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Hola mi nombre es Verónica, tengo 27 años 1.50 de estatura morena de tetas grandes un buen trasero soy casada desde hace 6 años tengo dos niñas la relación con mi esposo no es buena tenemos muchas discusiones el principal motivo de estas es el dinero, pero en fin esto ha ocasionado que nos estemos distanciando al grado de no tener intimidad en su tiempo fue buena todo esto ocasionaron que tuviera que trabajar para completar los gastos de la casa y ahora me desempeñó en el ramo veterinario como promotora de una marca de alimento para mascotas.

Mi relato sucedió a los tres meses que entre a trabajar durante una Expo en el WTC de la Ciudad de México con mi supervisor de trabajo él se llama Carlos un hombre maduro de 47 años casado Alto como de 1.80 de estatura.

La expo. inicio el viernes y duraría una semana él se presentó hasta el lunes ese día había poca gente que atender y hubo tiempo de platicar él se acercó y comenzamos la plática ya saben con cosas personales y donde vivía y cosas así y resultó que él vivía ceca de mi casa se ofreció a llevarme de regreso. En el transcurso de la semana con la plática alcanzamos un alto grado de confianza nos contamos cosas íntimas. Que a juzgar por su edad se puede esperar cualquier cosa... Pero desde el momento en que nos empezamos a escribir por Watts demostró ser un morboso y atrevido. Y eso me calienta mucho. El último día de la expo me sugirió ir a tomar una copa yo acepte nos salimos dos horas antes del cierre a un bar cerca del WTC. Yo vestía el uniforme eran unos leggins negros playera de algodón algo escotada que dejaba ver mis grandes tetas tanga de hilo todo negro y zapatos de tacón. Ya en el bar la plática fue subiendo de color me levante le dije “vámonos antes de que pase algo raro” se levantó pago la cuenta salimos del bar al salir llovía muchísimo. De ahí fuimos juntos había un sitio vacío y oscuro antes de entrar a mi colonia nos quedamos platicando en su coche me pregunto cuál era mi temor le dije nada olvídalo y sin decirme nada me beso en la boca yo respondí a sus besos y a sus caricias me dijo que le encantaba me excité mucho pues había pasado mucho tiempo sin sentir esto me sentí deseada. Me abrazo por la espalda pasando sus manos por mis pechos fue bajando una mano hasta llegar al botón desabrochando los leggins e introduciendo su mano hasta al hurgar en mis labios vaginales y mi clítoris muy calientes y palpitantes por los notorios latidos de mi corazón le pedí que no siguiera me propuso ir a un hotel ya estaba muy caliente y acepte.

Llegamos al motel yo estaba muy mojada al entrar en la habitación me abrazo nuevamente por la espalda. Voltee rodeando su cuello con mis brazos, mis labios buscaron encontrarse con los suyos. Abrí la boca para intensificar el contacto y permitir que mi lengua jugueteara dentro de la suya apasionadamente. Él puso sus manos en mi cintura acercándome lentamente y con firmeza, a su cuerpo. Noté de inmediato la erección de su verga cuando sus manos llegaron a mis redondas nalgas, que suelen motivar innumerables, coloridos y perversos piropos de hombres en la calle. Yo disfrutaba de las caricias y del pene duro que se pegaba a mi vientre. Lentamente y con intensa sensualidad, moví en círculos mis caderas para intensificar el contacto. Comenzó a desnudarme quitando la blusa y luego el sujetador dejando al descubierto mi par de tetas Le besé levemente el cuello y me acerqué a su oído pasando mi lengua por su cuello, le abrí el cierre de su pantalón liberé su pene. Una vez que tenía su verga en mis manos, empecé a masturbarlo lo más lentamente que pude, mientras saboreaba sus labios.

Me acaricio la espalda, luego mi cabeza y metiendo sus dedos entre mi cabello, me invitó con un movimiento, a que siguiera besándolo empujándome con suavidad hacia abajo. Yo entendí inmediatamente su deseo por lo que decidí hacerlo gozar. Poniéndome de rodillas frente a él, metiéndome su verga hasta dentro de mi boca sentía que su glande resbalaba entre mi lengua y mi paladar hasta mi garganta y luego salía hasta mis labios para de nuevo volver, mientras sentía sus jugos mezclándose con mi saliva. Dejé de mamársela, seguí con mi mano, tocándolo, le pregunté que lo excitaba se estremecía por la excitación. Carlos ya no aguanto más y me volvió a bajar para introducirme su verga en mi boca y vaciarme sus chorros de leche acto seguido limpie todo su miembro con mi lengua sin desperdiciar nada.

Me incorpore lo tome de la mano lo lleve hasta la cama nos recostamos ahí nos volvimos a besar el comenzó acariciaba y chupaba mis tetas eso me fue prendiendo nuevamente sin importarme que estaba con otro ni su edad y para ser sincera eso me excitaba aún más bajo su mano hasta mi vagina y comenzó acariciarla introdujo dos dedos comencé a retorcerme de placer fue cuando comencé a sentir otro dedo en otra zona que no había sido explorada no he de negarlo eran sensaciones que ningún otro hombre me había hecho sentir yo solo me dejaba llevar por el sus caricias sus besos me volvían loca por su edad era todo un experto con sus besos me fue recorriendo todo mi cuerpo hasta llegar a mis labios vaginales que ya para ese momento se encontraban escurriendo me puso en cuatro hundiendo su cara en mi conchita mojada jugando con su lengua con mi clítoris e introduciéndola lo más que se podía mi chiquito que era virgen hasta ese momento ningún hombre lo había utilizado por que yo no lo había permitido ahora me introducía su lengua se sentía raro él no sabía, pero yo en ese momento, quería regalárselo. Quería que me montara como una perra y que se corriera en mi culo así que me concentré en aquello a lo que siempre le hice rechazo. porque yo estaba tan mojada, que mis fluidos lubricaban aquel movimiento a la perfección pero me gustaba y no hacía falta nada más lo que me provoco otro orgasmo Siguió fallándome con sus dedos el coño me estaba gustando tanto tener sus dedos en mi culo y en mi vagina. Me preguntó quieres que te coja ya entre gemidos le conteste. mmmm siiiii, cógeme ya, le pedí que me lo hiciera en cuatro, porque sé que es como más le gusta, y así lo hizo. La metió sin problema de lo mojada que estaba la vagina comenzó meterlo más rápido y con fuerza yo casi gritaba de placer estaba tan, tan excitada que solo alcanzaba a gemir pensaba que no podía más cuando sentí su mano en mi vagina tocando mi clítoris y ya no aguante más sentí explotar mi orgasmo y descargue todo el juguito. Como vi que aquello estaba llegando a su final, no aguante más y me pase la punta de su verga por el culo necesitaba sentirla dentro, sabía que me dolería porque jamás lo había hecho antes, pero justamente eso quería entregarle ese culito virgen para que me lo rompa y me lo llene de leche, así que yo solita empecé a moverme mucho encima de esa verga y de arriba abajo para que se vaya introduciendo, poco a poco podía sentir como se iba rompiendo y abriendo más y más mi culo que desde ese momento ya no me pertenecía a mí, ni siquiera me di cuenta en qué momento termino de entrar su verga en mi culo lo único que recuerdo fue lo rico que se sentía cuando entraba y salía su verga y pidiéndole que me dé duro por el culo. Nunca pensé que sería tan rico hacerlo por atrás, después de un buen rato le dije me voy a venir me dijo al oído que rica mi vida empezó a moverse con más intensidad y yo aún mareadita por el orgasmo que acababa de experimentar seguía gimiendo con más y más placer cuando ya sentí sus movimientos más fuertes fue cuando supe que iba a sentir su semen dentro de mi, me puse más a su disposición y me prepare lo sentía jadeante excitadísimo sobre mi sus movimientos cada vez más intensos y sentí explotar su esencia masculina dentro de mi ano que succionaba toda ese delicioso manjar.

Quedamos tumbados en la cama sin decir palabra alguna nos quedamos dormidos por un rato. Salimos del hotel me llevo a casa y durante días sólo pensaba en nuestro encuentro, mientras reproducía las secuencias sexuales. Conducía mis dedos hacia la entrepierna. Me sofocaba. Me masturbaba. Únicamente pensaba en el nuevo mundo de sensaciones que me habían hecho sentir nuevamente mujer ahora ha transcurrido un año de ese encuentro seguimos juntos. Sin importar la diferencia de edades.

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