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Mi primera vez con la mejor amiga de mi madre (II)

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Después de lo ocurrido con la señora Verónica pasaron unos días sin poder repetir lo sucedido, siempre se encontraba en compañía de sus hijas y no teníamos oportunidad de estar solos, era un martirio verla todas las mañanas con esos escotes que me encantaban sin poder tocarla o estar junto a ella, y solo me tenía que conformar con el beso en la mejilla que me daba al saludarme.

Me tuve que masturbar recordando sus tetas desnudas y en todas las cosas que habíamos hecho para tranquilizarme. Cuando iba a su casa para seguir haciendo el trabajo con carolina no podía concentrarme, solo pensaba en la señora Verónica que estaba a pocos metros de mí.

Estando en su casa Intente enfocarme en el trabajo pero no pude, así que le digo a carolina que necesito ir al baño y aprovecho para ir con la señora Verónica, la sorprendí limpiando la cocina y de inmediato me abalance sobre ella besándola.

-No Álvaro, detente nos puede ver mi hija –dijo ella separándose de mí.

No la obedecí y me volví a acercar a ella besándola nuevamente, coloque mis manos en sus tetas y las comencé a sobar fuertemente.

-Tienes muchas ganas verdad Álvaro? –pregunto ella.

-Si señora –respondí– tengo muchas ganas de volver a estar con usted.

Al oír mi respuesta ella respondió a mi beso moviendo su lengua con la mía y abrazándome por la nuca tiernamente, trate de quitarle la blusa y dejar salir sus preciosas tetas pero no me dejo.

-Detente Álvaro no podemos hacer esto aquí –dijo quitando mis manos de su blusa– mi hija nos puede ver, mejor regresa con ella.

No me quedo de otra que obedecerla, me acomodo mi verga dura en mi pantalón y ella se arregló su blusa, antes de regresar a la habitación me dio un último beso, continuamos haciendo el trabajo hasta terminarlo y me fui a mi casa.

A la mañana me encontraba solo en casa, habían suspendido clases, mi padre ya se había ido al trabajo y mi madre me dijo que llevaría a mi hermana a la escuela y que después iría a hacer unas compras, estaba desayunado cuando tocan la puerta, fui a ver quién era y para mi sorpresa era la señora Verónica, tenía puesto un pantalón de mezclilla ajustado y una blusa de tela color rojo, se veía hermosa, de inmediato a abrir la puerta.

-Hola Álvaro, ¿está tu mamá?

-No esta señora Verónica

-¿Tardara mucho en regresar?

-sí, fue por unas compras

- ¿Estas sólo?

- sí, todos se…

No había terminado de responder cuando ella se me lanzo encima besándome, rápidamente cerré y nos dirigimos a la sala sin parar de besarnos y acariciarnos.

-No sabes las ganas que tenia de hacer esto -dijo ella frotando mi verga-ayer en la cocina me dejaste muy caliente.

Coloque mis manos en sus tetas y comencé a apretarlas con fuerza, le quité su blusa y brasier quedando sus tetas desnudas, sumergí mi cara en medio de sus tetas y continúe apretándolas, sujetaba una, mientras chupaba otra, alternando entre las dos.

-Pareces un bebe Álvaro –dijo ella acariciando mi cabello.

Aquella señora con sus enormes tetas originó en mí un deseo incontrolable, solo quería morder, lamber y chupar sus tetas.

-Espera un poco Álvaro –dijo ella separando mi cara de sus tetas– ¿tienes una loción que podamos usar?

Su pregunta me pareció algo extraña y no sabía aun para que la quisiera usar, pero para poder seguir chupando sus tetas rápidamente fui al baño por ella y regrese a la sala.

-Aquí esta señora

-Gracias Álvaro –respondió ella sentándose en el sillón– esto te va a encantar, ya lo veras.

Me pido que me colocara frente a ella, mi verga quedo a la altura de sus tetas y unto un poco de loción en su mano para después sujetar el tronco de mi verga, comenzó a mover su mano lentamente de arriba abajo lubricando mi verga con la loción, me quede inmóvil disfrutando de la delicadeza de su mano subiendo y bajando por todo mi falo.

Continuo hasta que mi verga quedo completamente lubricada, tomo nuevamente la loción pero esta vez la unto llenado sus tetas y con ambas manos fue frotando la loción hasta cubrir por completo cada centímetro de sus tetas.

-¿Esta listo Álvaro?

-Si señora.

Llevo sus manos a un lado de sus tetas y sin más las apretó juntándolas, atrapando mi verga en medio de esas 2 monumentales tetas, me miro a los ojos y una sonrisa pícara se dibujó en su rostro, comenzó a subir y bajar por toda mi verga a un ritmo lento pero constante.

-¿te gusta cómo se siente Álvaro? –dijo ella mirándome a los ojos.

Solo asentí con la cabeza, no tenía palabras me quede en blanco sintiendo la suavidad de sus tetas, era como estar en una prisión de carne hecha especialmente para mi verga, poco a poco fue aumentando el ritmo de sus tetas, arriba y abajo, arriba y abajo no dejaba de moverse por todo mi falo.

Se sentía tan delicioso que duramos alrededor de 5 minutos cuando mi verga empezó a palpitar, estaba a punto de correrme, la señora Verónica lo noto y empezó a aumentar la velocidad y fuerza con la que apretaba mi verga.

-¡Córrete en mis pechos Álvaro! –Dijo a la vez que aumentaba el ritmo en sus tetas.

Intente aguantar los mas que pude hasta que mis chorros de leche salieron disparados directo a sus tetas y, ella siguió frotando mi verga con sus tetas hasta que la última gota de leche salió, sus tetas quedaron cubiertas de leche.

La imagen de la señora Verónica con sus tetas cubiertas de leche eres magnifica, ella se levantado del sillón y nos dimos un beso largo, trato de limpiarse pero le dije que por favor no se limpiara que me excitaba verla cubierta de leche, acepto mi petición y nos volvimos a besar, aún tenía la verga muy dura.

La señora Verónica me tomo de la mano y me dijo que fuéramos a mi recamara, durante todo el camino a mi cuarto no pude dejar de ver como se meneaba ese culo respingón en esos jeans, ella me quito mi camisa y mi pantalón por completo, yo hice lo mismo con ella y le quité sus jeans dejando libre a ese culo respingón cubierto por unas braguitas rojas.

-No sabes cómo había estado esperado esto –dijo ella mientras me besaba y abraza por el cuello.

-yo también señora –respondí al momento de deslizar mis manos a sus nalgas– tenía muchas ganas de hacerlo.

Continuamos besándonos y acariciándonos cuando me pregunto si tenía condones, me quede helado no tenía ninguno, hasta que recordé que mi amigo Fernando me había regalado unos, nunca me sentí tan agradecido con alguien, de inmediato me puse uno y continuamos besándonos y sin decir media palabra empine a la señora Verónica sobre la cama.

Le dije a la señora Verónica que esta vez quería probar una posición diferente, que me gustaría hacer la posición perrito, esta posición la había visto muchas veces en las películas porno y con un culo tan respingón como el de la señora Verónica era un crimen no hacerlo.

Ella se acomodó en 4 patas, colocando su culo frente a mi mirada, con mis manos baje sus braguitas dejando libre sus nalgas y su rajita que estaba muy mojada, Se veía fantástica la forma de su cintura y caderas.

Mi verga estaba muy dura y con mucha ganas de coger, la tome de la cintura y sin demorar más tiempo introduje toda mi verga de una embestida, ella solo soltó un pequeño gemido apresando la almohada, su vagina estaba tan mojada que la penetre con mucha facilidad.

Comencé a moverme lentamente metiendo y sacando mi verga, ella continuo dando pequeños gemidos a cada embestida que le daba, esta vez no se reprimió en sus gemidos y al ir acelerando mis movimientos no dejaba de gemir, mi verga entraba y salía sin ninguna dificultad de su húmeda y caliente vagina.

- ¡A si Álvaro, no pares! –Dijo ella arqueando su espalda– dame más duro.

Sus ruegos de que no parara y sus gemidos fueron aumentando y motivándome a seguir dándole más duro, Sujete con fuerzas sus caderas mientras la embestía con más intensidad , a señora Verónica se retorcía en la cama cada embestida que le daba y no quería parar de cogérmela.

-¡Me corro Álvaro, me corroo! -Grito con desesperación.

De inmediato sentí como su cuerpo empezó a temblar, comencé a sentir las contracciones de su vagina sobre mi verga y como un líquido transparente se derramaba por sus muslos, no resistí más y me corrí en su interior.

Ambos caímos a la cama sin fuerzas, mis piernas no me respondían y trataba de recuperarme, solo se escuchaba nuestra respiración profunda y agitada, me quite el condón que estaba lleno de semen y nos quedamos abrazados por un largo tiempo dándonos besos y caricias.

Nos quedamos acostados hasta que nos interrumpió una llamada de mi madre para decirme que se iba a tardar más tiempo con las compras, y que no iba a poder ir por mi hermana a la escuela y que si le hacia el favor de ir por ella, se le oía la voz algo agitada y entre cortada pero antes de que le respondiera colgó.

No le di mucha importancia, para mí era mejor ya que tenía más tiempo para estar con la señora Verónica, mi verga se volvió a poner dura otra vez y volvimos a coger nuevamente, no sabía cuándo iba a tener otra oportunidad así que la aproveche al máximo. Cogimos tantas veces como pudimos hasta que llegó la hora de ir por mi hermana. Nos vestimos, limpiamos la habitación y terminamos despedimos con un largo beso.

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