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La segunda vez que compartí a mi esposa

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Estimados lectores, espero les haya gustado mi primer relato de “La primera vez que compartí a mi esposa”, en lo personal de aquella experiencia pude sacar algunas conclusiones, mi mujer es una linda hembra muy caliente y decidida que cualquiera se quisiera coger, tan así que se atrevió a dar el primer paso. Por otro lado me hace pensar que toda mujer también tiene sus fantasías y que en algún momento les gustaría cambiar su rutina pero no lo pueden expresar o aceptar tan abiertamente.

Sonia realmente lo disfrutó y se dejó llevar por el momento; sin embargo, ya no quiso que tocáramos el tema dando por “cerrado” el asunto diciendo que era la primer y última vez y que lo hizo solo por complacerme. Claro que cuando me la cogía me venía a la mente aquellas imágenes de ella siendo culeada por Ricardo y se me escapaban frases que a ella la ponían caliente, aunque ella lo quisiera negar. Así que ya había pasado más o menos un año de aquel suceso y la amistad y confianza con Ricardo fue mucho mejor y siempre terminábamos platicando del tema, de lo buena que está mi mujer, de la mamada que casi lo hacía venir en su boca de mi mujer, de lo rico que apretaba y se movía, del como la teníamos ensartada al mismo tiempo etc. realmente quedó fascinado con aquella primera vez confesándome que le gustaría se repitiera en alguna otra ocasión.

Se acercaba su cumpleaños de Sofía, le propuse salir a festejar cosa que no quiso sugiriéndome que mejor brindáramos en casa y que ella prepararía una comida para la ocasión. Como les comenté Ricardo es un amigo de toda la vida y muy atento con nosotros, así que también estuvo pendiente de su cumpleaños para felicitarla pero le dije que no celebraríamos ni con la familia ni fuera de casa, que sería algo “intimo” es ahí donde rápidamente me surgió la idea de darle una “sorpresa” a mi mujer al invitar a Ricardo a nuestro festejo.

Llegó el día mencionado y aunque tuve que trabajar, llegó la tarde y le avisé que ya iba en camino con una “sorpresa”, ella dijo que se había puesto muy bella para la ocasión, y que me estaría esperando. Así que pasé por Ricardo a su casa y como de costumbre ya tenía preparada una botella para brindar. Llegamos a mi casa, toqué la puerta para que ella abriera y cual fue nuestra impresión al verla a ella con un vestido blanco que caía sobre su cuerpo haciendo resaltar su figura además de un generoso escote que dejaba ver sus lindas tetas, además de haberse enchinado un poco el pelo y maquillado el maquillaje muy sugerente, zapatillas altas. Realmente se veía muy cachonda.

Ella también se sorprendió al vernos a los dos llegar, ya que ella no había vuelto a tener contacto con Ricardo desde esa primera vez, la pudimos notar nerviosa sin saber que hacer a mi me saludó de beso como de costumbre y a Ricardo en la mejilla, pero mi amigo no se contuvo, la tomó de la cintura y le dio su “arrimón” como se dice aquí en México. Pasamos a la casa y empezamos a felicitarla sobre su cumpleaños para romper el hielo, Ricardo no dejaba de lanzarle piropos “eres muy joven y bonita”, “estas como quieres” etc. Podía notar que Sonia se sonrojaba; tal vez traía los recuerdos a su mente, ya podía notar como mi mujer se ponía mojada, estando sentada, cruzaba una pierna, se acomodaba, cruzaba la otra como para frotar sus labios vaginales; no lo podía evitar.

Inmediatamente propuse brindáramos por la festejada, y al parejo comenzamos a tomar la copa, entre bromas, risas, hasta empezar a relajarnos y entrar un poco en calor comenzaron los comentarios ya más subidos de tono que Ricardo dirigía hábilmente a mi caliente mujer. Empezamos un juego muy ingenioso sugerido por Ricardo, el dominó, quien ganara daba una orden; el que perdiera obedecería la orden del ganador, el que no ganaba ni perdía, solo observaría. Sabía por dónde iba el plan y todos aceptamos, Obviamente Sonia iba a perder, así que más o menos calculaba mis jugadas para dejar ganar a Ricardo o hacer perder a mi mujer.

Sonia también se imaginaría lo que iba a suceder, así que una vez que ganó Ricardo le ordenó a mi mujer que caminara hacia el, la tomó de ambas manos acercándola frente a frente, la tomó con ambas manos de la cara y le dio un beso profundo insertando su legua hasta lo más profundo de su garganta, ella no puso ninguna resistencia, realmente lo estaba disfrutando. El beso duraría unos 2 minutos, le soltó la cara y le dijo: “a ver sácate eso” refiriéndose a sus tetas, ella muy obediente dejó sus senos al aire sobre el vestido que llevaba puesto, así continuó el juego.

Para el segundo juego pudimos repetir tal suerte, pero esta vez Sonia ya estaba decidida a todo aceptando su derrota me dijo “ni modo… el ganó, no tu” Ricardo le ordenó se sentara sobre el cómo la primera vez y así con las tetas de fuera comenzó a besárselas, morderlas, estrujarlas con desesperación, como si quisiera acabárselas en el momento, y Sonia que es muy sensible en esa área se pone inmediatamente cachonda el comerle los senos ya estaba completamente mojada. Comenzaron los besos profundos, el cachondeo entre ambos que recorrían sus cuerpos aun con ropa, pasados unos 5 minutos así, se levantó Sonia tomando su lugar en el juego y comenzamos nuevamente.

Para nuestra sorpresa el tercer juego lo ganó Sonia y yo al igual, ni ganaba ni perdía, ahora el perdedor sería Ricardo. Así que mi mujer se levantó tomó a Ricardo de la mano y lo condujo por las escaleras hasta nuestra habitación. Yo los seguía sin perder detalle y tomando fotos del momento, no podía creer lo caliente y puta de mi mujer. Ella se recostó sobre la cama abriendo las piernas mostrando su panocha al descubierto no llevaba ropa interior; inmediatamente Ricardo se arrodilló y le empezó a besar sus labios vaginales, introduciendo su lengua en ella, le estaba dando una buena mamada a mi mujer, ella se torcía de placer en la cama cerrando sus ojos, la estaban haciendo venir, tomó a mi amigo de los cabellos empujándolo contra su panocha inundada de sus jugos como tratando de introducirlo más en ella.

No pude resistir más la escena, me acerqué a mi mujer y la puse a mamar, yo le sobaba sus senos descubiertos, pude notar como Ricardo le arrancó su primer orgasmo haciéndola gritar aún con mi verga en su boca ahhhhgggg, ricoooo. Ahora venía el turno de mi amigo, sin dejar de mamármela le dio la media vuelta, la puso en cuatro patas y la ensartó; supuse que fue por el culo por la expresión de dolor que pude ver en su cara. Así la tuvimos un rato, era delicioso ver sus tetas rebotando con las embestidas que le daban por detrás. No aguanté más y me vine en su boca haciéndola tragar mi leche.

En esta ocasión Ricardo se contuvo más para disfrutar las culeadas que le daba a mi mujer ya que no terminaba, así que cuando vio que yo había terminado nuevamente la recostó en la cama, acercó un par de almohadas y le dijo a Sonia “en las almohadas” así obedeció ella abriendo las patas. Así frente a frente ambos, Ricardo se acercó y puso a mi mujer “patas al hombro” y fue penetrando su ya adolorido ano, pude ver realmente toda la escena; ella nuevamente hacía gestos de dolor cuando la penetraban. Una vez dentro comenzó nuevamente la culeada.

Esta vez era más excitante que la anterior al ver a mi mujer así sobre las almohadas con las patas al hombro de Ricardo que cada vez la embestía con mayor rapidez haciendo que sus tetas se sacudieran salvajemente como globos, podía ver como apenas cabía la verga de mi amigo en su apretado culo; ella al principio gemía y suplicaba “me duele, me duele”; esto excitaba más a Ricardo ya que intensificaba sus embestidas; sin embargo Ricardo le dijo en dos o tres ocasiones “si no te gusta me quito” a lo que ella contestó “así sigue” jajaja Sonia lo estaba disfrutando, no hubiera dicho eso ya que Ricardo se puso como loco a taladrar a mi mujer haciendo que ella tuviera otro orgasmo el rellenando su culo con toda su leche.

Ahí quedamos nuevamente los 3 recostados en la cama al lado de ella que estaba completamente exhausta, me surgieron las ganas de ir al baño y ahí los dejé solos, tenía frescas en mi mente las imágenes de lo sucedido; así que decidí tardarme un poco más para ver si pasaba algo más entre ellos dos, me acerqué muy despacio a la recamara y sin asomarme esperaba escuchar algo, pero nada, ahí me quedé un rato esperando algún suceso hasta que sucedió lo que esperaba, empecé a escuchar los gemidos de mi mujer. Ricardo estaba recostado en la cama y ella estaba encima cabalgándolo, ella misma se ensartaba fuertemente en el ya erecto miembro de mi amigo, sus tetas brincaban de forma espectacular.

Ricardo sin dejar de coger a mi mujer se incorporó un poco para quedar sentado, la tomó de la espalda y los cabellos comenzando a besar las tetas, morder sus pezones, darle besos de lengua, ella por un rato siguió cabalgando suavemente de adelante hacia atrás, hasta que Ricardo la rodeo con ambos brazos de su cintura y comenzó a penetrarla violentamente ella se dejó hacer dejando caer su cabeza sobre el hombro de él; hasta que mi mujer se aventó hacia atrás arqueando su espalda y lanzando un gemido en su tercer orgasmo ahhhhgggg. Ella se recostó como la había dejado al ir al baño y después de unos segundos llegué a preguntar que me había perdido. Ambos no dijeron nada.

En ese momento pude entender que ambos se habían entendido bien y que el haberlos dejado solos por un instante pudo darle completa libertad a mi mujer de cogerse a Ricardo como ella quería o dejarse coger sin ser observada. Nuevamente les dejo mi correo [email protected] por si quieren contactar, hacerme comentarios o quieran les envíe fotos del suceso y disculpen si no puedo contestar inmediatamente pero seguro tendrán respuesta. Saludos.

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