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La puta del asilo
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Actualmente estudio en un colegio distrital y presto el servicio social en las tardes en un asilo, tengo 18 años, no es por presumir pero tengo un buen cuerpo, tetas grandes y un culo bien redondo y firme. Soy de piel blanca y cabello negro. Siempre bien cuidada maquillada y arreglada. Esto me paso la semana pasada.

Al inicio el asilo de ancianos era muy aburrido, así que me despreocupaba mi ropa, aunque tuviera escotes o faldas de colegiala ¿qué iba a sentir un viejo? sus tiempos ya los vivieron y no tendrían interés de ese tipo (eso creí).

Me pasaba las tardes jugando ajedrez con ellos, llevándoles la comida a las 2pm, y dándoles la mano para que caminaran en el jardín. Todos rebasaban los 60 años, dormían casi todo el tiempo. Así que era un trabajo… aburrido pero nada difícil, y un lugar muy tranquilo.

Una tarde después de la comida, éramos 5 chicas cuidando a los ancianos en su hora de siesta… pero como siempre… no sucedía nada, las demás chicas se salieron a escondidas de fiesta a tomar alcohol, al fin y al cabo prometieron volver en 3 horas máximo. Me quedé porque quería terminar de ver el programa que había dejado el abuelo que se quedó dormido. Cuando comencé a escuchar ruidos…

Era Don Justino, me asomé discretamente en su habitación, estaba asomado a la ventana viendo pasar unas chicas masturbándose, lo cual me espantó mucho y sin querer al cerrar rápido la puerta me escuchó, y por consiguiente me habló – Lisa, ven pequeña.- Entré avergonzada y me disculpé y para no hacerlo sentir mal le dije que sería un secreto. Se rio y me dijo que no le importaba, y que como no iba a decir nada, me confiaba que se masturbaba pensando en mi compañera Laura cuando se venía en su falda de colegiala corta con su blusa blanca de escotes, lo cual yo ya no sabía que decir, el anciano se levantó con los pantalones abajo y me dijo que tenía mucha pena pero que no alcanzaba subirse los pantalones que lo ayudara, así que me agaché y al hacer esto el señor me restregó su pene en mi cara y lo aventé… y me dijo que mi cara decía que se me había antojado… Lo cual me molestó y yo intenté salir de la habitación pero él se tiró al piso y abrazó mis piernas muy fuerte, yo llevaba mi falda de colegio súper corta que apenas me cubría el culo y metió su cara entre mis piernas para oler mi vagina, le decía ¡basta, basta! pero el metía más su cara frotándola en mi vagina sobre mi braga, lamiendo.

La verdad me daba asco el señor, era viejo, arrugado, gordo, con el pene pequeño y flácido, algo calvo de cabello blanco y al mirar hacia abajo lo único que veía era su cara clavada entre mis piernas y sentía como chupaba, hizo de lado mi braga, y metió su lengua en mi vagina lo más al fondo que pudo y lamió de arriba abajo, en círculos, metió y sacó… mis fluidos comenzaron a salir, maldito anciano me chupaba el coño bien rico!

Yo fingía que no me gustaba porque notaba que al viejo le excitaba y me chupaba más duro y me tomaba más a la fuerza. Lo aventaba y volvía a clavar su cara y lengua en mi vagina.

Luego me volteó de espaldas aventándome contra la pared, y me dijo que si yo lo denunciaba, a mí me demandaría con el director de mi colegio porque mis amigas tomaban alcohol en su horario de trabajo social… que hace mucho que él no gozaba así, y que disfrutara con él.

El maldito anciano estaba gordo y arrugado y su pene erecto ya no se veía tan pequeño, de hecho ya lo tenía bien gordo y parado, me inclinó y primero sobó su pene en mi vulva, sentí su erección, sus testículos, y su barriga, luego sentí sus manos meterse a mi brasier y pellizcar mis pezones lo cual me hizo chillar, luego con una mano metió su dedo a mi vagina y comenzó a tallar mi clítoris, y comencé a gemir, entonces fue cuando el anciano me penetró, yo sentía se pene entrar y salir el desgraciado se sabía mover, sentía su cabeza tallar bien rico en mi vagina, como un chupón, además de que salía completamente para volverme a penetrar, sentía sus bolas pegando en mis nalgas.

Y me dijo que le gustaba mi chocho sin pelos, que le gustaba ver como mis labios se tragaban su pene completito y como salían los fluidos, el señor tenía su verga llena de pelos y su panza y pecho también. El anciano no debió hacerlo en un buen tiempo porque se metía en mi bien duro, y lo más al fondo que pudiera Luego se vino… y se acostó en su cama dejándome a mi tirada con el semen en mis piernas.

Maldito anciano no me dejes así! aunque sea hazme acabar! Se rio de mí, he inmediatamente entró otro de los abuelos, Don Luis, con el pantalón abajo y con la verga dura, lo cual como yo ya no podía contenerme le abrí mis piernas, y dejé que me la metiera, Don Luis me estaba follando también solo que la verga de Don Luis era bien grande y me hacía gritar de placer, mientras Don Justino se sobaba el pene al vernos, Yo gemía, déme más, déme más!! Y me decía claro que te doy, te estuve viendo por la ranura de la puerta desde que viniste y yo también pensé en cogerte! Don Luis botó mi ropa que ya no me servía de nada, tenía los senos al aire, brincando con las embestidas del anciano y mi vagina totalmente abierta para ver como su pija café del Moreno Don Luis me penetraba, Cuando menos me lo esperaba… volteé a la puerta y había más ancianos viendo semejante espectáculo que les estaba dando, (Don Aurelio, Marcos, Juan, Pedro, Ramón…). Me dio vergüenza ver que todos esos viejitos observaban lo puta que yo era, pero inmediatamente me relaje así que les dije que podían cogerme con tal de que no fueran a contar a nadie lo que estaba pasando y que me hicieran orgasmos, todo mi autocontrol lo había perdido… solo quería follar mucho… pronto tenía a los señores chupando mis tetas como bebés mientras dejaba que Don Luis me penetraba lo más fuerte que podía, sin duda don Luis tenía su fuerza, pues me tenía en cuatro dándome verga como a una perra, luego de unos minutos escuche como don Luis bramaba y todo su semen lo sentí dentro de mi vagina a tal punto de llenármela toda con su leche, mi vagina estaba a reventar y se veía como expulsaba la leche del viejo. Don Luis cayo rendido en la cama fatigado, me decía que hace muchos años no había follado con alguien de mi edad. Yo también quede rendida por la forma en como me había follado don Luis. Entonces don Aurelio me tomo y me dijo -no es hora de descansar perra!! Y me puso boca arriba en la cama me abrió mis piernas y sin previo aviso me penetro hasta el fondo, yo solté un chillido por la forma en que me penetro el viejo. Aunque don Aurelio era bajito y súper panzón debo reconocer que tenía un muy buen pene largo y gordo. Aurelio duro dándome verga durante unos 5 minutos sin parar, luego el viejo se acostó boca arriba y me dijo que me subiera en su verga, así lo hice y empecé a cabalgar sobre su pene de una manera loca a tal punto de llegar a mi primer orgasmo, empecé a gemir como una puta y la verga del viejo quedo empapada de mis jugos vaginales, el viejo se reía al ver como yo blanqueaba mis ojos en pleno orgasmo, pero yo quería más… Seguía cabalgando en esa gran verga pues Aurelio todavía no se venía. En un instante y estando en esa misma pose sentí como la punta de otra verga se posaba en la entrada de mi ano, gire mi cabeza para ver quién era y era el viejo Juan -Nooo don Juan por el culo no, por favor…!!! Pero ya era tarde, Don Juan no me dio espera y de un solo golpe me partió mi estrecho culito, su verga entro completamente en mi ano, y yo lo único que podía hacer era gritar de dolor. Era imposible zafarme de esas penetradas pues don Aurelio me abrazo con fuerza por mi cintura mientras me penetraba mi vagina y así facilitarle a don Juan que me enculara sin problemas. Mientras era filmada por delante y por detrás yo gritaba como loca y los viejos se reían y me decían.

-Puedes gritar todo lo que quieras puta, nadie te va a escuchar, estas sola con siete ancianos ansiosos de follarte…!! Me dijo don Juan.

Luego de unos minutos más el viejo Aurelio empezó a gemir como burro, pude sentir como su semen se depositaba en mi vagina hasta la última gota. Pero mi martirio no terminaba aun, el viejo Juan seguía follando me el culo sin parar aunque su pene no era tan grande he de reconocer que era suficiente para hacerme gritar como loca. Luego de unos minutos mi ano se fue acostumbrando al tamaño de la verga del viejo a tal punto que empecé a sentir placer, en viejo duro dándome unos 10 minutos sin parar hasta que no aguanto más.

-Aaahhhh toma perraaa…!!! Toma mi lecheee!!! Me dijo el viejo.

Pude sentir como su pene inundaba de semen mis entrañas.

Descanse apenas unos segundos, entonces el viejo Marcos me tomo del pelo y me dio un beso de lo más asqueroso y me dijo.

-Tu culo y tu chocha ya están muy utilizadas, pero tu boca no…!

En ese momento entendí las intenciones de Marcos. Entonces abrí mi boca y de manera instantánea tenía su verga en mi garganta. No era tan gruesa pero si muy larga, podía sentir la punta de su verga en lo más profundo de mi cuello. Ese momento fue asqueroso pues cada vez que metía su pene en mi boca podía oler su vello púbico que era muy fuerte.

Así el viejo duro unos pocos minutos hasta que no se pudo aguantar más. Lleno toda mi garganta y boca de su semen si sacar su verga de mi pequeña boca a tal punto de hacerme tragar todo su semen.

El viejo satisfecho mientras limpiaba su verga con mi tanga blanca me decía.

-Cuando tengas limpia tu panocha te penetró , ahora pareces una cerda sucia con el semen de mis amigos!!

Estaba muy cansada, nunca me habían follado de esta manera. Pero aún faltaban el viejo Pedro y el viejo Ramón, el viejo Pedro se quedó con las ganas de metérmela, pues sufre de disfunción eréctil y su pene nunca se paró, lastima por él, además es un viejo que ya casi llega a los 90 años, jajaja.

Entonces escuche la voz de Ramón.

-Aun falto yo mijita! Me dijo de manera muy tierna.

Lo volteé a mirar y me dio mucha lastima, pues estaba postrado en su silla de ruedas. Llegue a pensar que sería algo fácil y rápido por su condición de discapacidad. El viejo no se había bajado su pantalón, entonces le dije.

-Vale abuelo te dejare probar pero lo haremos rápido… Le dije mientras me ponía mi falda colegial pensando que mis compañeras estaban por regresar.

-Vale Mamita muchas gracias, la verdad nunca he estado con una niña como tu… Me dijo con una sonrisa sincera.

Entonces desapunte su pantalón que le quedaba muy ajustado. Le baje su pantalón como pude y de un momento a otro apareció el pene más grande que haya visto en toda mi vida. Era un pene muy grande, era largo y muy grueso, a tal punto que me asuste y caí hacia atrás, no lo podía creer entonces corrí a donde estaban mis útiles escolares, busque la regla para medir ese pene y vaya sorpresa, casi media los 30 cm de largo, estaba asombrada y los demás ancianos se reían de ver mi rostro impresionado y aterrorizado.

-Jajajaja… Si gozaste con nuestras vergas, con la verga de Ramón iras al cielo… jajajaja. Me decían los demás viejos.

Entonces me llene de valor y empecé a masturbar semejante mástil. La vergota del viejo Ramón estaba a reventar. Me detuve y me puse de pie, me di media vuelta para así sentarme en esa verga, recordé que en mi morral cargaba un aceite corporal, lo busque y lo utilice para lubricar esa verga. Cuando vi que ya era el momento, me puse en posición y justo cuando ya me iba a meter su verga, el viejo Luis me empujo de un golpe ocasionando que semejante verga no entrara en mi vagina sino en mi culo.

-Aaaahhh!! Grite de dolor, sentí como de un solo golpe ese pene llegaba a mis entrañas, pues no tuve chance de controlar la penetración, semejante pene lo tenía todo adentro. Los ancianos se reían al ver esa escena los viejos me decían.

-Jajajaja. Eso te mereces por perra… Te mereces que te rompan ese culo… Jajaja…

En ese momento me calme, tome aire y empecé a cabalgar lentamente y poco a poco empecé a gemir como puta. Sentía como ese trozo de carne destrozaba mi culo, pero ese dolor me excitaba cada vez más. Luego de estar cabalgando como loca durante unos largos minutos el viejo me dijo que quería probar mi vagina, entonces puse la punta de su vergota en la entrada de mi rajita y lentamente la fui metiendo hasta el fondo de mi vagina, empecé a montar en esa verga como loca, me sentía en el paraíso pues esa verga la sentía casi en mi corazón pues era gigantesca. Así dure más de 15 minutos hasta que no aguante más y mi vagina expulso hasta la última gota de mis jugos en un orgasmo que sencillamente fue fantástico.

El viejo me decía que no me fuera a detener, que debía continuar que ya casi se iba a venir. Entonces el viejo empezó a bramar y empezó a blanquear los ojos, sentí como hasta el último rincón de mi panocha se inundaba con su semen. El viejo dio un último suspiro y quedó rendido.

-Que buen trabajo hiciste perra…!! Ya te puedes ir…!! Me decían todos los ancianos.

Me fui para el baño y en camino me escurría por las piernas el semen de aquel anciano. Me sentía sucia y me sentía la mujer más perra del mundo, pero a la vez me sentía satisfecha.

Me vestí de nuevo mi uniforme de colegio con algunas manchas de semen en la minifalda y en la blusa.

Unos minutos después llegaron mis compañeras de curso sin sospechar de lo que había pasado.

Espero te haya gustado mi relato. Si eres un veterano escríbeme a mi correo [email protected].

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