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Quiero que se vaya de casa

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Era el verano del 77 y mi esposo y yo le habíamos dado un cuarto a un amigo nuestro que llevaba dos años viviendo con nosotros. Yo ya quería que se fuera de la casa y que nos dejara en paz. No sé porqué pero él me llego a caer mal.

El motivo para correrlo fue lo siguiente que inventó mi esposo, y él me decía así. “Cuando sea la una de la madrugada, tú te levantas en ropa provocativa y te metes al cuarto de él para que piense que tú quieres cogerlo. Yo estaré al pendiente y me levantaré de mi cama e iré a donde ustedes, haciendo como que los sorprendo en el acto, y ahí mismo lo corro de la casa".

Yo acepté y decidimos que día hacer el plan. Mi esposo y yo nos fuimos a la cama y era un viernes por la noche para amanecer sábado. Yo estaba nerviosa y alegre a la vez, porque el tipo este ya se iría de la casa. Me preparé y me puse muy sexi para que mordiera el anzuelo y mi esposo me preguntaba si estaba segura de lo que íbamos hacerle a nuestro amigo y yo le conteste que sí. La una de la mañana llegó y con nervios me levanté y llegué a la sala y miraba la puerta del cuarto de nuestro amigo y me acerqué a la puerta y la comencé a tocar suave y llamarlo de manera suave:

-Ray, Ray, abre la puerta…

Después de tres intentos Ray abría la puerta y me preguntaba qué es lo que pasaba y yo me metí al cuarto de manera imprudente y me senté en la orilla de la cama y le decía de manera callada:

-Quiero estar contigo un ratito en la cama.

Ray, no se la creyó al escucharme y me tiré a la cama dejando mis piernas afuera de la cama dobladas con mis pies que casi tocaban el piso. Me pasé mi mano por mi sexo y él miraba el bulto de mi coño que se dibujaba en la fina bata que llevaba puesta. La lamparita le daba un matiz erótico a su cuarto y nos mirábamos como dos siluetas eróticas. Ray, me preguntó si mi esposo estaba dormido y yo le dije que sí y al asegurarse de lo que yo le había dicho, miré como Ray se acercó a mi bollo y le dio un pequeño mordisco a mi coño abultado y me hizo brincar haciendo crear un corrientazo por todo mi cuerpo. Después fueron mis tetas hasta llegar a mi boca y me preguntaba que si estaba segura de lo que hacía. Yo le contesté que sí y miraba a la puerta esperando a que mi esposo apareciera para agarrarlo de manera infraganti.

Yo llevaba mi panti bikini puesto, y yo quería parar el plan al ver que mi esposo no aparecía. Y de repente sentí que Ray me había bajado mi panti y ahí sí que sentí que la situación tomaba otro rumbo y cerré mis piernas. Y le decía a Ray que iba muy apresurado cuando sentí su miembro en vivo que me lo restregaba en mis piernas y me decía de manera implorada “déjame entrar ahí”. Pensé que mi esposo tal vez quería encontrarme clavada para que la razón de correrlo tuviera más fuerza y en lo que cedí a abrir mis piernas. Ray no perdió tiempo y con ligereza sentí como entraba rápidamente su miembro en mí y dije para mi "uy me clavo Ray! y esto no estaba en el plan".

Ray, comenzó con su movimiento, y mi cuerpo respondió con un gusto que no había sentido con mi esposo y siempre miraba para la puerta buscando a que mi esposo apareciera, quince minutos después de que me estaba cogiendo, me llevé mi mano a la boca porque de la nada sentí que me venía (corría) y yo grito cuando me estoy viniendo (corriendo) y luego sentí como su miembro disparaba su leche caliente en mí y mi esposo nunca apareció. Me dije "wao! me echaron un polvo sin haberlo pensado".

Salí del cuarto de Ray con un poco de vergüenza en puntillas y llegué al cuarto donde mi esposo estaba supuesto a sorprender a Ray en el acto y le preguntaba a mi esposo que había pasado y por qué no había aparecido, y el mal parido me decía que se sintió emocionado con los gemidos que Ray me había hecho sentir y decidió escuchar todo el lapso de tiempo cuando me estaba cogiendo Ray. Mi esposo decía que eso de escuchar a la mujer de uno que se la coja otro le daba un placer único en el. No volvió a pasar y mi esposo se hizo el de la vista gorda para con Ray y Ray cree que mi esposo no sabe.

Tres años más tarde me divorcié de mi esposo y Ray desapareció y yo quedé bien cogida con el único placer de que Ray me echó un buen polvo esa noche de verano del 77.

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