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Carolina y Don Humberto

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Hace ya un rato que Carolina se encuentra en la parada, simulando que espera un colectivo. Sabe que su apariencia, vestida de colegiala con su uniforme que ya lleva dos años sin usar, no pasa del todo desapercibida.

Es una joven alta y esbelta y el uniforme ya le queda un poco chico, apretandole la blusa colegial los pechos y su pollera a cuadros tableada, que ya usaba corta en sus años colegiales, ahora le queda mas corta y muestra buena parte de los muslos. Completa su atuendo una corbatita a cuadros a tono con su pollera y unas sandalias bajas. Su largo pelo castaño y sus rasgos juveniles le dan ese aspecto de adolescente que tanto quiere mostrar, realmente hace poco que era una colegiala, ahora solo tiene 18 años.

Hace dias que venia preparando este escenario, que le excitaba en grado sumo. Carolina se apasionaba por hombres mayores, incluso muy mayores, y sabia que una manera de llamarles la atencion era apelando a una de las fantasias mas recurrentes que tienen los hombres: las chicas en ropas de colegiales

Por eso se decidio a vestirse con su viejo uniforme y esperar en la parada que algun señor mayor se interesara en ella, confiaba en que estaba muy sugerente y en el corto tiempo que llevaba alli, unos quince minutos, dos hombres la miraron con lujuria pero ella los ignoro, eran muy jovenes y no le interesaban. Incluso una mujer de aspecto adusto la miro un rato y en un momento se paso la lengua por los labios mirandola, a lo que Carolina no contesto, no era ese su interes, finalmente la mujer se subio a uno de los tantos buses que paraban alli, no sin antes mirarla de arriba abajo.

Carolina veia pasar los coches por la calle, algun conductor la miraba pero ninguno se detenia.

Finalmente un coche paso lentamente y la chica vio que un hombre la miraba intensamente y estacionaba unos cuantos metros pasando la parada. El coche quedo parado pero nadie descendio. Carolina no queria parecer una prostituta que saliera al encuentro del primer vehiculo que paraba y se quedo en la parada, pero sentia que se excitaba por la situacion. Pasaron unos minutos, ella no se movia y del vehiculo tampoco habia señales, hasta que de repente el coche arranco y se perdio en la noche.

Carolina quedo un poco desencantada, ahora ya no habia nadie en la parada. La chica camino unos metros hacia la esquina y en eso sintio acercarse otro vehiculo por su espalda, que reducia la velocidad y se ponia a su altura. La ventanilla del acompañante se bajo y Carolina sintio una voz que decia "Te llevo a algun lado?" Vio que la voz respondia a una cara de un hombre mayor, con poco pelo y barba canosa.

Carolina dijo "Si no es molestia, porque me perdi el colectivo" y sintio que estaba jugando con fuego, era muy arriesgado lo que hacia, respondiendo a extraños pero su deseo era inmensamente mayor y la desconfianza se disipo rapidamente. Ascendio al vehiculo que se puso en marcha.

El conductor era, como le habia parecido a Carolina, un señor muy mayor, quizas unos setenta años. Su cara, en la parte no cubierta por barba, se veia surcada por arrugas y sus ojitos enseguida se fijaron en lo corto de la pollera y las piernas de la chica-

"Voy por el centro, te dejo cerca de algun lado?" le dijo el hombre. "Vivo a unas diez cuadras de aqui, lo que pasa es que se hizo tarde y no queria caminar sola de noche" dijo la joven. "Me llamo Humberto, y que hacias solita, es muy tarde para una chica como vos?" Carolina notaba que mientras el viejo le hablaba le miraba sin cesar las piernas y empezo a excitarse, le contesto "Me llamo Carolina y se me hizo tarde en lo de una amiga"

"Te digo porque hay muchos degenerados por ahi que si ven una chica tan linda como vos capaz que le quieren hacer algo" dijo el viejito y le puso una mano en el muslo a la chica, que no hizo nada para detenerlo. El viejo verde siguio acariciando la desnuda pierna de la chica y se dio cuenta que no habia impedimento, no podia creerlo y siguio ascendiendo por el muslo de Carolina. Finalmente la chica dijo en un susurro poco convincente "No, que me hace dejeme" pero el viejo siguio acariciandola y sintio una ereccion terrible.

Dejo de manosearla y tomo la decision de llevarla a un hotel La chica ni preguntaba cuando el coche se desvio por una lateral y despues de una cuadras estaciono dentro de un hotel alojamiento para parejas. Cuando estaciono el hombre pregunto "Sos mayor de edad, nena?" "Si, tengo 20 años " mintio Carolina. El viejo se relamio los labios pensando en el manjar que se iba a coger. Descendieron y entraron. Cuando estuvieron solos en la pieza el viejo miro a su chica y era espectacular la vision: una preciosura vestida en uniforme escolar, sus pechos parecian reventar la blusa y su corta pollera dejaba ver unas piernas fantasticas, que ya habia acariado en el coche. Queria chupar por todos lados a esa pendeja. Carolina estaba tan excitada que apenas respondia y se dejaba llevar por la lujuria, su tanga esta toda mojada ya sabia que iba a cumplir su fantasia de coger con un señor mayor, en este caso, muy mayor.

Don Humberto no perdio tiempo y le empezo a quitar la corbata con moviomientos lentos, pasandole las manos por encima de los pechos. Se dio cuenta que la joven no tenia sosten y su verga se endurecio aun mas. Empezo a desprenderle los botones de la blusa y su excitacion le hacia temblar el pulso mientras veia como aparecian frente a su vista las tetas de la chica. Le quito la blusa y tomo con cada mano los pechos carnosos de Carolina, quien empezo a suspirar mientras le sobaban los pechos y veia como la cara del viejo se transformaba por la lujuria. Siguio bajando las manos por la cintura de la chica y busco sacarle la pollera, bajo el cierre y de un par de tirones despojoa la joven de su pollera, dejandola solo con una tanga blanca minuscula. El viejo zafado le acaricia los muslos y le dice "Nena no sabes como me calentas", la hace apoyar contra la pared y empieza a chuparle las tetas, lo que lleva a Carolina al paraiso. Con voz cargada de deseo la chica dice "te gustan las chicas vestidas de colegialas, papi, te gusta coger las nenas verdad?" Don Humberto no puede contestar porque esta disfrutando chupando los pezones de la chica, sin poder creer como se dieron las cosas y como esa pendeja infernal aparecio de la nada y ahora se la iba a coger. Su verga estaba dura como hacia tiempo no se ponia.

La llevo a la cama, le quito las sandalias, le chupo los pies y siguio chupando por las pantorrillas y los muslos, hasta que llego a la concha mojada, la despojo de la tanguita y comenzo una lamida por la jugosa raja de la chica, le aprisionaba los labios con sus labios y metia la lengua buscando el clitoris sin cesar.

Hacia rato que Carolina estaba en un extasis de placer que le permitia solo emitir suspiros y gemir, al sentir como le chupaba la concha ese viejo que tanto deseaba. Experimento un orgasmo que no paso desapercibido por Don humberto que se irguio por sobre la chica y llevando con su mano su duro pito hacia la concha de la pendeja, la penetro mientras ella estaba en pleno goce del orgasmo que le habia dado su amante... Empezo a cogerla en forma lenta al principio pero con mucha fuerza y energia hasta que en el medio de una embestida, Don Humberto no se contuvo y eyaculo en el interior de la chica.

Se desprendio de la chica al cabo de unos instantes y al verla todavia suspirando y gimiendo se lanzo de nuevo sobre su mojada concha y recomenzo a lamer con energia y envolver con su lengua el clitoris hasta que vio como la pendeja se convulsionaba y emitia un largo suspiro en medio de otro orgasmo.

Despues de un rato, ambos se bañaronn y vistieron, y Don Humberto llevo a la chica a su casa. Se despidieron con un beso de lengua, Carolina satisfecha porque habia cumplido su sueño de acostarse con un hombre maduro y Don Humberto porque haberse cogido esa preciosura lo habia rejuvenecido por lo menos veinte años.

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