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Cumpliendo fantasías

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Ken apartó la boca del pezón de Daisuke

-¿Qué estás pensando ahora?--. Preguntó.

Daisuke no respondió durante un largo momento; Sólo miraba el brillo de la saliva que cubría la boca de Ken, el hilo reluciente que los conectaba a los dos a pesar de que Daisuke ya no podía sentir los cálidos y suaves mordiscos y lamidas de Ken en su carne. Su cabeza se sentía extrañamente vacía, como si el acto de ser mamado hubiera sido tan perfecto que no necesitaba nada más en su mente mientras su pezón estaba siendo manipulado por Ken.

-Dejé mi marca, ¿no lo sientes? hoy estoy muy hambriento -contestó perversamente acariciando y sintiendose muy orgulloso de las marcas de dientes en forma de corazón en uno de los pezones, en el otro bueno flujos salivales caían por el pezón llegando al estómago y bajando hasta llegar al pene y testiculos

-¿Qué estás pensando ahora -Preguntó Ken de nuevo. Daisuke se dio cuenta de que ni siquiera sabía cuánto tiempo había estado mirando fijamente, sin comprendern aún el porqué Ken estaba dotado de tan buena lengua y una boca perfecta, lo tenía todo, bueno en el sexo, un chico con una alta cualidad en los estudios... y estaba muy bueno, Daisuke se sentía... pequeño ante su destreza y dominación, como si pudiera admirar la boca de Ken para siempre y nunca querer hacer otra cosa. Era tan cálido y pacífico sus besos con un buen sabor a mordisco, escuchaba el dulce susurro de Ken lamiendo todo aquel lugar y dejando todo lo demás, para Ken existia solo Daisuke en el mundo, él, su cuerpo y sobre todo sus pezones, a los que podía manipular a su antojo, los lubricaba con su propia saliva y el momento era bastante erótico. Algo inexplicable, como si hubiera pasado horas haciéndolo... pero Daisuke no podía recordar. No podía pensar, estaba como hipnotizado, admirando la belleza de su novio, dandolo todo por él.

Para Ken, era demasiado difícil pensar. No, no queria pensar, era su momento, todo suave. Su mente y sus cuidados en los besos con aquellos pezones eran suaves, llenos de suavidad, era tan perfecto. Los ojos de Daisuke miraban fijamente su propia brillantez en su cuerpo, tenia la saliva de Ken alrededor de él, olía a él, sabía a él.

Los labios todavía estaban listos para chupar de nuevo en cualquier momento.

-¿Qué estás pensando, mi dulce esclavo? -preguntó Ken, sus dedos acariciaban la mejilla de Daisuke aún besando y tocando con sus dedos aquel pezon tan vicioso para él, manteniendo el contacto de mirada contra mirada, estudiando cada reacción o cada respiración que Daisuke hiciese, le gustaba ser detallista en el sexo, incluso succionando o chupando uno de sus lugares favoritos

El dueño del pezón respondió con un gemido débil, líquido, sin palabras, de placer sin sentido, la palabra "esclavo" viajando por toda su espina dorsal encendió un fuego de excitación furiosa en su entrepierna

-Perfecto  -Respondió Ken tirando de la cabeza de Daisuke hacia adelante para succionar ahora su boca, con un beso de amor, manteniendo el contacto visual en todo momento.

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