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Sara, un sueño cumplido

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A veces en la vida suceden cosas difíciles de explicar y de olvidar algo que uno considera inolvidables y que nunca ira más allá del recuerdo. Y eso me pasó en el mes de enero, un mes antes de que Cistina y yo tuviésemos nuestro primer encuentro sexual. Pero lo mío empezó mucho tiempo antes, con mi despertar sexual. Mi casa y la de Silvia y Cristina estaban separadas por una pared de nomás de 2 metros de altura, por la cual en el verano usaba a escondidas para espiar a Silvia y Cristina con sus bikinis y alguna que otra muestra de algo de su cuerpo que si bien era poco para mí en esa época representaba muchísimo. A veces también veía a Sara la mamá de ambas que se había divorciado hacía ya varios meses, ella no me excitaba , prefería verlas a Sil y a Cris, Sara en ese momento era como una madre para mí.

Pero mis sentimientos cambiaron rotundamente a fines del mes de noviembre, yo estaba estudiando a full porque debía presentar un informe para una materia que debía aprobar, para no llevarme ninguna, por esa razón fui a la casa de Silvia, para usar el diccionario enciclopédico que había en la casa, cuando fui Sara debía salir a pagar una boleta que se le había vencido por lo que quedé solo en la casa. Como ella no iba a tardar demasiado yo iba a esperar su regreso si terminaba antes.

Estaba esperándola cuando muy dentro de mí me impulsó a entrar en su habitación, y revisé su placard el primero que abrí puso ante mis ojos su ropa íntima, había conjuntos rosas, rojos, negros, blancos, violetas, fucsia, floreados, con encajes, sin ellos, con transparencias, sin ellas, y yo los tenía en mis manos, los olfateaba, los besaba. Pero hubo uno que me hizo vibrar, rosa pálido, su corpiño con flecos negros y la bombachita con unos voladitos que simulaban una pequeña pollerita, tanto me excitó que tuve que ir al baño a pajearme, cuando termine me apuré a acomodar todo para que no notase nada extraño. Minutos después ella llego a la casa y yo me fui a la mía, desde ese momento no deje de pensar en ella.

En el mes de enero, por la mañana yo estaba en la azotea de casa, leyendo un libro que me habían regalado, cuando escuché un ruido viniendo de la casa de Sara, me asomé y mis ojos se desorbitaron por completo, Sara estaba de espaldas a mí con un breve camisolín blanco por el que se transparentaba una pequeña bombacha blanca, su corpiño también era blanco y cuando se dio vuelta pude ver parte de sus tetas asomando por el, yo me agache para que ella no pudiese verme, pero segundos después y lentamente volví a asomarme, ahora ella estaba sentada sobre una silla de costado a mí por lo que la podía ver bastante. Se la veía realmente hermosa

Al rato ella se quitó el camisolín, desojaba una revista, acomodó su cabello que por momentos caía sobre su cara, y como al descuido mientras miraba la revista su mano leve y tenuemente rozó su vientre y luego su cola, a todo esto yo por sobre mi short empezaba a masturbarme, luego su mano subió por su cuerpo para acariciar las saliente de sus pechos, en ese momento me sentí muy unido a ella, nos estábamos masturbando juntos; bajó suavemente los breteles de su corpiño, llevó una de sus manos a su espalda y desprendió el corpiño, lo bajó lentamente dejándolo deslizar por su cuerpo, ahí me di cuenta por primera de sus prominentes y redondos senos sus pezones ennegrecidos se hallaban rígidos, ella los acariciaba muy suavemente, cual si fuesen una fina y frágil joya, durante varios segundos acarició sus pezones luego sus manos empezaron a acariciar sus piernas, justo en el mismo momento que mi pene estalló por efectos de la masturbación, mi pene seguía lanzando semen yo lo seguía masturbando, al tiempo que para no ser descubierto contenía mis gemidos. Ella seguía acariciando sus piernas, luego su mano subió hasta su vientre; se acomodó en la silla casi recostándose, su dedo índice se deslizó por sobre la bombacha por la raja de su vagina y segundos después su mano se deslizó por bajo su bombacha, masturbando su vagina para luego de unos segundo ver como su cuerpo se agitaba en cientos de convulsiones y mi pene volvía a tener otra eyaculación fue hermoso sin ella saberlo habíamos tenido una masturbación en común.

Hasta que pasó lo de Cristina solo pensaba en ella, ellas en la primavera se mudaron y nosotros dejamos de vernos, ellas venían a saludar a mi madre para las fiestas pero yo no volví a verlas hasta cinco años después. Fue en el verano, yo pase por la puerta de la casa de Silvia y paré a saludar y nos quedamos charlando unas 2 horas. En el viaje y en casa no deje de pensar en Sara, increíblemente estaba mejor que antes, más fuerte y más bonita: Los días pasaban y yo no dejaba de pensar en ella, debía volver a verla, Silvia se iba de vacaciones el 1 de febrero, yo el 2 iría a ver a Sara.

El tiempo transcurría lentamente parecía mentira pero ese día no llegaba nunca, yo también empezaba mis vacaciones pero no iría a ningún lado porque hacía unos días había cambiado el auto.

Llegó el día más esperado, fui su casa y ambos nos sorprendimos, ella porque no esperaba mi presencia, yo porque jamás pensaba encontrarme con una Sara tan excitante y sensual.

Al vernos me dijo lo inevitable, que Silvia no estaba, que ayer se habían ido de vacaciones, a lo que yo respondí:

G- Ayer? Entendí mal, yo entendí que ayer volvían.

S- Pasá

Había llevado facturas para el mate

G- Si yo también estoy de vacaciones

S- ¿Y no vas a ningún lado?

G- No, cambié el auto hace 2 meses, necesito acomodar mi situación financiera

Entramos a su casa, quede loco por ella al verla, ahora así como estaba me la quería comer a besos, estaba impresionante por donde se la mirase, Sarita estaba ahora mejor que hace unos años atrás, era increíble que una mujer de 45 años tuviese ese cuerpo, era la envidia de muchas minas. Sarita media 1,69 mt, su cabello largo negro azabache con algunas ondas hasta la mitad de su espalda, ojos grandes y negros, cejas arqueadas, nariz pequeña igual que su boca de labios gruesos, su piel morena, vestido de jean entallado al cuerpo marcando sus increíbles formas de color azul lavado con cierre al frente en toda su extensión, brazos descubiertos, con breteles anchos, bastante escotado por el que asomaban sus exuberantes y redondos senos, cintura pequeña, amplias caderas, sus medidas 98-70-95, llevaba un anillo en el dedo mayor de su mano derecha y una pulsera en su mano izquierda, mas unos pendientes en sus orejas que hacían juego, su falda corta dejaba al descubierto unos 5 cm por sobre las rodillas, si bien el vestido ayudaba su cola era paradita y redonda. Cristina había heredado mucho de ella tanto en cuerpo como en carácter, aunque para mi Sara era más dulce.

Nos sentamos en la mesa del living, al principio ella intentaba bajar su vestido porque lo ajustado de este ponía a sus piernas muy expuestas, pero se olvidó de ellas cuando la conversación se hizo más fluida y giró en torno a la gente del barrio y a las vivencias de cando ella estuvo en e.l

Instantes después creí desfallecer ella se cruzó de piernas ahí la visión fue colosal su vestidito apenas si las podía cubrir, llegue a pensar que ella me estaba provocando, pero conociéndola supuse que eso no era posible.

En un momento de la charla, la conversación giró en torno a mi situación sentimental y dijo:

S- Me dijo tu mami que estabas de novio, así que espero que algún día me la presentes

G- Ya no, hace un mes terminamos, a los pocos días que estuve por acá.

S- Porque? bah si puedo saberlo. Nos levantamos y nos sentamos en el sofá.

G- Si como no te lo voy a contar… la situación entre ambos venia medio tomado de los pelos, había pequeñas desavenencias que se hicieron más evidentes cuando estuve acá, a partir de ahí comprendí que realmente amaba a otra persona, que todos mis sentimientos afloraron al verla y que nada de lo que hiciese podría torcer el rumbo.

Todos en el barrio suponían que entre Silvia y yo todo terminaría en casamiento y Sarita no fue la excepción, se turbo cuando dijo

S- Pero Silvia… está casada… tiene dos hijos… ama a Ariel… por más que la ames… no podes...

Ella se levantó del sillón, como para finalizar la charla e irse, yo hice lo propio y me crucé impidiéndole el paso y dije

G- Estas equivocada si piensas eso yo no hablo de Silvia, somos buenos amigos, pero jamás podríamos ser pareja, viviríamos agarrándonos de los pelos y tirándonos cuantas cosa tengamos al alcance de nuestras manos.

Eso pareció calmarla y estabilizarla emocionalmente pero lo que dije a continuación creo que tampoco lo esperaba

G- Ese día comprendí que no podía luchar con los sentimientos, cuando supuse que eso que sentía era solo un amor juvenil que solo se podía sentir por el despertar de las hormonas juveniles, pero no al verte comprendí que todo ese sentimiento volvió a renacer, que todo cuanto haga sería inútil porque no se puede luchar en contra del amor y yo te amo tanto como para comprender que otra mujer pueda ocupar ese lugar, te amo Sara sos el amor de mi vida…

Ahora ella al oír mi confesión se quedó impávida sin poder reaccionar y entonces la tome por la cintura firmemente y fui en busca de lo más deseado sus labios carnosos, y cuando la besé me sentí en otro mundo, solo que ella volvió a la realidad e intentaba apartarme, ella se resistía con todas las fuerzas y yo a pesar de todo seguía besándola, sus labios eran el néctar más preciado y deseado por mí, no se el tiempo que pasó, pero poco a poco sus fuerzas fueron aflojando, se estaba entregando, segundos después sus brazos y manos me tomaron del cuello y su boca participo completamente del más deseado de los besos, que duró varios minutos, su respiración era violenta, agitada, luego cuando nuestros labios se separaron dije:

G- Te amo y no es un amor pasajero

Nos dimos un par de piquitos y ella con su voz dulce dijo:

S- Yo también te amo Gaby

En ese momento deje de mirarla a los ojos por su escote pude ver sus senos redondos y dije:

G-Muero por bajar el cierre de tu vestido y saborear tus senos desnudos

S- Lo que vos quieras, llevó ya 6 años de virginidad y nadie mejor que vos para adueñarse de mi cuerpo

Mis mano casi temblando comenzaron a bajar el cierre de su vestido, me detuve cuando quedaron expuestos, me los devore con la mirada, sus senos eran redondos, bastantes firmes a pesar de la edad de Sara, sus pezones y la aureola que los rodeaba eran oscuros, me fui agachando, besé sus pechos muy suavemente, ella gimió profundamente y me arrodillé delante de ella, acaricie su vientre y continúe bajando el cierre de su vestido, tenía una pequeña bombacha negra con bordes en gris, me detuve y sobre la bombacha di un pequeño beso en su zona vaginal, ella gimió ahora más excitada, yo seguí hasta bajar por completo el cierre su vestido, ella lo dejo caer mientras yo me levantaba y se dejó caer sobre el sillón y se recostó sobre el, ella me miró y dijo:

S- Te estoy esperando

Al tiempo que extendió su brazo , yo tome su mano ambos sonreímos y yo aún vestido me recline sobre ella, puse mi mano en su vientre y nos besamos en la boca un par de minutos con mucha pasión y mucha dulzura, seguimos besándonos, ahora mi mano, se desliza por sus senos, por su vientre hasta acariciar su sexo por sobre su bombacha, luego dejé su boca y mis labios saborearon una de sus tetas y chuponeé sus pezón, ambos gemíamos apasionadamente, su mano me tomó por el cuello y casi con desesperación su boca beso la mía mientras no dejaba de gemir.

Volví a besar sus senos, ella gemía y su mano desprendía mi camisa mientras acariciaba mi pecho, Sarita no para de gemir y de acariciarme mientras mi mano recorría sus intimidades, yo estaba arrodillado delante de ella, mi mano bajo su bombacha, su sexo estaba depilado y su labios vaginales húmedos, mi mano los acariciaba y sus gemidos y alaridos se hacían más intensos, sus piernas estaban semi abiertas y mi boca besó su vagina y luego la fui lengüeteando, su boca gemía su mano acariciaba mis cabellos, sus gemidos eran cada vez más profundos y prolongados, al tiempo que acariciaba sus senos y sus pezones, muy erguidos y duros luego de algunos segundos o minutos así sus manos me sacaron de allí y me llevaron hasta su boca, nos besamos apasionadamente.

Ella me tomaba del cuello y no dejaba de besarme, yo me paré y me saque la camisa al mismo tiempo que sus manos desabotonaban mi pantalón, la miraba sus ojos contemplaban el comienzo de su obra y sus labios inferiores eran pellizcados por sus dientes, bajo y pantalón y mi slip hasta las odillas tomo mi pene con una de sus manos mientras la otra acariciaba mi bajo vientre y si boca fue en busca de mi pene, lo lamia, lo besaba, gemíamos, acariciaba cálidamente mi vientre, seguía chupando mi pene.

Me recliné en busca de su boca, nos volvimos a besar, me quite la camisa y la arrojé al piso, ella seguía lamiendo y absorbiendo mi pene, luego me quite el pantalón, la hice levantar nos besamos al tiempo que mis manos tomaron contacto con la suavidad de su cola, la alcé, ella pasó sus piernas por mi cintura, mi erguido pene tomo contacto con sus hermosas nalgas, ella gimió, nos besamos desesperadamente y así la lleve hasta su habitación y la deposite suave y delicadamente sobre su cama.

Yo me arrodille en el piso ella entreabrió sus piernas una de nuestras manos entrelazadas, con mi otra mano acariciaba su vientre y mi boca volvió a hundirse saboreando su vagina, ella suspiraba y gemía, se contorsionaba, luego de unos segundos, subí a la cama, quede acostado ella se reclinó sobre mí y lamió mi pene nuevamente, mientras emitía palabras de amor, acariciaba su espalda y las nalgas de su hermosa cola, pasaron así un par de minutos.

Luego me incorporé, la besé en la boca y le dije que la amaba, ella quedo recostada y yo me puse en posición para penetrarla, sus piernas flexionadas a los costados de mi cuerpo, volví a besarla en la boca y mi pene se colocó en la entrada de su vagina, y mi pene entró en su cálida, lubricada y deseada vagina, después de desearla tantas veces por fin la estaba haciendo mía, nos besábamos ella jugaba con mi cabello, yo empecé a bombeaba, mi pene entraba y valía fácilmente, su vagina desbordaba en lubricación, ella estaba muy excita era mucho tiempo sin sexo, poco a poco sus gritos fueron invadiendo el ambiente, bombeaba cada vez más rápido y ella gemía y gritaba sin parar.

Su orgasmo estaba cada vez más cerca, yo pistoneaba sobre ella cada vez más aceleradamente, y sus gemidos anunciaban un final anunciado y entonces me detuve, la bese, la acaricie le dije cuanto la amaba, y la cogía mucho más lentamente, quería estirar el momento crucial y después de algunos minutos así empecé nuevamente a acelerar mis movimientos de penetración y dijo

S- Te amo… nunca viví nada igual… me siento la mujer más feliz y deseada del mundo… sos maravilloso

G-Vos sos maravillosa, es imposible no enamorarse y desearte

Me arrodillé sobre la cama, la seguía cogiendo pero ahí podía ver su carita deseosa, su respiración era entrecortada y agitada, me recline de nuevo, nos volvimos a besar, luego me senté sobre la cama y ella quedó sobre mí, me tomo por el cuello y nos besamos profundamente.

La tome por la cola y ella empezó a cogerme, mientras no dejábamos de besarnos, ella estaba sentada sobre mí, sus rodillas dobladas, sus pies sobre el colchón y ahora ella cabalgaba sobre mi pene. Me abrazaba, me basaba en la boca y cabalgaba cada vez más aceleradamente, ahora no pensaba detenerla ella quería acabar y yo también, gemíamos y gritábamos juntos.

Yo me deje caer sobre la cama, con ella sobre mí, ahora Sarita estaba arriba mío, ella siguió bombeando y el final ya era inevitable, sentí su vagina contraerse, un profundo alarido nació de su boca, yo la sujete fuertemente de su cintura, nos besamos mientras nuestros cuerpos se agitaban en miles de convulsiones, y mi pene lanzaba dentro de ella torrentes de cálido semen; Luego de las calma permanecimos así entre besos y abrazos largos minutos

Cuando volví de la ducha ella estaba acostada boca abajo, así que su adorable culo estaba a mi vista, me apoderé de él, besé primero sus piernas, y acariciaba su cola, besé sus nalgas, las chuponee, luego su espalda, bese su cuello, su boca me acosté sobre ella mi pene sobre su cola, y mientras la besaba dije a su oído con voz melosa y dulce.

G- Tenés una cola maravillosa, podría decir que perfecta, muero por hacerte sexo anal

S- Lo hice dos veces y no me gusto

La bese, la lamí por todo su cuerpo, llego a un clima de terrible excitación y dije

G- Probamos hacer la cola

No dijo nada

G- Te prometo que si no te gusta o te duele, te la sacó

Ella me miro, y dijo:

S- Una vez que me la pongas yo no te voy a importar

G- Vos me importas mucho, no quiere perderte, no voy a hacer nada que pueda lastimarte, fuimos en busca de un lubricante en la habitación de Silvia, ella lubricó mi pene y yo su ano, ella estaba muy excitada luego de que hubiese lubricado su culo

Ella se arrodilló sobre la cama, yo quedé parado en los pies de la cama, la posición era la justa, ella separó sus piernas, yo separe sus nalgas apoyé mi pene a la entrada de su ano, acaricie su cintura y dije, “si te duele para”

Avancé suavemente en su cola poco a poco ella gemía, le pregunte si le dolía y respondió con un NO, y poco a poco lo fui introduciendo hasta entregárselo todo, ella suspiraba y gemía mientras mi pene entraba y salía de su ano… entonces dije

G- te gusta

S- Si

Ella giró su vista hacia mí y dijo

S- Te amo

Ahora ella movía su cuerpo haciendo que mi pene entrase y saliese de su ano, ella gemía. Cuando Sara manejaba los movimientos, yo lleve mis dedos a sus labios vaginales y los acaricie, ella gimió profundamente y yo comencé a masturbarla, eso la enloqueció. La habitación era un infierno, los dos estábamos excitados y ardiendo de placer. Así pasamos varios minutos ella moviéndose para que mi pene recorriese su ano, y yo masturbando su vagina.

S- Amor, no puedo más voy a acabar

G- Si aguantas unos segundos lo hacemos juntos

Y así paso fueron segundos, mi dedo mayor se introdujo en su vagina, mi pene expulsó dentro de su año semen cálido y su cuerpo tuvo un interminable y prolongado orgasmo.

Permanecimos en la cama largos minutos, luego almorzamos algo, no parábamos de besarnos, ella se sentó sobre mí y me dio de comer en la boca. Volvimos a tener sexo varias veces me quede a dormir con ella.

Estuvimos de “novio” varios meses, luego ella planteo la necesidad de separarnos, hablo de la edad y del lio que sería explicarles a sus hijas lo nuestro. Pero no separamos a medias, nos veíamos cada 2 o 3 meses para ir a un hotel y disfrutar del reencuentro. Poco a poco lo nuestro se extinguió.

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