Nuevos relatos publicados: 12

La pérdida de una amiga

  • 10
  • 20.022
  • 9,46 (24 Val.)
  • 0

Tengo un trabajo estable, familia feliz y puedo decir que todo lo que desearía una familia normal, lo cual no es del todo cierto para mí; vivo felizmente casado hace 11 años, pero las cuestiones de pareja son otra cosa, mi esposa es una mujer hermosa y muy tierna al igual que recatada, eso me tiene muy triste y han sido muchas las discusiones que hemos tenido por mi deseo de innovar, el sexo para mí es muy importante y la creatividad, la curiosidad y la innovación son primordiales en la relación de pareja, pero eso solo lo creo yo, en el caso de mi esposa pues lo tradicional es lo que manda, no hay mucho cambio ni mucha novedad, hoy en día no me molesto en decir ni pedir nada, digamos que me rendí a complacer mis deseos con mi esposa.

La historia que les quiero contar no es sobre mi esposa, es sobre como perdí la relación con una mujer, esta mujer la llamare Sandra, la conocí en el año 2002 cuando me encontraba trabajando en el Vichada, estaba en Bogotá de permiso y decidí asistir a un bar de propiedad de unos amigos, lo cuales lo inauguraban esa noche, yo tenía 22 años y ella alrededor de 18 era una mujer muy delgada, no muy agraciada y de 1,68 metros de estatura, yo mido 1,73 y me gusto desde que la vi, charlamos un par de ocasiones y nos hicimos novios, un día antes de terminar un permiso, tuvimos sexo, fue algo muy rico, era muy delgada y yo tenía intriga de sentir el famoso hueso tallador, fue a la hora del almuerzo, la amarre a la cama y vende sus ojos, todo muy excitante y delicioso, nos despedimos y al siguiente día viaje a mi destino, nos manteníamos en contacto por vía teléfono todos los días cuando de un momento a otro no me volvió a contestar, al llamarla no me daban razón en casa, a mí la verdad solo la quería por sexo, entonces no volví a saber de ella y pues tampoco perdí el sueño, salí para otro lugar a trabajar, en la ciudad de La Dorada Caldas, después de un año me llego una llamada a mi teléfono celular y mi sorpresa fue grata cuando descubrí que era Sandra.

Seguimos charlando y por casualidad fui enviado a una comisión a Bogotá, me puse en contacto con ella y le caí a su casa, vivía con unos jóvenes muy simpáticos, eran una pareja de hermanos, una amiga y ella, en esa casa esa noche se armó una tomata, yo me encontraba algo enfermo y decidí no embriagarme, Sandra tomo mucho esa noche y a eso de las 12 comenzó a frotar su entrepierna con mi pierna, estaba muy caliente y los amigos todavía despiertos, se emborracharon y se fueron a descansar, ahí esta mujer aprovecho y yo pues también… Comenzamos a tener sexo, se lo metía repetidas veces y buscaba darle la vuelta y que se pusiera en 4, quería practicarle sexo anal, de me dejaba pero si me chupaba la verga de manera fenomenal, estuvimos teniendo sexo por dos horas, hasta que nos venció el cansancio, la lleve desnuda a la habitación y la acosté al lado de su amiga, yo por mi parte fui al sofá donde estábamos y me acosté, al otro día nos despedimos y ella ni cuenta se había dado de lo que habíamos hecho, fue algo curioso.

En otra ocasión volví a Bogotá y en la casa de una amiga nos vimos, esta vez hablamos de lo que había sucedido y me conto que me había dejado por un novio que tenía, que era un médico muy mayor y pues otras cosas que la verdad o no recuerdo o no me importan, esa noche nos acostamos juntos y pues planeábamos tener sexo nuevamente, comencé a besarla y desvestirla, le acariciaba los senos, que aunque pequeños eran duritos, estábamos listos y cuando la penetre o sorpresa comenzó a llorar, pare inmediatamente y me conto que no se sentía bien, que tenía sentimientos encontrados, yo no sabía cómo reaccionar, estaba muy excitado pero no podía hacer nada ante esa escena, no entendía que pasaba pero fui lo más comprensible que pude, simplemente me acosté a su lado, la bese y la abrace, ella después de un rato dejo de llorar y me dijo que me iba a premiar, la verdad solo quería dormir pero ella insistió y comenzó a chupar mi pene que aún estaba erecto, lo hizo por mucho tiempo y en esa época no me venía con esas técnicas, termino de mamármelo y toda la noche no dejo dormir, hablando y molestando, al otro día nos despedimos con un apasionado beso y me fui a mi lugar de trabajo.

Pasaron dos años sin saber nada de ella y pues no me interesaba lo suficiente para ponerme en contacto, tampoco sabía su número, pero ella si sabía el mío ya que no soy muy dado a cambiar de número telefónico, volví con la que hoy en día es mi esposa, nos casamos y nos fuimos a vivir a La Dorada, cuando 5 meses después de mi matrimonio entro una llamada a mi celular, era ella nuevamente, llamaba para saludarme, preguntar por mi vida y yo hice lo más sensato que he hecho en mi vida (he hecho pocas cosas sensatas), le dije que por favor no me llamara, que estaba felizmente casado y que no me interesaba saber de ella; se despidió con tristeza y colgó.

Yo continué con mi vida de casado, pero no deje de tener sexo con algunas amigas que había hecho en mis días de soltero, la insatisfacción por la falta de iniciativa me tenía loco, un día abrí una cuenta en la red social Badoo, normal tenía fotos y ya, en una ocasión me llego un mensaje adivinen de quién? Si de Sandra, habían pasado cerca de 3 años desde la última vez que hablamos por teléfono, me conto que se casó y que vivía en Villavicencio, me pidió que le escribiera al mail y que le diera mi número de teléfono, lo hice y todo quedo así, salí de traslado para el Caquetá y después de estar unos meses allá recibí una llamada de Sandra, me dijo que me extrañaba, que me había recibido mi mail y que solo un año después se había dado cuenta que tenía anexado mi número de teléfono, comenzamos a charlar nuevamente y a contarnos como la habíamos pasado, comenzamos a intercambiar fotos para ver como habíamos cambiado y me mando una en vestido de baño ahí lo entendí todo, me extrañaba, no como amigo, como hombre, comenzamos una relación de amistad incondicional, compartíamos historias y sueños, nos convertimos en confidentes y las veces que nos podíamos ver teníamos sexo de manera deliciosa, ella desafortunadamente se enamoró de mí y yo solo le podía brindar amistad sincera, tengo muy claro que solo he amado a mi esposa y que el sexo e independiente de eso; no voy a entrar en detalles de lo que hicimos por 5 años, ni como lo hicimos, porque del Caquetá salí a trabajar a Cali y desde aquí cada vez que podía buscaba la oportunidad de vernos y pues bueno tener sexo, esta amiga se convirtió en mi desahogo, era una mujer que no me juzgaba y yo no la juzgaba, le contaba todos mis deseos reprimidos y lo que había hecho, como estar con un hombre y haber hecho un trio HMH, quería que fuéramos a un bar swinger y ella me prometió que lo haríamos, todo comenzó a acabar hace un año, ella estaba trabajando en Bogotá pero iba los fines de semana a su casa con su esposo e hija a Villavicencio, en una de esas compartíamos fotos muy subidos de todo, videos y sexo por internet, estaba que reventaba por ir a Bogotá y encontrarme con ella para soltarle todas esas ganas acumuladas, ya en Bogotá nos vimos en una ocasión, pero no pasó nada solo besos y abrazos, parecíamos dos novios, por cuestiones de coordinaciones, ella no pudo cumplir con su parte y no estuvimos juntos, eso me molesto porque ya le había dicho la dificultad que tenía para viajar y que me ponía triste eso, me disguste con ella y deje de hablarle un mes, un día decidí atender sus llamadas nuevamente y comenzamos de nuevo ese juego de amantes jóvenes, de enviar fotos, de hablar de los problemas que teníamos con nuestras parejas, de los deseos sexuales que teníamos y de cómo los íbamos a cumplir juntos, hablamos de sexo anal, tríos, orgías y prácticamente de sexo lujurioso, me enviaba fotos de sus partes íntimas depiladas con cera, eso me ponía a mil, me dijo que cuadrara nuevamente para ir a Bogotá y estar juntos en un hotel y poder por fin compartir como una pareja, le dije muchas veces que no, que ir me supondría un gasto de dinero que no tenía y que gracias a todas esas fotos y charlas el solo ir de mano cogida pues no, ante mucha insistencia decidí ir a comisión a Bogotá, le avise con tiempo para que pudiera cuadrar toda su agenda e hicimos planes como ir a cine, ir a un restaurante, rumba, etc.  Mejor dicho era una semana para el recuerdo; llegue a Bogotá un domingo, nos citamos el lunes y estuvimos juntos en la habitación de hotel que había separado para compartir con ella esa semana, al siguiente día nos íbamos a ver para recoger sus cosas en la casa de la tía donde se quedaba, charlamos por un largo rato cosas triviales, la verdad pasaba muy bien con ella, aunque no era muy bonita ni voluptuosa, me encantaba; el solo hablar me ponía una sonrisa y hacía lo que podía por escucharla y aconsejarla, en la puerta del conjunto de su tía vino el desastre, se repitió lo acontecido hace varios años, no hubo llanto pero si arrepentimiento, me conto que no se sentía bien, que lo que había pasado no lo podía explicar, que no podíamos estar juntos de nuevo pero que podíamos seguir siendo amigos, no atine a decirle mucho, le dije que no había problema, que estaba en su derecho y me despedí de beso en la mejilla, me dijo que al otro día íbamos a cine y le dije que sí.

Ese viaje de regreso en TM fue eterno, no encontraba la estación, no pasaba el bus que necesitaba, fui hasta el portal del norte y luego a devolverme a la estación suba calle 100, la verdad me encontraba desilusionado, engañado y furioso por haberle creído, por haberme hecho ilusiones y por haber viajado cuando ya anticipaba lo que iba a pasar, cuando llegue solo me recosté en la cama y a dormir, al otro día me encontraba estudiando y ella comenzó a escribirme, me pedía disculpas y yo pues cortante por la rabia que tenía, le explique que no quería ir a Bogotá y que ella insistió, que le hice caso y que me suponía un descuadre financiero importante (solo podía concentrarme en eso), una de las cosas que le había dicho a ella antes de ir a Bogotá era que si me quedaba mal, hasta ahí llegaba todo, que era el fin a esta amistad y le recordé eso, ella se disgustó y me dijo que era mejor que siguiéramos como amigos, yo solo le dije que no mas ni amigos ni nada, que era hora de terminar y así sucedió.

Han pasado 8 meses y la verdad es que extraño esta mujer, no sé qué me pasa pero no puedo sacarla de mi cabeza, no puedo decir que es amor, es una extraña sensación de perder un amigo, pero ella era más que un amigo; no puedo describirles la relación que tuvimos en estas relato, sería algo muy largo y lo más seguro es que dejaría detalles por fuera, si gustan en persona y con unas frías les contaré, hoy en día en Facebook no aparece, el número telefónico por precaución nunca lo memorice, no le he escrito al e-mail, puede ser que sea miedo, miedo de lo que realmente sentí por esta mujer y nostalgia por lo que perdí; a veces quisiera que siguiera ahí, para escuchar cómo se quejaba de su esposo, de cómo no hacía aseo en la casa, escuchar de nuestros sueños de cocinar juntos y de andar desnudos en un casa, pero eso quedo en el pasado, gracias por leer este relato, pido disculpas por aquellos que esperaban saber cómo era el sexo, de pronto en otra ocasión lo cuente.

(9,46)