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De nuevo en el bar swinger

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Como ya he descrito en otros relatos soy una mujer de tez blanca, delgada y de estatura normal, tengo senos pequeños pero bastante duros y puestos en su lugar, con unos pezones que no me permitirían mentir sobre las ganas que alberga mi cuerpo, y una cintura estrecha de la cual también se disfruta en varias posiciones. Mi compañero en el bar swinger es un hombre blanco, delgado, con unas piernas bastante atléticas y fuertes y unos brazos que pueden rodearme toda, sus dedos hacen magia dentro de mí, por supuesto, no tanto como su miembro que se pone tan duro como no he visto otros.

Esa noche como otras, fuimos al bar swinger, era día, de lencería, sobre ella yo tenía un vestido negro con rojo bastante escotado y lo utilicé sin brasier, realmente no dejaba nada a la imaginación, la mirada del recepcionista lo decía todo.

Cuando entramos ambos estábamos solo con ropa interior yo ya tenía muchas ganas pues él me excita con solo estar a mi lado o rozarme la piel, y lo sabe. En la pista donde estuvimos un buen rato había muchas parejas, varias mujeres con cuerpos perfectos que me hacían sentir un poco temerosa, sin embargo, disfrutaba tanto de verlas que pronto lo olvidé, mientras veía otras parejas, lo besaba y lo tocaba, él, quien disfruta de hacerme esperar no me penetraba aunque se lo pedía y ciertamente mi vagina necesitaba de su pene.

Después bailamos un poco y nos acercamos a una de las chicas más lindas del lugar con unas tetas impresionantes, unas piernas hermosas y una carita espectacular, bastante joven igual que yo, la besé y la toqué mientras ella me masturbaba, después intercambiamos parejas y su chico me tocaba, a esas alturas mi vagina ya estaba mucho más ansiosa, mientras tanto él la besaba y la tocaba, besaba sus tetas con la intensidad que besaba las mías cada vez que tirábamos y me calentaba más y más.

Después subimos a la piscina y besé cuantas tetas pude mientras él lo consentía y besaba y tocaba algunas cuantas también, por fin salimos de allí y mi vagina que clamaba por ese pene duro, grueso y largo lo recibió, fuimos a una cama y él me hizo sexo oral, lo cual me enloquece enormemente, después se puso sobre mí y me lo metió fuerte hasta el fondo mientras me repetía lo que soy, una puta en la cama, a medida que lo decía me calentaba más, hasta que los dos por fin tuvimos nuestro orgasmo...

Después de eso llegaron más parejas, yo tenía la fantasía y de cierto modo el reto de dejarme penetrar por desconocidos, me acosté como una puta y mientras uno me lo metía y yo gemía de placer otro me penetraba por mi boca hasta sentir que me llegaba muy al fondo, esa noche atendí a 4 hombres y unas cuantas mujeres...

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