Nuevos relatos publicados: 0

Viajando en el tiempo (5)

  • 12
  • 40.615
  • 9,27 (11 Val.)
  • 0

Habían pasado unos cuatro minutos desde que se fue. Mostraba una gran confusión. Pero, sin prestarle atención, la llevaron de nuevo a la sala de preparación, donde le retiraron el collar y las monedas, guardándolas en una caja con su número, cambiaron el vestido, previo baño de espumas olorosas, comprobaron que su cuerpo estuviese libre de marcas y volvió a la sala donde le informaron que iba a ser enviada a un nuevo lugar, Inglaterra, donde tendría que atender a un noble muy exigente.

-Pero yo no sé inglés. –Alegó.

Inmediatamente la sacaron de allí, llevándola a la sala de entrenamientos, donde la hicieron desnudar y colocarse sobre el potro de tubos.

Dos de los instructores que estaban en ese momento, procedieron a darle los dieciséis azotes correspondientes por saltarse una de las normas, que ella tuvo que contar y agradecer.

Cuando terminaron, la dejaron un rato para que sintiese bien los dolores y luego la llevaron a la sala médica, donde restauraron su piel, aunque no por eso dejó de dolerle.

La enviaron a un nuevo servicio. Esta vez algo peor vestida, con ropa cara pero más normal, chaqueta y falda negra, con medias y zapatos negros también y una camisa blanca. La lencería era blanca y de diseño erótico.

El destino era una gran ciudad. No pudo saber cuál ni dónde, pues la transportaron de garaje a garaje en un vehículo con cristales opacos y no se podía ver el exterior.

En el ascensor, la subieron hasta la que debía ser una de las últimas plantas. Cuando la puerta del ascensor se abrió, accedió a una enorme sala, con varias cheslóns y triclinios de estilo romano. Tanto el ascensor cómo el mobiliario parecían nuevos, pero de un estilo años 60-70.

Un hombre desnudo, se acercó y la guio hasta una habitación con percheros y perchas, donde la invitaron a desnudarse y colgar su ropa.

Una vez desnuda salió a la sala principal, donde pudo observar que ya había dos mujeres dando servicio a los únicos cinco hombres. Una recibía por su culo, coño y boca y la otra por su coño y culo.

El que la enculaba, se separó de ella y se acercó a Eva y la hizo chuparle la polla por el procedimiento de agarrarla del pelo, arrodillarla a sus pies y abrirle la boca con la punta, sin esfuerzo.

Le dedicó una mamada espectacular, como sabía hacerlas. El beneficiario dijo a sus compañeros:

-Joder tíos, cómo la chupa esta puta.

Durante toda la mamada estuvo alabando la técnica de Elena, hasta que se corrió con un fuerte orgasmo.

-AAAAAAHHHHH, Traga todo. Toma, toma, toma.

Tras esto cayó sobre la cama romana y se quedó un rato relajándose. En cuanto lo hizo, exclamó:

-¡Qué fuerte! Tenéis que correros en su boca. No sabréis lo que es una buena corrida hasta que lo hagáis.

Por turnos, fueron dejando cada uno el agujero que se estaban follando para que Eva terminase con una mamada y uno tras otro alababan sus habilidades.

Esa noche casi no hizo otra cosa que tragar leche. Cuando se corrían, esnifaban algo y tomaban algunas pastillas para estar en forma otra vez.

El que primero se le había corrido en la boca, aprovechó que estaba arrodillada entre las piernas de otro, subidos sobre un triclinio, y que su culo quedaba casi fuera, para metérsela por el coño.

-Oooohhhhh. ¡Qué estrecha está! Tenías razón, Luis, al contratar a esta puta de las casadas no profesionales. –Le dijo a otro de los hombres.

-Se ve que la han follado poco. –continuó.

Y siguió disfrutando de ese casi recién estrenado coño hasta que cedió el sitio a otro, cambiando de una a otra y de un agujero a otro.

Y en estos cambios, uno de ellos se la metió por el culo. A diferencia de con las otras, no entró a la primera, sino que le costó varios intentos.

-Amigos, creo que esta es virgen de culo. Lo tiene totalmente cerrado. ¿Te han dado alguna vez por el culo? –Le preguntó.

-Mi marido lo intentó alguna vez, pero era muy doloroso.

-Pues desde hoy te va a quedar tan abierto, que te van a entrar solas. –Le dijo dándose aceite en la polla y echando un poco en su ano.

Y seguidamente dio un empujón con toda su fuerza. A Eva no le dolió. Ventajas de su preparación. Pero el ligero dolor y la morbosa sensación de la penetración, unidos a la excitación que llevaba, después de que le follasen coño y boca, le hicieron alcanzar un intenso orgasmo que no pudo esconder.

-AAAAAAAHHHHHHGGGGGG.

Intentó que su grito pareciese más de dolor que de placer, aunque no lo consiguió totalmente, pero los hombres, que cada uno estaba a lo suyo, no se dieron cuenta de nada.

-Ves, ya lo tienes abierto. –Dijo su enculador. – A partir de ahora, cada vez será más fácil.

También pasaron los demás por su culo, pero al final, todos terminaban en su boca.

Cada vez era menos la cantidad a tragar, pero ella no lo pasó mal. Con la mano frotaba su clítoris y cada corrida que recibía era un orgasmo para ella, incluso dos o tres ya al final.

Ya había amanecido cuando los cinco hombres estaban totalmente agotados. Les dieron mil euros a cada una, excepto a Eva que le dieron cinco mil. Entonces las enviaron a vestirse. Una de las mujeres hizo una llamada y, antes de que Eva pudiese decir nada, entraron cuatro matones que las tomaron a cada una del brazo, incluida Eva, y sin hacer caso de sus protestas, se las llevaron.

Tampoco vio dónde la llevaban, pero la metieron en una casa, claramente un prostíbulo, donde le quitaron el dinero le estuvieron preguntando: quién era su dueño, a lo que ella no sabía que responder.

Le dieron una buena paliza a base de bofetadas, puñetazos y patadas. Luego la encerraron en una habitación y allí permaneció hasta que entró una mujer dejándole un camisón transparente, que no cubría nada, y un tanga rojo y negro.

Le dijeron que tenía que sacar dos mil euros y las tarifas. Si no los conseguía sería castigada duramente y ya sabía lo que era.

Con el cuerpo dolorido todavía de la paliza anterior, en la que habían evitado en todo momento marcarle la cara, se dedicó a ofrecerse a los clientes.

Le costó mucho conseguir el primer cliente, casi todos eran habituales y tenían sus putas preferidas. Hablaban con ellas, las invitaban a copas y terminaban yendo a la habitación con una o varias.

Ella iba de un lado a otro, acercándose a todos los hombres solos, desesperándose cuando, después de un rato de charla, venía su puta que había estado follando con otro y se marchaba con ella.

Por fin hubo uno que se decidió por ella, pues su puta habitual no había bajado. Estaba con la menstruación.

Fueron a la habitación. Le cedió el paso y él entró primero, Luego ella, que cerró la puerta. El hombre llegó junto a la cama, girándose hacia ella, que con movimientos sensuales, se bajó el tanga y se lo arrojó con la punta del pie, esquivándolo y no haciendo caso.

La vista de él estaba fija en su cuerpo, por lo que Eva, conocedora de su cuerpo y sabiendo dónde miraba, empezó a subirse el camisón despacio, mostrando primero su coño y poco a poco, sus dos objetos de seducción, mientras él ya se iba desnudando.

-Vamos, puta, que el tiempo pasa rápido y no estoy dispuesto a pagar ni un minuto de más.

Eva, termino de desnudarse y se acercó a él para quitarle las últimas prendas y empujarle suavemente hacia la cama.

-ZAAAASSSS

La bofetada sonó como un cañonazo en la cara de ella.

-¿Qué pasa, puta guarra? ¿Es que no te vas a lavar ese asqueroso coño tuyo, que debe estar lleno de lefa de los cientos de pollas que te has debido follar?

Y tomándola de brazo, la llevó a pequeño baño y la sentó en el bidé, donde ella misma se lavó, notando que ya lo llevaba húmero, solamente de pensar en que iba a follar.

Cuando terminó y se puso a secarse, él colocó la polla en el borde del lavabo y se puso a ajustar la temperatura del agua.

-Venga, zorra, deja eso y lávame la polla.

Ella tiró la toalla y se puso en enjabonarle la polla. Cuando la tenía prácticamente aclarada, la agarró del pelo y la hizo doblarse en ángulo recto para metérsela directamente en la boca, obligándola a ladear la cabeza y metiéndole una parte bajo el chorro de agua del grifo.

Como pudo, cerró el agua, mientras el hombre le follaba la boca con rapidez y le metía un dedo en el culo.

Con ligeros movimientos, cuando él se detenía para recuperar resuello, fue haciéndolo girar hasta que quedaron enfrentados. Entonces, lo agarró del culo y lo atrajo hacia sí, consiguiendo que le entrase completa y hacerle un a garganta profunda.

-¡Joder, puta, como tragas! ¿Dónde estabas metida que no te he descubierto antes?

-Mmmmm mm mmmm

Pudiendo aplicar bien sus técnicas, hizo que el hombre bufara y dejara de meterle el dedo en el culo para sujetarle la cabeza con ambas manos y follarla salvajemente.

Ella dejaba que la polla entrase completamente hasta la garganta, mientras procuraba mover la lengua y presionarla. A él, ese tratamiento le tenía al borde del orgasmo.

Al estar siempre con la misma puta, eran pocas las técnicas que había probado. Pero ésta era la mejor mamada que le estaban haciendo.

Por fin, Eva sintió que el aparato empezaba a escupir y facilitó el gesto de él para clavárselo hasta lo más profundo y así enviar la corrida directamente al estómago.

Él tuvo que apoyarse en el lavabo para no caer a causa de la flojera de piernas que le entró.

Ella lo acompañó hasta la cama, donde lo dejó caer, no tardando en subirse ella y colocarse entre sus piernas.

Acarició sus huevos, recorrió el perineo hasta llegar a su ano, que también acarició con suaves pasadas.

-¿Qué estás haciendo hija de puta? Yo no soy ningún maricón.

-Ssssssttt. Déjame hacer a mí. Verás cómo disfrutas sin perder tu honor.

Se metía la polla en la boca, lamía los huevos y el perineo hasta el ano, donde depositaba saliva que luego utilizaba para facilitar la penetración de su dedo.

Pronto le entraba todo, y empezó a moverlo por su interior dándole un masaje en la próstata. Todo unido volvió a ponérsela dura otra vez y ella misma se montó a caballo sobre él y fue dejándose caer sobre la deseada polla desde hacía rato.

Empezó con movimientos suaves, subiendo y bajando, al tiempo que presionaba contrayendo los músculos de su pelvis. Su movimiento era constante y el hombre gemía, sintiendo cómo le exprimían la polla.

-Ooooohhhh. ¡Qué bueno!

Eva no tuvo que esperar mucho para obtener su primer orgasmo. Solamente tuvo que mover su cuerpo lo suficiente para que la polla rozase su clítoris y al momento tuvo que morderse los labios para que no se enterase.

Tras correrse, cambió de agujero. Colocó la punta en su ano y poco a poco fue entrando, hasta que sintió que ya no había más para meter.

Tras unos segundos, empezó a moverse, acelerando las entradas y salidas y presionando bien la polla. Un par de minutos después, el hombre tuvo un orgasmo brutal.

-AAAAAHHHHH SIIIIIII. AAAAAHHH

Eva se mantuvo un largo minuto con la polla dentro, hasta que perdió toda su dureza. Entonces la sacó y se retiró de su lado. El tiempo había terminado.

Cuando bajó de nuevo al club, acompañado del sonriente cliente, varios se fijaron en ella y en la suculenta propina que le dio, señal de que le había gustado.

A partir de ese momento, empezó a ser solicitada por algunos de los clientes del club.

Los primeros fueron con ella por ser nueva, pero cuando comentaron entre ellos sus habilidades, su clientela aumentó. Eso causo que algunas compañeras de infortunio no alcanzasen su cifra y fuesen castigadas.

Consciente de ello, procuraba alargar los clientes y en cuanto conseguía algo más de la cifra, buscaba evitar nuevos y pasárselos a las demás.

La vida en el prostíbulo era muy dura, siempre encerrada en su habitación. Solamente salía para buscar clientes. Estos iban desde gente normal a auténticos cerdos.

Todos querían follarla sin preservativo, pero ella se negaba en redondo, lo que le valía palizas tanto de los clientes como de los matones.

Al segundo día tuvo la sorpresa de ver en la barra a alguien conocido: Su marido. Estuvo por decirle algo, pero recordó varias cosas. La primera, que la ropa que llevaba era de hacía cinco años y la segunda que si creaba algún conflicto, los matones la matarían y si volvía con los amos… Sería peor

Descubrió que era cliente habitual de una prostituta, de nombre Irina, pero de la que no sabía nada. Tenían prohibido hablar entre ellas, para que no planeasen intentos de fuga.

Lo poco que descubrió fue a través de un cliente que iba casi todos los días para darle por el culo. Su marido iba a primeros de mes, hasta que se le acababa el dinero. Hablando con él, le dijo que le había contado que su mujer no sabía cuánto ganaba. Le daba dinero para ir tirando y el resto se lo guardaba para él.

A cambio de estas confidencias, le dejaba que le diera fuerte. Y él se aprovechaba para follarla con fuerza, sintiendo la presión de su ano, que siempre le parecía que estaba sin usar y lo alternaba con fuertes palmadas en el culo y terminando con la descarga de su leche en lo más profundo.

Una semana después, estando el bar lleno, acababa de bajar ella después de atender un cliente, cuando empezaron a entrar una serie de hombres que se fueron distribuyendo por el local.

Al primero lo reconoció al instante. Era “V”, su entrenador y jefe de todos los entrenadores. Conforme fueron entrando los demás, con breves intervalos, también los fue reconociendo.

“V” se acercó para hablar con ella, como si fuese un cliente. Le hizo contar lo ocurrido y señalar al personal.

Ella contó todo, incluidos los cinco mil que le quitaron y señaló uno a uno a todos los matones y la ubicación de cada uno de los otros en las dos plantas superiores.

En un momento, se formó un tumulto, sonaron disparos y en menos de cinco minutos estaban todos los matones muertos. Los clientes huyeron y ellos limpiaron todo el dinero que encontraron en el local.

Cuando volvieron al punto de salida, habían transcurrido tres minutos. Le dieron los cinco mil, más lo que había recaudado para ellos en esos días, que fueron guardados en su caja numerada.

Los médicos tuvieron que recuperar su cuerpo de los golpes y morados, pero una hora después estaba lista para un nuevo viaje.

Agradezco los comentarios y valoraciones. También puedes dejar tu comentarlo en privado en amorboso arroba hotmail.com o en Facebook (amorboso a secas).

(9,27)