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Dulce venganza

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Era un sábado por la mañana del mes de Agosto de 2015, ya había pasado casi un mes desde el encuentro furtivo de mi esposa con el vecino, durante días trate de pensar en que hacer al respecto lo cual fue inútil pues solo tenía en mente aquella faena casi irreal que se repetía en mi cabeza como una escena de alguna película porno, el sexo con Laura fue por demás superior desde entonces aunque con algunas restricciones debido a nuestro hijo pero fuera de eso todo grandioso, obviamente los dos nos excitábamos pensando en aquella tarde y cuando no estaba con ella dedicaba algunas pajas a esos recuerdos en mi cabeza, tal vez ella también lo hacía, pero como pasa con todas las cosas se fue apaciguando poco a poco y después de algún tiempo ya no era igual de excitante, además cuando pasaba la calentura sentía mucho resentimiento y enojo hacia mi esposa aunado a mi confusa reacción de entonces, en fin…

Ese sábado mi hijo se fue muy temprano con sus abuelos maternos a un rancho de unos pariente, mi esposa estaba trabajando y ya que yo no trabajo los sábados decidí después de aburrirme un rato en casa, ir a un centro comercial cercano, después de deambular un rato entre a una tienda donde venden todo tipo de aparatos electrónicos (de los cuales soy fan) para ver que había de nuevo, para mi sorpresa me encontré con Lucy, conforme me acercaba a ella mi sorpresa crecía, llevaba el pelo sujetado en cola de caballo, traía una blusita blanca de algodón muy delgada que se traslucía bastante para dejar ver su sujetador negro de media copa que gracias al tamaño de sus bien formados pechos parecía más pequeño dejando ver un poco sus pezones lo cual me la puso duro casi instantáneamente y con el pantalón de licra blanco súper ceñido a sus torneadas piernas y respingadas nalgas, en el que se dibujaban perfectamente las líneas de su tanga era imposible no excitarse, no intente ocultar mi erección de entonces, después de los coqueteos que hubo anteriormente entre los dos quería que notara mi miembro erecto lo cual no puedo afirmar que sucedió pues si lo vio fue muy discreta.

Después de saludarla efusivamente le pregunte que hacia ahí a lo cual contesto – vine a buscar quien me ayude con la pc de casa, es nueva y no tiene aún todos los programas que necesito y además no logro hacer que funcione la impresora, como yo no soy muy hábil para eso de la computación pues necesito ayuda- le pregunte por su marido suponiendo que él era capaz de esa labor –últimamente ha tenido mucho trabajo y no tiene ni tiempo ni ganas de hacerlo, prefiere pagar por ello- fue su respuesta a lo cual replique rápidamente –yo puedo ayudarte- se quedó pensativa y antes de que dijera algo más seguí hablando –soy muy bueno para eso sabes, me encanta la tecnología (lo cual es cierto, en parte) así te ahorras el dinero que te cobrara un técnico que por cierto cobran bastante por algo tan simple- obviamente mi intención era acompañarla a casa e intentar seducirla y con el miembro erecto presionando en mi pantalón dudo que no se lo imaginara, tal vez por eso lo pensó bastante, pero al final accedió.

Regresamos en su camioneta puesto que yo no tenía carro en ese entonces como lo dije anteriormente, durante el camino le pregunte qué programas necesitaba mientras pensaba en mi estrategia para conseguir cogérmela, en realidad no ocupaba nada del otro mundo así que al llegar a su casa le explique que tomaría algo de tiempo dejar listo su equipo, mientras concentraba lascivamente mi mirada en su cuerpo, no me interesaba ser discreto, pero me corto la inspiración en parte pues después de mostrarme el equipo que se encontraba en la sala de tajo me dijo en un tono muy desinteresado que trabajara a gusto y si necesitaba algo le avisara, y acto seguido entro al fondo de la casa, después de unos minutos regreso para preguntarme si quería tomar algo a lo cual respondí que no, -ok, te quedas en tu casa, subiré a darme un baño- fue lo último que dijo mientras subía la escalera dejándome con la duda sobre la intención de su aviso, deje pasar el tiempo y cuando lo creí oportuno subí esperando encontrar la puerta del baño abierta como una clara invitación a concretar mis “buenas intenciones”, pero me lleve una decepción pues no fue así.

Desconsolado me dedique a terminar mi trabajo y pensaba en algún plan para lograr mi objetivo pero conforme pasaba el tiempo me fui desilusionando pues era claro que ella no tenía interés en el asunto; bajo después de casi hora y media cuando ya me faltaba poco para terminar, -¿y bien, cómo vamos?- pregunto mientras se acercaba a mí, al girarme me lleve una gran sorpresa al verla con solo una batita de satín color café oscuro que se adhería a su cuerpo delineando su figura, sobra decir que me la puso más dura de lo que ya la tenía –¿todo bien?- continuo al no recibir respuesta, tarde algo pero después del asombro pude contestarle con voz titubeante –de maravilla- fue mi respuesta, por la forma en la que sonrió me imagino la expresión de idiota que tenía en ese momento, apoyo ambas manos en el escritorio y se reclino muy cerca de mí para observar el monitor de la pc e inmediatamente clave mi mirada en el tremendo escote que tenía –espero seas tan bueno como presumes- dijo en un tono burlesco y provocativo a la vez, -creo que quedaras satisfecha, de cualquier forma siempre tengo tiempo para lo que se te ofrezca- respondí al tiempo que ella se levantaba y se acercaba a mi aún más –hasta no ver… - fue lo último que dijo.

La tome por la cintura e inmediatamente la monte sobre mí y al sentir mi pene completamente erguido se estremeció y me beso apasionadamente mientras yo recorría su cuerpo con mis manos concentrándome principalmente en sus exquisitas nalgas sin ropa interior, besaba su cuello, sus hombros, lamia y chupaba sus magníficas tetas y mordisqueaba suavemente sus erectos pezones, estaba como niño con juguete nuevo… después de unos minutos de ardiente jugueteo repentinamente se levantó y haciéndose a un lado me jalo de la mano para que me levantara también y me acercara a ella y así lo hice, una vez los dos de pie me quito la playera para después seguir besándonos y mientras yo seguía tocándola por todos lados ella se entretenía desabrochándome el cinto y el pantalón, cuando lo logro lo bajo junto con mis bóxers hasta por debajo de mis nalgas, después de acariciar un poco mi miembro con suavidad, se hizo para atrás y sin quitar su mirada de la mía lentamente se arrodillo para después abrir sugerentemente su boca, rápidamente me arranque como pude lo que me quedaba de ropa y me acerque a ella ansioso por sentir su humedad, tan solo un instante basto para desconcertarme pues a pesar de tener mi miembro a la espera de una deliciosa mamada no había respuesta por su parte, se quedó inmóvil con su boca aún abierta, tarde un poco pero al fin comprendí lo que quería, sin perder más tiempo deje la confusión a un lado, tome su cabeza entre mis manos y despacio le fui hundiendo mi verga en su boca y comencé a moverme, poco a poco se la metía más rápido y más profundo cada vez, el sonido producido por mi verga entrando y saliendo de su boca y su tibia saliva era deliciosamente excitante, el conjunto de lo que sentía, veía y escuchaba llevo mis movimientos a un punto frenético mientras que ella mantenía en todo momento su boca abierta, no la cerro ni siquiera cuando me corrí explosivamente dentro de ella sin dejar de penetrarla, por sus comisuras choreaba mi lefa caliente la cual recogía con sus dedos para llevarla nuevamente a su boca, solo hasta que termine de correrme chupo mi miembro para dejarlo limpio.

Después de eso, se levantó con una sonrisa pícara dibujada en su cara, me tomo de la mano y camino jalándome hacia las escaleras, subimos hasta su habitación, una vez ahí se reiniciaron los besos y las caricias, después de un par de minutos la recosté en su cama con las piernas colgando, me arrodille frente a ella y comencé a besar y lamer sus piernas, fui subiendo lentamente hasta llegar a su vagina húmeda y me dedique a devolverle el favor (por así decirlo) recorrí con mi lengua cada uno de sus pliegues, lamia, chupaba y masajeaba su clítoris con mis labios y lengua mientras ella se estremecía con sus piernas sobre mis hombros, me sujeto la cabeza y me restregaba la cara contra su panochita caliente y mojada hasta que no pudo más y soltando un ahogado pero extendido gemido de placer termino con un exquisito orgasmo.

En cuanto se relajó un poco y soltó las piernas, me propuse a levantarme y acomodarme para penetrarla pero antes de que pudiera hacerlo se dio la vuelta, se acomodó de rodillas en la orilla de la cama, abrió las piernas lo más que pudo y en esa posición recostó su cabeza en el colchón quedando acomodada de tal manera que su delicioso culo quedo expuesto totalmente lo cual me lo puso más duro que una roca, me acerque detrás de ella quedando en medio de sus piernas en la posición perfecta, comencé a restregar mi verga contra sus nalgas, su culo y su panochita chorreante y cuando estaba a punto de metérsela me detuvo –No, espero, la quiero por atrás- así que untándome saliva apunte mi miembro en su culo y poco a poco se la fui metiendo, ella se estremecía y apretaba sus nalgas tanto como podía, la vista que tenía era tan excitante como penetrarle ese apretadito culo que tanto deseaba, mientras ella movía sus nalgas hacia todas direcciones apretándolas en todo momento yo la sujete por los muslos intentando penetrarla más profundamente, esto aunado a sus gemidos y jadeos me excitaron tanto que no pude contenerme más y termine explosivamente dentro de su culo y mientras lo hacía seguía metiendo y sacando mi verga y zarandeándola hacia todos lados, después de unos instantes fuimos disminuyendo el movimiento de nuestros cuerpos, ella se fue recostando en la cama y yo sobre y aun dentro de ella, por unos minutos me dedique a besarle el cuello, la espalda y a masajear sus deliciosas tetas y lo hubiese seguido haciendo de no ser porque ya estaba cerca la hora en que mi esposa regresa del trabajo, así que muy a mi pesar se la saque poco a poco y me recosté a un lado de ella, después de una breve platica bajamos a la sala, me vestí y nos despedimos ardientemente, después de eso me fui a mi casa con la promesa de que volveríamos a darnos placer.

A pesar del día tan espectacular que pase con Lucy, y la satisfacción de sentir realizada mi venganza, había una duda en mi mente… si mi esposa había vuelto a ver a nuestro vecino Mauricio (esposo de Lucy), no soy del tipo obsesivo con mi esposa pero la verdad es que me gano la curiosidad y cuando tuve la oportunidad revise su celular, lo que encontré ahí cambio por completo mi forma de ver a mi esposa, pero esa es una historia que narrare después.

(9,50)