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Viaje a argentina

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Tras conocer la fabulosa noticia de que por la fusión de mi empresa con una importante compañía argentina me trasladaban durante un par de meses a Rosario, el corazón me dió un vuelco que por poco la casco, por fin podría llevar a cabo mi más recóndita fantasia, eso si lograba contactar con mi “amor platónico sexual”, pasar unas horas con María Granada, la más famosa transexual de toda Argentina.

Llegado a Rosario, únicamente con mi maleta y un buen fajo de dólares que la compañía me dió para los primeros gastos, me puse como loco en mis primeras horas libres para alojarme antes de comenzar a trabajar a buscar a mi trans preferida.

Tras un par de días de busqueda logré dar con ella, la sangre no me llegaba al cerebro la primera vez que oí su voz por teléfono, os podeís imaginar donde se encontraba, la polla no me cabía en los pantalones. La verdad es que pensé que me costaría más quedar con ella, pero la chica se portó muy bien a la hora de hacerme una oferta especial por toda la noche, quedamos en un centrico hotel y en una hora estaba esperandola en la habitación.

Eran más de las once cuando unos suaves golpes en la puerta me hicieron reaccionar, estaba como en el limbo imagiando como podía llegar a ser la noche.

Tras respirar hondo agarré el picaporte y mostrando mi mejor sonrisa abrí enérgicamente la puerta. Allí estaba ella, impresionante, me pasaba la cabeza y no soy precisamente un canijo, ni en las fotos que corren por internet se puede apreciar lo realmente guapa que es, su sonrisa de oreja a oreja hace que veas lo franca y amigable que es. La invité a entrar y le ofrecí una copa de champan que muy sonriente aceptó.

Tras darle un sorbo y ver que encima de la cómoda se encontraba el dinero acordado en un pequeño abanico me dió la espada y soltandose el abrigo me pidió que se lo quitara, lo primero que percibí al acercarme a ella fue su embriagador perfume y seguido sus hombros desnudos, creí que iba totalmente desnuda pero no llevaba una especie de mono negro muy ajustado hasta el pecho, complementado con unas botas de cuero ajustadisimas hasta más arriba de las rodillas, no pude por menos que darle un suave beso en la nuca, mis manos recorrieron sus caderas y mi boca los hombros y la espalda desnuda.

Mis manos nerviosas fueron subiendo por su vientre mientras ella se contoneaba rozando su culo con mi apretada bragueta, mis manos llegaron a sus enormes tetas, las amasé con fuerza, ella se contoneaba cada vez más y mis dedos bajaron la tela que separaba esas dos preciosidades del tacto caliente de las yemas de mis dedos.

María se volvió, y abrazandomé por el cuello y sin esperarlo me besó suavemente en los labios, su lengua llenó mi boca y mi lengua respondó entrelazandose con la suya.

En ese momento noté como bajo mi vientre algo duro rozó mi paquete, instintivamnete me separé un poco de ella y lo miré, bajo el apretado mono negro no se apreciaba gran cosa pero algo había, pensé que no era tan grande como apareciía en las fotos y me dió una pequeña decepción, María sin llegar a darse cuenta de lo que estaba pasando por mi cabeza me empujó suavemente hacia abajo, yo me arrodillé frente a ella y con la mano derecha se fué como a tocar el culo por la entrepierna, muy despacio fué abriendo una cremallera de atrás hacia delante y cuando llegó su mano a la altura de mi cara vi apararcer ante mí una polla tan larga y ancha que casi salgo corriendo.

Estaba apunto de llevarme a la boca el mayor caramelo que me haya comido en mi vida y no reaccionaba, mi cabeza me decía, esto era lo que estabas esperando, adelante, adelante, mi mano subió entre sus muslos y la agarró, no la abarcaba entera y sobraba más de media, ni con las dos manos la cubría. Delicadamente la comenzé a masturbar, disfrutando de cada cenimetro de aquella delicia argentina, mi lengua salió de mi boca y como por arte me magia se fue a por la punta de aquel enorme capullo, no era la primera vez que chupaba una polla, a pesar de estar felizmente casado en alguna ocasión de joven había tenido un par de relaciones subidas de tono. Mi lengua empezó a recorrer toda la longitud del miembro de María, cuando llegué a sus huevos me los metí los dos en la boca subcionadolos como un poseso, sus manos agarraban mi cabeza y mi boca subió hacia la punta de su enorme polla, mis labios rodearon el capullo y me la metí todo lo que pude hasta practicamente llegar a mi garganta, un arcada recorrió mi esófago e intentando acoplarme a ella suavicé mi mamada, mi nariz no llagaba a tocar ni de lejos su vientre, que maravilla estaba en una nube.

María siguió vestida pero con todos sus atributos fuera, a mí sin embargo me desnudo completamente, mi polla parecía de juguete al lado de la suya, eso no me amedrentó, al contrarío solo el pensar que iba a ser sometido por semejante belleza me hizo estar empalmado casi toda la noche.

La boca de María era una auténtica licuadora, casi me hizo correrme en la primera lametada que me metió, era una autentica experta, su lengua recorrió cada centrimetro de mi polla, mis huevos, perineo y ano, la tenía tan dura como la polla y durante unos minutos me penetró con ella el culo como si de una polla se tratase.

En la misma posición que estaba, bocarriba con la piernas totalmente levantadas se colocó en posición para follarme, se puso un condon y apuntó contra mi dilatado ano, la verdad es que estaba acojonado y mi esfinter se cerró ante tal amenaza, muy despacio siguió intentado entrar en el y muy despacio me fui relajando abriendo paso a la mayor polla que iba a follar mi culo, por que tras unos segundos de dolor intenso mi ano se abrió y dejó paso a la culebra de María. Entró y entro hasta sentir su punta bajo mi estómago, creí morirme de placer, sus huevos rozaron mis nalgas y su carita de angel cambió totalmente, la lujuría se apoderó de ella y me folló con fuertes embestidas, por un momento sacó la polla de mi culo y me miró, sentí un vacio enorme pero de un solo empujón la volví a sentir en mi interior.

Delicadamente me pidió que me pusiera encima, se tumbó boca arriba y me coloqué frente a ella de cuclillas, se sujetó la polla apuntando directamente a mi arco del triunfo y muy despacio fuí bajando hacia ella, mi culo se acopló perfectamente a ella y muy despacio fué entrando centrimetro a centrimetro en mi cuerpo, arqueando mi espalda me logré sentar sobre su vientre totalmente empalado, mi polla erecta apuntaba directamente a su viciosa cara, la agarró con su mano y me comenzó a masturbar mientras yo subia y bajaba frenético de placer a la vez que con mis manos masajeaba sus enormes tetas.

Un orgasmo como nunca había sentido recorrió todo mi cuerpo y la brutal corrida que salió de mi polla salpicó la cara y el pecho de María, su juguetona lengua relamió sus labios y muy sonriente me ofreció su lengua con una pequeña gotita de mi propio semen. Yo intentando reponerme me acerqué a su boca y la recogí suavemente, nuestras lenguas se entrelazaron y un humedo beso nos unió.

Yo no me quería correr tan pronto pero la excitación me hizo perder el control totalmente, todavía quedaba noche...

Para intentar relajarme me metí en la ducha, el agua caliente relajaría mis músculos, María se quedó en la cama pero cuando me estaba enjabonando sentí como entraba en el baño, me preguntó si podía orinar y dándome la espalda se puso frente a la taza con las piernas entreabiertas y meó, su polla asomaba entre sus muslos, y la visión de su duro culo y la pose me puso a cien otra vez, María terminó y se sentó en la encimera del lavabo con las piernas abiertas, una apoyada en el bidet y la otra toda larga en la encimera. Me miraba de forma lasciva y sus manos empezaron a recorrer su cuerpo, una a garró la polla y haciendo el recorrido de abajo a rriba se comenzó a masturbar mientras me miraba.

Mis manos enjabonaban mi cuerpo y sobre todo mi erecto miembro una y otra vez ante la visión de María masturbandose frente a mí.

Me aclaré totalmente y me sequé un poco con la toalla, salí de la bañera y me acerque a María con la polla apuntando hacia su entrepierna, cogí un condom que tenía en el baño y sin dificultad la penetré en aquella posición, mirandonos a los ojos, mientras María se la seguía cascando arriba y abajo, una de mis manos se la agarró también, entre las dos manos aún sobraba polla para que otra mano la agarrase, que enormidad, María quería correrse y me pedía que la culeara más fuerte, su mano frotaba el capullo con fuerza y entre gritos de placer un gran chorro de semen salió hacia arriba de su polla seguido de varios más cayendo entre los dos, nuestras manos se enzarzaron en recogerlos y estenderlos sobre nuestros vientres, María disfrutó de lo lindo y yo se lo agradecí acercandomé a sus labios para besarla, la verdad es que nunca pensé que fuera tan comprometida y cariñosa.

Nos movimos del lavabo y nos metimos en la ducha, bueno la verdad es que abrimos el grifo a tope y mientras nos besábamos y nos metíamos mano por todo el cuerpo la bañera se llenó y los dos juntos nos tumbamos en el jacuzzi, no podía dejar de tocarle el rabo era superior a mis fuerzas, aun en reposo era enorme, estaríamos como media hora sin parar de morrearnos y meternos mano, yo llavaba los huevos otra vez apunto de explotar y la verdad es que la queía volver a follar.

Me levanté un poco y me senté en el borde que pegaba a la pared, me apoyé y María me comenzó a comer, le dije que no quería correrme todavía a sí que me la comió muy suave con pequeños mordisquitos, desde la punta hasta mi ano, pasando por mis duros huevos.

Se levantó y dandome la espalda se sentó sobre mí, insertandosé entera mi polla en el culo, su contoneo era encantador y sentir su polla morcillona dando suavecitos golpes en mis huevos casi me hace correr, que maravilla, mis manos agarraron sus enormes tetas, y una de ellas bajó hasta su polla, María volvia a gemir como una auténtica perra otra vez, sus movimientos se fueron acelerando arriba y abajo, alante atrás, en circulo, mi polla palpitaba cada vez con más fuerza dentro de su culito, la avisé que me iba a correr, María se levantó y arrodillandose me quitó el condom y se la metió entera en la boca, me corrí directamente a su garganta, no dejó escapar ni una sola gota, con una sonrisilla maliciosa tiró de mí metiendome en la bañera otra vez y me beso, nos quedamos otro buen rato relajandonos en el jacuzzi, salimos de la bañera y nos metimos en la cama a dormir.

Cuando los primeros rayos de sol llenaron la habitación mis perezosos ojos se entreabrieron y la visión no pudo ser más perfecta, María con mi polla en la boca a cuatro patas me la comía como una posesa, su boca tragaba y tragaba una y otra vez no tardé ni dos minutos en correrme otra vez en su boca, más que nada en su lengua justo cuando dos pequeños chorritos de semen salieron de mi dura polla sacó su lengua y cayeron sobre ella, subío hacia mi boca, aprovechando la posición subío mis piernas con sus antebrazos y besándome los compartimos en un salado beso, en aquella posición comprendí enseguida lo que quería, su polla buscó facilmente mi todavía dilatado agujero y de un solo golpe me penetró mientras seguía besándome, estabamos los dos excitadísimos y a ella se le notó enseguida quería correrse yá, pasó una de mspiernas por delante suyo y poniendonos de lado sin sacarla me siguió zumbando, en cuatro fuertes empujones se corrió dentro de mí, nos quedamos quietos los dos abrazados, todavía penetrado, fué en ese momento cuando me dí cuenta de lo que la iba a echar de mnos cuando en unos minutos se fuera y no la volviera a ver, iba a guardar un gran recuerdo de este encuentro.

Mientras María se vestía yo la observaba serio sabiendo del fin de nuestra pequeña “relacción”, de todas formas no me quise quedar con mal sabor de boca y cuando se disponía a salir de la habitación le pedí un último beso, sus labios se encantraron con los míos y muy suavemente mis manos recorrieron por última vez sus curvas...

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