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Las capacidades de Luis (III)

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La gente del instituto no daba crédito a la relación que mantenían Luis y Marta. Era algo impensable. Marta era temida por todos y sin embargo parecía ser completamente dócil con Luis. Los chicos del instituto no sabían si admirar a Luis por estar saliendo con la guapa Marta o temerle. Cómo pudo conquistar a la chica más maleducada y grosera del instituto? Y por qué ella era tan cariñosa y amable con él? Todo era muy raro.

Marta seguía siendo despiadada con el resto, pero coqueta y seductora con su Luis. Esta era precisamente la situación que Luis quería.

Se dio una situación curiosa, se percató Luis: antes era un friky, un marginado, alguien a quien nadie importaba, pero ahora la cosa cambió radicalmente. Luis pensaba que mucha gente lo temía. Había conseguido seducir a Marta, a la Reina de las Maleducadas, él, un friky, lo había conseguido. Nadie se atrevió a hablar abiertamente del tema jamás. No querían que Marta les saltara a la yugular…

Luis y Marta aprovechaban los cambios de clase para meterse mano sin disimular. Se besaban y manoseaban apasionadamente. Luis jugaba con las tetas de su amada con todo descaro y ella estaba encantada con ello.

Al acabar las clases, Luis y Marta se fueron juntos de la mano. Ella le llevó hasta el portal de su casa, que estaba a unos 5 minutos de su instituto. Estuvieron besándose un largo rato.

Marta dijo:

- Cariño, me tengo que ir. Mis padres necesitan que les ayude con una mierda de recado que tenemos que hacer… - Marta estaba muy cabreada y a Luis le encantaba cuando su chica mostraba su lado malvado.

- Cuánto tiempo estarás ocupada, guapa?

- Unas 2 horas más o menos. - Marta seguía enfadada.

- Por qué no vienes después a mi casa y te enseño mi habitación… - Luis estaba sonriendo.

A Marta se le iluminó la mirada, era feliz de verdad. Su Luis quería intimar con ella porque él la quería. Sentía que se derretía por dentro.

- Por supuesto, amor… y no te preocupes, estoy en día seguro, así que te puedes venir dentro de mí - Marta le lamía la oreja a Luis mientras le hablaba de forma sensual.

Se despidieron con un apasionado beso y Luis se fue para su casa. Durante todo el trayecto, Luis iba muy excitado, no lo podía evitar. Hoy se follaría a su Marta, a su Diosa, a la chica de sus sueños.

Estaba muy nervioso a pesar de que él ya realizó lo más difícil: seducir a Marta para convertirla en su novia. Pero no podía dejar de pensar que él era virgen y eso posiblemente sería un problema. Honestamente pensaba que Marta también lo era porque no imaginaba a nadie tocándola o besándola y que siguiera con vida (excepto él), pero aun así estaba nervioso.

Las 2 horas y 10 minutos que tardó Marta en llamar a la casa de Luis pasaron muy despacio. Terriblemente despacio. Tanto Luis como Marta sabían que este momento sería muy importante en sus vidas y estaban muy nerviosos. Los padres de Luis trabajaban hasta tarde, así que no podían ser interrumpidos.

Luis hizo pasar a Marta a su habitación. Marta tomó la iniciativa y besó a Luis con pasión. Con mucha pasión. Después del largo beso, ambos se tumbaron en la cama.

El momento que Luis tanto había esperado ya estaba aquí. Había conseguido conquistar a Marta, había conseguido que fuese su novia y ahora llegaría una parte también muy importante: ahora ella sería sexualmente suya. Era un momento muy feliz para Luis.

Luis disfrutó mucho de la masturbación con las tetas que le había dado su Marta, pero estaba seguro de que lo que venía ahora sería con creces mucho mejor. Y Luis no se equivocaba ni un ápice.

A pesar de que Marta era muy cariñosa con Luis, también sabía el momento en el cual ella tenía que ser toda una tigresa. Se puso encima de Luis y se quitó el jersey.

- Quiero que me quites el sujetador con esa boquita tan bonita que tienes, mi querido pervertido. - Marta usó una voz muy seductora al hacer esta petición.

Aunque Luis era un experto manipulador, obedeció sin rechistar a su novia. Usó sus dientes para quitar el sujetador a Marta, liberando así sus hermosos pechos.

Luis, preso de la lujuria, se puso a besar y succionar los pezones de Marta. Marta arqueó la espalda debido al placer que sentía. A Luis le encantaban los pechos de su Marta y lo demostraba con cada beso y succión. Lo podría hacer eternamente, sin cansarse.

Muy excitada, Marta empezó a desnudar a Luis. Él hizo lo mismo con su compañera. Poco a poco, los dos iban quedando completamente desnudos y con una pasión cada vez más intensa hacia el otro miembro de la pareja. Luis tenía el pene completamente erecto y Marta estaba chorreando a través de su vagina. Las sábanas de la cama de Luis mostraban humedad donde Marta tenía su vagina desnuda.

Luis se acercó a Marta y la besó con ternura. Ella hizo lo mismo. Al mismo tiempo que se besaban, se iban estimulando mutuamente: Marta acariciaba con delicadeza el pene y testículos de su amado y Luis tocaba la vagina de su chica, que cada vez estaba más y más mojada.

De nuevo, Marta tomó la iniciativa. Puso a Luis en posición horizontal y ella se puso encima de él. Con mirada lujuriosa, se introdujo el pene en su vagina. Como dedujo Luis, Marta era virgen.

Debido a la excitación que sentían ambos así como al estado de humedad de Marta, el himen de esta no tardó mucho en romperse. Marta emitió un pequeño grito. Para tranquilizarla, Luis la abrazó y la besó con dulzura. Poco después, la pareja empezó a moverse para poder copular.

El placer que sentían ambos era muy intenso. Marta no dejaba de gemir y eso excitaba mucho a Luis. Luis la besaba a ella y a sus tetas con gran pasión. Marta era la chica con la que había soñado y ahora era suya, completamente suya. Marta la rebelde, la malvada, estaba siendo penetrada por él y además lo estaba disfrutando. Luis sentía mucho más placer ahora que cuando la panadera le hizo la mamada. Muchísimo más.

Los dos cada vez iban más rápido hasta que ambos entraron en el orgasmo más grande de sus vidas. Jamás, nunca, en las ocasiones en que Marta se había masturbado, había sentido tanto placer como ahora. Lo mismo le pasó a nuestro protagonista.

El semen iba saliendo con abundancia del coño de Marta. Debido a la gran excitación, las eyaculaciones de Luis habían sido abundantes en semen. Marta también había producido grandes cantidades de jugos vaginales. La cama de Luis estaba impregnada de fluidos sexuales mezclados y de gotitas de sangre debido al himen roto.

Los dos amantes, cansados y sudados, se miraron y sonrieron. Acto seguido, se besaron y se quedaron dormidos.

CONTINUARÁ…

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