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Alicia, reportera del sexo (3)

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Hola, soy Alicia, como ya recordareis, soy periodista y para poder ejercer mi profesión, tuve que aceptar realizar tres reportajes sobre sexo, es primero me acerco a la prostitucion de alto nivel, con el segundo tuve el verdadero placer de conocer el mundo de las lesbianas, y este tercero me dio la oportunidad de descubrir las fantasías sexuales de mis amigas.

Los reportajes tuvieron tanto éxito, que mi jefe me ofreció una columna semanal dentro de la revista, como ya sabréis algunos de vosotros, yo trabajo en una revista destinada al publico masculino y la verdad, la cantidad de cartas y e―mail recibidos felicitando por los reportajes, hizo que por fin otro de mis sueños se hiciera realidad, Alicia habla de sexo, así se llama mi columna y esta dedicada cada semana a un tema diferente.

Pero eso vendrá mas tarde, antes debo relataros mi tercer reportaje, su titulo era ¿Fantasías sexuales de una mujer joven?, como podéis imaginar podría haberme inventado el articulo, pero no me gusta mentir, y cuando escribo me gusta hacerlo sobre cosas que he vivido, sino creo que es engañar al publico, y yo soy muy honesta, sobretodo en mi trabajo, así que decidí hacer algo que desde mis tiempos de instituto no había hecho, una fiesta de pijamas en mi casa, como principal aliada llame a mi amiga laura.

―Laura? – pregunte, había descolgado el teléfono pero no contestaba.

―Si, estoy aquí, ¿ qué quieres? – pregunto muy seca, luego supe que la había despertado.

―Tienes planes para el viernes?―

―No, ―contesto ella― ¿ qué me propones? – respondió, esta vez mas alegre.

―Una fiesta de pijamas―

―Mira Alicia, te tengo dicho que no bebas durante la semana, no crees que ya somos mayorcitas...

― Calla y escucha, recuerdas que aun me falta mi tercer reportaje, he pensado que podríamos juntarnos Lorena, Claudia tu y yo y contarnos nuestras fantasías; ¿ que te parece?―

―Eso ya es otra cosa, vale, yo me encargo de llamarlas y prepararlo todo en tu casa, espero que ha Lorena la deje su marido, bueno te dejo nos hablamos luego―

Como ya sabéis la mayoría, Laura es mi mejor amiga, pero junto con Lorena y claudia formábamos el grupo más revoltoso del instituto y después de la universidad, las cuatro estudiamos lo mismo, Lorena esta casada y Claudia vive en pareja desde hace dos meses, así que teníamos una representación de cuatro sectores de mujeres jóvenes, una casada, una fotógrafa viviendo en pareja, una periodista soltera y sin pareja estable y Laura ella era otro mundo pero también interesaba su opinión, para mi era la mas valiosa.

Después de pasar la semana, llego el viernes por la tarde, compre un par de botellas de vino blanco camino a casa, y cogí la grabadora de la oficina. Tenia que grabarlo todo para poder contarlo después, cuando llegue a casa ya estaban todas allí, y habían preparado la cena, me cambie de ropa, y nos pusimos todas en camisón, era una de las normas nada de pijamas solo camisones y tenían que ser sexys, esta norma la teniamos cuando éramos unas niñas, era la única forma en que nos dejaban vestirnos con los camisones de mama, y esto era un fiesta como las de entonces, por lo tanto tenían que seguir las normas.

Después de cenar, pusimos los sacos de dormir en el suelo, y todos los cojines cogimos las copas de vino, las botellas y en medio de todo la grabadora.

―Bueno chicas, ya sabéis porque estamos aquí.― les dije yo― Quien es la valiente que empieza?

―Yo – Dijo laura, ya he comentado varias veces que ella no es nada vergonzosa―

―Bien –le conteste, habla hacia la grabadora

―Esta bien empiezo.

Mi gran fantasía, es poder hacérmelo con un desconocido. Os explico como iría, nada de preguntas, nada de palabras, solo sexo.

Una tarde, después de trabajar, decido ir a comprarme ropa, empieza el verano y necesito cambiar de vestuario, dentro del cambio esta todo tipo de ropa, incluida ropa interior y trajes de baño, después de pasarme media tarde comprando decido ir a mi tienda favorita, donde compro mi ropa interior desde hace mucho tiempo, al entrar un hombre se dirige a mi

―Buenas tardes, desea algo― es un hombre joven, 20 o 21 años casi un niño.

―Sí, donde esta Susana? – Le pregunto, Susana es la dueña de la tienda.

―No, esta – dice el chico― Soy Alex su hijo, en que puedo ayudarte?.

―No sé si podrás ayudarme estoy buscando un cambio de vestuario y no sé si tu sabrás exactamente lo que quiero―

―Te sorprendería lo que sé – contesta Alex, mirándome fijamente.

―No te preocupes yo busco― y me alejo de él, no sin antes echarle un vistazo, buenos hombros, moreno, ojos marrones, musculoso y sobre todo un trasero muy prieto, casi sin darme cuenta estoy pensando en lo que no debo, es casi un niño, y sigo con mi tarea.

Después de encontrar varios conjuntos, me dirijo al vestuario, dejo las bolsas en el suelo y me dedico a desnudarme, estoy yo frente al espejo y empiezo a mirarme, como me saco camisa, despacio, boton a boton, viendo como mi pecho asoma en medio del escote, puedo ver mi sujetador, y mis pechos que con el roce se me estan poniendo duros, me bajo la cremallera de la falda, la deslizo por mis piernas, me veo en el espejo, con el sujetador negro el tanga y empiezo a moverme sensualmente, estoy desnudándome para mi , agarro el tanga lo saco, después el sujetador y me quedo delante del espejo completamente desnuda estoy disfrutando de la situación, me gustaria que alguien pudiera verme y fantaseo con ello.

Debo admitir que me gusta mi cuerpo, mis pechos blancos, con los pezones rosados, duros, apretados, mis piernas morenas, esbeltas, creo que soy atractiva y disfruto mirándome y que me miren, cierro los ojos, mientras mis manos recorren mi cuerpo, me muevo lentamente y cada vez estoy mas caliente, de repente noto alguien detrás, miro al espejo y veo a Alex detrás de mí, no dice nada, solo se acerca, me atrae hacia él, mientras yo veo la escena en el espejo, me quiero girar y decirle que se vaya, pero ya es tarde, él es mas fuerte de lo que yo me pensaba, y me tiene agarrada con fuerza, noto su paquete cerca de mi trasero, abultado, potente, ese niño esta muy bien dotado, miro al espejo y me veo a mi misma desnuda, con las manos de Alex recorriendo mi cuerpo, empieza a masajearme los pechos los coje con sus manos, no son manos muy grandes y no le caben mis pechos dentro, pero con sus dedos empieza a masajear mis pezones que estan duros como piedras quieren mas, mientras me mira a través del espejo, pasa sus manos por mi vientre, sin prisa él también esta disfrutando de la escena en el espejo, estoy muy excitada, él no habla, no dice nada, solo acerca su mano a mi coñito, pero no me toca, es un suplicio estoy tan mojada, deseo que ponga su mano en mi clítoris, que lo toque, pero el lleva su mano hacia atrás y empieza a masajearme desde atrás, de mi raja a mi ano es una delicia, mientras su boca recorre mi cuello, mi nuca, siento la lengua muy caliente cerca de mi oreja, es una de mis zonas más erógenas, y él lo esta haciendo muy bien, se esta tomando su tiempo, me esta besando con maestria y delicadeza, muy suavemente, parece mentira que alguien tan joven, tenga tanta destreza, mientras yo gimo, él me obliga a bajar mi cuerpo y sin dejar de masajearme me obliga a poner las manos encima del banco, dejando mi culo a su merced, él todavía no se ha quitado ni una sola prenda, de repente empieza a lamerme la espalda, no me deja moverme, me muero por tocarlo, acariciarlo, besarlo, el deseo me mata pero me tiene totalmente paralizada, él domina la situación y mientras con una mano acaricia mi clítoris con vehemencia, saca su pene y con la punta empieza a jugar, me lo pasa lentamente, yo le noto suavecito mojándose con mis flujos, y con los suyos, yo lo oigo jadear, pero no tiene prisa sigue con el juego un rato mas, a mi me esta matando, no voy a poder aguantar mucho mas, no se que va hacer, él lleva el control, y eso es algo que nunca había probado, me esta dominando y me gusta.

―Ummmm, por favor, mátemela ya, no puedo mas, Mmmm, que bueno ― pero él no obedece, solo me mira en el espejo, mis ojos están medio cerrados por el placer y él se sonríe, sabe que estoy en sus manos y eso lo excita aun mas, él manda, ese es su juego y yo debo dejarme hacer, es entonces cuando metiendome los dedos en la vagina y con el pulgar me acaricia el clítoris consigue que me corra, y justamente mientras yo casi caigo al suelo de placer, él empuja y me la mete hasta el fondo, mientras yo veo toda la escena en el espejo, me veo a mi arqueada hacia abajo, mientras él empuja por detrás,embiste un par de veces, sin llegar a correrse, entonces me da la vuelta y me obliga a ponerme de rodillas con mi cara delante de su polla, me la mete en la boca y me dice:

―Ahora chupamela, lamela, es toda tuya, cometela entera hasta que me corra.―

Yo todavía desorientada por el placer, abro la boca, y él me la acerca, la mueve y yo me tengo que acercar, la deseo quiero metermela, esta jugando conmigo,

ya no puedo mas, su polla esta brillante, roja, gruesa, pero no muy grande, son mis preferidas, me encanta notarlas enteras dentro, ya no puedo aguantar este suplicio, me miro al espejo y veo la escena, yo de rodillas con su polla cerca de mi boca y él de pie, mirándome, la escena es tan erótica que succiono con ganas, lamiendo, quiero que se corra, lo quiero todo, y la tengo entera en la boca, es cuando mi lengua se acerca a su huevos y los lame cuando él me agarra la cabeza, y dentro, fuera, dentro fuera por fin se corre dentro de mi boca, solo un suspiro y mi boca esta llena de él, pero hay tanta leche que tengo que acabar de lamerla, para aprovecharla toda, que gusto, que rico, pero eso no hace que su erección baje, eso chico es una maquina.

Cuando termina, me obliga a levantarme, me arrima a la pared y levantando mi pierna derecha agarra su pene y me lo mete, la verdad es que con lo mojada que yo estoy no le cuesta nada y mientras empuja, va rozando mi clítoris haciendome estremecer de placer, su boca se mueve por mi cuello, lo mas erótico es ver la escena en el espejo, yo apoyada a la pared, él de pie delante mio, empujando cuando ya estoy apunto, se sale de mi, dejándome desorientada, pero se agacha y con la lengua empieza a lamer, utiliza mi clítoris dándole golpecitos con su lengua, y es cuando metiendome un dedo en el ano,y su lengua en mi vagina me corro en su boca, él se levanta y vuelve a descargarse pero esta vez en mi pecho y mi cara, un verdadero placer, una gozada.

―Cuando termina, me dice que se la limpie con mi lengua, yo acepto encantada, se la guarda, se sube la cremallera y mirándome me dice:

―Ya te he dicho que te sorprendería lo que sé― y se marcha como ha llegado.

Cuando laura acabo su relato, estábamos todas calladas, y yo particularmente muy caliente.

―Que os ha parecido, esa es mi fantasía, y espero poder realizarla un día – me miro a mí y me dijo – o puede que ya lo haya hecho, eso no lo sabréis.

―¿De veras que esa es tu fantasía – pregunto Lorena –¿ te gustaría que te dominaran?

―Si ― contesto Laura ― no en el sentido literal, no me va el sado, pero si la sumisión suave para conseguir placer, el saber que es el otro el que tiene el poder, y que depende de cómo te comportes para que te de mas placer o se pare, es muy excitante, saber que él otro tiene el poder.

―Me ha sorprendido – dijo Claudia – después de esto mi fantasía os parecerá de niños.

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