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El jueguecito

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Esta tarde me siento pletórica: ¡al fin he conseguido trabajo! Nada más llegar a casa me he quitado la ropa en mi habitación, tan solo me he dejado puestas mis braguitas, me he tumbado de espaldas en mi cama y he llamado a Berto, mi novio, para comunicarle la noticia. Bueno, la ha recibido genial. Berto está en Alemania y me ha dicho que me echa mucho de menos; yo a él también. Después he empuñado mi móvil y he enviado un mensaje de WhatsApp a mi hermano, pero... he debido equivocarme.

Sí, me he debido equivocar, porque el que me está respondiendo ni se ha alegrado ni nada de eso. Es más, pasados unos minutos me ha contestado diciéndome que está en un safari, y que si yo deseo ir con él. Por supuesto, mi primera reacción ha sido reírme, en la vida real y, luego, en la pantalla, enviando montones de emoticonos. Pero va y me responde:

"Sí, vente a mi safari, yo voy vestido con pantalón corto y camisa y llevo un rifle, ¿tú?"

Le sigo la corriente:

"Yo llevo un vestido corto de tiras"

Y continúa:

Él: "Cuidado con las fieras, nena, quédate cerca de mí, así, muy juntos"

Yo: "Sí, me quedo junto a ti, cazador, ay, creo que me torcí un tobillo"

Él: "Ahora te miro, te toco, acaricio tu pierna, sí, nena, es una torcedura, túmbate sobre la hierba, veré que puedo hacer"

Yo: "Quítate la camisa, cazador, hace calor, observo tu torso, es peludo"

Él: "Nena, mira tu vestido, está roto, te he visto una teta, es descomunal, deseo tocarla, te toco, la estrujo"

Yo: "¿Te gustaría que te la mamase, cazador? Te toco la polla sobre el pantalón, qué dura está, mmmm, la quiero en mi boca"

Él: "Sí, nena, cómemela, así, nena, mmmm"

Yo: "mmmm, la chupo por todos lados, qué grande la tienes, qué bien sabe"

Él: "aahh, nena, estallaré en tu boca"

Yo: "Hazlo, mmmm, quiero beber de tu semen, hazlo, cazador"

Él: "Nena, me corro, en tu boca me corro, nena, mmmm"

Yo: "Sí, sí, lo siento, lo siento, tu chorro en mi lengua, mmmm"

Él: "Sí, nena, trágatelo todo, entero, así, traga mi leche"

Yo: "Oohh, sí, tu leche, me la estoy tragando, cazador, oohh"

Silencio.

Observo la pantalla; remiro la conversación, las cifras de hora y minutos, los dobles chulitos azules. ¿En serio he escrito yo esas obscenidades? Cierro los ojos y agito mi cabeza negando a la vez que sonrío. Entonces suena el zumbidito de WhatsApp. Es la misma persona de antes; me dice:

Él: "Oye, que buena paja me he hecho, ¿y tú?"

Yo: "Yo, ¿qué?"

Él: "Te habrás masturbado, supongo, aunque, has sido muy rápida, enseguida me la has querido chupar, otras tardan más"

Yo: "¿De qué vas?, no te conozco siquiera"

Él: "No, ni yo a ti, el grupo está superpoblado, jajaja"

Yo: "¿Qué grupo?"

Él: "Pues el grupo, coñe, el de masturbémonos!"

Yo: "Sigo en ascuas, yo puse un mensaje a mi hermano, seguro que me equivoqué de número"

Él: "Pues ha sido una de mis mejores pajas, ya te digo, se te da bien... nena, jajaja"

Yo: "Gracias... cazador, jejeje"

El: "Te aconsejo para la próxima que te metas los deditos nada más empezar y que te demores, que las tías tardáis más, jiji"

Yo: "Gracias. Adiós"

Él: "Adiós"

Me he quedado pensando, con el móvil posado entre mis pechos. Lo miro. La visión de mi cuerpo desnudo me turba; eso, unido al caliente chat que recién he mantenido, me están poniendo muy cachonda. Mis pezones se yerguen sin poder evitarlo. Se me vienen a la mente escenas en que Berto y yo follamos como locos en esta habitación, en que él me come el coño y yo me corro viva, en que le hago una mamada y consigo que su potente eyaculación anegue mi boca... Estoy muy excitada, demasiado...

Mi físico, que es más de actuar que de pensar, no vacila ni un instante: una de mis manos toma el móvil por entre mis tetas y lo acerca a mi nariz, mientras la otra se introduce bajo el elástico de mis braguitas y extiende los dedos índice y corazón, que se posan encima de mi rajita esperando acción. Escarbo en la pantalla del smartphone con mi dedo pulgar; busco. WhatsApp. Busco. Contactos. Berto. Observo que está en línea. Me da un ligero ataque de celos, pero logro controlarlo. Abro el chat. Escribo:

Yo: "Estoy en el interior de mi tipi, hace calor aquí dentro, me he tenido que quedar tan solo con mi taparrabos puesto. Mi esposo ha salido a cazar. Unto todo mi cuerpo con grasa para recibirlo bella y deseable a su vuelta. Me detengo en mis tetas, las cuales masajeo en todas direcciones, sus ternezas juguetean entre mis finos dedos, soy una india cheyenne esperando a un hombre que tarda en llegar"

Berto: "Soy un soldado yankee. Irrumpo en tu tipi. India, te hago mi prisionera"

Yo: "mmmm, apuesto soldado, ¿qué me harás, dónde me llevarás?"

Después de escribir esta última interrogación, me entra una risa gozosa e incontrolable; "Vaya, así que la única que está en la inopia soy yo, parece que Berto también conoce el jueguecito", pienso. Sin embargo, no voy a parar para pensar demasiado, ya me recomendó el primero que comenzase a tocarme pronto. Introduzco mis dos dedos en mi coño, y, a la vez que pulso letras, y las acaricio con mis ojos, pulso mi clítoris, acaricio los labios de mi vagina, cada vez más mojados, cada vez más caldeados.

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