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Mi primera vez con mi tío

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Esta historia que les voy a contar sucedió cuando yo era un adolescente de 18 años, mi madre tenía una tienda de venta de prendas femeninas, vendía desde vestidos hasta lencería.

Un día mi madre me encargó que ordenara todo el local mientras ella iba al banco a hacer unos trámites, yo comencé con mi tarea ya que me había quedado solo y como la persiana del negocio estaba baja estaba en una total intimidad.

Primero comencé a ordenar los vestidos de salir, luego las polleras y así sucesivamente hasta que llegué a la ropa interior femenina, cuando comencé a tocar los corpiños se me erizó la piel, cuando quise acomodar las bombachas ya estaba totalmente excitado, entonces tomé la decisión que había estado esperando toda la vida, me quite mi ropa de varón y comencé a vestirme con las prendas femeninas que había en el local.

Me puse un hermoso corpiño de aro con push que me marcaba bien los pechos, una tanga diminuta que se me perdió entre las nalgas, un corset bien ajustado que me marcaba mi cintura como si fuera la de una mujer con caderas, unas medias rojas de red con portaligas y unos tacos de punta aguja, encima de todo me puse un baby doll todo transparente y le saqué la peluca rubia al maniquí de la vidriera.

Estaba hecha toda una reina, una actriz de película porno, me sentía tan mujer, tan femenina, que decidí maquillarme con las pinturas de mi madre y completar mi transformación, ya estaba, ahí frente al espejo del probador estaba Vanesa, toda una mujer, esa era yo totalmente travestida.

Y estando totalmente entregada al gozo de verme toda mujer frente al espejo e imaginándome frente a mi hombre me entregué al placer de masturbarme imaginándome en los brazos de un novio.

Estaba tan fuera del mundo que no me di cuenta que llegó mi tío que era el socio de mi madre y que entró por la puerta de atrás del local, yo no lo vi entrar ni lo escuché, pero él empezó a contemplarme y a masturbarse al verme pajear como hembra hasta que ya no pudo más y me tomó por detrás con sus brazos enormes y me envolvió en ellos y comenzó a besarme con toda su pasión, yo no podía soltarme de sus brazos y él me decía déjate coger porque si no se lo voy a decir a tu madre.

Yo quise resistirme pero luego de unos minutos ya estaba entregada, una por miedo a ser descubierto y la otra porque sus labios me sedujeron y comencé a desearlo con todas mis ganas.

Me besó en los labios con chupones de lengua que hizo que me mojara toda en mi bombacha, me tocó por todas partes, y finalmente me llevó a una trastienda que tiene el local y donde había una cama para el descanso de la media tarde y haciéndome sentar me dijo: desabróchame el pantalón y bájame el calzoncillo, después su enorme pene penetró mi boca pintada y sus manos tomaron mi cabeza y me la hizo chupar durante largos minutos, me decía chúpala puta, chúpala hasta el fondo que a vos te vuelve loca.

Y era verdad, yo me desesperaba por esa pija, después de una buena mamada acabo todo en mi boca y no dejó que se escapara ni una sola gota de su leche, me la hizo tragar toda. Después me arrojó sobre la cama y se echó encima mío, me acariciaba el corpiño con una mano y con la otra me metía los dedos por debajo de mi tanguita, sacaba los dedos todos mojados de mis jugos y me los hacia chupar diciéndome: bebete tu propio néctar putita.

Mordió mis pezones y me chupo la bombachita, me dio vuelta y me dilató la cola con su lengua, me mojó bien el centro de mi ano con su saliva y finalmente me penetró diciéndome que me estaba haciendo su mujer, primero me metió la cabeza y luego todo el tronco de esa enorme pija que tenía y cuando estuvo todo dentro mío comenzó a serrucharme con todas sus ganas y yo a gritar como una puta, pero me apretó la cabeza contra la almohada y ahogó mis gritos de placer y dolor, yo deliraba del gozo de estar siendo cogida y hecha mujer por semejante hombre, en un momento me hizo dar vuelta y abrir mis piernas, se las colocó sobre sus hombros y me dijo: ahora te voy a coger por la concha, te voy a llenar de leche y te voy a dejar embarazada, vas a ser mi mujer, quiero tener un hijo con vos, te voy a hacer un bebé.

Yo le pedía que no me acabase adentro, pero él dijo: no me puse forro así que te voy a dejar toda la leche adentro de tu concha de puta, después de estar un rato dándome con todas sus ganas, eyaculó todo dentro mío y tal cual lo había a firmado me dejó llena de su leche.

Después la sacó y me la volvió a meter en la boca y me la hizo limpiar hasta la última gotita de su leche, después se volvió a poner el calzoncillo y el pantalón mientras yo permanecía aún abierta de piernas tirada en la cama y se marchó diciéndome: ahora sos mi mujer, cuando yo quiera te voy a hacer vestir de puta y te voy a volver a coger todas las veces que quiera, aunque creo que no te vas a resistir, sos muy puta y ahora que probaste mi lechita vas a ser vos quien me pida que te coja.

Él se fue y yo me quedé sin fuerza para levantarme, me temblaban las piernas y encima me sangraba la cola por la tremenda penetración de la que había sido objeto, con dificultad pude quitarme toda la ropa de mujer y volverla a colocar en sus respectivos lugares y a quitarme el maquillaje justo a tiempo antes que llegara mi madre, la cual al ver que había ordenado el local me felicitó y me dijo andá a llamar a tu tío para que te felicite por el trabajito que hiciste.

Tuve que ir a la casa del fondo donde vivía mi tío para decirle que lo llamaba mi madre para que me felicite y él me agarró y me bajó los pantalones y me puso sobre la mesa del living y me la volvió a meter diciéndome: todavía me quedaba un poco de leche, tomá guárdatelo bien adentro y me volvió a dejar llena, volví con él al local y él me felicitó delante de mi madre, diciéndome que era un chico muy obediente, que tendría que haber sido mujer por como sabía ordenar la ropa femenina del local, yo me sentí muy orgullosa.

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