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Carmen´s Lifestyle (3 - Final)

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Hoy es viernes, aun siento escozor de la follada del otro día con el limpiador, fue una buena sesión, me gusta de vez en cuando quedarme harta de follar. Hoy aun no me pica el chichi, el folleteo lo dejare para mañana con mi marido. Además hoy tenemos invitación para una recepción en una torre de la costa de Barcelona, estará lleno de gilipollas, putillas lagartas y algunas amistades, por ello mejor ir en optimas condiciones.

Yo he ido a una sesión de masaje y terapia al gimnasio, voy a comer con mi marido y vamos a trabajar un rato a la clínica. Acabamos el trabajo temprano, recogemos a los niños del colegio y los llevamos a casa de sus abuelos para pasar la noche, nosotros nos iremos a la fiesta. Después de una ducha y cambiarnos de ropa estamos listos para salir. Mi marido conduce mi coche hacia la recepción, nos hemos puesto elegantes, ya que el ambiente es muy pijo en estos eventos hay que guardar las formas.

Damos la invitación al personal de seguridad y entramos, dentro hay varios grupos de gente, poco más o menos conozco a casi todos de otros actos similares. Hago un scaneo del ganado masculino y para mis adentros me vanaglorio de que mi marido sea uno de los mejores ejemplares masculinos de la fiesta. Por supuesto, por algo lo elegí y lo he moldeado a mi gusto. Sé que a muchas de estas lagartas putillas no les importaría llevarse a mi marido al huerto, pero mi marido es distinto ya que además es mi esclavo y como tal me es completamente fiel ya que es feliz con la vida que él eligió, además lleva un cinturón de castidad que le resultaría bastante vergonzoso mostrar si se diera el caso.

No acercamos a un grupo de gente y saludamos a los conocidos, "hola Carmen, que guapa estas, y tu Jaume siempre tan atlético, estáis los dos como quesitos, para comeos de un bocado", esta era Pilar, una amiga, inofensiva. "Ahh, querida Carmen y Jaume, que alegría, os estábamos echando en falta, que bonito moreno tienes, ven para este lado a hablar con el grupo de mujeres", bueno esta es Sara, esta no es inofensiva esta es bastante putilla y si se mordiera la lengua se moriría envenenada. Yo sé que a Sara le gustaría echarle un polvo a mi marido, por eso en este tipo de fiestas los dejo solos un ratito a propósito, luego con la excusa, le aplico un correctivo a mi marido. Veo que algunas personas han venido sin pareja, un caso típico de esto es Sara, su marido estará trabajando o de viaje y ella se viene a la fiesta y seguramente ya habrá fichado a los ejemplares masculinos que le apetecen para que la acerquen a casa, en ese tipo de cosas Sara tiene una merecida reputación de putilla.

"Conoces a Gemma?", "No, hola soy Carmen, encantada", no la conozco, pero no creo que me guste, es mona, joven unos 24 anos, delgada y se hace la tímida pero con picardía, esa estratagema ya la conozco, la he usado yo muchas veces de veinte añera. Además Gemma tiene un detalle, lleva un escote que le llega hasta la cintura con 2 pechos siliconados como cantaros y eso con su figura delgada hace que parezca descompensada, vamos, una vaquita sin ordenar. A todos los hombres se les van los ojos detrás de esas tetas y veo a muchos babeando mientras miran a su escote de reojo.

Esta torre tiene un jardín muy grande en dos niveles, nivel bajo una terraza mirando al mar y arriba otra terraza con el mar mas lejos y una piscina. Después de un rato y unos canapés me escabullo de mis "amigas" y me voy a saludar otra gente. Allí me encuentro con Javier, uno de nuestros amigos, es simpático, atractivo, un poquito arrogante, chulo, y con dinero. Tiene fama de playboy y de aplicar el dicho "ave que vuela a la cazuela", las malas lenguas dicen que ya se ha pasado por la piedra a la mayor parte de las mujeres invitadas a este tipo de eventos, no es mi caso.

"Hola Carmen, te veo preciosa", "gracias, que tal estas Javier?", "Bien, ya sabes ocupado, la familia, el trabajo", "por cierto no veo a Luisa, como están ella y los niños?", "Todos estamos bien gracias, Luisa no ha venido, tenia otros compromisos", (Javier también tiene cierta reputación de acompañar a casa a mujeres sin acompañante).

Estamos sentados, separados del resto de la gente, mirando el mar, y a la vez que se vuelve coloca una mano en mi rodilla y me mira a los ojos "siempre me has parecido una mujer interesante, me encanta hablar contigo, no eres la típica pija superficial que uno se encontraría en estos eventos", ya sé que es lo que busca con una mano en mi pierna y dándome coba. No es la primera vez que lo intenta, ya me ha tocado las piernas, e incluso me ha sobado el culo a gusto otras veces, nunca le he parado los pies para no montar un cirio, pero hoy, no sé por que razón me molesta mas, no sé que día tengo hoy pero bueno ya me esta fastidiando, es decir, estoy harta.

"Este tipo de reuniones me pone enfermo pero he de venir para no quedar mal con el anfitrión y para veros a vosotros mis amigos", "este ambiente no me gusta para las conversaciones contigo, me siempre disfruto conversar contigo, tienes pensamientos profundos e íntimos que transmites y me encanta escucharte" a saber la de veces que ha repetido esta retahíla a todas estas putillas. La mano de la pierna se mueve, me sonríe, es guapo, es muy atractivo, es un poquito caradura, eso funciona con muchas mujeres, y él lo sabe.

"Me encantaría poder conversar contigo en otro ambiente, mas intimo, mas relajado, quizás podríamos vernos para tomar una copa", le cojo la mano de mi pierna y la llevo hacia arriba, sobre mi muslo debajo de mi falda, se sorprende al principio pero después con una picara sonrisa me deja guiar su mano. "Tus palabras me han calado hondo, Javier, gracias por encontrar mis conversaciones interesantes", "cuando mencionaste intimidad me dio la impresión de que deseabas sentirme cerca, quizás así" y a la vez que decía esto deje su mano sobre mis braguitas de encaje cerca de mi cono.

No hay gente a nuestro lado y sonriéndome de reojo dice "si, quizás me estaba refiriendo a cierta intimidad física", dejo su mano y pongo mi mano derecha en su paquete agarrándolo y acariciándolo "quizás esa intimidad física tu también quieras sentirla ahí", me mira a los ojos y me dice "seria maravilloso sentirte ahí". Le he cogido los huevos en mi puno por encima del pantalón. Con los huevos en mi puno, lo miro sonriendo, él me sonríe y entonces cambio de expresión a la vez que le aprieto los huevos "pues va a ser una pena", ahora se los estoy apretando con todas mis fuerzas, el se encoge de dolor pero yo no voy a soltar la presa, "por que no nos vamos a ver con esa intimidad que tu dices, ya que ambos estamos casados y yo amo a mi marido", tiene los ojos llorosos "suéltame por favor".

Me encanta estrujar huevos, las ventajas de estrujar comparando con dar patadas es que solo estrujando el riesgo de accidente fatal es menor, además el sentimiento de poder es increíble y de verdad tengo que reprimir mis deseos para no separar uno de los huevos y tratar de reventarlo a base de apretar. Todavía con los huevo cogidos dejo de apretárselos y le miro a la cara, desde que empecé a apretárselo estaba como ausente mirando al mar, le digo "la vista desde aquí es preciosa, no estas de acuerdo?" Cuando pronuncio "de acuerdo" con ambigüedad de forma rápida cierro mi puno con todas mis fuerzas, se queda hecho un ovillo llorando, lo suelto me pongo de pie me arreglo el vestido y me voy dejándolo ahí en el banco encogido gimiendo.

Voy en busca de mis amigas, me acerco a ellas y veo a mi marido en los aledaños de otro grupo, esta hablando con la "vaquita sin ordenar" de hecho, él simplemente habla y ella lo mira poniendo cara de picardía y luego ella le susurra a la oreja. Mi marido me busca con la mirada, sabe que si lo veo tal que así le va a caer una buena. Incluso si el simplemente esta tratando de ser cordial y la que lo esta tratando de engatusar es ella. Mi marido me ve, le sonrió, y me sonríe con cara de circunstancias, hago como que no le entiendo. Bueno vamos a disfrutar de la fiesta, y ya le ajustare las cuentas mañana.

Después de unas copas y de bailar me uno a mis amigas y vamos hacia el grupo de los hombres, mi marido esta allí, también Javier, aunque no es capaz de aguantarme la mirada y mira hacia abajo. Están haciendo chistes, la mayoría de los chistes tienen marcado tinte machista, algunos chistes son de cal gusto y bastantes de ellos ofensivos para las mujeres. Uno de ellos cuenta un chiste acerca de las mujeres no teniendo huevos, los machos ríen mucho con ese chiste, reconozco que al menos era ingenioso, miro a mi marido, se le corta la risa al instante, sabe que no me gustan los chistes que ridiculizan a las mujeres y que tarde o temprano va a pagar por esas risas. El resto sigue riendo, miro a Javier a ver si el también esta contento de tener huevos, deja de reír y mira hacia abajo tragando saliva.

La fiesta sigue, ya de madrugada cuando la fiesta va de capa caída cogemos el smart (mi coche) y nos volvemos a casa. Estoy cansada, nos duchamos, mi marido me dice "ha sido una buena fiesta", le digo "si, pero se podían haber ahorrado ciertos chistes", "bueno ya sabes como son algunos individuos, no tienen buen gusto ni conocimiento y además les tiene que reír las gracias", "Si?, pues yo hubiese jurado que te reías con ganas, ya te ajustare las cuentas, ya sé que parece mal no reírse o si los demás lo hacen o no querer parecer antipático con Gemma, pero ya sabes que no tolero esas cosas", "si Carmen, lo se y lo acepto". Ahora estoy cansada, mañana tenemos toda la mañana para nosotros, nos damos una ducha y me echo a dormir abrazada a mi marido.

Me despierto el sábado, mi marido esta en la cocina preparando el desayuno, lo deja preparado y le oigo subir a nuestro dormitorio. Por indicación mía, ni el ni yo bebemos alcohol, eso nos evita las resacas. Me hago la dormida y el se acerca y me besa en los ojos cariñosamente, me encanta mi marido. Lo abrazo y nos besamos, me siento con ganas de sexo, nada mejor que unos orgasmos antes del desayuno y para ello mi marido es ideal. Le empiezo a quitar el pijama, besando su pecho, el ya ha recibido el mensaje y se desnuda, el mismo me desnuda y comienza a besarme los pechos, me calienta mucho que me coman los pechos, pero después de un rato necesito acción directamente en mi clítoris. Le empujo la cabeza hacia abajo, él conoce su trabajo muy bien, empieza con movimientos circulares en los labios, luego se centra en encontrar mi clítoris y lo hace vibrar con su lengua, luego lo chupa y absorbe y de nuevo golpecitos para vibrar. Me encanta, lo hace perfecto, tiene experiencia después de 13 anos de practica y moldeándolo a mi gusto. Si, después de un ratito tengo un buen orgasmo, esto de que me chupen el clítoris me tiene enviciada.

Le agarro la cabeza y lo beso, le pido que me quite la pulsera tobillera de oro, lo hace y me la da, ahí es donde llevo la llave de su cinturón de castidad (la otra copia esta en mi caja de seguridad en el banco). Le quito el cinturón y le toco un poco la polla, enseguida se pone erguida, lo pajeo un par de veces, ya tiene la polla completamente tiesa (mi marido tiene una buena polla, unos 19 por 5 de diámetro, cuando elegí a mi marido también tuve en cuenta ese aspecto).

"Hoy vamos a probar un nuevo invento", y abro un sobre que compre ayer en el Maremagnun. Le coloco un preservativo, se sorprende, "estos preservativos durex son nuevos, tienen estrías externas para mi placer y novocaína en el interior para retardar tu corrida" (no es que le haga mucha falta ya que lo tengo educado a cortarse el orgasmo para no correrse hasta que yo quede satisfecha). Encima del preservativo le coloco un anillo de goma con pinchitos para acariciar mi clítoris (el anillo o el vibrador los uso siempre para garantizar mi orgasmo, it’s a must). Me tumbo y me penetra, el anillo va directamente a mi clítoris y mi cono esta lleno y las estrías me rascan en las paredes de mi vagina, con este tratamiento me corro fácilmente, llego dos veces, mi marido esta bombeándome como una maquina sin inmutarse (estos condones funcionan!!), Le saco la polla de mi interior, le quito el condón y me vuelvo a empalar en su polla, tras 5 minutos mas de bombeo se corre en mi cono llenándome.

Me descabalgo de él y le pido que se ponga en el borde de la cama con las rodillas en el suelo y el pecho sobre la cama. Cojo una zapatilla de estar en casa y le empiezo a azotar el culo, primero despacio para que vaya cogiendo los golpes, sé que le gusta (por algo elegí un sumiso un poco masoca), después voy aumentado la fuerza de los azotes, en 5 minutos su culo ha recibido unos 50 azotes moderados y tiene el culo rojo como un tomate, pero no ha sido doloroso, todavía lo estoy excitando para que se recupere de su orgasmo.

Voy al armario y abro una caja donde guardo mis juguetes, saco una braga con pene, esta braga tiene otro pene interno. En el pene interno pongo una funda para aumentar su tamaño y un anillo para mi clítoris en la funda, el pene de fuera es más pequeño, unos 15 centímetros por 3, tamaño adecuado para continuar excitando a mi marido. Me gusta mas la braga que el strap-on, me permite mas control y además te da mas sensación de poder, los strap-on se mueven mucho.

Cojo unas esposas, pongo un condón en el externo con un poco lubricante y me voy a penetrar a mi marido. Lo enculo sin problemas ya tiene el culo acostumbrado, le gusta, le gusta físicamente y psíquicamente, le voy dando unas palmadas estas bastante fuertes en el culo, él gime, le toco la polla, la tienen dura con un palo, lo enculo tan fuerte como puedo durante 2 minutos, yo también me estoy poniendo como un horno (la sensación de poder y la fricción en mi clítoris me esta poniendo a cien), me hace senas de que se va a correr. Le doy una tanda de azotes con todas mis fuerzas mientras lo enculo y se corre vaciándose en el suelo.

Le pongo las esposas y le saco el consolador del culo, quito el preservativo y al pene externo le pongo una funda de 23 por 6 y sobre la funda otro consolador, me coloco detrás y lo penetro, despacio pero sin parar ni retroceder, entra sin mucho esfuerzo pero mi marido se queja, le doy un fortísimo azote en la nalga "calla maricona" y lo empiezo a encular salvajemente buscando mi orgasmo a base de frotar mi clítoris con el anillo a la vez que lo penetro como una posesa. Estoy fuera de mí, estos orgasmos cerebrales, debido a la sensación de poder y con caricia física me llevan al extremo, le doy azotes con todas mis fuerzas en el culo y costado. Por fin me llega el orgasmo, es sensacional, inmenso, el frotamiento de mi clítoris ha disparado el "orgasmo cerebral" debido a la sensación de poder. Caigo rendida sobre su espalda, él esta gimiendo de dolor pero contento de darme este placer tan profundo. Sé que aunque haya sentido dolor siempre a sonado ser sometido así, el también ha tenido un "orgasmo cerebral", doloroso, pero "orgasmo" al fin y al cabo.

Me voy recuperando, salgo de él, "a que tengo un buen rabo?, Era eso lo que os hacia gracia ayer cuando hablabais de tener un buen cimbel?, Ahora te ríes menos de las mujeres y de las pollas, pues espérate que ahora te voy a ajustar las cuentas por lo de ayer". Esta arrodillado en el borde con su pecho sobre la cama, de la mesita de noche saco un antifaz de esos que se usan para dormir y se lo coloco.

Voy al baño y cojo una toalla, la humedezco, coloco mi manojo de llaves de casa en la toalla y la doblo por la mitad. Del cubo de ropa sucia cojo las braguitas que use anoche y salgo a por mi victima. Me acerco a él haciendo girar la toalla como si fuera una honda con el peso en el extremo, descargo el primer hondazo sobre su culo, él emite un aullido, "no gritabas así cuando hablabas con Gemma", cojo las bragas y se las meto en la boca "así no harás ruido". Debo andar con cuidado ya que este sistema de la onda golpea muy fuerte y a cada hondazo con la velocidad y el peso de las llaves produce un fuerte moratón y algunas veces resquebraja la piel dejándola sangrando.

Espacio los hondazos, dejo que repose al menos un minuto entre uno y otro, así se enterara del dolor de cada uno de ellos, después de un cuarto hondazo en el culo mi marido empieza a temblar. La toalla al girar en mi mano hace un pequeño ruido como una brisa, mi marido reconoce el ruido, paro la toalla y respira hondo de alivio. De nuevo hago girar la toalla sobre su cabeza, tan pronto como oye el ruido empieza a forcejear y a temblar de nuevo. Me encanta la sensación de poder de verlo tan indefenso es bestial, controlo sus sentidos y puedo hacerlo temblar con solo producir ese sonido. Descargo otro hondazo, blassssssss. "Sabes que no me gusta que te dejes camelar, o que tontees con otras mujeres aunque sea solo en conversación", blassss otro hondazo. "Otro día la cortas en seco y te quedas con el grupo de hombres conversando". "Cuando yo te vi, ella te había sacado del grupo y te camelaba hablándote a la oreja, como pudiste dejarte hacer eso" blassss otro hondazo.

Paro la onda suspira de nuevo, la hago girar, tiembla y gimotea "vamos no seas tan nenaza, ya sabes que te iba a caer algo así". La onda esta girando la hago pasar cerca de sus orejas, cuando la oye cerca aun tiembla más. Acelero la onda, más veloz que las veces anteriores, "prepárate para el rejón de muerte", forcejea y gime, esta llorando como un niño, las esposas tienen marcas en sus muñecas de como forcejea. Mantengo la onda girando ( a un poco menor velocidad) y demoro este golpe mas que el resto, cuando ya se ha cansado de forcejear y ya solo gimotea vuelvo a acelerar la onda, de nuevo forcejea, otra vez bajo la velocidad de la onda hasta que deja de forcejear, cuando para vuelo a girar la onda a máxima velocidad. Repito tres o cuatro veces esta tortura de amenaza, aunque psicológicamente sea una tortura cruel, me encanta el poder que se siente controlando hasta los suspiros de alivio de mi victima indefensa. Finalmente después de torturarlo así, descargo un hondazo fuerte en su nalga derecha.

Me alejo y miro mi obra tiene el culo destrozado, lleno de moratones, le he dado 9 hondazos, veremos si se puede sentar, o tendrá que usar cojines. En algunas partes tiene la piel abierta y gotas de sangre salen, bueno ya se duchara y le aplicare desinféctate en las heridas. A ver si así aprende a comportarse como yo deseo.

Todavía lo tengo postrado de rodillas con su pecho en la cama. Esposado y amordazado con mis bragas, me siento poderosa ahí desnuda, recién levantada con tres orgasmos de par de mañana y desayuno preparado y el marido bien caliente y sometido después de la tundra.

Todo bien excepto por un pequeño detalle, aun tengo que completar la obra, voy al armario y cojo una de esas perchas para colgar faldas y pantalones (normalmente de mujer) que se abren y puedes poner el pantalón colgando del extremo de la pierna de los pantalones, y así se asegura que el pantalón estará estirado y no tendrá marcas ya que no hay que doblarlo. Estas perchas tienen la parte baja de madera y el gancho de metal con un sistema similar a una palanca, se abren en 2 partes, cuando se cierran quedan las dos maderas comprimidas (no muy fuerte) y no se puede abrir si no se actúa sobre el gancho para quitar la palanca.

Bueno una percha de esas, la cojo del armario, me acerco a mi victima. Con mi pie separo por detrás separo sus piernas y sus rodillas. Muy a gusto le pegaría una patada en los huevos desde atrás, pero eso no seria elegante, además mi marido ya se lleva demasiados estrujamientos, patadas, palmadas, y retorcijones en los huevos (como diría algún ingles, "more than his fare share"). Le cojo los huevos y tiro de ellos hacia atrás con fuerza sacándolos detrás de su culo. Abro la percha y paso los huevos por entre las maderas cierro la percha y el escroto se queda tirante ya que la percha cerrada esta manteniendo los huevos detrás de su culo.

Bueno pues aquí tenemos un "humbler" casero, nunca me ha gustado mucho comprar parafernalia tipo BDSM, pero esto del "humbler" le vi aplicación y me he inventado este sistema casero. No le voy a golpear en los huevos, pero vamos es tan tentador, me encanta vapulear huevos tengo que hace3r verdaderos es. No puedo resistir la tentación y le doy un pequeño retortijón apretón en los huevos para que sepa que estoy ahí. Él emite un quejido a través de la braga mordaza, no puede verme, esta indefenso.

Voy al baño y vuelvo con mi nueva arma, me acero a él cerca de la cara, y le digo "te acuerdas de como os reíais ayer de que las mujeres no tenían huevos y los hombres si", él esta respirando aceleradamente esta nervioso esperando lo que viene. Del baño he cogido un spray de laca, pulverizo un poco de laca cerca de su nariz. La huele y se pone como un loco, empieza a chillar como los cochinos cuando van al matadero (gracias a Dios que le he puesto las bragas en la boca), forcejea, gime, intenta mover las piernas, pero al hacerlo el mismo se estira los huevos.

Sin prestarle mas importancia a sus forcejeos, suplicas y ruidos me voy hacia su trasero agito el spray y le doy una buena rociada de laca para el pelo en los huevos. Después de dos segundo, comienza a retorcerse, a forcejear a gemir y a llorar mares como niño. Si nunca has rociado de laca los huevos de tu marido no sabes lo que te pierdes, yo no uso laca en mi pelo pero siempre tengo un spray en el baño para estas ocasiones, mi marido conoce el olor de la laca y cuando la huele se pone como loco porque ya sabe lo que le espera. Para mi gusto uso la marca sunsilk, pero también valen las más baratas ya que suelen ser las que más alcohol tienen y por tanto mas sensación de dan de tener los huevos ardiendo.

Directamente me voy a tomar una y le dejo ahí atado y amordazado retorciéndose con los huevos en fuego molido. Después de la ducha salgo cubierta con la bata de baño suelto sus huevos de la percha, suelto sus esposas "que no se te olvide limpiar el suelo de tu leche". Me voy a por el desayuno y lo dejo allí medio muerto de rodillas enfrente de la cama, seguramente aun tiene un fuerte ardor de huevos. Una hora mas tarde mi marido baja a desayunar, no se sienta en la silla (yo ya sé el porque). El mismo me da su cinturón de castidad y se abre la bata para que se lo coloque. Acaricio sus genitales, sus huevos están aun muy rojos escocidos de la laca, seguro que los ha tenido un largo rato en agua para aliviarse. Le coloco el CB3000 y cierro el candado, el se pone de rodillas y cogiendo mi pie me coloca la pulsera en el tobillo, miro la llave y me alegra interiormente la ofrenda de poder que me hace. Allí mismo abrazo a mi marido dándole un profundo morreo, como amo a mi marido, creo que cada día me gusta mas mi estilo de vida.

(9,00)