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En la casa de playa de mi ex compañera del colegio

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Hola amigas, tengo que contarles lo que me ocurrió, me llamo Sandra tengo 31 años, estoy casada hace 8 años, tengo un niño, mi esposo es 15 años mayor que yo y trabaja en un barco mercante, se desaparece por tres meses como mínimo.

Esa tarde de verano era achicharrante, así que me fui a la punta, que es un balneario, con una bonita playa, lo único es que el agua es recontra helada, mi hijo estaba de fin de semana con su abuela, así que me aburría y me moría de calor, así que me dije me voy a solear en la playa, agarre mi bikini más chiquito, me aproveche pues a mi marido no le gusta que lo use pues es muy celoso, además de que después de mi hijo me crecieron los senos y las caderas, y el bikini deja ver mucho a la vista, y los hombres no tienen descaro en mirarme, lo cual no me molesta, la verdad es como mujer me gusta sentirme admirada y por qué no decirlo deseada, les digo esto porque si bien mi esposo es tan mayor nunca le he sido infiel.

Ya había estado en la playa, que es de piedras, me había quemado y me había zambullido, ya habían pasado como tres horas, y eran como las 4pm, así que decidí irme, no habían faltado los hombres que se habían acercado, pero no dejaba que las cosas pasaran de coqueteos, y cuando ya comenzaban con lo de ir a otro sitio, salía de lo que soy casada y ya me tenía que ir, bueno bueno, recogí mis cosas y en eso, se acerca una mujer con una niña, me dice .

—Sandra, Sandra, que milagro, quien diría que nos íbamos a encontrar.

En ese momento la reconocí, era luisa, habíamos terminado la secundaria juntas, si bien nunca habíamos sido muy amigas, nos habíamos tratado bastante, pues las dos éramos muy buenas en matemáticas, habían pasado como 15 años que no nos veíamos, nos diferenciábamos bastante ella era más alta que yo con, cabello castaño claro, con decir que en el colegio le decíamos, "la gringa".

—Luisa, Luisa, que gustazo encontrarte, tu estas igualita de delgada, que linda tu hija,

—Sandra, tu también con tu pelo negro lacio que siempre envidiaba, ahora tu más bien has echado cuerpo.

Nos dio la lora, y conversamos sobre nuestras vidas después del colegio, ella era una abogada, y tenía varios casos, en eso me dice

—Sandra yo tengo un departamento en ese edificio, vamos y nos tomamos un par de tragos, sino de aquí cuando nos iremos a ver, además me dices que tu esposo está de viaje.

Yo lo pensé 5 segundos, y dije sale y vale, el edificio estaba al frente, y su depa estaba en el tercer piso, para esto el calor de la tarde era peor, que el día, así que saco una botella de ron, coca cola, limón y una cubeta de hielo, nos preparamos dos cubas libres, brindamos por nuestras vidas y con lo heladito del trago, lo tomamos casi al hilo, con un segundo trago en la mano seguimos hablando de ahora de nuestras parejas, su esposo era un abogado como ella, y se llevaban bien, me conto que esa tarde la tenían libre y él se había ido a la playa con sus amigos. Ya terminamos el segundo cuba libre y yo ya me sentía un poco mareada, y le dije que mejor me iba.

—como te vas a ir Sandrita, además quien como tú que estas con tu esposo de viaje, el mío lo tengo todos los días y todas las noches, es terrible es medio enfermo a pesar que ya tenemos como 10 años de casado, quiere hacerlo todos los días, y siempre se le ocurren sus cochinadas, que yo no lo dejo que cree, ni que fuera una puta, me lo quiere hacer por todas parte yo no lo dejo, ni que fuera una puta.

Ella y yo estábamos por el tercer cuba libre, así que nos decíamos de todo, yo por dentro me decía que diferencia, con mi esposo al que solo veía cada tres meses, y que en el mes que estaba en casa, si lo hacia una vez a la semana era mucho, estábamos en gran lora cuando se abrió la puerta, era su esposo de luisa, estaba con ropa de baño de esa ajustadas, era de más o menos nuestra edad, a diferencia de mi esposo que era delgado y lampiño, su esposo, pepe, era grande un poco gordo, y recontra peludo.

—Sandra un gustazo conocerte, sobre todo compañera de colegio, veo que Uds. ya empezaron, pero creo que es justo pues yo también he estado tomando una cervezas con mis amigos, pero ahorita, me emparejo.

Y sin más se sirvió un cuba libre para él, era muy alegre, hablaba como conoció a luisa, se reía cuando decía que cuando la conoció parecía una monja, por lo conservadora de sus creencia, y mirándola y palmeándole la cola decía.

—has cambiado pero todavía eres una mojigata, ja ja

Puso música y nos pusimos a bailar entre los tres, era música salsa, estábamos en lo mejor, cuando sonó el teléfono, luisa, respondió y se puso seria, después colgó me miro a los ojos

—Sandra no te preocupes, quédate por favor, es un problema con un cliente en el juzgado de callao, lo soluciono en media hora regreso y la seguimos, no me digas que no, de pasada dejo a mi hija en la casa de su amiga pues tiene una pijamada.

La verdad no me dejo responder, se fue a su cuarto y en 5 minutos se cambió, se puso una falda oscura y una blusa blanca, nos hizo una seña con la mano como diciendo que ya volvía y salió del departamento.

La música seguía sonando, y la verdad es que me picaban los pies para bailar, pues a mi esposo no le gustan las fiestas y cuando él está de viaje no salgo sola a reuniones, así que jale a pepe del brazo para seguir bailando salsa, él era un gran bailarín, y tomo suavemente mi cintura para bailar, en ese momento sentí que mi cuerpo se escarapelaba, al sentir esa manota peluda encima de mi piel desnuda, su manota llegaba a mis caderas, mi corazón comenzaba a latir más fuerte cada vez que me daba vueltitas y sentía el roce y el calor de su cuerpo, parece que el algo sintió, pues, en una me sujetó un poco más fuerte, y acercándose me dice al oído

—Sandrita tienes un cuerpito de infarto, deberías darle tu secreto a mi esposa, que suerte tiene tu esposo.

Mientras me decía me sujetaba más y sentía su cuerpo más pegado al mío, me di cuenta del bulto que crecía en su ropa de baño y que sin ninguna descaro lo pegaba a mí, no quería no quería, pero no podía evitar sentirme excitada, el trago, la abstinencia, y estar solos en ese cuarto en ropa de baño ya hacia efecto en mí, lo trate de separar sin mucha fuerza ni entusiasmo, no sabía qué hacer, no sabía que decir, y solo me salió:

—Pepe, no, no, que luisa va a regresar en cualquier momento.

El me abrazo más, inconscientemente le había dado el mensaje de lo que me preocupaba era que luisa nos sorprendiera, sin más me sujeto con sus dos brazotes peludos que al tocarme me hicieron estremecer, retrocedí y me choque con la pared, lo tenía pegado mí.

—Sandrita no te preocupes, cuando luisa va al juzgado, siempre dice que regresa en 10 minutos, y la verdad nunca baja de una hora, puta madre que cuerpito

Sus manos ya tocaban todo mi cuerpo y su boca ya buscaba la mío, yo "intentaba" evitarlo, movía mi cara de una lado a otro, en eso mi cuerpo dio un respingo, el maldito había pasado su mano por la parte baja de mi bikini y un dedo peludo se había metido en mi conchita. Y se movía circularmente,

—que rica conchita, que rica y mojadita estas, con razón con el marido que tienes, estas muy desatendida, pero no te preocupes que ahora lo arreglamos.

Me levanto como una muñeca, y me recostó en la alfombra, de un tirón se bajó la trusa dejando ver una verga que era el doble de mi marido, tuve miedo, me iba a desgarrar.

—no no pepe, no sigas, no lo hagas, no no no noooo...

Sin más se agacho encima mío y de un tirón me saco la parte de arriba del bikini, dejando libre mis grandes senos, sus ojos se le salían

Que ricas tetas, hum hum, que ricas, hum

Me chupaba una y otra, lo peor o mejor, fue cuando comenzó a succionar mis pezones, ahí si me descontrole, me cuerpo se retorcía de placer

—uh uh uh, que rico, no no, que ri ricoooo... de de déjame de de...

Fue bajando y entonces comenzó a comerme la conchita, sentía su lenguota y cara mal afeitada que me hacía retorcerme de placer, ya no era yo quería mas, le sujete la cabeza para que no dejara de comerme abajo, entonces sentí como el fuego que invadía, y me retorcía, si era un orgasmos tremendo, todo mi cuerpo temblaba, no había terminado con esa sensación cuando me di cuenta que el ya había separado mis piernas, y comencé a sentir como un cilindro de carne caliente entraba en mí, pero también como mi conchita estaba preparada con lo mojadita que estaba y se estaba comiendo todito ese monstruo cabezón de un solo ojo, sentí el golpe en mi pelvis cuando toda esa verga estuvo dentro de mí, entonces comenzó el mete y saca, como un pistón entraba y salía, una vez y otra vez, yo me sentía en ese momento una perra, con su macho.

—papito, que rica verga, no papi no papi, no no no... la saques, no noooo...

Mi cuerpo pedía más y más, mis piernas se habían trenzado a su espalda, para no dejarlo que se me escapara, esa maza seguía entrando y saliendo de mí, no podía mas y me vine por segunda vez, el seguía y seguía, era una bestia, con razón luisa se quejaba, que más daría yo por tenerlo todos los días en mi casa, yo flotaba con mi segundo orgasmo, no me ocurría hace años.

Yo estaba totalmente borracha, y con el orgasmo todo me daba vueltas y flotaba, sentí, como el me volteaba y me ponía en posición de pollito tomando agua, o sea para los que nunca han tenido un pollito, boca abajo y con la cola arriba, entonces la sentí, sentí que mi culito reventaba.

—puta madre que tal culaso, que rico, y esta cerradito, se ve que tu marido no te lo da por allí ah ah, relájate porque igualito te la voy a meter todita.

La verdad es que nunca me ha gustado por atrás, pero estaba tan borracha y como una perra, quería sentir más,

—ay ay ay papi, despaacito, que soy virgen por allí, ay ay ay aaaaaa...

—que rico este culaso lo estoy rompiendo por primera vez, ah ah ah ah

Sentía como esa carne entraba poco a poco en mí, sentía como el dolor inicial, se mezclaba con un placer animal al sentir dentro de mi esa estaca que se abría paso, de repente el empujo todo y sentí que el dolor me desmayaba.

—arg arg, aaaa, no no, sacalo, aaaarrrgggg...

Sentí una mezcla de orgasmo y puñalada, cuando desperté, él estaba encima de mí besándome todo el cuerpo

Nuevamente me levanto, y me llevo al baño, nos bañamos juntos, en el agua vi sangre, ya sabía de donde venía, no hablábamos nada solo nos besábamos. Me ayudo a cambiarme, me pidió un taxi uber, me fui a mi casa.

Ya ven amigas, no fue mi culpa, yo no lo busque, no lo planeé, yo quería tomar solo con mi amiga, todo el resto me lo mando diosito, y eso no se debe rechazar.

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