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La sorpresa para Karen, mi amiga caribeña

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Sorprendiendo a Karen…

Volví a mis estudios y a mi trabajo en la universidad pero no podía sacarme de la cabeza los días pasados con Karen en Paris. Hablábamos por teléfono casi todos las semanas y los e-mail se cruzaban constantemente por el Atlántico desde el corazón de Europa al corazón del Caribe.

Un día mi jefe profesor me comento que la universidad de Rio Piedras en San Juan de Puerto Rico organizaba un congreso y como yo era el único de habla española en el departamento debía viajar representando a nuestra universidad y dar una conferencia. Mis oídos no podían creer lo que mi profesor-jefe me ofrecía. Viajar a Puerto Rico!!! La oportunidad de mi vida de reencontrarme con Karen!!! Dude si llamarla de inmediato o darle la gran sorpresa y al final decidí que no le contaría nada a Karen hasta que llegue y le dé la sorpresa de mi presencia en la isla.

Al llegar a San Juan me recibió con todo el protocolo un delgado de la universidad que me llevo y me alojo en el hotel Conrado Plaza. Quería que se vaya y me deje ya así podía llamar a Karen, Por fin se fue y llame a Karen, me atendió su mama y me dijo que Karen no estaba, que volvería a las 3 de la tarde. Le deje mi teléfono y con un nombre falso le pedí que le dijera a Karen que me llamara urgente pues era muy importante.

A las 15.10 sonó el teléfono, sabía que era ella!!!

Cambie la voz y hablamos un par de minutos hasta que me dio un ataque de risa y no pude ocultarme más. Karen al descubrirme pego un grito de alegría sin poder creer que era yo quien estaba en San Juan a solo 30 Km de su casa. Quedamos que venía de inmediato y así fue que después de meces de separación estaríamos juntos otra vez en las próximas horas. La distancia entre Caguas y San José era hoy toda distancia que separaba nuestros cuerpos y nuestras almas.

Karen llego a mi habitación antes de lo previsto y al verla mi corazón palpitaba saliéndose de mi cuerpo. Nos abrazamos y nos besamos tiernamente sin darnos tiempo a ni siquiera a decirnos hola!!! Karen se enojó por no haberle contado nada de mi llegada y por haberla sorprendido así, pero estaba feliz de reencontrarme después de 3 meses de separación. Le explique que lamentablemente estaré solo dos noches en Puerto Rico y que no pude de ninguna forma extender mi estadía así que tendríamos que aprovecharla al máximo posible. Quería estar con ella, pero también tenía que concentrarme en la conferencia que debía dar al otro día por la mañana en la universidad.

La insinuación fue entendida de inmediato pues sin decir ni una palabra más Karen me empezó a desvestir, me arranco prácticamente la camisa y mientras besaba mi pecho con besitos chiquitos y dulces, me fue bajando lentamente los pantalones, al tiempo que sus labios bajaban por mi estómago. Me saco el bóxer y me beso la verga cariñosamente, primero la puntita y centímetro tras centímetro se la fue poniendo toda en la boca mamando y besándola toda mientras sus manos acariciaban mis huevos y sus hermosos ojos color de miel no sacaban la mirada de mi rostro sonriente, por fin estaba otra vez conmigo. Karen estaba sentada en una banqueta y yo parado frente a ella con mi verga en su boca, la fui desvistiendo como pude hasta que los dos quedamos desnudos. No pude contener mi leche mucho más y acabe en sus labios mi lechita espesa, Karen relamió las gotas y nos besamos, el gusto de mi leche era dulce y rico y me gusto tomar un poquito de mi lechita de su boca y de sus labios. Me senté en la banqueta y Karen se subió sobre mí a horcajadas metiéndose mi verga profundo en su concha y abrazándome con todas sus fuerzas, sus senos estaban clavados en mi pecho y mis manos agarraban los cachetes de su culo. En esa posición follamos largo rato, hasta que me pare con mi verga dentro de ella y alzada en mis brazos como un bebe nos tiramos en la cama, para finalizar el polvo del reencuentro. Karen estaba excitadísima y acababa una y otra vez, de su concha fluían dulces jugos que inundaban nuestro polvo, mojando mi cuerpo y la cama. En el momento que Karen tuvo un orgasmo de esos que el cuerpo le temblaba como enloquecida, no pude contenerme y acabe con unos tremendos chorros de leche espesa y caliente sobre su cuerpo. Hay que ver para creer, el hermoso cuerpo moreno, sudado y brillante contrastando con mi leche blanca, sobre su estómago y sus senos, un espectáculo impagable!

Nos bañamos juntos y Karen me llevo a conocer la ciudad vieja, el viejo San Juan colonial y muy español, en la calle de cristo compramos chucherías y recuerdos. Lamentablemente Karen no pudo quedarse conmigo, y yo tenía que levantarme muy temprano. Nos despedimos con interminables besos y por supuesto que nos veríamos al otro día. Me deseo suerte en mi conferencia y se fue.

A la mañana temprano un chofer de la Universidad de Rio Piedras me llevo al aula donde Juan Ramón Jiménez dio sus cátedras de literatura, para que yo un joven estudiante, enviado por la comunidad europea, explique a los jóvenes portorriqueños los peligros del racismo y la discriminación racial y su influencia en el desarrollo económico de los pueblos. Karen que dándome la sorpresa estuvo en primera fila escuchado mi conferencia y ahora me aplaudía como el resto de los concurrentes. No pude evitar el tradicional brindis con los académicos en el recinto del decano, pero mi pensamiento estaba puesto en Karen solamente. Le agradecí a Karen el haber venido a escucharme, ella me abrazo y besándome dulcemente me dijo que se emocionó hasta las lágrimas al oírme hablar frente a todo ese enorme público que me escucho con tanta atención.

Eran ya las 12 del mediodía y Karen insistió en llevarme a Caguas a conocer su ciudad, su casa y su familia. Me lo pedía tan dulcemente que no pude ni siquiera pensar en negarme. Fuimos a conocer el club gimnástico donde Karen se entrena y finalmente a su casa. Nos recibió su mama, muy simpática y su hermano mayor. Me emociono conocer a la familia de mi “chula”, me emociono estar allí con Karen. Fuimos todos a almorzar a un bonito restaurante “El Paraíso” donde sirven comida típica portorriqueña. Comí unos trocitos de carne frita con mojito y tostones con mofongo. Estaba muy rico y diferente. Volvimos a San Juan por la ruta vieja, y en el viaje hablamos de sexo "chancho" y de hacer cosas prohibidas...

Al llegar a la habitación nos desnudamos y con un poco de vergüenza comenzamos. Lo primero que pedí fue que me la mame mientras cagaba. Karen se puso colorada y la mezcla de colorada y morena da algo especial, como de otro planeta pero estábamos decididos a la puercadas así que fuimos al toilette y me senté, Karen se arrodillo y me la empezó a chupar mientras me salía un poco de caca, era asqueroso pero me gusto, mientras seguía cagando la senté a Karen sobre mí y se la metí en el culo, se quedó quietita con mi verga dentro y al sentir que me salió un chorro de orina hirviente pego un grito y le vino un temblor, pero no la deje pararse aun. Con mi orina dentro estuvo como un minuto, cuando se paró, todo cayó encima mío. Puachhh!!! En medio de un ataque de risa nos metimos en la ducha y nos lavamos uno al otro.

Al volver a la habitación vi sobre la mesa una canasta con frutas, pele un plátano. Saque del mini bar crema de cacao y moje el plátano en la crema, sin darle a Karen tiempo de reaccionar le metí el plátano en la concha y luego con mi boca lo fui sacando y comiendo. Estaba riquísimo!!! Plátano con crema de cacao y jugos de la dulce conchita de mi Karen. Un postre realmente exótico. Karen me vacío el resto de crema en los huevos y me los beso limpiándolos. Otra vez a ducharnos, nos lavamos otra vez y pusimos punto final a esta divertida locura. Hasta hoy después de tanto tiempo nos reímos al recordarlo!! Nos acostamos rendidos de cansancio, nos dormimos abrazados en medio de tiernas caricias. Pedí el desayuno en la habitación, nos trajeron un carrito completo de cosas ricas que devoramos rápidamente.

Se acercaba la hora de otra triste despedida, nos mandamos un hermoso polvo matinal, Karen cabalgo sobre mi enloquecida como a ella le gusta hasta dejarme seco. Acabamos un sin fin de veces, me dolía la verga pero no me importaba, solo quería seguir follando a mi Karen. Pero como todas las cosas lindas, también esto llego a su fin, Karen me llevo al aeropuerto y al despedirse me dijo con un tono medio tristón:

“Adiós mi chulo, nos vemos en tu próximo ataque de locura”.

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