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Elvira, Sonia y Antonio

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-Estaba aburrida, papá.

-Coño, hija, por lo menos cerraras la puerta.

Antonio, el padre de Elvira, había encontrado a su hija desnuda sobre la cama, masturbándose.

Lo que él no sabía es que había alguien más en la habitación.

-Sí, debimos.

-¿Debimos?

Salió del baño Sonia, una amiga de su hija. Sonia era un joven delgadita, de cabello rubio, ojos azules, 1.79 de estatura, tetas pequeñas, finas caderas y un buen culo. Lo contrario de Elvira, morena, 1.52 de estatura, entrada en carnes, con grandes tetas y tremendo culo. Antonio, al ver a Sonia en pelota picada, le preguntó a su hija:

-¡¿Sois lesbianas?!

-Bisexuales, papá. ¿Te animas?

-Si no fueras mi hija...

-Puedes follar a Sonia. ¿A qué si, bonita?

-Mi coño no desprecia ninguna verga.

-Se entera tu madre y me mata.

-A mamá ya se la comió Sonia. ¡Y bien que le gustó ¿A qué sí, Sonia?

-Se corrió tres veces en mi boca.

-¡Eso es mentira!

-¿Su esposa no tiene dos lunares a ambos lados del ojete, tres debajo de la teta derecha y uno debajo de la izquierda?

Antonio se imaginó a su esposa con Sonia, comiéndose todo, y empalmado, entró en la habitación y cerró la puerta.

-Me masturbaré mientras lo hacéis. ¿Os importa?

Le respondió su hija.

-A mí, no. Me pondrá cachondísima saber que estás mirando como follo.

Antonio se sentó en un sofá. Sacó sus 20 centímetros. Sonia al verlos, dijo:

-Lástima que no quiera metérmela, en el coño o en todo el culo.

-Cuando te vayas a correr avísame.

Antonio, mientras se masturbaba, vio cómo su hija se la comía a Sonia y como Sonia se la comía a su hija. Más tarde, haciendo un 69, le dijo Sonia a Antonio:

-¡Métamela que me voy a correr!

Antonio le metió en el coño la punta de la verga y se la volvió a quitar. El coño de Sonia, al quitarle la verga, se abrió y se cerró, se abrió y se cerró, se abrió y se cerró... Le puso la punta en la entrada de la vagina y Sonia con su culo metió la verga hasta que los huevos de Antonio chocaron con su ojete, ojete que se movía hacia dentro y hacia afuera. Sonia sintió que se iba a correr. Succionó el clítoris de Elvira, que se corrió lanzando un gran chorro de flujo vaginal que dejó perdida la cara de Sonia. El coño de Sonia, al correrse, inundó de jugo la verga de Antonio, que al sentir como aquel jugoso coño la apretaba con sus contracciones, se corrió y lo llenó de leche.

Fue una manera extraña de echar un polvo, pero placentera, para ellas y para él.

FIN

Se agradecen los comentarios buenos y malos.

(9,20)