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Seduciendo a un ángel

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Nunca lo olvidare, su nombre era Roberto, 19 años, delgado.

Lo conocí en mi primer empleo en una oficina, yo no era tan joven, había quedado soltera después de mi divorcio, tendría unos 32 años. Soy de tez blanca, delgada, ojos azules y cabello muy cortito.

Sabía por la forma en como me miraba que le había gustado mucho. Siempre me sonreía al pasar, o me dejaba recaditos o chocolates.

Un día estando a solas junto a la copiadora le dije

- Eres muy guapo - al tiempo que le acariciaba el cabello

Sabía que yo le gustaba, me miraba mucho el trasero, pero no tenía idea de cómo llevarme a la cama

Un viernes, le pedí que me acompañara a mi departamento con cualquier pretexto tonto.

Ese día yo llevaba tacones, pantalón negro y un suéter delgado.

Le invite algo de tomar, y le mostré un álbum de fotos.

- Vuelvo enseguida, tengo algo para ti - le dije.

Al regresar, me coloque de pie junto a él. Me había quitado los pantalones.

El miró fijamente mis piernas blancas... asombrado.

Lo tomé de la mano, para llevarlo a mi alcoba.

Sabía que quedaría hipnotizado al ver como mis nalgas masticaban mi delgada pantaleta negra al caminar.

Al llegar a mi alcoba, lo abracé por el cuello y lo besé.

Poco después, lo senté en un sillón, lubriqué su miembro y sus testículos con mis labios y mi lengua. El gemía.

Ardía tanto en deseos de que me cogiera. Siempre me lo imaginaba desnudo cuando estábamos en la oficina y eso me excitaba.

Le dije:

- No te vayas a venir dentro de mi. ¿Puedo confiar en ti?

- Si, si - alcanzó a decir con respiración agitada

No me quité nada, solo me senté sobre él, hice a un lado mi braga húmeda, y mis labios mayores le dieron la bienvenida abrazando a su pene mientras mis otros labios lo besaban.

Mis gemidos comenzaron a inundar la habitación mientras él me mazoneaba el culo (y traviesamente en ocasiones el ano)

- Ahh ahh, rico papi, rico, rico, así se coge... así, así, papito, rico, rico, pito rico - Le decía mientras cabalgaba sobre él.

Poco después de hacerme llegar a mi primer orgasmo lo lleve a la cama donde me abrí de piernas para recibirlo en mi interior dulce y cálido.

- Te está gustando - le pregunté pícaramente

- Si, mucho, estas riquísima - me dijo

Se colocó sobre mí para seguirme haciendo suya.

Mientras lo hacía, yo no paraba de gemir de lo más rico mientras el entraba y salía.

Al estar recostada en la cama, alce mis brazos entrelazando mis manos al tiempo que lanzaba un par de gemidos muy largos y agudos.

Ahhhh, Ahhhhhh ahh si papi, así, así - eres maravilloso le dije

Enconces me acerque para besarle y lamerle la punta de su pene para ayudarlo a terminar.

De pronto el comenzó a derramar su miel sobre mis labios mientras me acariciaba el pelo.

- Así mi niño así - Le dije mientras saboreaba la deliciosa miel que emanaba de su ser.

Esa fue nuestra primera vez de muchas.

Me hizo suya de tantas formas que me humedezco sólo de pensarlo... lo extraño.

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