba, ella no estaba ya en el hotel, por lo regular llegaba a las 8 o 9 de la noche ya a esa hora era imposible verla. Hay dure un buen rato convenciéndola de ir, hasta que al fin asedio.

Al otro día Manuel tuvo que trabajar por la mañana. Yo lo espere al medio día y nos fuimos los dos para Melgar, con Elvira habíamos quedado de encontrarnos en una heladería de Melgar.

Llegamos y no estaba, pedimos helados para esperar a que llegara y a los 15 minutos apareció, venía con un sombreo tipo Hollywood de esos grandes que ayudan a mantener la privacidad jejeje y unas gafas anchas un vestido de minifalda ceñido al cuerpo sin mangas ni hombreras y sus sandalias de tacón alto, sus pulseras y anillos lo que la hacían más femenina y sexual.

Y sin más lo lleve a un hotel que yo conocía y en donde vengo con hombres a prostituirme, ahora tocaba hacer que no nos vieran a los tres entrar al cuarto por lo que ellos dos arrendaron el cuarto y yo espere en el carro a que entraran a él.

Al dirigirme al cuarto tocaba pasar por la piscina y hay me encontré con una compañera del colegio estaba con un señor como de unos 45 años, nos saludamos y ellos se estaban quedando en el hotel, hay me demore como 15 minutos y quedamos de vernos más tarde, seguí y al entrar al cuarto ya Elvira estaba acostada en la cama boca arriba hacia un costado y Manuel que parado estaba, tenía su verga encima de la cara de Elvira quien disfrutaba de chuparle las guevas, Elvira con su mano derecha se frotaba su cuca y su izquierda le agarraba la verga, su vestido recogido en su cintura. Manuel levanto su pierna y montándose en la cama dejo que siguiera mamándosela para el chuparle la cuquita, me les acerque, Elvira al verme me hizo señas como preguntándome que estaba haciendo hay yo con mi dedo me lo coloque en la boca y silenciándola con un chis, me les acerque y le lambí las guevas a Manuel, Elvira no dejaba de mirarme riéndose con complicidad, seguía mamándole la verga a la vez que Manuel le chupaba la cuquita. Me desvestí, seguí quitándole los zapatos a Manuel y el pantalón, le besaba sus nalgas y montándome encima de ambos le araste mi lengua por su columna.

Al rato ambos cambiaron de posición y mientras Elvira se terminaba de desnudar yo le mamaba la verga a Manuel. Note a Elvira bien nerviosa por su risa, su cuerpo temblaba de ganas de verga. A pesar de que ella era casada, pero su esposo le llevaba casi 15 años y ya era poco o nada lo que disfrutaba con él.

Cuando estuvo desnuda, se paró al lado de la cama mirándonos y no se desidia a subirse, entonces me le acerque y le ayude a que se le montara a Manuel, quien la esperaba también ansioso de cogérsela, la tuve que inclinar para que se besaran y agarrarle la verga a Manuel y rozarle la cuquita varias veces con ella calentando ese profundo hoyo, le escupí varias veces la verga para dejársela húmeda hasta que se la metió todita dejándole sus huevas afuera, follaron con muchas ganas y placer veía su verga entrar y salir como un pistón y Elvira gozaba con cada embestida, a eso la traje a que volviera a sentir ese hermoso placer de una buena follada. Varios orgasmo Elvira sintió, hasta que Manuel no aguanto y se le vino dentro inundándole su cuquita con su semen, la que yo con mi lengua limpie, feliz terminaron ambos, complacidos por el rato hermoso que les había brindado. Regresaron ellos al hotel y yo busque a mi amiga, a quien me toco esperar a que apareciera como media hora, estaban comprando una ropa para ella y esa noche me quede con ellos dos me pegue una borrachera la verraca y terminamos follando en su cuarto. Y así fue el inicio de doña Elvira siéndole infiel a su esposito por que ese no fue el único que le presente hubo muchos más caballeros que esa dama se llevó a la cama y varias veces hicimos tríos otra vez.

Por hoy no es más y espero sus comentarios.

DIANA LUCIA SAAVEDRA.

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