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Familia sin tabúes (14) Alex el violador

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- Nunca sospeché de ti Marco, que te podrían ir los tíos, nunca hablas de tu vida privada, solo te escuchado una vez hablar, de una chica con la que salías... ¿Sigues saliendo con ella? -

- No, y no era una chica, sino un tío. Lo que pasa, es que no quiero que German, tu socio, sepa nada de mi vida, él es un poco homófogo y con las ideas chapada a la antigua. Claro, que si supiera que su hijito Pablo, le folla el culo a su socio, le daba un infarto... jajaja... ¿O no?

-Jajaja, joder, sería todo un escándalo... ¿Entonces eres gay?... ¿O también te gusta meter la polla en un coño?

- No, yo soy gay y me gustan las pollas, los coños déjaselo a otros... jajaja... Ahora no salgo con nadie, pero estuve cinco años con un tío que era un puto vicioso follando, me lo pasé con él de puta madre, disfrutando, y gozando plenamente del sexo. Alex sacó de mi, el vicio más profundo que llevo dentro, y me enseño que en el sexo hay que disfrutar, y ser tu mismo.

- ¿Y ya no estáis juntos?

- No, Alex trabaja ahora en París, pero nos vemos esporádicamente cuando viene. Ya no tenemos una relación de pareja, solo es sexo y follar como conejos. Además, a él le gustan muy, muy jóvenes, y yo ya me hice mayor para Alex. En fin, y esos videos que tienes en el móvil, ¿Te los grabó Pablo, el polla de caballo?... Jajaja, por qué el culito de tu hijo Luis, está para echarle un buen polvo y follárselo hasta reventárselo.

- Jajaja, pues sí, pero ponte a la cola cabroncete. Suena fuerte, y sé que está mal, pero se lo follaba de mil maneras y de todas las posturas posibles, y al Felipe, su novio, ¡Pssss!... a ese niñato lo violaba a la fuerza, escuchándolo gritar cada vez que le metiera el cipote, es que me caliento solo de pensarlo, joder.

- Ya te veo jefe, jejeje, nada más que hay que verte la polla, como se te ha puesto dura otra vez cabrón. Todo se puede arreglar, la próxima vez que vayamos de viaje por trabajo, le dices que se venga con nosotros y ya está. Seguro que te dice que sí, ya verás, a Luis se le nota bastante más que a ti, que le gusto y que tiene ganas de probar mi polla.

- La próxima vez se lo diré. Bueno Marco, ya que tenemos tiempo, por qué no me cuentas una de tus folladas, te prometo, que te chuparé la polla mientras me lo cuentas, para que te dé más gustito, y goces de lo lindo... ¿Vale? -

Cuando empecé con Alex, yo tenía 19 años recién cumplidos, y con lo que respecta al sexo, era un gilipollas novato. El primer pensamiento, que se me viene a la mente cuando pienso en Alex, es su pollón gordo taladrándome el ano, su lengua dándome mucho placer, y su olor tan intenso a macho. Él es muy morboso, vicioso, provocador, le gusta mucho excitarte y calentarte la polla, y le da igual donde estés en ese momento, en la calle, en la casa, en el coche, solos o con gente, le importaba un pimiento. Follando es buenísimo el cabrón, es un puto bestia haciéndote gozar, y no es para menos con el tremendo pollón que tiene, y esos huevazos gordos colgando.

Alex es bastante alto, de unos 1´85 cms, ahora tiene 35 años, moreno de piel con varios tatuajes muy guapos, el cuerpo bien formado y musculoso, y el pelo rapado por toda la cabeza menos la creta de arriba. Tiene los ojos azules, atractivo de cara y muy morbosa, con una expresión de chulito malote. La polla, ¡Ufff!... Grandísima, y super gruesa, de las que se le notan todas las venas del tronco. Le puede medir unos 25 cms perfectamente, Aunque nunca se la he medido, pero la he notado dentro de mí, con un capullo regordete granate, y un culo con nalgas robustas, que era una delicia mirárselo marcados en cualquier pantalón que llevase.

Alex es chef de cocina y muy bueno por cierto, de hecho, por eso está en parís trabajando, pero ha trabajado en muchos sitios, y uno de ellos fue de segurata en una discoteca. Yo estuve unos meses trabajando con él, por aquel entonces, yo necesitaba dinero para los estudios y como ya estábamos juntos, Alex me metió a trabajar en la sala. La discoteca se llamaba "Vergasovia club", totalmente de ambiente gay, con espectáculos porno en directo los sábados, y con actores conocidos del porno gay. Él tiene mucha cara y bastante labia con los tíos, un día vinieron Kayden Gray y Sebastian Bonnet, para actuar follando en directo, pues se metió en el camerino para pedirle a Kayden una foto con él, y terminó haciendo un 69, y chupándole la polla al tío buenorro.

Casi siempre estábamos en la puerta, dejando pasar, o no, a los tíos, y cuando veía a alguno que le gustaba, no paraba hasta que se lo follaba. Tengo que decir que se lo follaba conmigo, y daba igual donde, en los retretes, en el cuarto oscuro de la discoteca, en el coche, o quedábamos con el chaval y nos lo follábamos en casa. En ese tiempo era tan perverso, malvado y cruel, que si algún niñato, por qué todos eran jóvenes, no quería sexo con nosotros, lo drogaba echándoselo en la bebida, y se lo llevaba a casa, y allí lo violaba el hijo de puta. La verdad es que, te puedo contar muchísimas folladas que Alex ha provocado, tengo suficientes como para escribir un libro bastante largo, y en todas he gozado y me lo he pasado estupendamente.

En la discoteca hay una sala de video que constantemente ponen películas porno, es una zona reservada que tienes que pagar un suplemento aparte, y muchas veces Alex se ponía en la puerta para cobrar ese suplemento, y así chequear a los tíos que entraban. Si había algún niñato que le interesaba me llamaba por el intercomunicador, y rápidamente yo venía. Una de esas veces, había un chavalito con pintas de macarrilla, sentado en una de las butacas y mirando la película porno mientras se magreaba el paquete. Alex entró en la sala y se sentó en la butaca de al lado, y me hizo una señal con la mano para que yo me sentara en la otra, dejando al chaval en medio de los dos. El niñato, estaba súper excitado mirando las folladas en la pantalla, Alex se acercó a su oído y le dijo muy bajito y sensual, - Oye tío, mira mi pollón como te suplica una mamada de las tuyas. - Le sujetó la cabeza con su manaza, y se la llevó hasta su cipote desnudo y todo empalmado. Mientras el chaval comenzaba a chuparle la polla, Alex le bajaba la ropa hasta los muslos, dejándole al descubierto un suculento y delicioso ano, todo para mí.

Le puso el cipote en la cara al chaval, se lo restregó por su rostro con fuerza, y mojándole los labios de pre-cum, con cara de malicia. Se la metió por completo, hasta tocar sus huevos con la barbilla, soportando la fuerte presión de sus manos, y aguantando las embestidas que me daba con el pollón, cada vez que elevaba las caderas contra su boca. Al mismo tiempo le encantaba ver, como le metía al niñato mis dedos por el boquete del culo, mientras me agarraba la polla y me masturbaba como un fiera. Alex terminaba por llenarle al niñato, toda la boca de leche caliente, se corría apretándole la cabeza contra su abdomen como un cafre, para que el chaval no pudiera sacarse la polla del hocico, y así tener que tragarse el semen por cojones. Después me obligaba, y yo obedecía con mucho gusto, a chuparle el cipote al chaval sin sacarle los dedos del culo, hasta que se corría el cabrón y me inundaba de esperma hasta la garganta... ¡Que gustazo colegas!

Una noche, había un chaval que estaba tremendo de bueno y muy guapo de cara. A Alex enseguida le gustó, y estuvo tonteando con él en la puerta, si lo dejaba de pasar o no. El niñato se reía y le seguía el juego, pero se veía claramente de que no nada con Alex. Según transcurría la noche en la discoteca, él seguía intentándolo con el chaval invitándolo a copas, contándole chistes, insinuándose muy lascivo, pero nada, de nada, y Alex ya por cojones decía... - Me lo tengo que follar como sea, Marco... le tengo que reventar esa boca, y ese culo que tiene el cabronazo. -

Alex era de los que, algo quiero y lo consigo como sea, da igual como, pero lo consigo colega. A las 6:00 de la mañana estábamos los dos en casa, calientes como perras en celo, con el niñato drogado, cachondo, excitado, y tirado en la cama del dormitorio. A él le gustaba mirarme como desnudaba al niñato, como le chupaba la polla, como le lamía el ojete del culo mientras se lo abría con mis manos, y esto sin dejar de sobarse el pollón y manosear al chaval por todo el cuerpo. La droga que le echaba en la bebida a los tíos, los desinhibía por completo, sacándole para afuera el más profundo y oscuro vicio. En todo momento el chaval estaba consciente de lo que hacía, solo que después de follar y pasadas unas horas, no se acordaría de nada. Tony, el chaval no nos defraudó, desde el primer momento se prestaba al placer, se entregó por completo a nosotros dos, y le hicimos saber que el gozo estaba garantizado.

Le pegué una mamada bestial, en el cipote super gordo que tenía, me costaba tragármelo entero, pero como buen chupa pollas que soy, hasta que mi nariz no tocó los pelillos del pubis, no paré de empujar con mi boca. Tony se aferraba a mi cabeza con sus manos, embistiéndome con su polla, y follándome el boquino mientras vociferaba entre jadeos de gusto.

- ¡Chupa maricón... chupa!... Cómeme la polla... ¡Asiiii!... Como tú sabes mamón, hazme disfrutar como un cerdo... ¡Que boca!... ¡Que gusto joder!

Ahí el chaval me dejó muy claro, quién iba a hacer la putita de los dos, y yo encantado, por qué el niñato tenía unas pintas de chulo putas, y unos gestos de machote, que me daba un morbazo increíble. Alex le enchufó el manguerazo que le colgaba entre las piernas, y se lo metió casi entero por la boca. Me deleitaba los ojos, mirando su cara de pandillero comiéndose una buena polla, sin dejar de darle placer en el cipote con mi mamada, sintiendo los golpes de su capullo en el cielo de mi boca, y percibiendo el espeso pre-cum que me dejaba en ella. En pocos segundos Alex y yo, nos disputábamos el pollón del niñato, era una lucha de bocas, de lenguas, de besos en el tronco y en nuestros labios. De arriba abajo resbalábamos nuestros morros por todo su miembro, mojándolo de saliva y masturbándolo al mismo tiempo que presionábamos fuerte.

Después Alex colocó al niñato chulito, a cuatro patas encima de la cama, con el ojete bien abierto, y yo por debajo sin parar de comerle la polla. Le puso las manos sobre el culo y empiezo a acariciárselo, a explorarlo, mientras iba bajando hasta el boquete del ano, y con un dedo iniciaba un pequeño masaje, que excitaba al chaval cada vez más. Separó las nalgas todo lo que pudo, dejando ante sus ojos de vicioso un delicioso agujero, eso es lo que más caliente lo pone, se derrite del gusto cuando se come un culito, y si es de un niñato machote, aún más, y lo devora como un animal. Clavó su lengua en todo el ojete, el cabronazo de Tony gemía de placer con los lametones que le daba, y Alex al escucharlo, metía la sinhueso hasta el fondo cada vez mas fuerte, y cada vez más rápido. Del gozo, al niñato no le paraba de gotear pre-cum por el capullo, me tenía la boca hecha un rio de líquido salado y viscoso. Me daba la sensación mientras le pegaba los chupetones, que se estaba corriendo en mi hocico, de lo que expulsaba el cabrón por esa rajita, y lo abundante y cremosa que me ponía la boca.

Cambiamos de postura, y Alex me ordenó que me arrodillara en el filo de la cama, y que me preparara bien el culito para recibir el cipote de nuestro invitado. El niñato se colocó detrás de mi trasero, separó mis piernas situándose en el centro, me agarró con las manazas las caderas, y puso su pedazo pollón en mi culito clavándomelo hasta el fondo de un solo empujón. El chulito empezó a follarme el ojete sin parar, con vigor, con energía, con rapidez, mi polla danzaba sin control, de lado a lado, y al son de cada embestida que me daba en el ano.

- Te gusta, ¿Eh?, cabrón... Que culito más rico tiene mi novio... Así, dale bien fuerte con tu polla, que a la putilla le encanta que le den por detrás... ¡Mmmm!... Este culazo tuyo, da gusto verlo moverse, y como se le abre el ojete con cada envergada... ¡Uffff!... Se le ve muy hambriento, deseoso, esperando un pollón que lo sacie, un pollón como el mío... ¡Joder!... Abre el boquete del culo cabrón, que le voy a dar de comer.

Alex restregó el capullo por la raja del culo, mientras el niñato no paraba de suplicarle, que le diera fuerte en el culo, que se la envergara hasta el fondo y que le destrozara el boquete del ano. Se la hundió poco a poco en el agujero dilatado y húmedo, facilitando la brutal entrada. En cuanto su enorme cipote estuvo empotrado en su ano, empezó a follárselo con movimientos rápidos y largos, entrando y saliendo con energía. Las caderas del chaval apresadas por las manazas de Alex, eran empujadas hacía atrás, para ir al encuentro de las insistentes embestidas de su pollón, y hacía delante, para que el niñato me incrustara hasta el fondo de mi ano todo el cipote. Así estuvimos varios minutos, hasta que Alex cogió el consolador que normalmente me metía a mi por el culo cuando follábamos, y me ordenó que me subiera a caballito encima del niñato. De esta forma tenía a los dos culitos uno en lo alto del otro, enteramente a su disposición para envergarlos con su polla, y alternarlos metiendo el consolador junto con su miembro.

Primero le tocó a Tony, le encajó el pollón en el ojete y después fue presionando con el dildo, hasta que se hizo hueco dentro, hasta que su ano se adaptó a la polla de goma, y comenzó a follárselo, al principio despacio, para después ir acelerando las embestidas. El niñato lanzó un grito de dolor, e intentaba liberarse de aquella presión retorciendo el cuerpo, para que Alex le sacara del culo las dos trancas. Pero mi macho, no estaba dispuesto a contentar al chaval de ninguna manera, él gozaba viendo como le ensanchaba el ojete con cada embestida, y disfrutaba escuchándolo sufrir. Yo le tapé la boca con la mano, y con la presión de mi cuerpo encima del suyo, no lo dejaba moverse ni escapar. Esto no me lo tenía que ordenar, por qué era lo que siempre hacíamos con los niñatos que violábamos, sometiéndolos a tope, y a partir de ahí la chulería de los chavales desaparecía.

Le destrozó el culito al niñato, se lo folló de mil maneras, a cuatro patas como los perros, boca abajo encima de él, con las piernas apoyadas en sus hombros, mirándole la cara de angustia, envergándole su pollón junto con el mío... Cuando llega el momento de correrse, Alex goza de vicio derramando su esperma en la cara de los niñatos, y que ellos se corran al mismo tiempo con una de mis deliciosas mamadas en sus pollas. Así que lo tumbó en la cama boca arriba, le puso el cipote pegado a su cara para regalarle una lechada, y yo me coloqué entre sus piernas abiertas, y empecé a chuparle el cipote como un salvaje.

- ¡Me corroooooo!… No aguanto más, cabrón… ¡Que cara más guapa, joder!… ¡Asiiiiii!… ¡Tomaaaa... niñatoooo!

Diciendo Alex estas palabras, un río de semen me inundó toda la boca, bajándome garganta abajo, y tragando como un sediento, mientras el niñato se retorcía de gusto empujando su pelvis contra mi cara. Me corrí del gustazo, tragando, bebiendo, chupando todo aquél esperma tan sabroso, al mismo tiempo que me masturbaba la polla, y mi capullo descargaba el espeso semen encima de la cama.

- Esta que te he contado jefe, es una de muchísimas que te podría contar, con Alex no te aburres nunca y siempre va buscando la excitación, el vicio, y lo perverso.

- Joder Marco, cuando venga a visitarte tu amigo Alex, por favor llámame, que yo quiero mucho vicio, y que también me viole el culo ese tío... jajaja.

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