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Continuación de El bosque (4)

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Era robusto y calvo, de unos sesenta años y en cuanto el señor Rolando se dio cuenta de que me miraba con insistencia me dijo: -Oíme, ahí tenemos a un candidato… Andá al baño, pasale por delante caminando despacio para que te vea bien, y respondele la mirada… Si te sigue al baño traelo acá…

-Sí, señor, lo que usted diga…

-Bueno, movete…

Y pasó que el señor me siguió al baño y ahí quiso abrazarme, besuquearme, toquetearme pero yo no lo dejé y le dije que tenía que sentarse a nuestra mesa…

-¿Quiénes son esos tres?...

-Son mis… mis dueños… Yo no hago nada sin el permiso de ellos…

-Mmmhhh, qué interesante, bueno, vamos a esa mesa…

Una vez sentados a la mesa se presentó: -Es un gusto, me llamo Agustín, soy empresario textil y este chico me encanta…

-Empresario textil, muy bien, podemos negociar que le prepare un buen vestuario al chico…

-No habrá problemas…

-Qué bien, mi amigo, véngase a casa con nosotros y lo charlamos…

-Me gustaría ir pero no sólo a charlar, jejeje…

El señor Rolando le devolvió la risita y dijo: -Tranquilo, amigo, habrá acción también…

Y fuimos a casa del señor Rolando, yo erizado de pies a cabeza, con ganas de pija, como estoy siempre…

El hombre tiene auto y nos llevó, conmigo a su lado y el señor Gervasio a mi derecha; Cristino y Rolando en el asiento trasero…

Durante todo el viaje no paró de tocarme y de elogiar mis piernas… El hombre estaba súper caliente y eso me ponía súper caliente a mí…

Por fin llegamos y mientras entrábamos a la casa el hombre me tocaba el culo…

-Me tenés ardiendo… ¡Ardiendo!...

-Cálmese, mi estimado, falta poco… -le dijo el señor Gervasio…

Una vez adentro de la casa y sentados a la mesa del living el señor Rolando dijo: -Bueno, arreglemos lo de la ropa para él…

-Sí, claro… -convino el señor Agustín… Lo que ustedes quieran…

-¿Qué te gustaría, Yoyi?... –me preguntó el señor Rolando…

Pensé un momento y dije: -Me gustaría una blusa blanca sin mangas, con cuello y que llegue apenas hasta debajo de los pezones…

-Perfecto… En unos días la tendrás… -prometió el señor Agustín… -Y si se te ocurren otras cosas pedímelas…

-Bueno, sí, me gustaría un bermudas celeste muy, muy ajustado…

-Lo vas a tener junto con la blusa, calculo que en una semana…

-Gracias, señor… -murmuré cada vez con más ganas de probar su pija… Y fue en ese momento que sonó el teléfono…

-Hola, Carmen, qué sorpresa… -dijo el señor Rolando…

…………

Ah, te dejó calentita… pero a vos te gustan las chicas…

…………

Sí, es cierto, de tan lindo parece una chica… Te lo llevamos uno de estos días y si querés venite para acá y le damos entre todos…

………….

-Mmmhhh, muero por verte usándole el culo con ese juguete….

………….

Sí, decime… ¿Sombra de ojos? ¿qué es eso?

………….

Ah, entiendo, va a quedar hermoso el muy puto… Bueno, ¿cuándo te venís?

………….

-¿Mañana a las ocho de la noche?... Perfecto… Ah, qué bien si traés eso de la sombra de ojos…

Cortaron la comunicación y el señor Rolando me dijo:

-Oíme, Yoyi, mañana a la noche viene Carmen, la peluquera, así que decile a tus padres que te vas a cenar a casa de un compañero de escuela y te quedás acá…

-Sí, señor Rolando, lo que usted diga…

Y, ay, ¡lo que fue la noche siguiente!… Pero antes permítanme contarles cómo me usó el señor Agustín…

Después que se hubo arreglado lo de mi ropa me entregué al empresario…

-No sabe lo bien que Yoyi chupa la pija, mi estimado señor… -me promocionó el señor Gervasio…

-Bueno, que me la chupe, entonces, y que después me dé el culo si quiere la ropa…

-Yo hago lo que usted quiera, señor… -dije y me arrodillé ante él para hacerle una buena mamada…

La pija se le puso bien dura en cuanto la tuve en mi boca y empecé a chupar… Ay, debe ser eyaculador precoz porque no tardo casi nada en echarme varios chorros de semen que tragué hasta la última gota…

Descansó un rato echado en la cama y después me quiso en cuatro patas para dármela por el culo… El señor Rolando le dio el pote de vaselina y segundos después me estaba penetrando y me llenaba el culo de leche caliente…

………….

Vino la señora Carmen y en cuanto estuve ante ella me llenó de elogios, me pellizó las mejillas, me acarició las nalgas y hasta me dio un beso en la boca…

-¡Ay, que cosa más linda! –repetía y yo me calentaba cada vez más…

Decidieron que yo sirviera la cena y los atendiera desnudo durante la comida…

-Más vino, Yoyi…

-El siguiente plato, puto…

-Servime agua…

Yo cumplía con todas las órdenes y estaba ardiendo de calentura… ¡Me excita mucho obedecer!... ¡Y que decirles cómo me puso lo que hablaron de mí!...

-Carmen, a vos te gustan las mujeres y entonces, ¿cómo es que estás tan caliente con él?... –quiso saber el señor Rolando…

-No veo por qué te asombrás, ¿no te das cuenta de que Yoyi es tan lindo como una chica?... Mirá el cuerpo que tiene, mirale la cara… Esas caderas, la cintura… ¡el culo!... ¡Es una belleza!...

-Sí, tenés razón… -aceptó el señor Rolando y enseguida preguntó: -Bueno, ¿qué es eso de la sombra de ojos?

-Lo vamos a maquillar un poquito… Le ponemos sombra en los párpados y con las cejas que le depilamos va a quedar hermoso… Y ni hablar cuando lo tengamos con el pelo hasta los hombros…

-Es todo tuyo, Carmen… -dijo el señor Rolando y me sentí completamente en manos de la peluquera…

(continuará)

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