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Siervos de Elisa (3)

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Llegamos a Barcelona desde Frankfurt, habían sido unas vacaciones estupendas, todavía estaba soñolienta del cambio de horario, pero la experiencia fue genial. Allí en la terminal de llegadas me estaban esperando Elena y Luis para recogerme. Pusimos las maletas en el coche y me eche a dormitar en el asiento. “Que tal las vacaciones Ama”, al primer instante me sorprendió, 15 días sin tener esclavos hace que no te esperes dirigirte a ti como dueña o Ama. “Muy bien, esa zona del mundo es muy interesante y distinta, deberíais visitarla algún día, eso si debes ir con la mente muy abierta, ya que el choque cultural es indescriptible”.Pasamos el viaje hablando de mis vacaciones y de unas excursiones que ellos hicieron durante el fin de semana. “Cenara con nosotros?”, “No, acabo de llegar e iré a ver a mi familia, luego descansare sola”.

Luis aparco debajo nuestro bloque y entre los dos cogieron mis maletas, una vez en mi piso, dejamos los equipajes. “Esto es todo por hoy”, “gracias, Ama”, “para mañana preparareis comida también para mi como de costumbre, dejaré las ropas del viaje para lavado y planchado en la cesta, también debéis ocuparos de ellas”, “como ordene Ama”, “por cierto, Luis que tal llevas la actividad que os ordené”, “hemos seguido sus indicaciones y my agujero esta bastante ensanchado”, “algún problema al respecto”, “he tenido algunos problemas de incontinencia, incluso tuve que usar compresas ya que en algunos momentos no retenía bien, pero ya me he acostumbrado”. “compresas? Buena idea, quizás algún día te feminicé y te hagan falta. Mañana tengo el día completo y saldré con unos amigos. Para pasado mañana haremos una sesión de revisión de tu ensanchamiento, preparadlo todo, y procurad este satisfecha con el resultado”.

Deshice mis maletas, uno de los pocos trabajos que no dejo a mis esclavos, y me fui a casa de mis padres. Desde la zona de “la maquinista” hay un paseo hasta la boca de metro y me dispuse a cargar los pulmones con aire fresco. Mientras paseaba recibí un mensaje de Toni “has llegado?, si todavía estas interesada tu amigo debe presentarse las pruebas médicas! Llámame cuando puedas”. Lo llamé mientras andaba, “cuando son las pruebas?”, “las medicas en una semana”, “supongo que si que lo presentare, primero debo ver que tal esta, apenas lo he saludado y luego tengo que informarle, seguramente no lo tomara bien”, “me tienes que dar una respuesta para cogerle vez en las pruebas”, “si, ira, no te preocupes, cuando me pongo suelo ser muy persuasiva”, hablamos de mi viaje y de diversas cosas y amigos comunes y nos despedimos. Pase la tarde con mis padres y familia sin más novedad.

Pase ese par de días asentándome, por supuesto sin mas trabajo que deshacer mis maletas, para eso una tiene siervos. Elena había dejado la cesta con mi ropa lavada planchada en el salón de mi piso, esa tarde habíamos quedado para comprobar el ensanchamiento de Luis y pensaba pasar una tarde de relax y placer con mis sumisos, estaba pensando en como decirle a Luis lo que le separaba, cuando vi uno de mis sujetadores en el cesto de ropa, tenia la zona de los aros a punto de romperse. La mala pecora de Elena seguramente no lo había lavado a mano, yo se que no le gusta lavar a mano ya que fastidia la manicura de sus uñas, ese no es mi problema.

Ya le había dicho mas de una vez que mi ropa interior se lava a mano y que si no lo hacia así, ya la iba a ensenar a obedecer, me puse de muy mal genio, le hubiese dado una paliza de haberla tenido enfrente, lo iba a lamentar y de que manera. Llame a Elena por teléfono y le dije que esta tarde viniese a mi piso temprano y que Luis viniese un par de horas mas tarde, que trajese la taza café de desayuno que tiene con su nombre.

A veces me puede la rabia inicial para castigar a mis esclavos, pero esta vez deseaba dejarle huella a esta vaga de Elena. Baje a la farmacia de la esquina y compre un par de cajas de supositorios de glicerina, una vez en casa los puse la baño María en una cazuela, cuando se deshicieron en liquido añadí unas gotas de tabasco y peperoncio picante (guindillas secas machacadas para que nos entendamos), cunado se estaba enfriando llene un par de condones con el liquido, un nudito y al congelador.

Eran las 2 de la tarde cuando Elena llamo a mi piso, estaba inquieta, no sabia por que la había citado. Algunas veces la llamaba para hablar entre mujeres, bueno en esos casos solo hablaba yo, a ella le mandaba que me comiese el coño mientras con un licor y un cigarro le soltaba la parrafada. Hoy no era el caso.

Entro en mi casa y cerré la puerta tras de ella, “dame la taza, ve a mi habitación y me esperas desnuda y de rodillas”, le di un plug de tamaño pequeño, “ponte esto en tu culo”, “si Señora”. Me cambie de chanclas a unas sandalias de suela de cuero con tacón y cogí unas cuerdas y hilo de nylon que tenia preparados. Me quite las bragas las puse en la taza y mee dentro.

Allí estaba de rodillas desnuda, tenia cara de lascivia, seguramente pensaba que íbamos a tener una sesión lesbica. “Que tal habéis pasado los días que estuve fuera?” “bien mi Ama”, habéis follado?”, “unas cuantas veces”, “As enculado a Luis con el consolador grande como te dije?”, “si, al menos dos veces al día, algunas veces tres”, “te gustó?”, “Al principio me aburría, pero después de un par de veces le encontré la gracia y disfruto clavándosela”, “te corriste sodomizándolo?”, “he puesto unas protuberancias en la parte de atrás del consolador y me froto en clítoris con ellas cuando lo cabalgo, he tenido unos orgasmos buenísimos jodiendolo”. “o sea que te gusta?” “si, la sensación de poder es muy excitante, saber que estas machacando, ver la cara de sufrimiento que ponía cuando le entraba las primeras veces, verlo indefenso, y luego las embestidas fuertes cuando estaba a punto de correrme, si, eso me ha puesto a cien esto días, he disfrutado como una enana”.

“lo humillaste mientras lo follabas?”, “al principio no, lo tome como un trabajo, pero luego cuando empecé a tomarle gusto le dije unas cuantas barbaridades”, “me ponía cachonda, sentada en usa silla con el cipote de 20 centímetros mirando al techo, ven aquí mariconcito, que te esta gustando, hoy te voy a dejar el culo como la boca del metro”, “también a cuatro patas, se la sacaba del todo y le echaba un escupitajo tremendo en el agujero abierto “te voy a dejar el culo como un bebedero de patos”, le gritaba en la oreja, y se la clavaba hasta la empuñadura de un solo golpe, la sensación de poder y dominio era bestial, no podía evitar correrme a las pocas embestida, me estoy mojando ahora solo de recordarlo”.

“Y Luis como lo ha aceptado?”, “no disfruta que lo folle ni que lo humille pero ya lo a asimilado, se que le pica cuando le suelto esas cosas, pero cuando me pongo el consolador me transformo y le he tomado gusto a darle caña”. “Ha tenido Luis algún problema, o dolor?”, “al principio mas dolor físico, los primero días andaba mal para sentarse, ahora es mas dolor psíquico, que tu mujer a veces folle con otros y que te parta el culo con un consolador”, “después de 5 días empezó a tener incontinencia, tuve que ir a la farmacia por compresas, a él le daba vergüenza”.

“supongo que también le darías caña con lo de las compresas?, “si, al principio no le dije nada, pero luego cuando fui a la farmacia y me preguntaron sobre el flujo y tal me partí de risa”, “le di caña, hasta cuando no me lo follaba, hola querida, ya eres una mujercita, esta es tu menstruación, en lugar de flujo es mierda, eso es porque no eres mujer y como tampoco vales para hombre, entonces debes ser algo inferior”, “pero no te preocupes querida mariconcita, yo te voy a dar lo que te gusta, una buena polla, con esta polla dentro eres la envidia de cualquier mujercita”, “no le di la caja de compresas, así tiene que pedírmelas” “algunos días en el trabajo venia a mi mesa a por una de recambio, y me mojaba toda solo de ver su cara de angustia y su humillación”, “otra vez? No te da vergüenza, seguro que as andado metiéndote cosas a escondidas, viciosa, te gusta mas mi polla que mi coño, maricona”, “a él, le pica, pero tiene que tragar”.

“Mi Ama solo de recordarlo me he puesto como un horno, si Luis estuviera aquí le pediría permiso para encularlo”. Su cara rezumaba lascivia, yo también me había excitado con la conversación, me agache y le pase la mano por el coño estaba chorreando, le metí dos dedos y con el pulgar le acaricie el clítoris en círculos, me miro con la boca semiabierta y la punta de la lengua fuera invitándome a besarla, le frote mi mano por su labios vaginales y la deje en ascuas, “no te preocupes vas a tener oportunidad de follarte a Luis las veces que quieras y yo estaré para verlo”.

Le di un ligero beso en los labios “pero hoy te he llamado antes por otra razón”. “Túmbate boca arriba con las piernas recogidas y tus tobillos pegando a tu culo”, le ate los muslos a los tobillos, cada pierna separada, no podía moverse y solo estaba en equilibrio tumbada o de rodillas, le abrí las piernas, estaba mojada con este bondage. “De rodillas”, era difícil ponerse de rodillas atada así, la agarre de las tetas y tire de ellas ayudándole a ponerse de rodillas, gimió de dolor cuando arrastre su cuerpo tirando de sus tetas, le cruce la cara con dos fuertes bofetadas, una lagrima cayo de sus ojos, “estate calladita”.

“Abre la boca”, le metí las bragas empapadas en mis meaos y le cerré la boca con cinta de embalar. “Las palmas de las manos en el suelo”, directamente le pise las yemas de los dedos primero levemente para ir pasando mi peso del talón a la puntera. Elena tenía los ojos llenos de lágrimas, le estaba machacando los dedos , me puse casi de puntillas sobre sus dedos y gire mis pies a un lado y a otro como apagando una colilla, conté un minuto, con la mordaza solo emitía gemidos, pero su cara era de dolor extremo. Me baje de sus dedos, los tenia amoratados y sangraba en las comisuras de las uñas y nudillos, “ahora ves que es mejor si no tener uñas cuidadas por lavar a mano o esto”.

Le puse las manos a la espalda con cada mano en el codo opuesto, le pase varias vueltas de cinta de embalar cogiendo las manos y antebrazos, no era una postura incomoda ni dolorosa, pero tirando de los antebrazos hacia arriba seria muy doloroso. Me agache y comprobé su coño, estaba mojado, el dolor de las manos se había pasado el mío también estaba chorreando.

Agarre sus pechos y tirando de ellos la tumbe en el suelo, la deje un par de minutos mientras traía de la nevera los 2 supositorios ya sólidos de unos 10 centímetros por 4 de diámetro. Le separe las piernas y le acaricie el clítoris, metí mi cabeza en sus piernas y lo lamí, empezó a mojarse, le empecé a meter un par de dedos en el coño, suficiente. Acaricie su ano y suavemente le quite el plug, saque los supositorios de los preservativos y se los metí en el ano uno detrás de otro antes de que el ano se cerrara, un poquito de vaselina y le volví a poner el plug, “este regalito tu culo lo va a gozar durante unos cuantos días y tu te acordaras durante unos bastantes años”. Me demore cada paso quería que cada movimiento se le quedara en la memoria como estaba allí indefensa, el dolor que había soportado y la incertidumbre del dolor que le quedaba todavía por sufrir.

Tire de sus tetas y la volví a poner de rodillas, tenia la cara descompuesta, y en sus ojos se leía el miedo, cogi el hilo de nylon y prepare un nudo, acaricie su pezón derecho hasta que respondió a mis estímulos poniéndose erecto y duro, lo pase por el nudo y tire de los extremos, el hilo de nylon se clavo en la piel separando el pezón de la teta, le di dos vueltas al hilo y lo asegure con otro nudo. Repetí la misma operación con el pezón izquierdo. Pellizque un pezón con cada mano y los retorcí, los ojos de Elena se salían de sus orbitas, lagrimas le caian sin parar de los ojos hasta la barbilla. Le pase unas cuerdas y le ate cada teta con dos vueltas de cuerda separándolas del pecho como dos bolas.

La deje así y me encendí un cigarro contemplado mi obra, “que pasa, vaga putilla?, te parecía que la sumisión era solo dejarse follar, pues también es obedecer, sufrir y rendirse y entregarse”. Pase una cuerda de sus tobillos a los brazos ajustándola cuanto pude. Despacio la tumbe de espaldas en el suelo sus tobillos quedaron debajo de la parte alta de su culo, tenia las piernas en total tensión. Su coño estaba completamente expuesto con los labios brillantes.

“Cierra los ojos”, empuñé una fusta con el extremo terminado en una vuelta de cuero plano, me coloque de pie con su cuello entre mis tobillos los cerré entorno a su cabeza para que no pudiera moverla. Le di un fustazo seco en los labios de su coño. Trató de cerrar las piernas de dolor, se revolvía, Arqueo su estomago liberando sus tobillos y a duras penas y con gran sufrimiento cerro las rodillas “vamos cerda que te abres al primero que pasa, no te vayas a hacer la estrecha ahora, abre las piernas y estate quieta o te reviento una teta”, con la punta de la fusta le acaricie el pezón. Abrió las piernas lentamente y aproveche para poner un pie sobre su estomago comprimiendo los tobillos bajo su espada, ya no podría cerrar las rodillas. Otro fustazo en los labios vaginales, Elena abrió los ojos y me miro implorando “te he dicho que cierres los ojos, te voy a dar 10 fustazos, solo llevas 2, estate quieta y no hagas que me cabree mas”.

Se quedo quieta temblando, llorando, mire sus pechos, las tetas estaban rojas y los pezones morados como cardenales le retorcí un pezón pellizcándolo “eso esta mejor”, otro fustazo y otro. Me encendí un cigarro y mire el reloj. Faltaban 20 minutos para que Luis llamara. Le di un los últimos fustazos espaciados para que sintiera el intenso dolor de cada uno completamente, Elena se movía a cada uno de ellos pero las se quedaba quieta en cuanto podía para recibir el siguiente, podía sentir su estomago tiritando debajo de mi pie. En su mente solo deseaba acabar el sufrimiento, en mi mente aun faltaba algo de castigo y era el momento de gozar un poquito.

Mire a su coño, los fustazos le habían dejado unas marcas púrpura en el monte de Venus, tenia los labios muy irritados de los fustazos, e incluso uno o dos golpes parecía que habían dado de lleno en su clítoris. Hasta yo misma me asombre de lo doloroso que debía de haber sido y lo hipersensibilizado que estaba su coño en este momento, hacerle un “dedito” o follarla ahora le haría ver las estrellas. La deje allí boca arriba en mi habitación y la cubrí con una sabana, me refresque en la ducha y en ese momento llamo Luis. Yo estaba muy cachonda después de la sesión de castigo de Elena. Saque una botella de cava del congelador y con dos copas me lleve a Luis a mi cama, ni se inmuto cuando vio una sabana cubriendo algo en un rincón de la habitación.

“Luis hoy quiero que follemos, quiero que me hagas disfrutar y que tu disfrutes también”, “como quiera mi Ama”, “Elena esta ocupada haciendo unas cosas para mi y se nos unirá en cuanto termine”. Desnude a Luis, me desnude yo “dame un masaje con leche hidratante”, Luis se puso manos a la obra, me excitaban sus caricias sobretodo pensando que Elena estaba allí como una estatua, sufriendo las ataduras. Luis llegaba con su suaves manos a mis zonas erógenas, yo estaba boca abajo en la cama, lo mire y le hice una indicación de que me empezara a lamer el culo, abrí las piernas y disfrute de su lengua “métela bien adentro”. Después de unos largos minutos de dedicarse a mi culo, me di la vuelta, agarrandolo del pelo, lleve su cara a mi entrepierna, “hazme correr”. Me comió el clítoris y los labios de forma magistral, me corrí, en un gran orgasmo “continua lamiendo, ahí pero mas despacio”.

Me repuse, guíe a su boca a mis pechos, me chupo los pezones dándoles golpecitos con la punta de la lengua, lo separe y le ofrecí una copa de cava, llevaba mas de media hora lamiendo su lengua y boca necesitaban liquido. Mientras bebíamos cava le empecé a acariciar la polla, estaba semi dura, me puse un poco de crema hidratante y lo empecé a masturbar. Me gusta la sensación de excitar a alguien, experimentar el cambio de textura de la polla cuando se endurece, estaba muy excitada, con una polla en mi mano con unas copas de cava, y sabiendo que la mujer de mi amante estaba allí en la esquina sufriendo bajo la sabana.

Sin soltarle la polla empezamos a morrearnos, lo tumbe en la cama y me senté encima de el clavándome su miembro, entró solo, no es que sea muy grande además yo estaba muy lubricada. Puse la mano de Luis en Mi clítoris y comencé a cabalgarlo mientras el me masturbaba, le di una buena cabalgada hasta que me corrí. Me salí de él, y mire su miembro, después de tantas sesiones de entrenamiento Luis tenia mucho autocontrol, pero aun así decidí dosificarlo, nos tomamos una copa de cava y me fume un cigarro. Mientras fumaba le indique a Luis que empezara a chuparme el coño, cuando estuve a tono me puse a cuatro, acaricie su polla, “penétrame desde atrás y masajéame los pechos, dame duro”, Luis me daba y yo me tocaba el clítoris , me vino un orgasmo genial. Pare a Luis y me tumbe para recuperarme, su polla tiraba liquido preseminal como un grifo que gotea.

“Estas a punto de correrte, eh?”, “si mi Ama”, “puedes aguantar un poquito mas?, demostrarme que eres un machote?”, “aun podría aguantar unas cuantas embestidas, pero poco mas”, “te apetece follarte un “bollo de nata”? seria como meterla en mantequilla”, “no entiendo mi ama”, me levante y agarrandolo por la polla sin dejar de masturbarlo lo lleve al lado de la sabana, “mira que regalo te tengo preparado” y descubrí la sabana.

Ver a su esposa sufriendo en aquella posición le sobresalto, le seguí acariciando la polla. “esto le ha sucedido a esta putilla por no seguir mis instrucciones y no lavar mi ropa intima a mano”, “procura que no te pase a ti, no me desobedezcas o sabrás lo que es bueno”.

Su polla bajo en dureza, pero yo seguí acariciando sus huevos y polla “te acuerdas de las veces que folla con otros, como disfruta”, “como se ríe de ti y te humilla cuando le limpias de la leche de otros machos”. “como se cachondea del tamaño de tu polla y la compara con otros tíos que se la follan”, “la saña con la que te escupe en la cara cuando se la pide el macho que la esta follando” “como te ha echado gargajos en la boca junto con sus amantes”. “Seguro que siempre has deseado la oportunidad de devolverle la pelota, darle una follada que no se le olvide”, “algunas veces lo he pensado mi Ama”.

“Le ordene que te follara el culo, durante mi ausencia, solo le dije que te lo entrenara” “estoy segura de que ha disfrutado ensanchándotelo, seguro que se partió de risa humillándote” “te lo voy a dejar como un bebedero de patos, parece una boca de metro, o alguna lindeza similar”, “te dijo, también que te iba a enseñar lo es un macho con buena polla, mientras te daba estocadas que te partían el ano”, “se mofo de tu incontinencia y de que tuviese que usar compresas, como una mariconcita”, “esas puyadas son humillantes”, “si mi Ama”.

Continué dándole punzadas dialécticas, y acariciándole la polla, poniendo cara lasciva, Elena nos veía, le di un morreo a Luis metiéndole la lengua hasta el esófago, “yo te aprecio, te educo como mi esclavo, si me obedeces siempre encuentras en mi tu Ama para apoyarte y si te castigo es por que lo mereces o para reforzar tu condición”, “pero ella, ella es una esclava, y se aprovecha para desquitarse contigo”, lo bese de nuevo en la boca y le chupe sus tetillas, Elena nos miraba celosa, me estaba comiendo a su marido y ella al menos quería su parte de caricias.

Con el tratamiento sobre su polla y huevos y tetillas Luis volvía a tener la polla como un grifo goteando liquido, “follatela, jodela como a la perra que es, simplemente clávasela por todas esas veces que te ha humillado con otros, dale duro hasta que le salga por la boca”, “puedes darle sin compasion y correrte dentro de ella”. Se puso de rodillas y guío la polla a la raja de Elena, no estaba lubricada, “escupe en tu polla y en su raja como ella hace con tu culo”, eso hizo apretó y se la metió. Elena lloraba de dolor pero no podia escaprse de esta penetración no deseada, tenia los labios del coño y el clítoris amoratados de los fustazos, Luis no lo veía porque yo le tenia de la barbilla y lo morreaba, “empuja, tranquilo, es una sumisa esclava, ya lubricara”. La cara de Elena era la viva expresión del dolor y el miedo, para evitar que Luis la viera y se parase me senté sobre su cara mirando a Luis y continúe besándolo y acariciando su pecho, después de media docena de fuerte empujones empezó a embestir rítmicamente.

Ni yo misma se como de dolorosa debe ser la experiencia pero seguro que mucho, me estaba mojando de pensarlo, seguí morreándolo y ahora pellizcándole los pezones a Luis, él tenia las manos en las caderas de Elena y empezó a embestir con mas fuerza y mas rápido, su corrida estaba cerca, con mis manos cogi los pechos atados de Elena como si fuesen dos bolas de billar y los retorcí, en unos segundos Luis se corrió dentro de ella. Y se dejo caer encima de Elena.

Me levante y mire la cara de Elena, tenia los ojos rojos de las lagrimas que había soltado, estaba desencajada y seguramente había sobrepasado el limite de dolor al que estaba acostumbrada. Aun le quedaba un poquito mas de refinado sufrimiento.

“Luis, desata a Elena pero déjale la mordaza y las manos a la espalda”, “si mi Ama”. Fui a por el consolador de correas de 20 centímetros, mire y allí estaban las protuberancias que Elena había utilizado para darse placer mientras enculaba a Luis. Me puse el instrumento y encaje mi clítoris entre las protuberancias, y con la mano embardunada de vaselina comencé a pajear el falso pene. “Luis a cuatro patas, Elena ponte boca arriba y dale tu coño a Luis para limpie lo que ha dejado”.

Empecé a jugar en el ano de Luis, le puse vaselina y empecé a meter dedos haciendo círculos en el borde de su ano para relajarlo, aunque se había corrido su polla respondió como un resorte y se puso semi dura, comencé a pajearlo masajeando su ano metiendo dos, tres y hasta cuatro dedos, realmente Elena había hecho un gran trabajo de ensanchamiento. Luis empezó a gotear liquido “te gusta, eh?, al final va a ser verdad que tienes el culo tu zona mas erógena”, Luis estaba avergonzado, pero su polla delataba la bondad del tratamiento. Me coloque detrás de el y empecé a introducir, al principio encontré un poquito de resistencia, en su esfínter, apreté un poco mas, el esfínter cedió y su culo absorbió de golpe mas de la mitad del falo.

“Dirás lo que quieras esclavo pero tu culo tiene vida propia se ha tragado este monstruo sin rechistar”, baje mis manos buscando su polla, estaba erecta todavía, le pajee fuerte, y a la vez le embestí a fondo. Elena tenia razón una vez que le has encontrado el gustillo te llama y quieres darle fuerte hasta que reviente. Le di una buena cabalgada, sacándola de vez en cuando y metiéndola de golpe, una vez que el capullo del falo pasaba el esfínter, entraba sin resistencia como un cuchillo en mantequilla. Me quede quieta con el falo hasta el fondo en el culo de Luis, con una mano le cogi los huevos y con la otra lo pajee, le costo un poco hasta que note que estaba a punto de correrse “puedes correrte Luis”, el muy avergonzado se dejo ir y se corrió empalado se sus lecherazos, no muy abundantes cayeron al suelo, “vaya vaya, menudo putito culero tenemos aquí o deberia decir putita?”.

Me salí de el y mire el boquete que le había dejado, podía meter 4 dedos sin problemas, “pues si que parece una boca de metro”, “Luis limpia tu leche del suelo con la lengua”. Fui hacia Elena con el falo en mi mano, la mire a los ojos, le hice una seña como diciendo, “que te parece?,es grande, eh?, pues ahora es tu turno putita”, ella aun con la mordaza no podía hablar pero sus ojos eran un poema, deseaba desaparecer. Solo ver su cara ya me estaba mojando, le puse un condon al falo y una buena ración de vaselina “de rodillas”, era difícil ponerse de rodillas con las manos atadas a la espalda, además ella no quería colaborar, no quería que su ano aderezado como estaba con guindilla y tabasco fuese reventado ningún falo y menos uno de este tamaño.

La agarre por las tetas y la puse de rodillas, la empuje y le hice caer hacia delante hasta que sus pechos y su cara descansaban en el suelo. Me coloque de rodillas detrás de ella, le quite el Plug, tenia el culo muy lubricado de la glicerina de los supositorios, le puse en capullo lleno de vaselina en su ano y empuje, debido a la lubricación entro fácilmente. Mire la cara de Elena, lloraba como una macarena, ya tenia mas de la mitad dentro, empecé un mete y saca sin pasar de la mitad, Elena lloraba como una fuente, seguramente las partes solidas de los condimentos estaban rascando el interior de su ano y  la esencia picante estaba penetrando escociendo y picando dentro de ella.

Cuando ya había adquirido cierto ritmo, me incorpore y dejándome caer le enterré el falo hasta el fondo, sur cara parecía explotar, no se si se desmayaría o no, me daba igual, yo había llegado a ese punto de dominación en que pierdes un poco la noción y el control y mecánicamente machacaba su culo, sin solo pensando en placer que me daba humillarla y castigarla. Seguí con mis embestidas le cogi los brazos atados, como si fuesen las riendas “esto parece un rodeo, verdad vaquita?”, la cabalgue fuertemente con estocadas largas del capullo hasta el fondo durante un cuarto de hora. Para entonces Elena ya ni lloraba ni nada, parecía muerta, se la saque y me quite el consolador.

“Luis acompáñame a darme una ducha”, deje a Elena postrada de rodillas con las manos atada y mordaza, con el culo mirando al cielo, abierto como una flor. Seguro que esta sesión le iba a doler durante unos días cada vez que iría al bañó o si su culo era usado.

Ya en la ducha, yo me había puesto caliente, Luis me chupo hasta que me corrí en su cara, me enjabonó y yo a él, nos duchamos salí de la ducha con un albornoz. Elena todavía estaba allí deshecha en el suelo, me acerque la agarre del pelo y gire su cabeza para que me mirara a los ojos. Tenia la mirada perdida, sus ojos reflejaban entrega y aceptación, como si se hubiera abandonado a lo que pudiera venir. L saque de su estado de trance quitándole la mordaza la mordaza de cinta adhesiva de un fuerte tiron. Se despertó sobresaltada del dolor en sus labios, pero apenas le quedaban fuerzas para mover la cabeza. Meti mis dedos en su boca y saque mis bragas, perfectamente escurridas, le puse mi pide delante su cara y ella sin dudarlo lo beso. “Gracias Ama”, “que te sirva de lección, no vuelvas a desobedecerme, y menos aun tratar de engañarme no siguiendo mis instrucciones sin avisarme de ello”. Le desate las manos y la ayude a incorporarse e ir a la ducha, Luis la estaba esperando, la enjabonó y masajeo mientras yo me morreaba con ella, se duchó y salimos los tres de la ducha, Elena se recostó en el sofá a descansar, aun estaba aturdida de tanto dolor, mientras tanto Luis y yo preparábamos algo de merienda.

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