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Elmer y la paradoja sesentista del Anses (Partes 1 y 2)

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Primera Parte

Nuevamente volviendo a mi hogar después de una jornada de búsquedas laborales me encuentro con Ricardo, mi portero.

- Elmer buen día... seguís con el tema de los impuestos...? Tengo algo para vos.

- Que bueno, decime porque por suerte me están apareciendo varios laburitos de estos y voy zafando hasta que me llamen de alguna entrevista. Tengo una pero recién el viernes, veremos.

- Mira, Irma es la portera de la torre 27, se está por jubilar sabes, cumplió los 60 pero tiene un tema con los aportes, vos la podes ir a ver? Ella vive en un departamentito chiquito ahí en la misma torre... De 13:00 a 16:00 tiene descanso para comer. Son las 12:45 si querés pasa y charla con ella directamente, capaz que la enganchas y podes ver el tema ahora.

- Te agradezco Ricardo, nunca una pendeja eh...? Jajaja, gracias.

Dije haciéndome el boludo. Bien la estaba pasando con las veteranas, aunque ahora, portera, 60 años, me parece que era un dinosaurio, salvo que tuviese alguna hija o sobrina...

Camine hacia la torre, había ido a tirar un par de curriculum así que estaba de traje, me afloje la corbata y llegue hasta la torre 27.

A lo lejos la vi baldeando la vereda. Veterana, alta, grandota, no se la veía mal. El guardapolvo bordo de la portería mas el pañuelo en la cabeza que vislumbraba una cabellera rojiza, recogida desilusionaba cualquier morbo. Al fin y al cabo era laburo, pensé; me estaba creyendo el cuento que vivía en una porno y cada rebusque de laburo terminaba irremediablemente en un polvo. En fin, todo sumaba a mis alicaídos bolsillos de crisis.

Me acerque lentamente y ahí la vi mejor, terminando de limpiar la entrada a la torre. El panorama no era muy alentador. El combo era un poco decepcionante, pensé que podía ser un buen laburo casi me olvide del tema sexo y me enfoque en revisar mentalmente mis conocimientos del tema jubilatorio. Esta vez no, Elmer, concéntrate a ver si se pueden sacar unos mangos, de coger ni hablar...

- Irma, buenas tardes, soy Elmer me manda Ricardo de la torre 18 por el tema de la jubilación.

- Hola Elmer, que suerte que vino... soy Irma, disculpame me agarra trabajando todavía. Ya estaba terminando. Tiene tiempo ahora...?

- Si claro, vengo del Centro de ver unas cosas podemos aprovechar.

- Bárbaro, espéreme que guardo todo y subimos a mi departamento.

Al inclinarse a agarrar los baldes y la manguera note bajo el guardapolvo unas hermosas piernas, sin un gramo de celulitis, impecables, torneadas, fibrosas. El resto del look era muy poco excitante pero bueno, allá íbamos.

Subimos por la escalera hasta el segundo piso y yendo detrás intuí un muy buen culo. La deje avanzar un poco más, para que se adelante un par de escalones y poder pispear que escondía ese guardapolvo. La vista de una bombacha grande, blanca, muy poco sexy, que alcance a ver mientras subía, termino de destruir mi morbo.

Entramos, un departamento chiquito pero confortable, luminoso, con un sillón grande, muy cómodo, un perfume relajante y sutil.

- Elmer, le dejo la carpeta, mire, acá tiene los certificados de aportes, use la notebook. Es medio viejita como yo pero corre todavía, como yo... jijiji. Ahí tiene mi CUIL y mi clave fiscal en la tapa de la carpeta. Mientras me doy un baño rápido así me saco este olor a detergente y me pongo más cómoda. Tiene tiempo no?

- Si Irma no hay problema. Me fijo todo y le digo. Efectivamente, no tengo nada que hacer resto de la tarde así que le miro todo tranquila.

Me metí con el tema mientras se duchaba. Incentivado y curioso por las ultimas conquistas impositivas-sexuales me acerque hasta la puerta entreabierta a ver que me deparaba la tarde. Tras la cortina plástica semi-transparente intuí una figura madura pero no menos deseable. Una silueta sumamente envidiable para su edad, unas hermosas tetas bamboleantes, que intuí naturales resbalaban entre sus dedos. De pronto me detuve a observar como su mano derecha jugaba sobre su sexo, como excitada. Tentado por la curiosidad estire mi cuello de más y la puerta se abrió un poco. Irma giro la cabeza hacia la puerta y decidí huir. Temeroso por ser descubierto volví hacia el sillón y seguí con el análisis del Anses.

La verdad que pensé, que me había cebado con mis últimas visitas y debía entender que no me iba a terminar cogiendo a todas mis clientas, no era lógico, así que me concentre en el laburo.

De pronto se entreabrió la puerta del baño y salió Irma. Una bata larga, bordo dejaba entrever que poco había debajo cubierto. Unas sandalias negras con unos brillitos, sin taco, completaban el cuadro que se recortaba contra la luz del ventanal. El pelo arropado por una toalla en la cabeza todavía no se dejaba ver totalmente. Se acercó y se sentó al lado mío, en el mismo sillón. Cruzo sus piernas y al hacerlo la bata se abrió dejando entrever unos muslos hermosos, muy blancos, impolutos, sin una huella de celulitis, ni una arañita, nada...

- Contame Elmer....

- Mire estuve viendo sus aportes y veo que en Gandolfo S.A. de 1990 a 1997, creo que es un consorcio no le aportaron...

- No Elmer, contame si te gusto lo que viste cuando te asomaste mientras me duchaba, picarón...

- Perdón, no quise ser imprudente, disculpe...

- No sos para nada imprudente, Elmer, sos un caballero, es más un muy lindo hombre. Apenas me di cuenta que te habías interesado en mi cuerpo, empecé a excitarme y me estuve tocando. Con sinceridad que te pareció lo que viste? Te gusto? Por ahí me hice la cabeza yo y nada que ver, disculpame...

- Muy bien, la verdad que usted tiene un cuerpazo Irma, por lo que alcance a ver se la ve impecable.

- Gracias lindo, estoy yendo al gimnasio a la noche para mantenerme, es todo natural sabes? 60 años y ni una sola cirugía, nada. Cremas y trabajo físico nada más...

- De verdad? La felicito...! Tiene un cuerpo genial.

- Tuteame tonto, mira querés ver más?

- Si no te incomoda.

- Para nada, para nada. Beatriz me hablo de vos papito.

- Usted también es de... digo vos también sos de...

- Si claro, la logia, la liga, llamala como quieras, compartimos hallazgos y no quería perderme este. Aunque por ahí, no sé, no tengo el físico de ella o de Mariana, además más jóvenes, que se yo...

- Por favor Irma, estas bárbara... por lo menos fue lo que intuí a través de la cortina.

- Intui, intui, haceme un diagnostico conciso Elmer. Algo más contundente, no me digas intuí...

- Y como, ejem, seria eso?

- Y fijate... a ver que diagnostico más preciso podes experimentar... ejem... en persona...

De pronto se paró, primero se sacó la toalla del pelo, exhibiendo una cabellera rojiza que así desplegada era sumamente sexy, apenas enrulada sobrepasaba sus hombros y se mostraba muy excitante. Después se acercó a la ventana y corrió las cortinas para dejar el ambiente mucho más tenue. Desato una tira de su bata e inclinando sus brazos hacia atrás la dejo caer al piso.

Ante mí se exhibía una figura tremendamente sexy, agravada por la edad de esta mujer. Una tanga negra con una especie de cadenita dorada cubría su sexo, unas piernas macizas y contundentes confirmaban lo que intuía bajo la bata. Y sus tetas, que tetas!! Se movían hacia ambos lados, pero muy firmes, pezones grandes, oscuros, muy deseables.

Se acercó así hacia mí, lentamente exhibiéndose en la penumbra. Cuando ya la tuve más cerca percibí ese olor inconfundible, excitante que conocía de la casa de Mariana. Ahora, así casi pegada a mí, podía sentir su piel suave y oler su perfume muy sutilmente. Lentamente giro y poniéndome su hermoso culo grande, impecable, apenas cubierto por una tirita negra de su tanga delante de mi cara me pregunto mientras me miraba sobre su hombro.

- Y? Estoy a la altura del resto de las chicas de la Liga de Amazonas del Sur?

Realmente la hermosura de su culo me dejo sin palabras, sobre todo el contraste de hace apenas media hora entre una imagen para nada sexual baldeando en guardapolvos y zapatillas y esta de ahora, infernal, desnuda ante mí.

- Por supuesto Irma... por supuesto!!!

- Y qué esperas entonces?

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Segunda parte

 

Apenas dijo esto último me levante y la envolví con mi brazo por la cintura dejando caer mi mano sobre tu conchita que sentí toda depilada.

Mientras comenzaba a besarle el cuello y buscaba su boca sentía su cuerpo estremecerse. Sentí su lengua jugando en mi boca mientras mi mano ya se hundía en los jugos de su sexo. Una vagina generosa, carnosa, dejaba jugar mis dedos dentro de ella.

De pronto giro y comenzó a quitarme el saco, la corbata, a desabrocharme la camisa y mi cinturón. Nuevamente una marca en el orillo de todos estos encuentros, el espejo estratégicamente ubicado para exhibirme su hermoso culo, carnoso, exultante.

Cuando quise darme cuenta ya estaba casi desnudo y con mi pene muy duro en su boca. Labios carnosos, generosos lo envolvían mientras su lengua, larga, lo envolvía y lo chupaba con fruición.

Mientras seguía en su tarea note que con sus manos abría un cajoncito y extraía una pija de goma con la que empezó a jugar mientras seguía comiéndose mi pija.

El doble juego de chupar y sentirse penetrada la enloquecía. Totalmente desencajada se retorcía en mientras veía como el consolador iba desapareciendo en su concha jugosa.

La visión más la sensación de su boca era una película XXX en vivo para mis ojos. Encima de ese olor enloquecedor que envolvía el ambiente era desesperante casi.

De pronto se quitó el adminiculo de su conchita y se abalanzo sobre mí. Me tiro sobre un sillón y se subió sobre mi dejando caer sus tetas sobre mi pecho. Con un movimiento preciso las empezó a dejar sobre mi boca mientras pasando una pierna sobre mí se dejó caer con precisión para que mi pija la penetrara. Un grito mezcla de placer y dolor inundo la tarde, empezó a gemir desaforadamente y pronto me di cuenta porque... A pesar de su calentura también era una conchita estrecha, labios apretados, sentía mis huevos golpear sobre el nacimiento de su culo mientras gritaba cada vez más fuerte. Manoteo un control remoto y puso música en la tele, música clásica, sus dedos ágiles levantaron el volumen a un nivel muy fuerte...

- Disculpame guacho pero no puedo parar de gritar cuando me cogen así, pero ni por putas me la saques, seguí el ritmo de la música y metemela mas!

Ahora la levante tomándola de los muslos y la tire al piso. Así con las piernas bien abiertas y tapándole un poco la boca con mi mano embestí con todo lo que tenía. Sentí como mi tronco se hundía entre los pliegues de su piel lubricada y un grito que aun con la boca tapada corto la tarde. Era extraño pero en lugar de inhibirme me enloquecía cada vez más y más. Ahora ya bombeaba desaforado contra su vagina, cada vez más fuerte. Sus piernas envolvían mi cuello y lo apretaban por la tensión mientras sus gritos entrecortados por mi mano que se deslizaba para tomar sus tetas seguían llenando la tarde. Me zambullí entre sus hermosas tetas chupando, mordiendo sus pezones paraditos. Ahora sus gritos se mezclaban con pequeños aullidos de dolor por mis dientes que no podían evitar morder ese botón negro. Tomo un almohadón y lo coloco bajo su cadera, sin que mi pija saliera un centímetro, ahora más elevada del piso volvió a tomar el consolador y colocándole otro preservativo nuevo comenzó a jugar sobre su cola. Hizo un movimiento de exhalación y se metió, ahora sentía la doble penetración de mi pija y la pija de goma, sus movimientos experimentados de cadera iban devorando cada vez más las dos vergas, los gritos seguían incrementándose, cada vez más, el volumen iba subiendo pero los gritos eran incontenibles.

- Ahora cambiemos, rompeme el culo papito...!!!

Giro y su culo dilatado, que se movía como queriendo devorarme se ofreció ante mí. Tome una botellita de aceite Johnson que había sobre una mesita, estratégicamente ubicada cerca de mi mano y la vacié sobre sus nalgas y el botón de su ano. Lo esparcí por sus nalgas y sobre su orificio y ahí ataque sin pudor y hasta el fondo. Un alarido rompió todos los decibeles hasta ese momento, desgarrador y placentero al mismo tiempo. Claro, pensé, la pija de goma se amoldaba a su orificio, mi pija gruesa y dura entraba con dolor y placer al mismo tiempo arremetiendo con todo. Dude...

- No la saques por nada del mundo guacho... seguí, matame.

Una escena felinesca casi, Bizet de fondo, los gritos de Irma, el perfume todo en medio de un silencio de alrededor que asustaba. Empezó a mover las caderas y a cogerme ella la pija con su culo y el movimiento de sus muslos mientras yo permanecía quieto y arrodillado. Su orto como una boa devoradora absorbía mi pene y lo dejaba salir con dificultad. La presión me enloquecía.

- Voy a acabar Elmer... vos...?

- Yo también Irma donde querés la leche...?

- Toda adentro guacho... toda todita...!!!

La sensación de acabar con la pija muy apretada fue increíble. Ahora mi grito se confundió al unísono con el de ella y caímos juntos sobre el sillón.

La saque muy despacito y algunas gotas todavía caían sobre tus nalgas. El efecto del aceite borraba cualquier atisbo de la menor imperfección.

- Uhh... ya son las 15:30 tengo que volver, me voy a bañar lindo, llevate todos los papeles y me llamas. Anota mi celu...113-2...

- Listo Irma me puedo dar una ducha rápida?

Dale papito mientras preparo todo, llamame así pasas un día a última hora con más tiempo, increíble como se nos pasó la hora...

Me duche rápido y salí, me dio un beso muy suave en los labios aun calientes.

Cuando iba a bajar las escaleras se entreabrió una puerta...

- Hola, te dejo mi teléfono, llamame, soy Irina, necesito hablar con vos por favor.

Intente ver algo de la misteriosa dama, apenas una negra cabellera y una silueta con un camisón negro, alta, piernas larguísimas. Cuando atine a mirar más la puerta se cerró de golpe dejando abierto el misterio. Por esta tarde ya tenía cumplida mi cuota, me fui con la carpeta, casi trastabillando por la maratón sexual a la que me sometió Irma, pero intrigado por Irina...

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