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Despedida de soltera

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Marga trabajaba como comercial en una empresa del sector informático. Su edad, 37 años, sin estar casada, vivía con su pareja desde hacía 8 años.

Todos los días, realizaba la rutinaria visita por la oficina, para después ir a ver a los clientes que tenía encomendados, para regresar, poco antes de irse a casa, de nuevo a las instalaciones de la empresa que la tenía contratada.

Marga era una mujer de carácter afable, lo que había hecho que se ganase el cariño y la amistad de sus clientes. Siempre tenía tiempo para dejarse invitar a un café, y una breve charla sobre la vida, familia, circunstancias personales.............

Aquella mañana primaveral, entró en las oficinas que regentaba Pedro, un hombre joven, al que aún le quedaba algún año para llegar a la treintena.. Como siempre, le presentó los nuevos productos y este le hizo el nuevo pedido. Antes de marcharse, el cliente ofreció a la mujer prolongar su charla desayunando en el bar que se situaba, justo en frente de la oficina.

Marga comentaba que había comprado un piso, a medias con su novio, cuya mudanza al mismo, estaba prevista para dentro de 5 semanas, sus agobios con los muebles, la hipoteca, instalaciones, y sus problemas económicos que conllevaban todos los gastos a los que tenía que hacer frente.

Pedro, por su parte, como propietario de un pequeño, pero próspero negocio, no tenía problemas económicos. Le agradaba la compañía de Marga, pero siempre mantuvo la distancia, tal y como aconsejaba el buen fin del negocio.

El hombre charlaba amigablemente, y le comentaba que iría a la boda de su mejor amigo en dos semanas, y que el próximo sábado, sería la despedida de soltero.

Pedro despejaría parte de la nave donde desarrollaba su negocio, para poder realizar la fiesta.

Qué vais a hacer en la fiesta?, preguntó inocentemente la chica.

Pues básicamente lo que es una despedida de soltero. Traeremos comida, mucha bebida, y contrataremos a una chica que nos haga un strep tease..........Vamos, lo normal.

Un strep tease?, volvió a preguntar Marga.

Si, claro, traeremos una chica, y se desnudará para nosotros. Algo inocente, pero tradicional entre amigos. La verdad es que yo soy quien me encargo de su contratación. Esta tarde la llamaré para concretar los detalles. En realidad, hace el agosto con nosotros, porque por un trabajo que no será más de una hora, vamos, no creo que llegue a la mitad de ese tiempo y se llevará 1.500 euros.

1.500 euros? Exclamó Marga. Por una hora de trabajo? Eso es más de lo que yo cobro en un mes.

Si, si, dijo Pedro, pero en este caso, ella baila y se desnuda para nosotros.

Yo, por ese dinero, tambien lo haría, respondió ella entre la envidia y la picardía.

Pedro contempló ahora con relajo a la mujer. Sus pechos eran enormes, y siempre llamaba la atención el tamaño de sus tetas, y sus dificultades, a veces, para taparlas cuando el vestido tenía cierto escote. A pesar de su edad, se mantenían firmes.

Bueno, pues yo soy el encargado de llevar a la gogó el sábado. Dime ahora mismo si te interesa hacerlo tú, y cerramos el trato ahora mismo. Eso si, no puedes fallarme después, puesto que ya no tendría oportunidad de encontrar a otra persona en tan poco tiempo.

Marga se mostró nerviosa. Pero........... Yo tengo 37 años, no soy ya una jovencita, que supongo que será lo que buscais, No sabía que decir. Muchas cosas pasaron por su cabeza, entre ellas la relación con su novio, quien no permitiría que su mujer bailase desnuda ante un grupo de hombres.

A mi me pareces preciosa para hacer el baile. Sólo dime si estás interesada, y los 1500 euros serán tuyos. No será más de media hora.

Puedo darte mi contestación esta tarde? Preguntó ella.

Por supuesto, he quedado en llamar a la stripper a las 7 de la tarde. Tienes hasta esa hora para darme una respuesta, sino lo haces, la contrataremos, aunque la verdad es que me gustaría que lo hicieras tú.

Sólo una pregunta, Pedro. El desnudo será integral? Nunca he visto un strep tease, no sé si llegan a quedarse desnudas las mujeres que se dedican a esto.

No, normalmente suelen usar un pequeño tanga. Si alguien te ofrece algo más por quitártelo, y tú aceptas, más dinero para ti. Sino lo hacen, o simplemente, no te apetece, el trabajo terminará ahí.

La mujer estuvo muy nerviosa durante todo el día. Dudó en llamar a su pareja, aunque no lo hizo a sabiendas que no lo aprobaría, pensó llamar a alguna de sus amigas para desahogarse, pero ellas siempre habían criticado lo estúpidos que eran los hombres al irse a locales de strep tease. Al final, no habló con nadie, y pensó que el dinero le vendría muy, pero que muy bien, de cara a sus próximos gastos. Por fin, a media tarde, Marga aceptó hacer el espectáculo el próximo fin de semana.

Pedro, aceptaré, sólo te pido una cosa. Que esto no salga de este círculo, y por supuesto, que no se enteren en mi empresa, nadie, absolutamente nadie. El hombre aceptó sin dudar, asegurándole que en su trabajo nadie se enteraría.

Durante los días que pasaron hasta la fiesta, Marga dudaba sobre lo acertado de su idea, pero unos gastos imprevistos a la hora de terminar con la instalación de los muebles, cortinas e iluminación, le quitaron cualquier duda que le pudiera quedar. Tal vez, lo que más le apesadumbraba era que Pedro la viese desnuda, porque era con el único con quien seguiría teniendo relación los días siguientes.

Para poder ir a su trabajo, fingió una cena con sus compañeras, de tal forma que la coartada quedó encajada ante su novio, y podría tener la noche libre.

Ya contaba con todo lo necesario. Una minifalda, un short, y un bonito conjunto de tanga y sujetador, que le serviría para celebrar con su novio el estreno de la nueva vivienda, que compartirían próximamente.

Por la noche, a la hora convenida, Marga entró en el local. No eran muchos los hombres que se encontraban en el local que Pedro había habilitado para la fiesta, en torno a doce, pero lo que no esperaba es que fueran todos muy jóvenes, que ninguno de ellos la superase en edad.

Pedro, primero le presentó a Nacho, el novio, quien iba disfrazado como de forma ridícula como correspondía a la situación y posteriormente la acompañó a un despacho vacío, donde se cambió de ropa. Pensó que se sentía ridícula y que pasaría una vergüenza enorme a la hora de bailar y desvestirse ante aquellos chicos.

Cuando salió, su "patrón" la esperaba para acompañarla al lugar donde haría el baile. Habían colocado unos palés que harían de improvisado escenario. Antes de salir, pidió beber algo fuerte, que la envalentonara ante aquella situación. Casi de forma oculta, bebió dos medios vasos de whisky.

Pedro ya había comunicado en privado a todos los hombres que sería una proveedora suya quien haría el espectáculo, una chica un poco más mayor, pero con el morbo de no ser una profesional.

Todos le preguntaban si había tenido algo con ella, a lo que respondía que la mujer tenía pareja, y que respetaba esas cosas. Todos hacían comentarios al respecto, ser gogó y tener novio a la vez, una mezcla explosiva. Él la defendía como podía, reseñando que lo hacía sólo por dinero.

Por fin Pedro pidió silencio a todos, indicando que iba a empezar el espectáculo.

El silencio se impuso brevemente, hasta que de nuevo el griterío y el aplauso inundaron la sala mientras Marga bailaba.

Mientras se movía al ritmo de la música, comenzó a desabrocharse lentamente el short, que estaba abotonado por delante, hasta que su sujetador quedó al descubierto. Sus pechos también seguían el ritmo de la música, y el top, lo retiró tirándolo al suelo.

Siguió bailando, y los muchachos aplaudían. La timidez había desaparecido, al menos de momento. Lo más difícil ya había pasado, que era el comienzo del espectáculo.

Ahora le tocó el turno a su falda. Una cremallera lateral, la hizo caer al suelo por efecto de la gravedad. Su precioso tanga quedó a la vista de todos los hombres que comenzaron a aplaudirla.

El baile siguió hasta que con movimientos provocativos, como si fuese una profesional, iba desplazando el sujetador, lo que permitía ver casi la totalidad de sus tetas, y a veces los pezones.

Con un movimiento, sus manos se depositaron detrás, y desabrochó el sostén. Ella iba apartando poco a poco los cazos hasta que por fin se lo quitó.

Siguió bailando, un chico, al más puro estilo americano, le metió un billete de 20 euros en el lateral del tanga.

Marga permaneció bailando unos minutos más. Los chicos le pedían que se desnudase totalmente, hasta que haciendo un gesto a Pedro, le solicitó parar.

Todos los muchachos sacaron dinero y lo depositaron sobre el improvisado tablado. Habría una cantidad similar a la que le habían dado por ir al espectáculo, 1.500 euros. Muchas cosas pasaron por su cabeza. Por un lado, eso era ya otro tipo de traición. Una cosa era enseñar las tetas, que no era nada, y otra el coño. Eso si, estaba segura que su novio, no habría aprobado ninguna de las dos cosas.

Por fin, sin tardar demasiado, Marga cogió el dinero y lo depositó junto a sus cosas, en un lado del tablado, y comenzó a bailar de nuevo.

Agarrando los laterales de su braguita, fue bajándola, dando placer visual a todos los jóvenes. Estos no pararon de jalear mientras esto ocurría, y los minutos siguientes, en los que la muchacha siguió bailando, ahora ya, sin nada de ropa. Su sexo, depilado, con tan sólo dos dedos de pelo por encima de sus labios vaginales, y muy recortado, quedó a la vista de todos los hombres.

Por fin terminó el baile, en el que todos aplaudieron a rabiar. Marga se puso una bata que llevaba preparada para no tener que ir desnuda a su vestuario , una vez hubiera terminado el espectáculo. La cerró con la única cinta que tenía, a la altura de la cintura.

Pedro habló con ella. Ves? No ha sido tan difícil, te has llevado 3.000 euros sólo por bailar un rato.

Por bailar, y por desnudarme, no? Contestó ella con un tono entre enfadado y sarcástico. Había ganado mucho dinero por un rato, pero pensó que no sabía si sería capaz de volver a mirar a la cara a Pedro.

Marga, requirió Pedro. A cuatro de nosotros nos gustaría poder tocarte y acariciarte, sólo eso.............

La mujer, al escuchar la proposición, negó inmediatamente.

Somos cuatro, entre ellos, estamos el novio y yo. Te tocaríamos, te acariciaríamos, y con esto te ganarías otros 3.000 euros. Lo mismo que has ganado bailando esta noche.

La negativa tan rotunda de unos segundos atrás, se cambió por un gesto de duda.

Sólo serían unas caricias, y total, ya te hemos visto desnuda. Todo lo que has hecho, sé que no lo apruebas, pero te llevas un dinero que te vendrá bien para tu piso, y si aceptas dar un paso más, aún conseguirás poder hacer un pequeño viaje.

Mientras hablaba con ella, Pedro tenía el dinero en la mano, lo que hizo que ella lo cogiera y preguntase........................ En donde lo haremos?

La sala de juntas fue el lugar que eligieron. Tenía un cierto morbo el sitio. Cuando llegaron los cinco, le dijeron a Marga que se tumbase encima de la mesa. Lo hizo, y le situaron las manos hacia atrás. Pedro fue el encargado de tirar del cinturón que amarraba su bata, y de nuevo quedó desnuda ante varios hombres, aunque ahora el juego pasaría la línea de un simple baile

Uno tras otro, una mano tras otra, fueron acariciando su cara, sus pechos, sus piernas, y sobre todo su sexo. Otro de los hombres, le recordó que por 3.000 euros debía abrir mucho las piernas, y dejar que sus dedos se introdujeran por todos los agujeros de su cuerpo.

Marga sabía que llevaba razón, e hizo lo que le mandaron. Se dejó tocar, besar y sobre todo, lo que más le gustaba, puesto que siempre, los dedos, terminaban en su coño.

Todos se daban cuenta, que cada vez la vagina de Marga estaba más húmeda, y los dedos se deslizaban más lentamente. Sus pechos tambien estaban más erectos. Sin querer, se estaba excitando.

Pedro intentó que les permitiera llegar a más, pero sabía que eso si sería una traición en toda regla hacia su pareja. Quieres más dinero? Preguntó Pedro. Ahora Marga se sentía entre la espada y la pared. Con cuatro hombres al menos diez años más jóvenes que ella se sentía guapa, mucho más guapa, pero no podía avanzar más.

Pedro, y los otros dos hombres, a excepción del novio, continuaron tocándola, metiendo y sacando sus dedos, tocándola por todos lados, a la vez que se masturbaban. Todos ellos se corrieron, dejando su semen encima de su cuerpo.

Marga se limpió con su bata. Pero ahí quedaba el novio, quien sacó su pene. A ver guapa, no vas a negar el capricho al novio, verdad?

La mujer negó con la cabeza, aunque no hizo ningún movimiento para impedir la penetración. Se mostraba excitada, incluso comenzó a gemir de forma sonora. El pene entraba y salía por su lubricada rajita, mientras los otros hombres la contemplaban. A la vez, le iba tocando su clítolis, lo que hizo, que antes de llenar el coño de Marga con su leche, comenzó a gritar de placer, y tuvo su orgasmo. Unos segundos después, Nacho se corrió encima de ella.

Cuando terminó, la chica se sintió apesadumbrada. Había sido infiel a su novio por primera vez, pero al menos podría costearse todos los gastos que le venían, incluso darse un capricho. Al fin y al cabo, los cuernos con dinero, son menos cuernos.

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